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¿Quién fue Jack-o’-lantern, qué dice la leyenda y por qué se le asocia con las calabazas en Halloween?

La leyenda de Jack-o’-lantern, difundida por los irlandeses, tiene mucho que ver con las calabazas de Halloween. Sus últimas voluntades, protagonistas de la historia.

Las calabazas de Halloween, muy relacionadas con el mito de 'Jack-o'-lantern'.

Halloween es considerada como la noche más aterradora del año. Cada 31 de octubre, miles de personas alrededor del mundo se visten de personajes procedentes de obras consideradas como ‘de miedo’ o de ‘terror’. Además, hay que tener en cuenta que, alrededor de esta fiesta, hay relacionadas una gran variedad de tradiciones, y, por supuesto, leyendas.

Una de las más populares es la de ‘Jack-o-’lantern’. Esta es una historia que pocos conocen realmente, y que tiene su origen en Irlanda. En el país, es reconocida debido al particular suceso que se relata. Este trata de que un herrero llamado Jack salió a beber con el diablo.

‘Stingy Jack’ engañó al diablo

La historia comienza con lo mencionado anteriormente. El herrero era conocido con el nombre de ‘Stingy Jack’, que en castellano significa ‘Jack el tacaño’. Tras beber con el diablo, esta persona no quería pagar la cuenta. Después de la aparición de este para llevarse a Jack, este le convenció para salir a un pub a tomar una última cerveza como voluntad antes de desaparecer, algo que el demonio aceptó.

¿Cuál fue el suceso? Al acabar de beber, Jack no quería pagar la cuenta y convenció al diablo para que este se convirtiese en moneda. Este ser volvió a aceptar la petición del herrero y se transformó en este elemento tan característico de la vida diaria. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba el demonio, ya que ‘Stingy Jack’ le introdujo en su bolsillo, y, junto a la moneda, añadió un crucifijo de plata, lo que le impedía volver a su forma original.

Jack usó en varias ocasiones la moneda, y, para poder liberarse, el demonio le concedió 10 años más de vida. Este le prometió que no se llevaría su alma al infierno. Una década más tarde, el demonio apareció, como parte del trato, pero el herrero, una vez más, intentó escapar. Le solicitó acudir a un manzano como última voluntad, solicitud que el ser no pudo rechazar.

Las cruces, un elemento vital en la historia

Al acudir al bosque a un árbol para que Jack se tomara una manzana, el diablo tuvo que subir. En ese momento, talló un gran número de crucifijos, impidiendo al demonio poder bajar y llevárselo al inframundo. El herrero solicitó, a cambio de liberarle, que no tocara nunca su alma, petición que fue aceptada.

Sin embargo, la historia no acaba aquí. Al fallecer, Jack subió al cielo, de acuerdo con la tradición, pero San Pedro no le permitió entrar. Al descender al infierno, el diablo tampoco le facilitó el acceso. Ante esta situación, quedó condenado a vagar por toda la eternidad como un espíritu.

El ‘ángel caído’ no olvidó todo lo que le había hecho Jack, y después de expulsarle de sus dominios, le arrojó unas brasas que arderían por toda la eternidad.

Por ello, y con el objetivo de alumbrar su camino durante la penitencia, convirtió en linterna un nabo y, a partir de entonces, se le conoció como ‘Jack-o’-lantern’, es decir, ‘Jack, el de la linterna’.

Las calabazas, muy relacionadas con el mito

Otro de los aspectos más relevantes que tienen que ver con la historia de ‘Jack-o’-lantern’ tiene que ver con las calabazas de Halloween. En un gran número de casas, se pueden apreciar a la entrada estas hortalizas, que están talladas de una forma muy particular, ya que, supuestamente, tendrían el rostro del herrero.

Unas versiones apuntan que, en Estados Unidos, hubo un excedente de calabazas, y las que sobraban fueron utilizadas. En este caso, fueron tomadas por los ciudadanos para reflejar el rostro del herrero, adquiriendo con el tiempo una gran popularidad, y, llegando así hasta nuestros días.

Además, se comenta que en países como en Irlanda y Escocia, se colocaba un nabo en las ventanas. Este elemento era tallado con la cara del herrero Jack, ya que se perseguía la meta de ahuyentar al diablo de sus respectivos domicilios.

Por otra parte, otra historia relata que Jack se negó a ayudar a una bruja a obtener los ingredientes para una sopa de Halloween. En venganza, según este relato, envió a una calabaza gigante que engulló al herrero y despareció para siempre, tomando la hortaliza, además, rasgos muy parecidos a la cara de un ser humano.

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