QATAR 2022
Omar Montes relata su infierno en Qatar tras su reivindicación: “He pasado miedo”
El artista madrileño ha asegurado que estuvo “dos o tres horas en un almacén” y sin poder ir a su habitación después de sus palabras en el concierto.
Omar Montes dejó un momento de lo más reivindicativo hace tan solo unos días durante una actuación en Qatar. El artista de Pan Bendito generó una gran polémica entre sus fans al aceptar una actuación en el país sede del Mundial, una nación que criticada por vulnerar algunos derechos humanos. Pero el cantante finalmente se subió al escenario y dejó frases en defensa tanto de las mujeres como del amor libre, prohibido de forma tajante en el país de Oriente Medio. “¡Viva España! ¡Vivan las mujeres! ¡Viva el amor libre! ¡Que cada uno se vaya con quien le dé la gana!”, expresó entre gritos.
Estas palabras dieron la vuelta al mundo, pero lo que no esperaba Omar era que iba a vivir un auténtico infierno cargado de miedo antes de regresar a España. Con cansancio en el rostro y sin ganas de charla, el cantante ha dado algunos detalles de lo que ha sufrido en los últimos días: “No tengo muchas ganas de hablar después de la muerte que me han dado”, comenzó expresando. “No quería ofender a nadie. No me esperaba todo esto ni el lío grande que ha pasado”, continuó, asegurando en todo momento que su discurso no estaba preparado y que fue algo que le salió “del corazón”.
Pero fueran cuales fuesen sus intenciones, sus palabras han provocado cierto malestar en Qatar y Omar ha llegado a tener por su integridad física: “Yo estuve en un hotel tres días y un trabajador nos estaba echando una mano allí en todo. Después del concierto nos llamó diciendo que no fuéramos al hotel, que habían ido unos muchachos raros preguntando por nosotros”, confesó sin ocultar su temor tanto por él como por el resto de amigos que lo acompañaban.
“He podido escapar”
“Después de hacer tiempo, volvimos a llamarle y nos dijo que podíamos ir. Acabamos yendo al hotel, pero nos dijo que no podía fiarse de nada y que no fuéramos a la habitación. Me llevó a un almacén, dos o tres horas, y me dijo que hasta que no viniera el transfer no saliera de ahí, ya que no podía asegurar nuestro bienestar”, zanjó. Omar no pudo ni siquiera dormir en su habitación, de modo que lo único que quería era regresar. Sin embargo, ni en el aeropuerto pudo estar tranquilo antes de partir: “Vi a gente mirándome y estaban con los walkies, me puse mi capucha y tiré para adelante. Como allí al final no soy tan conocido, pude pasar. Me he podido escapar”.
Omar Montes puso así el punto final a un episodio difícil, aunque él insiste en que jamás nadie podrá censurarle: “Yo siempre digo lo que está en mi corazón y si acabo preso o acabo libre son cosas mías. A mí nadie me puede censurar ni decirme lo que tengo que decir. Yo digo lo que me da la gana”.