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El peligro de la riqueza en el fútbol según un exjugador del Manchester City

Micah Richards ha confesado cómo malgastaba el dinero tras la firma de su primer contrato profesional con tan solo 17 años en el conjunto citizen.

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Micah Richards y Kompany. Instagram: @micahrichards

La riqueza en el mundo del fútbol se ha ido asentando con mucha fuerza en las últimas décadas. Los contratos millonarios que pueden suponer una estabilidad económica a largo plazo para muchos futbolistas, también se puede convertir en un drama para sus vidas y más cuando eres joven. Por ello, Micah Richards, exjugador del Manchester City con 246 partidos en su haber, ha lanzado una seria advertencia a las futuras estrellas de este deporte sobre la cara oculta de la fama y el dinero.

El defensa inglés, retirado hace tres años, ha confesado sus locuras y su manera impulsiva de malgastar dinero tras la firma de su primer contrato millonario con el conjunto citizen con tan solo 17 años. “Pasé de ganar por semana 500 libras a 50.000. Recuerdo que en un mes cobré 250.000 libras. Cuando vi mi primer cobro, estaba en el entrenamiento y no me lo creía”, cuenta.

Sus primeras grandes ganancias fueron destinadas a una vivienda de lujo de grandes características y con un valor estratosférico. “Empecé a mirar casas en Hale y compré una casa de tres millones de libras esterlinas con siete habitaciones y vivía con mis dos hermanos, dos primos y mi mejor amigo”, explica.

Un Range Rover y un Aston Martin fueron los dos primeros coches de alta gama que tuvo el futbolista nada mas firmar su primer contrato de gran calibre. En cambio, la gran cantidad de dinero que manejaba le motivó para dar el salto a otros vehículos de mejores características y con más valor de mercado. “Primero tuve un Range Rover y un Aston Martin, pero pensé, ya es hora. Me compré un Ferrari, un F430. Luego un 458 Speciale”, cuenta.

La fiesta, su peor aliado

La noche de la ciudad de Manchester se convirtió en el peor enemigo para su economía. Una vida de altos vuelos en los mejores pubs y discotecas con fiestas de 30.000 libras. Incluso, asegura que se ha llegado a dejar en un local nocturno hasta 100.000 libras en una noche. Sin embargo, una fiesta en Los Ángeles, fue el punto de inflexión para el jugador inglés para darse cuenta de lo que estaba haciendo con su dinero, según Richards.

No obstante, considera que esa mentalidad no es la adecuada y más cuando eres una joven promesa, ya que finalmente se convierte en una obsesión para competir por “¿Quién tiene mejor casa?” o “¿Quién tiene mejor coche?”. Asimismo, piensa que su vida era “suficiente” donde vivía antes de dar el salto a la élite del fútbol, pero esa transformación le ha propiciado ese deseo por tener todo.