REINO UNIDO

La estricta norma de Kate Middleton y el príncipe Guillermo con sus hijos: si la incumplen, expulsados

Los príncipes de Gales y herederos al trono del Reino Unido están muy pendientes de la educación de Jorge, Carlota y Luis, nietos de Carlos III.

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FILE PHOTO: Britain's Prince George, Princess Charlotte and Prince Louis, accompanied by their parents Prince William and Catherine, Duchess of Cambridge, arrive for a settling-in afternoon at Lambrook School, an annual event held to welcome new starters and their families the day before the start of the new school term, near Ascot in Berkshire, Britain, September 7, 2022. Jonathan Brady/Pool via REUTERS/File Photo

Las aguas bajan revueltas dentro de la Corte del Reino Unido y la Commonwealth. Al cáncer de Carlos III se sumó después el de su nuera Kate Middleton, con Sarah Ferguson aquejada también de la misma dolencia. Sigue coleando la polémica del viaje del príncipe díscolo, Enrique, a Inglaterra, sin visitar a su padre y con su esposa, Rachel Meghan Markle esperándole en el aeropuerto. Un tiempo en el que también se conoció que el marido de una de las primas del rey se había quitado la vida y que por sobredosis había fallecido Paolo Liuzzo, el primer novio de Beatriz de York, la hija del príncipe Andrés. En definitiva, como diría la malograda Isabel II, un annus horribilis.

Y, quizá, de todos los núcleos familiares de La Firma, donde peor lo están es en la casa de los príncipes de Gales, los herederos al trono. El príncipe Guillermo ha tenido que asumir muchas responsabilidades en los últimos tiempos, desde suplir a su padre en los eventos institucionales con la ayuda de la reina Camila y los duques de Edimburgo hasta cuidar de su esposa y la privacidad que ella ha solicitado para llevar su enfermedad con sus hijos.

Tres son los pequeños que tienen el primogénito de Diana Spencer y Carlos III y la mayor de los Middleton: Jorge, Carlota y Luis. Por ellos la princesa pidió respeto y tiempo para poder contarles qué estaba sucediendo con su salud. Eso sí, las normas en la casa se siguen cumpliendo pese al momento excepcional que están viviendo, y hay una muy estricta que los pequeños deben cumplir: no gritar.

La solución es la expulsión

Los príncipes de Gales no dejan ni por asomo que sus hijos se griten entre ellos, porque lo consideran los prolegómenos de un conflicto que desean evitar por todos los medios, por lo que ante cualquier atisbo de alzar la voz, resuelven echando de la estancia a aquel que ha chillado.

“Los gritos están absolutamente prohibidos para los niños, y cualquier indicio de voces altas entre ellos se resuelve con la expulsión”, dijo recientemente una fuente al tabloide The Sun.

“El niño travieso debe salir fuera de la habitación para evitar cualquier tipo pelea. Se corta por lo sano para que ellos hablen con calma sobre lo ocurrido. Se le explican las posibles sanciones y se le describen las consecuencias. Ellos nunca les gritan tampoco. Predican con el ejemplo”, agrega el testimonio sobre cómo los príncipes educan a sus hijos.

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