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La defensa de Rafael Amargo tras ser detenido por presunto tráfico de drogas

El abogado del bailaor señala a los toxicómanos, que transitaban su vivienda y que accedían a su portal para consumir y trapichear con drogas, como el detonante de la acusación.

Rafael Amargo dando una rueda de prensa en el Teatro La Latina, de Madrid.

Rafael Amargo fue protagonista no por una gran actuación por su faceta como bailaor, sino por haber sido detenido por un presunto delito de tráfico de drogas. El de Granada, que se resistió en el momento de la detención, fue arrestado tras ser acusado de vender sustancias tóxicas, psicotrópicas y estupefacientes que causan graves daños para la salud. Días más tarde, Amargo recibió la orden de libertad provisional sin fianza tras la decisión del Juzgado de Instrucción número 2 de Alicante.

El coreógrafo, que se enfrenta a un delito contra la salud pública y a otro por atentar contra la autoridad, ha mostrado su inocencia tras esta grave acusación a través de su abogado, que reitera que estas informaciones son totalmente falsas. “Hay una persecución contra mi cliente y no es casual que lo hayan detenido dos meses antes de que sea juzgado”, reconoció su abogado a El Español.

Por otro lado, la defensa del bailarín señala a los toxicómanos que transitaban la vivienda de Amargo y que se metían en el interior del portal de la que fuera su vivienda para consumir y trapichear con drogas. De hecho, su abogado asegura que esta actividad se producía “antes, durante y después” de que su cliente se asentase en este piso del barrio madrileño de Malasaña.

¿A qué se enfrenta Rafael Amargo?

La denuncia de sus vecinos, que fueron los encargados de avisar a la Policía, ha propiciado que el bailarín se enfrente a una pena de nueve años de prisión por la venta de drogas “de manera reiterada” con el objetivo de conseguir un rédito económico. Amargo, que tendrá que responder a estas acusaciones el próximo mes de junio ante el juez, fue testigo como la Policía halló drogas en el interior de su piso, pero el acusado señala que eran para consumo personal.

Sin embargo, su pasado delictivo puede damnificar su defensa como también sus mensajes con ciertas personas, que eran citadas para la venta de drogas en este lugar. Por ello, la acusación considera que el bailaor era el encargado de distribuir dichas sustancial de manera personal y selectiva.