SNOOKER

El drama familiar de Ronnie O’Sullivan: le prohíben ver a su nieta de tres años

La primogénita del siete veces campeón del mundo de snooker defiende que su padre no forma parte de su vida y no conocerá a su pequeña Zarah, de 3 años.

Ronnie O’Sullivan volvió a hacer historia la semana pasada en el Teatro Crucible de Sheffield al levantar su séptimo título de campeón del mundo de snooker. Su triunfo ante Judd Trump le permitió igualar los siete entorchados de Stephen Hendry y, para muchos, ya no hay debate posible: es el mejor jugador de la historia. Su rival en la gran final así lo confirmó: “Es el mejor de todos los tiempos”. Casi 30 años después de ganar su primer torneo de ranking, el Cohete tiñe de dorado su nombre en la historia de este deporte, aunque en el plano personal las cosas no le van de la misma manera.

Su primogénita, Taylor-Ann Magnus, ha asegurado que nunca va a dejar que Ronnie conozca a su nieta. La joven de 25 años defiende que su padre no forma parte de su vida y no dejará que se acerque a su pequeña Zarah, de tan solo tres años. Según ella, con declaraciones que recoge el tabloide británico Mirror, solo le hablará a su hija de su abuelo si es estrictamente necesario: “No quiero a alguien así cerca de mí y de mi hija”.

Taylor-Ann nació fruto de la relación de dos años que mantuvo el jugador con Sally-Ann Magnus en la década de los 90, pero con el paso de los años apenas ha disfrutado de la compañía de su padre. “Tenía 17 o 18 años la última que lo vi y le perdoné dentro de mí, pero eso no excusa lo que hizo”, confesó. “Los últimos ocho años he sido bastante feliz. He aceptado que no estará ahí y estoy de acuerdo con eso. Pero desde que tuve a mi hija, pensé: ‘Realmente no quiero a esa persona en mi vida’”.

La joven asegura que no ve ni sigue la carrera de su padre y tampoco vio su victoria en el Crucible la semana pasada, pero lógicamente sabe perfectamente quién es y la importancia que tiene en Reino Unido por su buen hacer sobre el tapete. La fama de su progenitor hace prácticamente imposible que su hija no se entere de quién es cuando vaya a la escuela, pero ella todavía no se plantea cómo contarle los detalles: “Podría decirle una advertencia previa. Pero cruzaré ese puente cuando llegue a él”.

No quiere su dinero

La victoria de Ronnie O’Sullivan hace unos días le hizo ganar 584.000 euros y los medios británicos cifran su fortuna actual en 37 millones de euros. Pero Taylor-Ann, pese a vivir en un piso de alquiler y trabajar en una empresa de aparcamientos, no quiere ni desea el dinero de su padre. “Sientes que te estás defraudando, estás perdiendo el tiempo y nadie está pasándolo bien y están esperando que suceda algo que no va a pasar. Eso puede ser bastante desmoralizador a veces”.

Una vida familiar complicada

Ronnie O’Sullivan ha tenido sus propios problemas como adicciones a las drogas y al alcohol y un delicado estado de salud mental por culpa de la presión en su deporte. Todo comenzó tras despuntar con solo 17 años y ganar su primer torneo. “Comencé a divertirme, tal vez demasiado, pensando que ya había triunfado cuando realmente lo había hecho, fue solo un torneo. Aún así, entre 1995 y el 2000 gané algunos campeonatos, pero nunca fui realmente consistente ni gané tanto como podría”, confesó en 2020. “Había ganado dinero, tenía una buena casa, un buen coche y estaba soltero. Podía hacer lo que quisiera, pero probablemente elegí la compañía equivocada, aunque realmente me perdí yo. Aparté la vista de la bola. No estaba concentrado en el billar y desperdicié cinco años de mi vida y de mi carrera”.

Una derrota contra Hendry en 1996 le hizo cambiar, pero todo fue temporal y volvió a caer en la espiral. De hecho, llegó a entrar en una clínica para personas con adicciones en la que le ayudaron, aunque O’Sullivan siempre ha destacado la importancia que tuvo en ese proceso Ray Reardon, seis veces campeón del mundo de snooker en los 70.

Uno de los detonantes para que comenzara a beber fue la sentencia de cadena perpetua que recibió su padre por asesinato, una tragedia que hizo que Ronnie tuviera que cuidar de sí mismo y de su hermana Danielle durante años. Y más aún cuando su madre también cumplió condena por evasión de impuestos. Por suerte para él, su padre fue liberado después de 18 años en la cárcel y pudo abrazar la semana pasada a su hijo tras el torneo. Junto a él también estaban los hijos del jugador, Lily y Ronnie Jr, los más pequeños y con los que sí tiene relación.

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