El cambio físico de Javier Ungría un mes después de su expulsión de ‘Supervivientes’

A mediados de mayo un avión salía de Honduras con dirección España. Javier Ungría había sido expulsado de Supervivientes, tatuando en sus carnes los sufrimientos y desgastes que conllevan una edición tan dura como la presente. “Ha sido una experiencia brutal, salvaje, lo más duro que he hecho en mi vida. Yo no me dedico a la tele ni a las redes sociales, ni nunca había hecho un reality”, decía entonces, añadiendo que de allí salía con el espíritu reforzado y “siendo mejor persona”.

Su aspecto físico, así como el de tantos otros participantes antes que él, se había visto muy afectado por las condiciones de ‘supervivencia’ a las que acercan a cada concursante: pérdida de peso, pelo desaliñado, suciedad y otras consecuencias similares se habían adherido a su imagen.

Poco queda de eso un mes después de su eliminación. El exmarido de Elena Tablada fue el primero que no dio crédito al analizarse frente a un espejo al terminar su estancia en los Cayos Cochinos. “Increíble. Ay, mi madre. Estoy alucinando... De piernas no he perdido tanto. Creo que habré perdido 8 ó 10 kilos... De cara parezco un náufrago”, dijo. Se puso manos a la obra para adquirir la musculación que perdió durante el concurso y, justo a las puertas del verano, presume en redes sociales de haberlo conseguido.

Crece el músculo y mantiene la barba

Parte de la rutina deportiva de Ungría se desarrolla en el gimnasio, templo donde se ha gestado dicho cambio físico. En una de las últimas fotografías que ha compartido a través de su perfil de Instagram, donde acumula 29.000 seguidores, se le ve, quizá regresando de un entrenamiento, ataviado con una camiseta de tirantes y mostrando sus brazos y su torso, que se aprecian notablemente más tonificados que hace un mes.

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Todavía lleva escrito en su cara el Sol del Caribe. No ha querido cortarse el pelo ni prescindir de la barba —que ya tenía, pero ha decidido mantenerla larga y no recortada—. Es más: ha adoptado su aspecto desaliñado como nuevo look. No ocurre así con todos los participantes; Kiko Jiménez, expulsado a principios de junio, tardó una semana en quitarse la barba, devolviendo a su cara el aspecto que tenía justo antes de volar hacia Honduras.

En su última fotografía compartida, que es, en realidad, una felicitación a un entrenador personal a quien tiene mucho cariño, posa —junto a él— frente a un espejo. Los comentarios son una cascada de reacciones ante el evidente cambio de Ungría. “¡Ya casi, don Javi, ya casi llegas a tu meta!”, celebra un usuario, a lo que otro responde con cautela: “Tienes que coger un poco de peso y no forzar tanto ejercicio, dale un tiempo a tu cuerpo a estabilizarse”.

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