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Andrew Garfield habla de su experiencia sin sexo

El actor nacido en Los Ángeles, con una interesante carrera a sus espaldas, es un defensor del denominado ‘método’ como camino para lograr interpretaciones más reales.

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Andrew Garfield.

Andrew Garfield se ha convertido en los últimos tiempos en una de las estrellas más cotizadas de la industria cinematográfica. A sus 39 años, el actor norteamericano puede presumir de haber trabajado ya en cintas de indudable calidad como Boy A (2007), Nunca me abandones (2011), La Red Social (2010) o Tick, Tick... Boom! (2021).

Y gran parte de ese éxito logrado se lo debe a la forma en la que prepara sus papeles ya que es uno de los actores que apuestan por la técnica del método de actuación, que busca un mayor realismo en la interpretación. Y hay debate, ya que algunas estrellas como Brian Cox, David Harbour y Mads Mikkelsen han calificado el proceso de “peligroso”, “pretencioso” e incluso de “enfermedad”.

Pero Garfield lo tiene claro. “Me molesta la idea errónea, me molesta la idea de que ‘la actuación por método es una puta mierda’”, aseguraba el actor a Marc Maron en la última entrega de su podcast WTF. “La gente sigue actuando de esa manera, y no se trata de ser un gilipollas con todo el mundo en el plató. En realidad, sólo se trata de vivir con sinceridad en circunstancias imaginadas, y de ser muy amable con el equipo al mismo tiempo, y de ser un ser humano normal, y de ser capaz de dejarlo cuando lo necesitas y de permanecer en él cuando quieres permanecer en él”, se justificaba.

Garfield, que acaba de ser nominado al Emmy por la serie Under the Banner of Heaven, compartió además alguna de sus experiencias con la técnica interpretativa, como cuando tuvo que prepararse para Silence (2016), la cinta de Martin Scorsese en la que el actor interpretaba a un jesuita y para la que pasó un año preparándose para el papel estudiando con el escritor jesuita James Martin, leyendo e investigando sobre el catolicismo y realizando ejercicios espirituales. Además, durante seis meses, no practicó sexo y realizó un ayuno.

“Tuve una experiencia increíblemente espiritual. Hice un montón de prácticas espirituales cada día, creé nuevos rituales para mí. Estuve sin sexo durante seis meses, y ayunando mucho, porque tenía que perder un montón de peso de todos modos. Fue increíble. Tuve algunas experiencias bastante salvajes y ‘triposas’ al privarme de sexo y comida en esa época”, zanjaba Gardfield, que no parece que vaya alejarse ni un milímetro de ese ‘método’ que tanto éxito le está reportando.