TELEVISIÓN

Ana Rosa Quintana estalla contra Antonio Tejado: “Hay personas que se drogan que no asaltan a sus familiares”

La conductora de ‘TardeAR’, que ha enviado todo su cariño a María del Monte, ha rechazado la idea de que las adicciones del acusado justifiquen el robo.

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Ana Rosa Quintana estalla contra Antonio Tejado: “Hay personas que se drogan que no asaltan a sus familiares”

Una detención en el marco de una operación contra una banda de ladrones que robaba en viviendas ha concluido desenmascarando al supuesto autor intelectual del ‘golpe’ en la casa de María del Monte el pasado mes de agosto. Antonio Tejado, sobrino de la cantante, es, presuntamente, el rostro: el juez ya ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza.

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El caso ha monopolizado todos los programas de tertulia durante la mañana y la tarde del lunes; aunque todos coinciden, pocos son los que hablan con la transparencia y la rotundidad con la que rompe en las rocas el agua de una cascada.

“Un dolor”

Una de ellas ha sido Ana Rosa Quintana. El formato que conduce, TardeAR, ha emitido unos testimonios de Tejado en los que hablaba de su particular bajada a los avernos de la droga y el alcohol. Y es en este punto ene l que la periodista ha cargado duramente contra el acusado: “Infierno el de su tía y otras personas a las que han robado”.

La denuncia de la presentadora de televisión era, en realidad, la afirmación de que uno puede transitar el oscuro y nunca deseable mundo de las adicciones sin que esto conlleve, y mucho menos justifique, cualquier tipo de delito. “Hay muchas personas que se drogan, que beben, y no se dedican a asaltar las casas de sus familiares”, hacía breve la comunicadora.

Además, empatizaba con la tía del supuesto ladrón, a quien enviaba “un abrazo”, conocedora de lo mal que lo había pasado tras el suceso. “Primero fue el robo, hablé con ella y María se quedó traumatizada porque fue con violencia, las amordazaron, ataron, amenazaron...”, expresaba una Ana Rosa que ahondaba en la idea inicial de que aquel golpe precisaba de una información que muy pocos podían tener, pero que, cuando llega una noticia así, se torna prácticamente imposible atar cabos: “Ahora que se entere que el que le ha mandado a esos tíos ha sido su sobrino...”, reflexionaba, luego sentenciaba: “Un dolor”.