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Alice Campello y la presión que sentía cuando Morata fallaba: “Me miraban mal”
La modelo italiana confesó los malos momentos que le hacían pasar algunos aficionados, situación que Violeta Mangriñán comparó con la vivida por Victoria Beckham.
La nueva aventura mediática de Violeta Mangriñán se escucha con auriculares y se llama Lo tienes crudo. Así lo presentaba hace menos de dos semanas. Su formato de entrevistas en un restaurante japonés, disponible en Podimo, es la última cresta de la corriente de oleaje que surfean las influencers durante este otoño. Una de sus primeras invitadas ha sido Alice Campello, que no ha reparado en mostrar la felicidad que atraviesa en esta etapa de su vida, idéntica a la de su marido, Álvaro Morata, que se encuentra en un dulce momento goleador.
También ha tratado, con menos alegría, los días difíciles en los que él no estaba acertado de cara a portería y ella sufría las consecuencias de un agresivo sector de la afición. “Estoy aprendiendo a no leer muchísimas cosas. Puedes hacer un trabajo muy grande en ti mismo, y yo lo estoy haciendo. A mí me pasaba de ir al estadio y [Morata] fallaba un gol o alguna cosa y me miraban mal. Han llegado a gritarme”, se sinceraba la modelo e influencer italiana.
La comparación de Campello con Victoria Beckham
Rápidamente, Mangriñán hacía una comparación mental y la exteriorizaba en tres palabras. “Como a Victoria”, resolvió, hilando la situación de Campello con algunos de los testimonios que Victoria Beckham ofreció en el documental de su marido, David Beckham, estrenado recientemente en Netflix. “Como si fuera yo...”, continuaba la italiana, que era interrumpida nuevamente por Violeta para colocar aquello que no salía por su boca: “la culpable”.
La indignación de Campello se topó con el doble hartazgo de Mangriñán, que no dudó en escudriñar, en términos generales, el deporte rey. “Es que el mundo del fútbol es todavía un poco neandertal en ese sentido y machista”, dijo. “Es muy complicado”, sintetizaba la italiana que, pese a estas declaraciones, se dejó ver feliz y con una sonrisa de oreja a oreja que se ha convertido en el espejo y la bandera de la buena etapa en la que se encuentran tanto ella como su marido en la capital de España.