Los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, hace unas semanas anunciaron que dejarían de cooperar con algunos tabloides británicos donde han acaparado decenas de portadas durante las últimas semanas por la ““campaña de desprestigio” de la que creen que han sufrido desde que anunciaron su intención de dejar la casa real británica. De la misma manera, explicaron que no seguirán cooperando con cuatro editoriales británicas después de publicar según ellos noticias “distorsionadas” de la realidad. Además, Meghan Markle demandó al periódico Mail on Sunday después de que revelaran el extracto de una carta personal que envió a su padre, Thomas Markle, con el que no tiene ninguna relación.

Ahora, hemos conocido que la Corte Suprema desestimó algunas de las reclamaciones la demanda y la intérprete deberá pagar cerca de 70.000 euros por los costes derivados de esa parte del litigio. El juicio contra el tabloide británico no se espera que comience hasta el próximo año. A pesar de esto, Meghan ha decidido seguir adelante con el juicio y espera que se atienda otras de sus reclamaciones como por ejemplo la intromisión a su intimidad al publicar un documento personal.

La parte desestimada por la Corte Suprema atiende a unas declaraciones en las que Meghan afirma que la mala relación que existe a día de hoy con su progenitor es por culpa del diario. Los letrados encargados de representar a la norteamericana sostienen que Meghan y su padre “tuvieron una relación muy estrecha padre/hija durante toda su infancia y se mantuvieron cerca hasta que él fue atacado hace tres años por los intrusos medios sensacionalistas del Reino Unido”.

Nueva demanda

Esta no es la única demanda que han interpuesto los duques de Sussex en las últimas semanas ya que han presentado otra en Estados Unidos contra un medio aún no identificado según ha publicado The Hollywood Reporter. Según el citado medio la pareja salió de Reino Unido para huir de la incansable prensa británica y al llegar a Estados Unidos se han dado de bruces y se han encontrado el mismo problema que en las Islas Británicas.