David Beckham, a lo James Bond por su premio en los Hombres del año de GQ

El tiempo no parece pasar para David Beckham, que sigue haciendo alarde del físico con el que ha logrado conquistar a muchos desde el principio de su carrera deportiva y que continúa así mismo concentrando una importancia mediática indiscutible, ahora como empresario de éxito, icono de estilo y mitad de una de las parejas de celebridades más poderosas del mundo debido a su matrimonio con Victoria Beckham. Y GQ se ha encargado ahora de recordar a lo grande estas dos cosas.

En primer lugar, porque la edición inglesa de la reputada revista de estilo incluye en su próximo número de octubre una portada y un deslumbrante reportaje fotográfico protagonizado por el exjugador, y en el que este, a sus 44 años, reafirma una vez más su estatus como uno de los famosos más atractivos del planeta. La sesión se llevó a cabo en Venecia y en una de las imágenes el británico aparece posando en una lancha que discurre por el Grand Canal, impecablemente vestido con esmoquin negro y pajarita. Una estética que recuerda inevitablemente a algunas escenas de la película de 007 'Casino Royale' y a los elegantes looks y la buena percha del célebre agente secreto.

Por otro lado, y como reconocimiento a su influencia global, la revista también ha querido elegir al exfutbolista dentro del exclusivo grupo de personas que recibirán una distinción en sus premios Hombres del Año 2019, unos galardones que reconocen desde hace 22 temporadas la excelencia y el éxito de diferentes hombres y mujeres del ámbito del entretenimiento, el deporte o la moda. Beckham recibirá concretamente el Editor’s Special Award en la ceremonia que se celebrará precisamente hoy en la Tate Modern de Londres y que contará con el actor Michael Sheen como maestro de ceremonias.

El exdeportista ha confesado a la revista que tardó en abrirse la mente a algo que no fuera el fútbol. El británico asegura que durante sus años sobre el campo todo lo que no era el juego no le suponía más que un mero bonus: "Honestamente, lo que quería era ser un futbolista exitoso", ha reconocido a GQ, para pasar a explicar que el cambio hacia nuevos horizontes se produjo cuando "comencé a ver las cosas de forma diferente en el lado de los negocios y en gran parte porque empecé a disfrutarlas más". Un proceso que Beckham, reflexionando sobre ello, coloca hacia el final de su veintena y el comienzo de su treintena.

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 Y desde luego, su tránsito del fútbol no ha podido ser más fructífero y triunfal. El británico sigue en la cumbre de la fama y posee un imperio empresarial envidiable. Y es que a día de hoy, y como halago a sus metamorfosis vitales, uno puede llegar incluso a olvidarse del David Beckham futbolista para pensar en él meramente como David Beckham, sin necesidad alguna de presentaciones complementarias.