Rafael Nadal sumó ‘la Décima’ hazaña en París y España volvió a emocionarse con él a través de la televisión. Su idilio con la inabarcable pista central Philippe Chatrier continúa vigente. Sus golpes imposibles y su combatividad traspasan la pantalla y las fronteras. Es muy difícil no sufrir con él en una final, con independencia del resultado. Por su entrega infinita en cada carrera, en cada frenada, en cada golpe liftado, potente, devastador… ‘Sin sufrimiento no hay felicidad’, parece ser el lema de su vida.
Las gotas de sudor, los gestos de decepción, de rabia o de celebración incrementan la identificación del aficionado con su ídolo. Un héroe de este mundo, de carne y hueso, pero capaz de no rendirse nunca y de buscar sin descanso hasta encontrar (casi siempre) el camino que conduce a la victoria. Un ejemplo de lo que a menudo no somos pero siempre nos gustaría ser. Por eso todos somos de Nadal…
Tenistas con más títulos en Roland Garros
Ganar diez veces un mismo grand slam es una proeza sin precedentes. Pero hacerlo además en Roland Garros, la meca de la tierra batida, donde cada punto es una batalla descarnada, es una barbaridad. Una gesta sólo al alcance de un tipo que nunca se entrenó hasta que las cosas salían bien, sino que siempre lo hizo hasta que nunca salían mal, con una cultura del esfuerzo y la mejora constante que son un ejemplo en cualquier orden de la vida. “El éxito no es la victoria, sino todo lo que has peleado por ganar”, resumiéndolo con sus propias palabras.
Con su triunfo apabullante sobre Stanislas Wawrinka (6-2, 6-3 y 6-1), el septuagésimo noveno en Roland Garros, donde solo ha perdido en dos ocasiones desde su debut en 2005 (Soderling y Djokovic), Nadal se apuntó su decimoquinto Grand Slam y adelanta al mítico Pete Sampras, para situarse como el segundo tenista más laureado de la historia justo por detrás de su admirado Roger Federer. Hace tiempo que no había dudas de que ese era, como mínimo, el lugar que le corresponde. Pero ahora es irrefutable. Es obligado ponerse en pie y romperse las manos aplaudiendo a un campeón de película, que hizo los domingos un poco más felices.
Obviamente no están reflejadas aquí todas las causas que explican el mayor dominio jamás visto de un tenista sobre una superficie concreta. Nadal ha ganado diez de sus quince títulos de grand slam sobre arcilla (66%). Pero sí es seguro que lo son las diez que apuntamos aquí:
Tenistas con más títulos de Grand Slam
Nombre | País | Total | Abierto de Australia | Roland Garros | Wimbledon | US Open |
Roger Federer | Suiza | 18 | 5 | 1 | 7 | 5 |
Rafael Nadal | España | 15 | 1 | 10 | 2 | 2 |
Pete Sampras | Estados Unidos | 14 | 2 | 0 | 7 | 5 |
Novak Djokovic | Serbia | 12 | 6 | 1 | 3 | 2 |
Bjorn Borg | Suecia | 11 | 0 | 6 | 5 | 0 |
Ivan Lendl | Checoslovaquia | 8 | 2 | 3 | 0 | 3 |
Jimmy Connors | Estados Unidos | 8 | 1 | 0 | 2 | 5 |
Andre Agassi | Estados Unidos | 8 | 4 | 1 | 1 | 2 |
John McEnroe | Estados Unidos | 7 | 0 | 0 | 3 | 4 |
Mats Wilander | Suecia | 7 | 3 | 3 | 0 | 1 |
1. La potencia. Cualquier tenista necesita estar perfectamente apoyado y tirarse hacia adelante (sobre la pelota) para encontrar un golpe ganador. Sin embargo, Nadal es capaz de encontrar ganadores desde más allá de la línea de fondo y en posiciones inestables. Incluso con la mayor parte del peso del cuerpo sustentado en el pie más atrasado. La potencia de sus piernas y sus brazos es ideal en el que probablemente es el torneo más exigente en lo físico de todo el circuito.
2. Nadal defiende y contraataca como nadie. Varía con maestría la velocidad, la altura y los efectos de los tiros para llevar el punto 'siempre controlado'. Incluso en los momentos agónicos de defensa, su rival nunca tiene la seguridad de tener el punto ganado. La seguridad de su revés a dos manos, una segunda derecha (Rafa es ambidiestro), contribuye mucho a ello. Como también lo hace un revés ultra cortado con el que a menudo cambia la dinámica del punto y prepara la estocada final.
3. Hace la pista anchísima a su contrario utilizando tiros angulados. Tanto en posiciones de ataque como de defensa. En esa batalla extrema de esfuerzo se sabe en ventaja. Hay que tener muchas piernas para discutirle el punto en esas circunstancias. Nadal cubre siempre con garantías la enorme Philippe Chatrier, la pista de tenis más grande del mundo. Prueba de ello es que es capaz de anotarse puntos incluso jugando cinco metros detrás de la línea de fondo. Algo fuera del alcance de sus rivales en similares circunstancias.
4. Por su tenis liftado, la red nunca es un obstáculo para Nadal. Ni siquiera una preocupación. La red no existe y esa parábola de sus tiros ayuda a que la pelota bote siempre dentro de la pista. Y como lo hace con gran potencia, el giro que imprime a la bola complica mucho la devolución a los contrarios, que pierden mucha precisión.
5. Nunca juega la pelota que no toca. Su gran ventaja táctica reside precisamente en no tener que pensar dónde debe lanzar su siguiente golpe. Juega de memoria y ahorra energía y estrés mental. En tierra batida es muy complicado cerrar los puntos en tres o cuatro golpes y no cometer errores es especialmente importante. Nadal disfruta en los duros intercambios, en los que teje su telaraña, acogota a su presa, se crece y coge el ritmo que alimenta su mejor tenis.
6. Su impecable lectura de los partidos. Parece que los viviera al mismo tiempo desde dentro y desde el palco de su equipo. Esa clarividencia le permite corregir los errores en tiempo real y encontrar soluciones sobre la marcha. Su mente recuerda cada punto del partido como lo hace un súper ordenador en una partida de ajedrez. Eso le ayuda a desnudar los puntos vulnerables de su rival y a tomar decisiones que le benefician. Esto no podría hacerlo si no cumpliera el punto anterior.
Porcentajes de victorias/derrotas en Roland Garros
7. Su movilidad en la pista le permite, incluso en situaciones límite, estar siempre en disposición de jugar una pelota más. Su rival debe sufrir sangre, sudor y lágrimas por cada punto. Algo que va poco a poco haciendo mella en lo psicológico. Ese proverbial juego de pies le permite encontrar muchas más veces su drive demoledor. Y el control de los deslizamientos le garantiza tener el mejor equilibrio posible en el momento de impactar la pelota.
8. La fortaleza mental es el signo de identidad más claro de su juego. Nadal se crece ante la adversidad, por importante que sea el punto o presionado que se sienta. Nunca se relaja, no se confía con el marcador a favor, ni se desmoraliza cuando lo tiene en contra. Su reacción habitual tras encajar un break es sencillamente ejemplar, lo que convierte en una especie de tortura china para sus oponentes.
9. Juega con la mano izquierda, condición que le da una pequeña ventaja en los puntos más importantes, que suelen arrancar en la diagonal de revés. Además, el hecho de que existan más tenistas diestros que zurdos hace que frente a casi todos sus rivales no sea él quien tenga que variar su patrón de juego. De esa ventaja ya disfrutaron ilustres números uno de la ATP en la Era Open: Connors, McEnroe o Ríos.
10. La competitividad. Nadal es de esos tipos que no soporta perder ni a las chapas. Ha nacido para competir. Pero su ego de deportista de élite nunca le ha cegado. Es consciente de sus puntos fuertes y sus puntos débiles, lo que le ha permitido mejorar constantemente y no estancarse. Ha aprendido a ganar sin jugar bien y a convivir incluso con el dolor. Cree a pies juntillas en la cultura del esfuerzo, el valor que le ha llevado a superar en infinidad de ocasiones a rivales con tanto o más talento que él, y que explica su palmarés.
Rafa Nadal no se entiende sin tío Toni. Un sabio popular, con ese toque rural mallorquín que le hace entrañable. Y que desarma. Dice lo que piensa y a veces duele, pero lo que dice marca. Desde que unió su camino al de su sobrino (es decir, desde siempre y sin cobrar un duro), sus consejos han sido claves. El décimo Roland Garros será el último de su exitosa alianza, porque el año próximo el técnico pasará definitivamente el testigo a Carlos Moyá (al que ‘fichó’ él) para centrarse en la Academia de Manacor y en la familia. Ya toca.
En una sociedad en clara deriva hacia lo ‘light’, la firmeza de tío Toni puede ser chocante. “El ser humano es un animal de costumbres. Si le acostumbras a trabajar cada día, sin desfallecer ni poner excusas, lo acaba asumiendo como algo normal en su vida”, declaraba en una entrevista. El diez veces campeón en Roland Garros nunca ha puesto excusas. Ni ha destrozado una raqueta. Ni ha despreciado a un rival.
Puede que Toni no tuviera los mejores conocimientos del juego, pero los ha suplido con sentido común. Más que el tenis, ha entrenado la mente de un supercampeón. La dupla separará sus caminos a final de año. Tampoco se entendería ver a tío Toni en otro banquillo. Los dos son uno y uno es todo lo bueno que pueda entrenar. En eso nunca han escatimado. El décimo Roland Garros es también de tío Toni. Sus frases siempre han sido salvavidas a los que agarrarse. Por eso, y por esa fuerza de voluntad entrenada, Rafa nunca se ha hundido.
Inmensa alegría! Felicidades @RafaelNadal partidazo jugado hoy!!! A celebrar 🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆 pic.twitter.com/0Y9lERwpWn
— Conchita Martínez (@conchitamartinz) 11 de junio de 2017
Vamoos Rafaa!!! No eres de este planeta @RafaelNadal... La leyenda sigue creciendo!! 🏆🔟 Not from this planet @RafaelNadal!!! 🎾💪 pic.twitter.com/IryHVJGPtf
— Carolina Marin (@CarolinaMarin) 11 de junio de 2017
GRACIAS RAFA!! 🏆10
— Garbiñe Muguruza (@GarbiMuguruza) 11 de junio de 2017
Con ustedes el dueño de la tierra... Enhorabuena campeon #Decima 💪
— Karim Benzema (@Benzema) 11 de junio de 2017
Sin adjetivos ante el mejor de la historia @RafaelNadal 🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆🏆.#RollandGarros2017 #OrgullososDeTi. pic.twitter.com/2JHjPatiNs
— Santi Cazorla (@19SCazorla) 11 de junio de 2017
Rafael Nadal!! Único 🎾1️⃣0️⃣ pic.twitter.com/PvAdiVuh2o
— David Ferrer (@DavidFerrer87) 11 de junio de 2017