Esta diferencia entre Hogwarts Legacy y ‘Harry Potter’ es una de sus grandes contradicciones

Hogwarts Legacy no forma parte de canon oficial. Se trata de una historia independiente ambientada en el universo mágico de Harry Potter, un what if con personajes nuevos, algún apellido familiar y una historia completamente nueva. El título de Warner Bros Games. Avalanche, que está de oferta en estos momentos, cuenta la historia de un estudiante que recibe la carta de Hogwarts a los 16 años, una anomalía porque todos los niños magos entran en la escuela cuando cumplen 11 añitos. Esta premisa se justifica con la excusa de que el protagonista dispone de aptitudes para la magia antigua, un don poco común que puede ser vital para doblegar al duende Ranrok y a cierto mago oscuro que lo ayuda. Sin embargo, lo que de verdad contradice a los libros de ‘Harry Potter’ no es eso, sino más bien la aparente impunidad que tiene el chaval para matar usando sortilegios prohibidos.

Este artículo contiene algunos spoilers de Hogwarts Legacy

Tanto en ‘Harry Potter y el Misterio del Príncipe’ como en ‘Harry Potter y las Reliquias de la Muerte’, ni Voldemort ni los mortífagos tienen reparos en utilizar las maldiciones imperdonables. En plena batalla de Hogwarts, los malos gritan “Avada Kedavra” y lanzan sus rayos verdes asesinos contra sus enemigos. Mientras tanto, los buenos se contentan con una respuesta tibia que incluye “Expelliarmus”, “Bombarda”, “Petrificus Totalus”, “Desmaius” y otrow hechizos más bien disuasorios. Suena demasiado naíf, pero ocurre así en las novelas y en las películas.

Hogwarts Legacy y el uso de las maldiciones imperdonables

En Hogwarts Legacy, quizá porque las barreras del canon no constriñen ni aprietan con fuerza, los límites morales está más difusos. El juego introduce un arco secundario muy ligado a la casa Slytherin y a las maldiciones imperdonables. Sebastian está desesperado porque quiere salvar a su hermana de una maldición que la ha dejado enferma y maltrecha. A medida que investiga, se va introduciendo en la oscuridad más absoluto, hasta el punto de que termina matando a un familiar ante la presencia de nuestro protagonista.

Dejando de lado esta historia en sí, que en cierto modo justifica argumentalmente que no haya ninguna clase de consecuencia punitiva contra Sebastian, el personaje principal también aprende las maldiciones imperdonables, Cruciatus (tortura), Imperius (control mental) y Avada Kedavra (maldición asesina). Mientras en ‘Harry Potter’ era impensable que unos niños se dedicaran a hacer bailar su varita con estos hechizos —y en realidad también los adultos, a excepción de los mortífagos—, en Hogwarts Legacy se usa dentro del juego para matar, manipular y torturar a magos, duendes y trolls enemigos.

En el mundo mágico utilizar una de las maldiciones imperdonables contra otro individuo conlleva una pena de cadena perpetua en Azkabán, la prisión de los magos, a menos, claro está, que se demuestre que el acusado estaba actuando bajo los efectos de la maldición Imperius. En el título de Avalanche apenas se da una reflexión moral sobre el uso de este tipo de hechizos, sobre todo porque ni hay consecuencias ni se plasma la dimensión psicológica del asunto. Se filtró que un principio se implementó algún tipo de sistema moral en el juego, pero al final se eliminó. Tal vez hubiera sido una buena forma de canalizar esta contradicción.

Hogwarts Legacy está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S, Nintendo Switch y PC y se actualizará gratis en verano. El juego se ha convertido en un gran éxito, hasta el punto de que es el título más vendido de todo el año 2023. Se da por hecho que habrá secuela, aunque Warner Bros. Games se centra ahora en su videojuego de Quidditch, el deporte de magos.