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Como en aquella ocasión, el pequeño e insistente Marvin, tiene la intención de venir a la Tierra y provocar estragos a cualquier tipo de ser que no tenga nada que ver con su raza, por infortunio, uno de sus alférez sufre un accidente y queda desamparado en medio de nuestro planeta. Por eso, y después de unos incidentes con Lucas y Porky cree que ha llegado el momento de la venganza. ¡Marvin está muy cabreado!
Como no, el conejo de la Warner sabe perfectamente como pararle los pies a tan pesado marciano, y decide emprender un viaje de salvación que nos llevará a todos los rincones del planeta por los que se mueven las fieras de Looney Tunes en busca de su ayuda.

Con esta excusa, la productora francesa consigue colarnos múltiples escenarios en las localizaciones lo más variopintas posibles.
Al llegar a un desierto, plagado de menires, bolas de paja que giran por el suelo y custodiado por enormes precipicios, será claro indicio de que cerca anda Load Runner (el correcaminos). Lo mismo que si nos dirigimos a un sinuoso bosque entraremos en el territorio de Elmer Fudd y su rifle.
Lógicamente, toda esta gente esta caracterizada, a parte por un aspecto de lo más personal, por funciones y acciones típicas que ya llevan paseando por la televisión la tira de años. Usando como muestra a Elmer, podrá acercarse a cazadores sin levantar sospechas, además de poder trabuquear a cualquier animal que os parezca sospechoso.
Si creéis que tan solo vamos a reconocer un par de personajillos, andáis muy equivocados. Es posible que nos topemos con 50 tipejos la mar de famosos, y casi 20 de ellos serán jugables (Duffy, Sylvestre o el Coyote, entre muchos otros), siempre partiendo con la base de Bugs, ya que desde él podremos acceder a todos los demás.

La Venganza Marciana se nos presenta como un atípico juego de Rol, donde como principal diferencia vemos la posibilidad de saltar desde una perspectiva a ojo de pájaro (igual que en Zelda: links awakening), y limitados siempre por la manera de hacer de cada uno de los protagonistas.
El objetivo de toda esta molestia en la ambientación, en no proporcionar problemas a la hora de arremeter contra todo tipo de rivales (estamos exentos de pesados combates en turnos) es que Infogrames quiere conseguir en el jugador un afán de recolección que ya quisiera para sí cualquiera de las versiones de Pokémon.

  g  r  á  f  i  c  o  s
 
Tras un primer vistazo se nota el intento de entrarnos por los ojos como sea. De eso se encarga una animación estupenda de todos los personajes y un colorido muy cantón que alegra en grado máximo todos los escenarios. Además, estos están compuestos por infinidad de elementos y variaciones que lo hacen aun más agradable.

Durante tu recorrido por el amplio mapeado escucharás todo tipo de melodías que intentan adaptarse al escenario en concreto, eso sí, siempre manteniendo una tónica simpatizante que haga mucho más llevadera tu progresión.
El MIDI, además, tiene una calidad de lo más convincente y que encaja como nada en todo ese mundo de diversión. Lástima que escuchemos continuamente una canción que termina por repetirse y volverse pesada, sobretodo en los momentos más tensos y desesperantes mientras ese chirriante sonido empieza a hastiarnos de mala manera.

Tiene un nivel muy similar al de la música. Tal y como sucede en un gran número de productos para GB Color, no pasa del típico golpe, sonido que intenta imitar el salto y disparos por doquier. Pese a tener una calidad más que aceptable se echan en falta algo más de viveza en su reproducción y como no, voces o gritos que amenicen el ambiente.
Hay que tener en cuenta que el resultado final es totalmente satisfactorio, solo que no aporta absolutamente nada y se queda en el sencillo objetivo de cumplir sin complicaciones. Si eso es lo que quería Infogrames, lo han cumplido con creces.

La Venganza Marciana viene con la intención de someternos a duros puzzles y dejarnos colgados por su argumento desde que le pongamos las manos encima. Ver el ritmo en que se desarrollo y sobre todo el nivel de dificultad tan nivelado que tiene podrá con tu resistencia a ser camelado.
Aunque en realidad la durabilidad de una partida queda marcada por lo fatigoso que resulta dar con los 50 personajes que hay esparcidos en toda la cruzada, os aseguramos que no será pan comido.