Hora de Aventuras: ¡Explora la Mazmorra Porque Yo Paso!

El éxito de Hora de Aventuras es indiscutible, y ya tardaba en llegar a las tiendas el videojuego. Way Forward, el estudio encargado de Mighty Switch Force o la remasterización de DuckTales, dan vida digital ahora a Jake, Finn, Marceline y el resto del elenco protagonista en una Chuchelandia interactiva que guarda un secreto en su subsuelo, una nueva mazmorra con un gran secreto en su interior que en seguida llama la atención de la Princesa Chicle y su Ejército de Soldados Banana. Con el género de Diablo o el reciente y brillante Path of Exile, el llamado dungeon crawler, los personajes se las tendrán que ver con un montón de monstruitos y criaturas inesperadas, muy en la línea de los dibujos animados y con algunas situaciones de lo más disparatadas en este viaje a través de las 100 plantas de la cueva, un viaje que acaba por hacerse pesado hasta para el menos exigente.

Bandai Namco distribuye en nuestro país esta producción de bajo presupuesto que no se ha preocupado lo más mínimo en tallar un esquema de combate y jugabilidad divertidos. De hecho tampoco es un videojuego doblado a otros idiomas distintos del inglés, lo que lo aleja de consumidores españoles, por ejemplo, que no tengan edad para andar leyendo subtítulos a toda velocidad o simplemente que prefieran oír a los entrañables personajes con las voces que tienen en la televisión de aquí. Y no costaba tanto. Explora la Mazmorra Porque Yo Paso era una brillante oportunidad para llevar un género poco habitual en títulos infantiles hasta otro tipo de públicos, pero se ve que sus creadores no han contado con el tiempo, las ganas o los presupuestos necesarios para dar forma a un producto recomendable. Y hay campos que no costaba tanto perfeccionar.

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El primero de esos terrenos es la apariencia gráfica, muy simplona y sin ambición, conformista y que se queda con lo suficiente para expresar que estamos hablando de la serie. Las animaciones de los personajes, sin ser nada del otro mundo, se comportan, son coherentes y distintas para cada personaje. Pero no se puede decir lo mismo de otros aspectos como el diseño de los niveles, plano y repetitivo de elementos hasta la saciedad, o los efectos de explosiones y tortazos, mediocres. Igual el agua, el fuego o los rayos, muy pobres. El colorido y cómo se mueven los personajes, fieles a la serie, es lo mejor de los Gráficos de este videojuego, de estilo cel-shading para lograr por completo captar la esencia estética de la que parte. Hablamos de consolas HD sobre las que se mueve y no se esfuerza lo más mínimo por sacarles algo de partido, cosa que sí hacen muchos descargables.

Otro problema grave viene en su gameplay, repetido desde los primeros minutos hasta el final, con solo dos ataques para cada personaje y un comando para protegerlos. Cada héroe tiene su gama de movimientos pero no son los suficientes como sí es habitual en el género y lo que lo hace adictivo. Los escenarios, además, juegan en función de esto con unas arquitecturas siempre similares, muy planas, sin niveles de altura o cambios de una planta a otra y que repiten elementos como lámparas, texturas de paredes o esquinas sin parar, constantemente. Esto obstaculiza la sensación de avance, solo notoria de una planta a otra. Así, también en lo que vemos en pantalla parece todo el tiempo lo mismo. Agota. Para romper esta monotonía hay algunos trucos, como el sistema de progresión de personaje, clave también del género dungeon crawler.

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Cuatro campos como la fuerza -llamada Brutismo- la vida o la suerte -concentración- nos permiten hace cada vez mejor a nuestro avatar en el juego. Además, estos avatares tienen raza y se distinguien perfectamente uno de otro en atributos y sistema de combate. Desde luego, el cooperativo a cuatro es un acierto, solo posible en una misma consola con otros tres mandos pero que no necesita online de ninguna manera. La gran cantidad de objetos a recoger, algunos realmente graciosos y sacados de capítulos concretos de la serie de televisión, harán que quienes sean pacientes y aguanten durante horas su propuesta lo quieran recorrer de principio a fin más de una primera vez. Y mejor en compañía, lo que ajusta el nivel para que el reto sea adecuado, muy flojo para jugadores experimentados pero óptimo para niños.

Ya por último está el sonido. En Chuchelandia esta vez suenan voces en el inglés original y efectos que no terminan de encajar en todas las situaciones. Tampoco oiremos demasiadas referencias musicales a los dibujos animados ya que las melodías que acompañan la acción se han compuesto desde cero para el videojuego en su mayoría. Está traducido, pero los subtítulos no cuadran de ninguna manera en una producción con un target de edad media tan baja. Esto es un síntoma de que sus creadores ya sabían que no tienen entre manos un videojuego que vaya a ser récord de ventas esta Navidad. De hecho no es lo más recomendable para los pequeños de la casa en la oferta de este año.

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