La sombra de Halo es alargada...

A este juego no le hace falta presentación. Etiquetado desde su concepción como el sucesor de Halo, la evolución de Brute Force ha sido observada con lupa por todos los fans de los juegos de acción de Xbox. Ahora, con el título en nuestras manos, estamos en condiciones de emitir el esperado veredicto: ¿ha cumplido las expectativas?

Xbox parece destinada a hacerse grande a base de juegos de disparos que tradicionalmente parecían destinados únicamente al mercado de los compatibles. Si en su misma cuna acogió con los brazos abiertos cual biberón gigante a Halo, la consola de Microsoft recibe ahora este Brute Force, un título que se diferencia de la creación de los de Bungie en algo más que en la diferente perspectiva empleada, tercera persona en vez de primera . Desarrollado por la misma compañía de Seattle, este juego, cuyo proyecto se anunció desde los primeros días de la 128 bits más potente del mercado, ha levantado muchas expectativas. No es para menos.

En el pasado X02 de Nueva York Meristation ya tuvo la oportunidad de echar unas partidas a este Brute Force, eso sí, en una versión que distaba mucho de la versión completa que hoy ya atiborra las estanterías de las principales tiendas de toda España. En cualquier caso, en esa beta ya se podían advertir claramente algunas de las señas de identidad que caracterizan a la creación de Digital Anvil: escenarios abiertos, un claro énfasis por la acción y, por encima de todo, la posibilidad de jugar 4 personas simultáneamente. Eso sí, a pesar del prometedor aspecto de la producción de Microsoft, uno siempre tenía en mente a Halo, un título que, por aquel entonces, era de las escasas referencias jugables con las que un xboxer podía contrarestar los GTA, Final Fantasy y cia. que atiborraban el catálogo de la máquina referencia del sector, Playstation 2.

La mayoría de las texturas son meritorias, y la presencia de Bump Mapping en algunas de ellas hace que, a nivel visual, el juego gane bastantes enteros. A destacar también la casi nula aparición de objetos gráficos de golpe - efecto también conocido como Popping - lo que posibilita que el francotireo esté a la orden del día. Por desgracia, los enemigos también se aplican el cuento...

Los puntos flacos, o menos virtuosos, a nivel gráfico de Brute Force antañen al modelado de los personajes, cumplidor sin más, y algunas animaciones, las cuales parecen haberse querido realizar por la vía rápida. Los saltos de los personajes son un claro ejemplo de ésto. Pero también hay que aplaudir cosas como los movimientos en plan comando que realizarán los integrantes de nuestro grupo de élite cuando no les estemos controlando: cogerán su arma y empezarán a otear el horizonte en busca de un enemigo a abatir, en posición alerta.

La orografía de los escenarios es otro de las cosas que podrían haberse mejorado. Mientras que en determinados lugares es evidente que los personajes podrán acceder sin mayores dificultades, en otros tan sólo el sistema de prueba y error nos permitirá el salir de dudas de si realmente podemos escalar o no una determinada pared o cuesta particularmente inclinada. Otra de las carencias de las fases es la poca variedad de los diseños que las inspiran, carencia que se antoja mayor al ser tan escaso el nivel de detalle.

Hay dos tipos de escenas cinemáticas: las más, realizadas con el mismo motor del juego, y las menos, ejecutadas mediante secuencias generadas por ordenador. Mientras que las primeras están limitadas por el engine de Brute Force, en las segundas sí que se nota que han estado trabajadas concienzudamente. Como detalle destacable, la representación del espacio exterior y de algunas naves. Como aspectos recriminables, la implementación de las expresiones faciales de determinados personajes y las escenas en las que el grupo Brute Force se reunen en torno al holograma que les asigna las misiones. El look hace evocar inequívocamente a las escenas cutre-fashion de series como los Power Rangers, lo que no deja de tener su gracia.

Hay que mencionar que la gran mayoría de lenemigos a los que nos enfrentaremos son monstruos fantásticos, totalmente imaginarios y que presentarán técnicas de combate imaginarias, del estilo bolas de fuego o teletransporte. Aunque no queremos entrar en consideraciones de lo acertado o no de esta licencia por parte de los programadores de Digital Anvil, lo cierto es que choca un poco controlar a soldados

Las fases presentan un tamaño muy destacable, y más teniendo en cuenta que cada uno de los cuatro personajes puede ir por dónde le apetezca, sin tener que seguir a los otros, lo que supone - una vez más - un uso exhaustivo de la memoria de la máquina de Microsoft. Está claro que los de Digital Anvil conocen a fondo el hardware de la máquina para la que están trabajando...

En otro orden de cosas quizá hay frases que son muy repetidas, sobre todo por los enemigos que todo el rato dicen cosas como "parecen prácticas de tiro", pero la verdad es que el hecho de que cada tipo de enemigo tenga su propio repertorio y que, sobre todo, estén en castellano, consiguen que este apartado tenga un acabado casi irreprochable.

Pero no sólo las voces de los personajes son destacables en Brute Force. Efectos como el trinar de los pájaros están perfectamente realizados. Y, sobre todo, destacan los fx que representarán los disparos, así como los diferentes tipos de "texturas sonoras" que entrarán en juego cuando los personajes caminen por los distintos terrenos de los que se componen los escenarios de este Brute Force. Detalles como que al activar modo francotirador será posible escuchar la respiración del personaje son una muestra más de la gran atención con la que ha sido cuidado este apartado.

La historia es prácticamente inexistente, y su nivel argumental va decayendo a medida que superamos las misiones. Empezamos controlando a Hawk, un soldado de élite que ha sido clonado por el ejército tras morir estando de servicio. En los primeros niveles Tex se dedicará a ir recogiendo al resto de los integrantes del equipo Brute Force y, en las siguientes misiones, a acabar con los integrantes de una especie de secta religiosa cuyo objetivo último es acabar con los pecadores del universo. O sea, liquidar a todo bicho viviente.

Uno de los puntos fuertes de la jugabilidad de Brute Force es que, aunque hayáis empezado una partida jugando vosotros solos, en cualquier momento se os podrán unir tres personas más sin necesidad de que abandonéis el nivel ni lleguéis a un punto de control. Con tan sólo pulsar el botón start de sus mandos empezarán a repartir tiros a diestro y siniestro a vuestra vera, lo que añade un agradecido componente de dinamismo al asunto.

Si jugáis en modo Un Jugador, al morir el personaje que estéis controlando pasaréis a manejar aotro de los que queden con vida. Y cuando no queden más, pues tendréis que volver a empezar desde el último punto de control, constituyendo ésto otro de los puntos en común con Halo (y van...). En cambio, si jugáis en multijugador y os liquidan, mientras uno de vuestros compañeros esté en pie podréis reaparecer instantaneamente.

Es un acierto que se posibilite el uso de las armas de los enemigos y que se permita el controlar las torretas de vigilancia (¿alguien dijo Halo?), pero se echa en falta que se puedan pilotar algunos vehículos, como por ejemplo los jeeps que se encuentran en la base del traficante de armas, o incluso que los personajes tengan cápsulas al más puro estilo Bola de Dragón con coches o motos en miniatura que podamos transportar a donde queramos. Quizá en una hipotética - y casi utópica - segunda parte...

La distribución de los niveles también parece inspirada en Halo, con una ordenación estilo capítulos de series de televisión. Estas fases están divididas a su vez en puntos de control, de forma que cada vez que activéis uno y os liquiden no tengáis que volver a empezar desde el principio del nivel en el que os encontréis.  También de cara a facilitar las cosas a los jugadores, se ha implementado un radar mediante el cuál siempre - o casi siempre - sabréis la dirección a la que tendréis que dirigir vuestros pasos y la ubicación exacta de los enemigos más cercanos.

¿Carisma? Bueno, eso ya es cuestión de la apreciación de cada uno, pero lo cierto es que los que piensen que el Gran Jefe Maestro no tiene ningún encanto mejor que no nos cuenten lo que les parece el aspecto físico de los cuatro protagonistas de Brute Force. El aspecto, sí, porque la personalidad de cada uno de ellos que se desprende de los diálogos parece sacada de una película. Tex, entre el machismo y la caballerosidad, Brutus, en plan no me entero de nada pero mejor no me levantes la voz, Hawk, coladita por Tex pero criticándole a la mínima y Flint, un ser absolutamente independiente a nivel emocional.

Otro de los puntos de diferenciación de los personajes es el armamento. Habrá armas que tan sólo puedan usar determinados componentes del equipo Brute Force. De la misma forma, determinados aparatos o puertas únicamente podrán utilizarse o abrirse, respectivamente, por uno u otro personaje. Es por ello que será importante conservar a todos los integrantes del grupo con vida, aunque no fundamental. Vamos, que nada que ver con lo visto en Commandos de Pyro Studios. En la gran mayoría de los niveles, aunque un miembro del grupo pierda la vida, será posible concluir la fase en la que os encontréis.

La única posibilidad de atacar cuerpo a cuerpo se traduce en una espada que tan sólo Hawk podrá utilizar. Así pues, se puede decir que el combate físico se ha dejado de lado, quizá debido a que los protagonistas podrán recoger casi todas las armas que los enemigos dejen caer una vez abatidos. Las excepciones correrán a cargo de las féminas, las cuales se verán incapaces de controlar el armamento de más peso.

Por fortuna, lo que sí que se ha posibilitado es la obtención de contenido extra. Eso sí, a fecha de 22/06/03 no hay nada que se pueda descargar para potenciar Brute Force. En el futuro, sin embargo, se espera que a través de este servicio online los poseedores de este título puedan acceder a material extra.

l  o    p  e  o  r