Commander: Europe at War

La guerra desde tu sillón

Commander: Europe at War hace todos los esfuerzos para traer la Segunda Guerra Mundial a tu escritorio. En la piel de un comandante y turno a turno, podremos revivir desde ambos bandos cada uno de los capítulos que llevaron a la destrucción del viejo continente.

No es fácil hoy en día encontrar un producto tan directo y tan definido como lo es Commander Europe at War. Ya desde el primer momento en el que se ejecuta es como si fuera una declaración de intenciones: calidad alta o calidad baja. Y punto. Nada de deslizadores para ajustar el sombreado de los polígonos, la profundidad de las texturas o el filtrado anisotrópico. O se posee un ordenador moderno o uno viejo, no hay más que hablar. Y empieza la acción.

Commander: Europe at War (PC)

Mientras los lanzamientos de juegos de estrategia en tiempo real se suceden día a día, los de este tipo no son para nada tan frecuentes. El título que publica Friendware y desarrollado conjuntamente por Slitherine y Firepower, consigue exactamente lo que propone: entretener a los jugadores amantes de la estrategia basada en turnos, tanto aquellos que se acercan hoy por primera vez al género como los que llevan mucho tiempo jugando. Y eso no es nada fácil.

Es posible que a los jugadores más veteranos, Commander les traiga reminiscencias del añorado - por lo menos para este redactor que suscribe - Panzer General, en cuanto a que en líneas generales no solamente la temática sino también el enfoque del juego viene a ser el mismo. Ambos ofrecen un moderado realismo, la preferencia de la diversión frente al excesivo micromanejo y alguna de las experiencias frente al ordenador más gratificantes sin necesidad de depender necesariamente de tus reflejos sino únicamente de tu cerebro… y de la suerte.

Europe at War nos trae la posibilidad de controlar a los Aliados o al Eje durante los acontecimientos que van desde el 1 de Septiembre de 1939 (momento en el que Alemania invade Polonia en su famoso blitzkrieg) hasta 1945 y más allá. Como comandantes supremos de una de las dos facciones enfrentadas, nuestro objetivo será la conquista militar de nuestro rival en todos los frentes, seleccionando cuidadosamente el dónde atacar o defender, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.

Commander: Europe at War (PC)

En un mapa formado por casi 11000 hexágonos, deberemos disponer nuestras tropas y hacerlas avanzar por tierra, mar y aire; deberemos controlar la cantidad de mano de obra disponible, la cantidad de suministros en nuestro poder, aprovechar las infraestructuras ferroviarias y navales existentes, extender corredores seguros para el reabastecimiento de las tropas, asignar generales a las divisiones, establecer zonas de control para conseguir recursos y mucho más.

Todo ello a través de una interfaz sencilla e intuitiva que ayuda al jugador en lugar de entorpecer su labor y ya sea en un escenario completo o a través de una campaña entera. Puede que resulte demasiado trabajo para un jugador novato, pero poco a poco se le va cogiendo el truco a Commander y, si se le da su oportunidad, nos permitirá convertirnos en unos estrategas a tener en cuenta por todos. Tranquilidad, serenidad, ojos clavados en el mapa. Empieza la guerra.

Las cosas claras
Una de los mayores aciertos del título de Slitherine consiste en la distribución de su panel de control, que ocupa toda la parte inferior de la pantalla. Ahí están todos los datos disponibles que necesitamos como comandante, desde la capacidad de transporte por ferrocarril y los puntos que no hayamos usado hasta la reserva de combustible o el porcentaje de esfuerzo bélico. El minimapa, situado en el centro, contiene varias pestañas que proporciona acceso rápido a las unidades, ciudades e incluso una visión global del mapa político.

Commander: Europe at War (PC)

En la parte derecha encontramos numerosos botones con los accesos rápidos  a la investigación, mejora de unidades, reserva y cola de producción, estadísticas generales o opciones políticas (declarar la guerra, por ejemplo). Si dejamos el ratón sobre una de las unidades, obtenemos toda la información de esa unidad incluyendo la experiencia acumulada de la misma tras las batallas o la imagen del comandante. Dado que no hay prisa por acabar los turnos - en las partidas contra la CPU - es bueno recorrer las unidades para maximizar su eficiencia.

En guerra
Europe at War nos otorga la nada desdeñable responsabilidad de o bien conquistar el mundo entero o de salvarlo de sus conquistadores. Empezando en 1939, el jugador deberá escoger uno de los dos bandos - Eje o Aliados - antes de empezar las hostilidades. Al margen de las dos facciones, existen países neutrales a los que se les puede declarar la guerra y otros que son partidarios de las fuerzas Nazi y otros que le son contrarios.

Al principio de la partida, solamente Gran Bretaña y Francia están disponibles para luchar contra Alemania, ya que el juego intenta mantener cierto tipo de precisión histórica en este aspecto. Más adelante contaremos con las tropas soviéticas o americanas, pero esto no sucederá hasta que se desarrollen los eventos naturales que llevaron a estas naciones a entrar en guerra. Por supuesto, incluso en este escenario, podemos contar con intentar alterar el curso de los acontecimientos (se puede invadir España, por decir algo), aunque su utilidad queda en entredicho.

Commander: Europe at War (PC)

Donde Commander es especialmente exhaustivo es en el tema militar; dado que es un juego de guerra, no solamente se ha puesto énfasis en el detalle y funcionamiento de las tropas - que sería lo obvio - de ataque y defensa, sino también se ha mantenido un gran respeto por la orografía del terreno. Cada punto del mapa presenta particularidades del tipo mar, claro, bosque, duna, río, montaña, zona despejada, ciudad, capital, etc. de modo que hay un sinfín de modificadores para tanto atacantes como defensores.

Los tipos de unidades son los esperados: infantería, blindados, navales, submarinos y aéreos. Cada una de las unidades tiene distintos valores, pero todas pueden atacar, moverse, moverse y atacar, repararse, mejorar gracias al descubrimiento de nuevas tecnologías (más sobre esto un poco más adelante), embarcar en un transporte o desembarcar de él si estuviera disponible y usar el ferrocarril. Y por supuesto no hacer nada, claro, cosa que también es útil en determinados casos.

En Commander deberemos cuidar particularmente de los distintos atributos de los que constan cada tipo de unidad, pero especialmente de su relación efectividad - coste. Por ejemplo, una guarnición no es tan poderosa como la infantería regular, pero es capaz de defender con la misma efectividad una trinchera y en cambio tiene un menor coste de mano de obra. Conocer a fondo todos los entresijos del juego es lo que diferencia a un jugador medio de otro experto: Commander es un título fácil de jugar pero difícil de dominar.

Commander: Europe at War (PC)

El combate en Commander siempre consta de dos fases, contrariamente a lo visto en otros juegos. Al principio se produce una fase de choque, capaz de desestabilizar al adversario y multiplicar su efectividad en la fase de fuego posterior, en la que el defensor dispara primero y el atacante después. Ahí entran en juego los valores propios de cada unidad que dispara debidamente modificados tanto por el terreno como por factores 'externos', concepto que Europe at War engloba en la palabra Eficacia.

La Eficacia sirve básicamente para determinar el resultado de un combate, pero no es tanto lo que es sino el cómo se calcula lo que nos sirve para conocer el grado de complejidad del programa de Slitherine. Uno de los conceptos básicos sobre los que se apoya está en la gestión de suministros: para que una unidad conserve un alto nivel de rendimiento debe tener línea directa con una fuente de comida, munición, etc. Si esa conexión no existe, la unidad desaparece. Las fuentes de suministros pueden ser ciudades o capitales, pero incluso fortalezas, puertos y hasta unidades navales cercanas de superficie.

Gestión de guerra
Lo cierto es que el realismo del juego - y también su dificultad - aumenta bastante cuando al inicio activamos la opción (siempre desactivada por defecto) de gestión del combustible. Mientras que en condiciones normales los desplazamientos por nuestros hexágonos son 'gratis', si activamos el gasto de petróleo contaremos con una cantidad limitada que disminuirá cada vez que movamos un tanque, un avión o un barco. Esa cantidad puede aumentar controlando ciertas zonas como Irán o el Cáucaso, con lo que se añade un componente estratégico más a tener en cuenta.

Commander: Europe at War (PC)

Cada gran país es capaz de reclutar sus unidades y sus propios comandantes (que deberán asignarse a una división en concreto, sin posibilidad de agrupar varias bajo un líder único), para lo cual debe gastar tanto mano de obra como puntos de producción. La mano de obra representa la cantidad de gente existente para hacer la 'mili' y los puntos de producción la industria disponible para hacer funcionar la maquinaria de guerra. Cada unidad puede tardar varios turnos en estar disponible en la cola de producción dispuesta a tal efecto.

Cuando los países están plenamente en guerra, dedican una gran parte de su economía para este efecto; su esfuerzo bélico, así llamado, es mayor. Cuanto mayor es dicho esfuerzo, se puede pedir a dicho país que construya laboratorios de investigación que nos permitirán mejorar distintos aspectos que pueden ir desde la efectividad de nuestras unidades a la capacidad para generar mayor cantidad de dinero. El desarrollo de estos árboles tecnológicos es vital para el desarrollo de la campaña.

A partir de que consigamos un descubrimiento, pongamos 'defensas fijas' (aumenta los valores de defensa fija), las unidades de nuevo reclutamiento aparecerán ya con su correspondiente mejora mientras que las ya existentes deberán ser mejoradas individualmente, lo cual reduce por cierto su Eficacia temporalmente. Otras mejoras afectan especialmente al campo de visión de nuestras unidades en el terreno, lo que es especialmente útil cuando jugamos con 'Niebla de Guerra'.

Commander: Europe at War (PC)

Más que detalles
Hay momentos en los que verdaderamente Firepower demuestra haber hecho bien los deberes. Algunos de esos momentos se producen mediante eventos históricamente establecidos, como la rendición de Francia y su división en dos partes, y otros tienen que ver con incluso las inclemencias del tiempo. Por ejemplo, las tropas reciben múltiples penalizaciones durante el frío invierno soviético, especialmente las alemanas. La primera vez que esto ocurre, simplemente nos deja atónitos.

De cosas así Commander Europe at War está lleno. Hay que escoltar los convoyes para evitar que sean destruidos por los alemanes, hay que controlar el nivel de déficit del país, vigilar la presencia de partisanos en zonas rurales, usar el ferrocarril para evitar gasto innecesario de combustible y para desplazar unidades dónde allí más se necesiten, tener en cuenta la presencia de submarinos - siempre invisibles - en los mares del norte, controlar el Canal de Suez… y mil historias más.

Obviamente el aspecto técnico no es lo más destacable que existe entre sus virtudes, ya que gráficamente no solamente se trata de un producto poco exigente (está enteramente en un entorno 2D, aunque eso le da mayor rango de posibilidades de ejecutarse en equipos antiguos) sino que también agradecería un poco más de detalle en los diseños. El artwork está bastante bien conseguido, eso sí, y las sintonías son muy competentes aunque algo repetitivas.

Commander: Europe at War (PC)

Dos jugadores pueden enfrentarse simultáneamente en el mismo ordenador, a través de internet y también pueden jugar por correo electrónico. En el caso de modificar alguno de los scripts del juego, hay que saber que ambos ordenadores deben disponer de la misma versión o simplemente la partida se hará imposible. El manual tiene 43 páginas en blanco y negro y la presentación es en caja tipo DVD. Ocupa alrededor de 300 mb en el disco duro y como detalle excepcional es que requiere un Pentium 4 a 1,4 Ghz para funcionar.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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