Pinball de animal

Hace ya más de medio año se anunció un desapercibido juego de pinball para Nintendo DS. Flipper Critters se planteaba como otro de esos juegos que sin ser obras maestras, gustarían y mucho tanto a los amantes de su género como a cualquier jugador que quiera echar un buen rato, independientemente de su estética de corte más bien infantil. Las cosas, una vez más en esto de los videojuegos, no han conseguido ser así y Flipper Critters, sin ser un mal juego, ha raspado el 'bueno'.

Un poco de pinball en DS no es mala idea nunca, y más teniendo en cuenta los pocos títulos que hay de este género en la doble pantalla y las innovaciones que estos animalitos nos proponen en el género. Preparaos para adentraros en una selva en la que tocar, arrastrar, soplar y sobre todo evitar que nuestra bola caiga entre los impulsores serán las claves de la diversión.

Monkey el mono y Tiger el tigre

Así de currados están los nombres de nuestros protagonistas… Pero da igual, no pretende Flipper Critters brillar por eso. Ambos bichitos se ven envueltos en un largo viaje a través de diferentes aldeas, ríos y montañas en un mundo que, aunque usual, resulta fascinante en cada nuevo descubrimiento y localización. Todo está lleno de vida y color, las plantas se mueven, hay agua, mariposas, cascadas. Todo ambientado en un luminoso mundo animal que en su trasfondo esconde curiosas mesas de pinball.

Cada nuevo escenario es un nuevo entorno para nuestras veloces bolas o un vistoso minijuego por el que pasar. Los tableros de pinball pueden ser de dos tipos: redondos, con forma de plaza en la que hay varias zonas en las que hacer cosas; o por estirados, en los que se superponen varios niveles y para acceder de uno a otro debemos realizar ciertas acciones, combos o meternos por sitios determinados. Este último tipo responde más al pinball tradicional pero cabe decir que los escenarios redondos son casi más divertidos por la libertad de acción que nos dejan a la hora de completar los objetivos.

Cada nuevo nivel tiene una pequeña historia y misiones alternativas que pueden ir desde tener que entrar en un castillo habiendo golpeado antes un número de llaves a disparar todos los cohetes de una montaña. Para hacer posibles tanto las misiones alternativas como las principales de la historia, más de una vez nos tocará meter la zarpa en la pantalla táctil o hacer uso del micrófono, todo ello sin dejar de prestar atención a los impulsores para que nunca caiga la bola. Esto da como resultado un juego veloz e intuitivo que a menudo resulta hasta frustrante pero que a su vez se plantea bastante divertido.

Entre área y área, por norma general, nos espera algún que otro minijuego. Pocos en realidad, pero lo suficiente como para no dejar que el título peque de monotonía ya que son lo bastantemente complejos como para terminar siendo de agradecer entre tanto pinball. Batallas aéreas de corte clásico o una alocada carrera por una carretera plagada de agujeros y bombas son dos de los tres disponibles. Estos minijuegos se desbloquearán para poderlos jugar en multijugador al acabarlos en el modo principal. 

Vida, color y… píxeles

El aspecto gráfico es casi la característica fundamental de Flipper Critters. Nos encontramos ante un juego colorista como pocos, con bastantes polígonos en movimiento a la vez y mucha fluidez en las animaciones y físicas de los objetos. Pero hay un problema, el descuido de las texturas y el poco trabajo prestado en suavizar los píxeles. Nintendo DS ya nos ha demostrado en juegos como Nintendogs, Mario Kart o Animal Crossing que se pueden hacer grandes trabajos gráficos sin deteriorar el tema de estos antiestéticos cuadraditos que a veces 'cantan' demasiado. El motor de Flipper Critters es fabuloso y en ocasiones deslumbrante en DS, pero cuando la cámara se acerca a la acción, todo se emborrona, o mejor dicho, se cuadricula…

El sonido, aceptable. Temas tipo Los Sims que no están mal pero que resultan demasiado simplones y repetitivos, y que además recuerdan un poco a aquellos MIDIs de los 16 bits. Los efectos sí son más reseñables. Diversos sonidos para los diferentes elementos de los escenarios, los saltos de la bola, los diálogos, el sonido ambiente del agua o el viento, etc. 

Lo que sí es de verdad admirable es, como siempre en DS, que se haga uso de todas las prestaciones técnicas de la máquina. Doble pantalla utilísima (como es normal para pinballs), sistema táctil en todo momento mezclado con botones para los impulsores, y micrófono. De nuevo agradable de jugar y divertido, aunque bien es verdad que algo simplón en los momentos de usar la pantalla táctil, pues sólo deberemos tocar o arrastrar levemente (cosas que se pueden hacer con un dedo), nunca dibujar con el Stylus.

Animalitos que juegan con bolas

Pues sí, por si todavía no lo habíais adivinado esto va de pinball y minijuegos. Hablemos ya en profundidad de la parte jugable de Flipper Critters. Empezaremos en la aldea de Aldenor, un acogedor pueblecito con una fuente en medio a donde no debe ir a parar nunca nuestra bola. La tarea principal será desbloquear a bolazos el camino obstruido hacia Ylwitch, un pueblo de monte. Pero también podremos ayudar a algunos aldeanos, activar unos puentes sólo con tocarlos, recoger manzanas, etc. Y así nivel a nivel, misiones parecidas pero que a veces introducen pequeñas innovaciones como tocar diferentes puntos de la pantalla en orden y en un tiempo limitado, cazar ranas, o levantar una hoja para que lance a nuestra bola. En su contra decir que es una experiencia que no dura más de 10 horas. Es corto, aunque difícil hasta frustrar.

Utilizar el tacto a la vez que los gatillos L y R para mover los impulsadores es la experiencia nueva que propone este juego. También se pueden mover con los botones y cruceta pero lo más intuitivo es hacerlo con L y R. Aunque este uso táctil a la vez ue digital se ha visto con algunas deficiencias, por ejemplo, existe un pequeño truco cuando nos encontremos en situaciones agobiantes en las que haya que hacer algo mientras se mantiene con vida a la bola. Podemos dejar pulsado un gatillo reteniendo en esa 'V' la bola mientras hacemos lo que sea con nuestra mano o Stylus. Así se frena mucho el juego y resulta más fácil.

Otro aspecto muy a tener en cuenta en este tipo de juegos es el de las físicas. Flipper Critters es un juego veloz, suave y quizá demasiado ligero. La bola parece de cartón piedra y a veces alcanza velocidades endemoniadas haciéndonos incluso perderla de vista. Las rampas, balancines, puertas, etc. responden bien a los golpes y traspasos de la bola, así como los impulsores, que tienen bastante precisión y es un acierto el manejo con los gatillos.

Todo esto es fundamentalmente el modo Historia, aderezado con los tres minijuegos, claro. De dificultad acertada, los retos están entre pueblos, son bastante largos y tirarán de las vidas reales con las que lleguemos a ellos, y todo esto sin poder guardar hasta que no alcancemos la siguiente localización. Son juegos completitos, con ítems y desafíos diferentes que lucen bastante bien y dan mucha diversión al título en general. Además, estos juegos pueden ser desbloqueados para jugarlos contra un amigo en red local.

Además del modo principal, Flipper Critters nos deja ya desde el menú principal acceder a un área de entrenamiento, a unas tablas de estadísticas, a las opciones de juego y sonido, y a los títulos de crédito. En el Entrenamiento podremos practicar los minijuegos desbloqueados o hacer puntos en zonas de pinball (pueblos y localizaciones) que hayamos visitado en el modo Historia. Al acceder a ellos desde Entrenamiento podremos enterarnos de cosas que de otra forma nunca sabríamos ya que hay consejos y pistas bastante útiles. 

El sistema de guardado es uno de los aspectos más atípicos de Flipper Critters. Se puede guardar en cualquier momento, siempre en zona de pinball, no en minijuegos. Al cargar la partida la bola empezará el tablero desde el principio pero con el número de vidas que nos quedaran cuando guardamos. Sistema extraño ya que si guardas con una vida, te las verás canutas para  conseguir terminar todas las misiones requeridas en el tablero con tan sólo una bola.