CivCity: Roma, Impresiones

Nuestro objetivo a lo largo de docenas de misiones que se desarrollarán en la Antigua Roma será la construcción de ciudades que intenten rivalizar en cuanto a popularidad y riqueza con la mismísima capital del Imperio. Para ello, CivCity Roma nos permitirá gestionar un sinfín características relativas al desarrollo de la ciudad, desde la planificación urbanística y los aspectos económicos y políticos, hasta la configuración militar, para proteger la ciudad de las acometidas de los pueblos invasores. 

Como en los juegos de construcción de ciudades tradicionales, deberemos trazar el recorrido de las calles y tendremos a nuestra disposición un amplio catálogo de edificaciones como granjas, templos, tiendas y viviendas que emplazaremos donde más nos convenga, teniendo en cuenta que su situación sobre el terreno sea la más adecuada para los ciudadanos.

Pero CivCity Roma es mucho más que eso. Tal como se venía anunciando -y hemos podido comprobar en la versión de preview que nos llegó hace escasos días- CivCity absorbe algunos conceptos estratégicos de la conocida serie de estrategia Civilization, distanciándose así de los juegos de construcción de ciudades convencionales.

Una de las características que hereda de la saga de Firaxis es el árbol tecnológico, que nos permitirá potenciar determinados aspectos culturales de la población en base a nuestras necesidades o intereses. Podremos aumentar, por ejemplo, su espíritu religioso, su interés por la especulación filosófica o sus conocimientos sobre matemática.

La realización de estas búsquedas intelectuales se plasmará en una bonificación en determinadas habilidades como, por ejemplo, en un aumento de la capacidad para fabricar determinados productos y, además, nos permitirá mejorar o crear nuevas estructuras. A lo largo del juego podremos desarrollar un total de 70 tecnologías.

El sistema de control de CivCity Roma es sumamente sencillo. Nos desplazamos por el mapa con las teclas A, S, D y W o con el cursor. Con la rueda del ratón hacemos un zoom en el escenario o variamos la orientación de las edificaciones cuando las tenemos seleccionadas. Finalmente, con las teclas Q y S, o dejando pulsado el botón central del ratón y desplazándonos a izquierda o derecha, rotamos el escenario. Todo ello con una fluidez sorprendente a pesar de la ingente cantidad de elementos que se muestran simultáneamente en pantalla.

La interfaz es muy intuitiva y cómoda. A la izquierda de la pantalla encontramos el menú de construcción, organizado por diferentes categorías según el tipo de edificación. A medida que vamos superando misiones o en función de las búsquedas que hayamos efectuado en el árbol tecnológico y de la presencia de determinadas edificaciones, irán apareciendo nuevas estructuras en cada una de las categorías. Por ejemplo, no tendremos la oportunidad de construir una tienda de ropa hasta que no haya por lo menos una granja de animales en la ciudad.

Por lo que hemos podido observar, se ha incidido mucho en esta cuestión. El funcionamiento de las edificaciones más complejas dependerá necesariamente de la presencia de otras más básicas, estableciéndose en algunos casos una cadena de relaciones muy amplia. A este respecto debemos señalar la importancia que tiene situar los edificios que estén relacionados entre sí en una posición cercana entre ellos para agilizar el trabajo de los ciudadanos.

CivCity posee una curva de aprendizaje progresiva. A medida que avancemos en el juego irán desbloqueándose nuevas características, búsquedas tecnológicas y estructuras. Así, poco a poco iremos familiarizándonos con todas las opciones. En cuanto al desarrollo del juego, cada nivel tendrá un objetivo particular. En las primeras misiones de esta beta, por ejemplo, debíamos proveer a los ciudadanos de recursos materiales básicos o alimentos y más adelante debíamos contener el avance de un incendio mientras construíamos granjas para cultivar olivos.

En función de la presencia de determinados recursos, las viviendas aumentarán su nivel de sofisticación, evolucionando desde una primitiva cabaña individual hasta un imponente edificio de varios pisos con esclavos. Por ejemplo, para llegar al segundo nivel de sofisticación basta con que el ciudadano pueda proveerse de agua construyendo un pozo cercano a su vivienda, y para llegar al tercer nivel necesitaremos además de agua, carne. En el último nivel serán necesarios 32 recursos. 

El primer paso que debemos dar en la construcción de nuestra urbe es buscar un lugar sobre el escenario en el que situar el ayuntamiento. Ahí es donde se dirigirán los nuevos ciudadanos para buscar trabajo, que dependerá en cada misión de los objetivos que se nos hayan encomendado. Por ejemplo, en la primera misión se nos pide buscar una determinada cantidad de piedra. Así, lo primero que debemos hacer es construir una cantera y también un almacén donde colocar las piedras que hayamos recogido.

Como es lógico, la planificación urbanística debe propiciar un fácil acceso a la fuente de recursos para que la ejecución de los trabajos sea lo más rápida posible. En este sentido, la adecuada disposición de caminos facilitará enormemente la labor de los trabajadores.


Una de las características más importantes en CivCity Roma es el "medidor de felicidad", representado en la parte superior derecha de la pantalla por un "Smiley". El desempleo, la escasez de viviendas o de determinados recursos primarios son factores que incidirán negativamente en el nivel de felicidad, y eso determinará que los ciudadanos descontentos abandonen nuestra ciudad.

Haciendo clic sobre el icono de felicidad accederemos a un menú desde el cual podremos configurar automáticamente ciertos parámetros que influyen directamente en el nivel de felicidad como, por ejemplo, la cantidad de raciones y el tiempo libre de los trabajadores. Otros parámetros, en cambio, dependerán intrínsecamente de la presencia de determinadas edificaciones. Siempre podremos recurrir a los típicos juegos en el circo romano, luchas de gladiadores en el coliseo u a otras actividades lúdicas para mitigar el descontento de la ciudadanía. Por otro lado, fomentar determinadas actividades culturales en el árbol tecnológico también aumentará en algunos puntos el nivel de felicidad, aunque sólo momentáneamente.

También pudimos comprobar el mimo con el que están siendo diseñados los ciudadanos. Cada personaje es único y presenta un comportamiento muy real. Haciendo clic en un ciudadano podremos indagar en su pensamiento y averiguar cuáles son sus inquietudes. Esto nos dará una idea acerca de los aspectos que debemos mejorar en la ciudad.

Aunque no es algo que resulte demasiado relevante en un título de estrategia de estas características, cabe decir que el apartado técnico de CivCity Roma raya a gran altura. Cuando hacemos un zoom nos damos cuenta del alto nivel de detalle que ofrecen cada uno de los elementos del escenario.

Para finalizar, CivCity Roma cuenta con una interesante herramienta didáctica, completamente traducida al español, con la que podremos conocer más detalles sobre el estilo de vida y las costumbres de los ciudadanos y la función de los edificios y estructuras de las ciudades romanas. Sin duda, la acertada mezcla de conceptos de varios estilos de estrategia y la profundidad en el desarrollo unido a un manejo sencillo e intuitivo hacen de este CivCity Roma un título prometedor.