Más caseros que nunca...

El gran éxito del PC llega ahora a las consolas de sobremesa. Los Sims 2 no han pasado desapercibidos precisamente a los ojos de la crítica y del público a lo largo de su historia en el mundo de los ordenadores, y ahora vuelven para intentar repetir el éxito en las máquinas de 128 bits. El trabajo de conversión parece complicado a priori, pero ha sido grata la sorpresa que nos hemos encontrado.

No sólo se conserva toda la esencia de Los Sims, sino que puede que incluso se haya mejorado, ofreciendo una experiencia más directa si cabe de la que ofrecía la versión PC, ya que en esta ocasión tendremos control directo sobre nuestro Sim. Sin embargo, esto también es su principal defecto o diferencia respecto a la versión original, puesto que no nos permite la posibilidad de controlar a numerosos Sims.

Esta principal diferencia respecto a la versión para PC se solventa de una original forma, que permite que dos jugadores disfruten del juego a la vez, cada uno haciéndose cargo de un sim, a pantalla partida. También puede ser un solo jugador el que se haga cargo de los dos personajes, empleando un mando de control para cada uno. En cierto modo, se limitan las opciones de juegos pero se amplían las posibilidades.

Es decir, al principio de este modo, deberemos llevar nuestra vida con lo mínimo, pero a medida que cumplimos nuestros objetivos se irán desbloqueando opciones y lugares a visitar, de modo que nuestras opciones de juego también se van viendo ampliadas, pudiendo ampliar nuestra casa y visitar nuevas zonas donde podremos hacer nuevas amistades y descubrir nuevos secretos.

Podremos crear incluso una familia entera, con tantos miembros como queramos, aunque claro está, cuantos más miembros más difícil nos será ocuparnos de todos ellos, con los inevitables riesgos de muerte de nuestros personajes. Los dos modos por lo general son bastante similares, y sólo dependerá de que el jugador prefiera una ligera historia e ir desbloqueando extras o directamente tomar control de una vida con todo disponible de inicio.

En esta versión doméstica se ha conservado este completísimo editor que incluye también otros detalles como la ropa. Es un editor que ha cambiado sustancialmente con respecto al que ya conocemos de la versión para PC, pero que a pesar de ello resulta, si cabe, todavía más intuitivo y cómodo para el jugador, estando perfectamente adecuado a los mandos de control de las tres máquinas.

Una vez creado nuestro Sim, podremos construirle una casa (hablo del modo libre), con un menú que también ha cambiado sustancialmente pero que también se ha mejorado para el disfrute en esta versión doméstica. A pesar de los cambios, las opciones son básicamente las mismas, por lo que las posibilidades de juego no varían, simplemente se ven adecuadas con la conversión.

Y una vez con una vida formada, llega el momento de disfrutar de ella. Aquí es donde este juego se desmarca de todos los demás, y nos ofrece posibilidades infinitas de juego, pudiendo moldear a nuestro sim a nuestro antojo, controlando sus relaciones sociales, sus horas de sueño, dónde queremos que trabaje o incluso cumpliéndole o no sus caprichos para que sea un sim feliz o infeliz.

La libertad en este aspecto es tal que hasta dos mujeres pueden enamorarse y casarse, aunque el principal defecto del juego en este aspecto es la facilidad con la que eso puede llegar a ocurrir tras apenas unos pocos minutos de juego en los que tan sólo intentábamos hacer una amiga. Este es el principal problema de Los Sims 2, el sistema de relaciones está muy simplificado, resulta muy fácil hacer amistades y enamorar a cualquiera nada más conocerlo.

El apartado sonoro destaca por la música, que se puede poner la radio en cualquier momento y disfrutar de melodías bastante buenas. Los efectos sonoros y las voces de los personajes son los clásicos que se esperan en la saga, y siguen cumpliendo con soltura su papel, gracias a unas conversaciones realmente simpáticas entre sims, con sus ruidos incoherentes.

La jugabilidad ha sido recreada a la perfección para las consolas de sobremesa, consiguiendo representar con una fidelidad total la magia de Los Sims en un mando de control, simplificando el sistema y, tal vez, incluso mejorándolo, pues habrá quien lo encuentre más cómodo que el de PC. Además, tiene una duración eterna, y hay muchas zonas que desbloquear y secretos que descubrir.