La analítica avanzada y el 'big data' integran la última revolución tecnológica en el terreno deportivo. Materiales inteligentes, internet de las cosas, inteligencia artificial o 'machine learning' ya están al servicio del rendimiento y la salud de los atletas
Rafael Niubó es secretario general de Eurofitness, institución impulsora, a través de Euncet Business School, del actual grado oficial en Ciencias y Tecnologías Aplicadas al Deporte y al Acondicionamiento Físico por la Universidad Politécnica de Cataluña. Niubó recuerda una visita al Centro de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Mexicano, donde algunos entrenadores cubanos trabajaban sin tecnología, a la antigua usanza. Solo a base de disciplina y esfuerzo. “No tenían posibilidades. Basta con mirar el medallero de México”, indica. 76 metales olímpicos, 13 oros en toda su historia. “En definitiva, poco para un país de 127 millones de habitantes”, sentencia Niubó. Su vecino del norte, Estados Unidos, líder mundial olímpico, cuenta sin embargo con 2.636 medallas a lo largo de la historia. En concreto, 1.061 preseas de oro. La tecnología, en definitiva, da y quita en el mundo del deporte.
"Distinguiría entre tecnología deportiva aplicada al alto rendimiento y tecnología aplicada a la salud", precisa Niubó. En el primer caso podría incluirse la monitorización que realiza la Real Federación Española de Atletismo a sus atletas, desde su formación hasta la alta competición: técnica, zancada, salto, aceleración... Se incluirían también las zapatillas que calzó el keniano Eliud Kipchoge para correr, en 2019, un maratón en menos de dos horas, que ya han sido prohibidas en competición oficial. Y también figuraría la raqueta inteligente de Rafa Nadal, desarrollada por la firma Babolat, con captadores de las técnicas de cada golpe en la empuñadura. Entre las aplicaciones de salud destacan los wearables (dispositivos que se llevan o se visten) que controlan las condiciones físicas del deportista. Hoy, por ejemplo, es típico ver a los futbolistas con petos cargados de detectores durante los entrenamientos. A caballo entre ambas categorías se podrían considerar los más de 200 sensores instalados en un Fórmula 1, que recogen y envían, en tiempo real, información a analistas e ingenieros sobre el comportamiento del coche y el estado del piloto: pulsaciones, sudoración o fuerzas G que soportan sus músculos.
"La eHealth o eSalud tiene un enorme recorrido", apunta Natalia Cabrera, directora comercial y de marketing de Garmin España. Es el territorio de los pulsómetros, de los medidores de la cantidad y la calidad del sueño o del body battery para el cálculo de la energía del cuerpo, el seguimiento de actividades o incluso del ciclo menstrual en el caso de las mujeres. El mercado outdoor/fitness ha ido ganando peso en las cuentas de esta multinacional estadounidense desde que comenzó a adaptar sus GPS, circunscritos hasta entonces a barcos, aviones y militares, para uso de deportistas y aventureros y les añadió una correa. Su primer reloj salió al mercado en 2003. Hoy tienen aplicación en ciclismo, running, golf, triatlón, submarinismo, surf o deportes de motor. "A cierre de 2020, este mercado representaba un 65,2 % de la facturación total de la empresa", indica Natalia Cabrera.
"Hoy en día no se trata tanto del ejercicio, la forma física o la disciplina, sino del control de lo que haces para mejorar y para evitar esfuerzos inútiles o lesiones"
Rafael Niubó, secretario general de Eurofitness
Son datos. Datos que hay que convertir en información relevante, de la que hay que obtener valor, tal y como sostiene David Sáez Ávila, CEO de Sports Data Campus. Sáez habla de un avance imparable que viene de la mano de otros agentes "que nos han permitido almacenar, procesar y transformar datos en información y traducir esa información en valor, de forma rápida y eficiente, gracias al internet de las cosas, a la inteligencia artificial o a la tecnología blockchain". Sáez Ávila no lo duda: el dato es claro protagonista de la revolución tecnológica en el deporte.
"Hoy en día no se trata tanto del ejercicio, la forma física o la disciplina –elementos que se dan por descontado–, sino del control de lo que haces para mejorar y para evitar esfuerzos inútiles o lesiones. El control de los datos es esencial", interviene de nuevo Rafael Niubó, secretario general de Eurofitness.
Imposible un relato sobre tecnología y deporte sin aludir a la película Moneyball, con Brad Pitt encarnando al gerente general de un equipo estadounidense de beisbol que empleaba estadísticas avanzadas para elegir sus fichajes. La película es de 2011 pero la novela en la que se basó es de 2003. Para Sáez Ávila, de Sports Data Campus, el largometraje es una protohistoria del análisis avanzado de datos y del big data, "del que hablamos cuando un ordenador convencional se queda corto para procesar y tratar ingentes cantidades de datos y hemos de recurrir a varios equipos. Es una palanca esencial para aumentar la competitividad". También es una herramienta fundamental en la gestión de los clubes y equipos y cada vez más en la mejora de la experiencia de los espectadores.
El dato es útil para monitorizar lo que pasa tanto dentro como fuera del terreno en el que se compite. Útil también para analizar al equipo propio, a sus rivales, y para elaborar sistemas de juego. Necesario para controlar el rendimiento físico e indispensable para posibles fichajes. "Los grandes equipos están creando estructuras transversales y coordinadas de big data e inteligencia artificial que aplican también en su gestión, en el campo del marketing y en mejorar la experiencia de los espectadores en el estadio explorando cómo atraer e interaccionar con sus seguidores", sostiene David Sáez Ávila. Un ejemplo palpable es el trabajo en analítica avanzada que ha desarrollado en el FC Barcelona de balonmano el tándem formado por Xavi Pascual (exentrenador) y por el analista externo Anselmo Ruiz de Alarcón, que ha llevado a los blaugrana a vivir su edad de oro, con la consecución de dos Copas de Europa, cinco Mundiales de Clubes, 11 ligas y 10 Copas del Rey.
Cambiemos la portería por el aro. La 'culpa' de que en la NBA se lancen hoy más triples que nunca la tiene el dato. O, por poner nombres y apellidos, es culpa del ingeniero informático Daryl Morey, que puso en órbita a los Houston Rockets a golpe de análisis avanzado. "La NBA es, para mí, el deporte de referencia en la aplicación de big data", apunta convencido Sáez Ávila, "pero en realidad todas las disciplinas lo están usando". La plataforma de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) ofrece ya por ejemplo información sobre el estado del césped, el clima o los números de la etapa universitaria de cada jugador. En el terreno del tenis, Novak Djokovic incorporó a su staff en 2017 al especialista en analítica avanzada Craig O'Shannessy para calibrar fortalezas y debilidades del juego propio y del adversario. Otro tipo de raquetas han seguido el mismo camino. En 2019 Telefónica anunció su colaboración con la campeona de bádminton Carolina Marín "para el uso de analítica avanzada en los datos de competición y entrenamiento".
Una nueva categoría, la de los colaboradores tecnológicos, prolifera alrededor de deportistas y equipos. Son proveedores de datos y servicios como Opta (integrante de Stats Perform), Hudl&WyScout, InStat o Sci Sports, enumera Sáez Ávila. En España, MediaCoach provee de datos en bruto a los equipos tanto de LaLiga Santander como de LaLiga SmartBank. Una actividad que "contribuye sobremanera a la democratización del uso del big data y de la analítica avanzada en el fútbol español", según subraya el CEO de Sports Data Campus.
El partido de fútbol es el epítome, al menos en España, de todo el potencial de la tecnología aplicada a un deporte de equipo. Podríamos decir que es un lugar con tantos sensores como los de un paciente en la UCI. En los terrenos de juego abundan los GPS, las cámaras ópticas, los sensores biométricos o las espinilleras inteligentes, que permiten cruzar los datos históricos y estadísticos con los de la competición en curso, dando lugar al llamado streaming data. Todos estos sensores interactúan entre sí, proporcionando información en tiempo real sobre la posición de los jugadores en el campo, los movimientos del balón, goles, asistencias, faltas y un inacabable etcétera.
Entre bambalinas, el VAR (arbitraje asistido por vídeo) ha revolucionado el fútbol en busca de decisiones más justas. En las gradas (o desde casa), los espectadores disfrutan gracias a la tecnología de una experiencia más personalizada e interactiva que permite conocer mejor cada disciplina deportiva y sumergirse en las acciones más espectaculares gracias a tecnologías de nueva generación como la realidad aumentada y la realidad virtual, las gafas inteligentes o las cámaras 3D.
"He tenido la suerte de ver, desde cero, cómo la tecnología ha ido creciendo en importancia", dice Joan Francesc Ferrer Sicilia, 'Rubi', ex futbolista, actual entrenador de la U. D. Almería y con más de 30 años en activo en el fútbol. "Recuerdo en los noventa jugar sin vídeo y a mi segundo apuntando en una libreta las estadísticas: balón perdido al 8, balón centrado al 10... Luego lo imprimíamos todo". Esas tareas quedan ahora distribuidas entre su cuerpo técnico y hay quien se ocupa de recabar datos de entrenamiento o estrategias de balón parado. "La clave es saber sacar rendimiento a esos datos, a nivel físico, técnico y táctico", asegura. Y, con ellos en la mano, interpretar y dilucidar, por ejemplo, si un jugador ha corrido menos en un partido por una bajada de rendimiento o por la propia dinámica del juego.
"El 'big data' es una herramienta útil que automatiza procesos y ayuda en la toma de decisiones, que en última instancia corresponden a personas"
David Sáez Ávila, CEO de Sports Data Campus
"Pero es clave no volvernos locos ni perder la esencia del juego, que sigue siendo dos porterías, dos equipos de 11 jugadores y un árbitro", reflexiona 'Rubi'. Porque parece inevitable preguntarse si tanta estadística, tanto análisis y tanto machine learning puede restar emotividad y pasión al deporte.
"El big data es una herramienta útil que automatiza procesos y ayuda en la toma de decisiones, que en última instancia corresponden a personas", responde Sáez Ávila a la cuestión. Y pone un ejemplo: "imaginemos un scouter en busca de un delantero corpulento que haya marcado un determinado número de goles en la última temporada y que tenga menos de 24 años. Las máquinas podrán hacer un filtrado inteligente y dejar los candidatos en 10 o 15, pero la última palabra será de los ojeadores".
También Rafael Niubó, secretario general de Eurofitness, tiene su opinión al respecto: "Hace cuarenta años se decía que los equipos de Europa del Este eran como robots, que no tenían esa capacidad latina de improvisar... Y no lo eran, es cierto. Porque el factor humano y el talento siempre estarán presentes". Porque, por encima de la innovación y la tecnología, nunca faltará un Messi que asombre al mundo con una genialidad dentro del área. Imprevisible y bendito factor humano.
La lucha por la milésima
Junto al análisis del dato, otros importantes territorios de innovación se han abierto en el mundo de los materiales, herramientas y complementos para la práctica deportiva, con aplicaciones prácticas en raquetas, bicicletas, pértigas, balones, cascos o bañadores. Sáez Ávila, por ejemplo, saluda las enormes posibilidades que abre la impresión 4D, que recurre a las impresoras 3D para crear objetos tridimensionales inteligentes a partir de resinas de hidrogel, polímeros activos o incluso tejidos vivos. "Son materiales que reaccionan al calor, la humedad o el frío", indica el CEO de Sports Data Campus. Posibilitan aumentar el rendimiento, minimizan el cansancio y pueden convertirse en una malla inteligente a la que incorporar sensores. O sea, nueva fuente de datos.
"En la alta competición, cada milésima cuenta. Es la diferencia entre ganar o perder", sentencia Rafael Niubó, de Eurofitness, que sitúa en este contexto la lucha de las marcas por diseñar esas herramientas de trabajo para limar centésimas al crono. Esta búsqueda de la eficiencia comenzó con los bañadores de poliuretano que arrasaron en los Mundiales de Natación de Roma 2009 y que fueron prohibidos al año siguiente. Ahora lo vemos en variopintas y discutidas zapatillas de atletismo que amortiguan el impacto y multiplican la capacidad de tracción en cada zancada...