Este viernes 30 se cumplen 46 años del combate que mantuvieron en Kinsasa George Foreman y Muhammad Ali. Bautizado como 'Rumble in the Jungle' es uno de los mejores de siempre.
Al grito de "Ali Bomaye" (Ali, mátalo) recibieron 60.000 personas al boxeador más grande de todos los tiempos, Muhammad Ali. 'The Greatest' ofreció en Kinsasa (Zaire, actual República Democrática del Congo) el que para muchos es el mejor combate de la historia. Noqueó en el octavo asalto a George Foreman. Más allá del resultado, lo que rodeó a ese pleito, que fue mucho, logró generar un aura especial que hace que ningún aficionado olvide esa cita. Y los que no habían nacido han estudiado lo que sucedió. Debían tener razón los que le situaban en ese lugar tan especial en la historia. Este viernes, 30 de octubre, se cumplen 46 años de ese duelo que paralizó todo.
Vayamos por el principio. ¿Por qué Ali y Foreman acabaron en Zaire? Don King, uno de los mayores promotores que ha habido, prometió cinco millones de dólares a cada boxeador. Para la época era un botín muy suculento. Ambos firmaron, pero después el inexperto promotor, en aquel momento, se las tuvo que ingeniar para encontrar a alguien que pagase ese dinero. El 'salvador' para él fue el dictador Mobutu Sese Seko, quien quería blanquear su régimen y apostó por hacerlo de esa manera.
El combate tenía mucho morbo. Foreman estaba invicto en 40 peleas, había noqueado a 37 rivales y con 25 años estaba en plenitud. Un muro que daba la sensación que era indestructible. Por su parte, había dudas con Ali. Tenía 32 años y desde su regreso tras tres años (en 1967 le quitaron la licencia por negarse a ir a la Guerra de Vietnam) solo había disputado una pelea para volver a ser campeón mundial y Joe Frazier le había ganado. Además, también había perdido contra Ken Norton. Ambos rivales no habían podido con Foreman. No era el favorito, pero ese cartel, su facilidad de ganarse al público y alguna acción polémica del campeón le hicieron ganarse al respetable. Por eso le apoyaron tanto el día de la pelea.
La expectación era máxima y lo fue más aun cuando Foreman sufrió un corte en un entrenamiento y se tuvo que aplazar. El campeón estaba ya en Zaire cuando le sucedió y pidió salir a Francia para prepararse allí, peor las autoridades del país no se fiaban de qué volviese y no le dejaron. Finalmente la pelea se dio como estaba previsto. Se apodó al evento 'Rumble in the Jungle' y realmente lo fue. Aunque los dos contendientes estuvieron mucho tiempo aclimatándose, las condiciones no fueron las mejores. El combate comenzó a las cuatro de la mañana, ya que la televisión en Estados Unidos quería que fuese en su prime time y con dinero llegaron a un acuerdo con Mobutu. Da la casualidad de que en el país donde se realizó solo los asistentes al estadio pudieron disfrutar del espectáculo, ya que la única televisión de Zaire no tenía los derechos de emisión.
Las cuatro de la mañana y un calor asfixiante. Sin duda no eran las mejores condiciones. Aunque todo parecía estar del lado de Foreman, no fue así. El campeón no contó con la inteligencia del aspirante. Ali regaló la parte inicial de la pelea. Se apoyó en las cuerdas y dejó pasar los asaltos recibiendo golpes mientras estaba bien cubierto. La estrategia era clara: el calor y la humedad eran matadoras y mientras él regulaba, su rival se vaciaba. Muchos calificaban a Ali como 'bailarín'. Ese día no lo fue y una leyenda urbana sobre su estrategia todavía es recordada. Según ese relato, Angelo Dundee tenía una llave inglesa junto con el material que utilizaba para la pelea. Habría destensado las cuerdas para favorecer el juego de su pupilo. ¿Verdad? Nunca se sabrá a ciencia cierta.
El dato objetivo es que tras siete asaltos dejándose golpear, Ali vio su oportunidad en el octavo. Foreman estaba cansado y cuando encontró el hueco y soltó una rápida y potente ráfaga de golpes. El campeón se iba al suelo y aunque atinó a levantarse justo en la cuenta de diez, el árbitro detuvo el pleito. The Greatest volvía a ser rey en el peso pesado al alzar los Mundiales WBC y WBA. Ese triunfo fue un punto de inflexión en su carrera. No estaba acabado, como sus críticos decían. Logró retener sus títulos en diez ocasiones. Un año más tarde tuvo su trilogía contra Joe Frazier (habían ganado una cada uno). Ganó en otro de los mejores combates de siempre, el llamado 'Thrilla in Manila', y después también se vengó de Norton. El 'nuevo Ali' se presentó al mundo en Kinsasa y su victoria en la mejor pelea de siempre acabó de encumbrar su leyenda.