El 31 de mayo de 2008 en Nueva York, Usain Bolt batió por primera vez el récord mundial de 100 metros. Su representante Ricky Simms y más expertos analizan para AS el fenómeno Bolt.
Como un Relámpago en la capital del mundo. Así nació la leyenda de Usain Bolt. Fue el 31 de mayo de 2008 en Nueva York. Cayó una fuerte tormenta en el Icahn Stadium, entre Manhattan y Harlem. Después, con el suelo húmedo, salió el sol. Se dice que esa circunstancia, esa humedad soleada, es el mejor momento para correr velocidad, para que haya momentos mágicos. Y allí apareció Usain Bolt, un chaval de 21 años, que hizo los 100 en 9.72. Récord mundial, el primero de su vida. No el último.
Ese prometedor prodigio de Trelawny (Jamaica), de 1,96 y zancada gigante y veloz, había estallado por fin su potencial. Una historia fabulosa acababa de nacer... "Usain Bolt en Jamaica es más conocido que Bob Marley", asegura Howard Walker, periodista del Jamaican Observer. Y así debe ser, porque recientemente el primer ministro del país, Andrew Holness, anunció el nacimiento de la primera hija del Relámpago. ¿Y cómo empezó su leyenda?
Usain tenía 15 años y se presentó en el Mundial Sub-20 de Kingston. Allí ganó los 200, siendo el vencedor más joven de la distancia, pero hubo algo más. Comenzó su idilio con el público. "Recuerdo aquello como una locura, gradas llenas, tambores y se volvieron locos cuando corrió ese chaval tan alto y flaco", explica Arturo Casado, que compitió en los 1.500 de la cita. Tras aquello fue cuando le descubrió Ricky Simms, el mánager de Usain durante toda su carrera, que atendió a AS: "Era muy inusual que alguien tan joven, de 15 años, gane a chavales de 20. Desde entonces, todos en el mundo de atletismo sabía quién era Usain. La mayoría de los atletas jamaicanos jóvenes en ese momento fueron a la Universidad de los Estados Unidos cuando terminaron la secundaria, pero Usain ya era lo suficientemente bueno como para convertirse en profesional. Se unió a nuestra empresa de gestión en 2003". Y así comenzó la estrella.
Como a veces pasa con atletas muy prometedores, las expectativas que recaen sobre ellos se volvieron una losa en los comienzos. A Bolt se le exigían resultados inmediatos que no eran acordes a su desarrollo físico, de crecimiento excesivo y carencias en el trabajo de musculación. "Usain tenía un gran talento. Realmente no entrenaba mucho al principio, pero aún podía ganar carreras contra atletas que estaban mucho más entrenados. También le digo que hay muchos adolescentes muy buenos nunca llegan a la cima. Usain tuvo muchos problemas de lesiones en sus primeros años, especialmente 2004, 2005, 2006, pero con el buen consejo de su entrenador Glenn Mills, pudo fortalecer su cuerpo para permitirle correr rápido sin romperse", sigue Simms.
En Osaka 2007 ganó una plata mundial en 200 y en 2008 llegó esa gran explosión. Primero el récord de Nueva York, en mayo y en agosto se convirtió en el supericono del atletismo, en los Juegos de Pekín. Allí ganó el 100 y el 200 con dos récords mundiales pasmosos: 9.69 y 19.30. Y sobre todo sorprendió su fuerza tremenda y su estilo frenándose en los metros finales. Se dice que aquel 9.69 pudo ser 9.50 o así. "Es la carrera que más me ha impresionado nunca", dice Alberto Armas, mánager de Bruno Hortelano, que la vio en vivo.
Un año más tarde, en Berlín 2009, con 23 años vivió el clímax de su carrera. El gran Relámpago llegó en el Olympiastadion y rebajó más todavía sus topes universales. 9.58 en 100 y 19.19 en 200. La continuación de una revolución que llegaba acompañada de gestos simpáticos, sonrisas, buenas vibraciones y reggae jamaicano. "Más allá de un gran deportista, que lo fue, se destacó por su personalidad. Siempre se mostraba contento, atendía a todo el mundo, firmaba miles de autógrafos", seguía Howard Walker, que acompañó junto a un grandísimo grupo de prensa jamaicana a Bolt por todo el mundo.
Así vieron su imbatibilidad en ocho años, en tres Juegos Olímpicos (Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016) y cuatro Mundiales, con la excepción del 100 de Daegu 2011, donde hizo una inexplicable salida nula. No falló ni en Moscú 2013, ni en Pekín 2015. Mucho tiempo en lo más alto, con un genial episodio en el estadio olímpico de Londres, donde corrió en 9.63, tras un año de lesiones y en el que reapareció de manera milagrosa con un hectómetro en el que rozó el récord mundial bajo el clima frío de Londres, un lugar no tan propicio para la velocidad. Allí igualó a Carl Lewis como el único con dos títulos olímpicos en 100. En Río 2016 le rebasó, con el tercer oro.
Ricky Simms explica como funcionó esos años: "Creo que nació con un gran talento. No tenía que trabajar tan duro como los demás, pero cuando se lo proponía podía trabajar muy duro. No puedes ganar todo lo que ganó sin mucho trabajo duro y dedicación. Además, tenía una mentalidad única. Le encantaba actuar, cuanto más grande era el escenario, mejor para él, prosperaba con la presión y sacaba lo mejor de él". Y así, con ese manejo de la presión fulminaba a sus rivales, pese a no llegar siempre en las mejores condiciones. Eran frecuentes sus visitas al doctor Wolfart Muller en Múnich para sanar su maltrecha espalda.
¿Y por qué fue físicamente tan excepcional Bolt? "Hay unas incógnitas en torno a Bolt, como es el hecho de que tiene un 14% de asimetría en los tiempos de contacto. Los estudios biomecánicos que han analizado sus carreras más rápidas, fundamentalmente demostraron que tiene unos niveles de producción de fuerza enormes. Nueve newton por cada kilo de peso que es una barbaridad. Cualquier sprinter muy bueno no te pasa de siete newton y algo", explica Carlos Balsalobre, científico deportivo de la Universidad Autónoma.
El Relámpago hacía sobre 41 zancadas, de 2,38 metros aproximadamente en sus grandes carreras, lejos de sus rivales que hacían sobre 44 o 45. Y ahí está otra clave, que da Balsalobre: "Eso le hizo tener el pico de velocidad 12,5 m/s, nunca visto. Es paradójico que sus tiempos de contacto en el suelo eran significativamente más largos que los demás. Lo normal es querer buscar mucha frecuencia, pero él lo suplía con una longitud de zancada más larga y teniendo más tiempo los pies en el suelo. Así conseguía un mayor impulso, que es una variable biomecánica que es el tiempo multiplicado por la fuerza". Eso daba un velocista
Los diez 100 más rápidos de Bolt
Marca | Viento | Lugar | Fecha |
9.58 | +0.9 | Mundiales de Berlín | 16 de agosto 2009 |
9.63 | +1.5 | Juegos de Londres | 5 de agosto de 2012 |
9.69 | 0.0 | Juegos de Pekín | 16 de agosto de 2008 |
9.72 | +1.7 | Reunión de Nueva York | 31 de mayo de 2008 |
9.76 | +1.8 | Reunión de Kingston | 3 de mayo de 2008 |
9.76 | +1.3 | Reunión de Bruselas | 16 de septiembre de 2011 |
9.76 | -0.1 | Reunión de Roma | 31 de mayo de 2012 |
9.77 | -1.3 | Reunión de Bruselas | 5 de septiembre de 2008 |
9.77 | -0.3 | Mundiales de Moscú | 11 de agosto de 2013 |
9.79 | -0.2 | Reunión de París | 17 de julio de 2009 |
Y como todo superhéroe, necesita un villano al que superar. Usain Bolt tenía el enemigo perfecto en Justin Gatlin. Estadounidense, dos veces sancionado por dopaje, y con una relación de anticlímax con el público del atletismo, conocedor de sus fechorías. Bolt no dejó nunca opción a Gatlin en las tres finales olímpicas en las que se enfrentaron. Usain admitió que antes de los Juegos de Río se sentía profundamente desmotivado: "Es duro ser siempre el rival a batir, pero vi unas declaraciones en las que Justin decía que quería ser campeón olímpico y me motivé". Y así fue, Bolt acudió a Río y ganó al villano del atletismo. Tenía 30 años, pero muchos años al pie del cañón.
Pese a representar la antítesis en el deporte, Bolt y Gatlin siempre se respetaron en la pista, y eso que el estadounidense en ocasiones dio motivos para no hacerlo. "Sobre Bolt sólo puedo tener palabras de elogio: es una leyenda, seguramente el mejor de la historia en velocidad", dijo Gatlin, al que Bolt mostraba su dominio en la pista, pero nunca con malos gestos. Siempre con sonrisas, distendido... Su sello.
Bolt aún era joven con 31 años, pero cada vez le costaba más mover su gran cuerpo y someterse a duros entrenamientos. Quiso despedirse del mundo del atletismo en los Mundiales de Londres 2017, en el estadio olímpico en el que había agigantado su leyenda en 2012. Pero había contratiempos, un parón tras un fallecimiento de un amigo (el saltador de altura Germaine Mason) y malas sensaciones bajo las órdenes de coach Glen Mills. Se alistó en los 100. Y corrió, con una grada repleta de gente sólo para él, aunque el físico falló.
Se rumoreaba que Usain había comprado todas las entradas de tribuna para los días que él competía. Llegó a la final y cayó con Gatlin, el enemigo que le ganó por primera vez y fue abucheado.. Fue bronce tras el joven Coleman. En el 4x100 se lesionó, roto en la recta de meta. "No fue una sorpresa, porque sabíamos que él ya estaba cansado", dice Howard Walker. En su adiós, esa recta del estadio olímpico inundada de colores amarillo y verde de Jamaica gritaba y ovacionaba hasta la media noche al Relámpago.
Con 31 años, ¿se retiró Bolt demasiado pronto? Ricky Simms considera que no: "Después de ganar todo entre 2008 y 2016, le resultó difícil estar motivado para entrenar día a día. Si alguna vez has visto su película "I AM BOLT", verá que tuvimos que trabajar muy duro con él para mantener su motivación incluso antes de los Juegos Olímpicos de 2016 en Río, donde iba para el "Triple Triple" oro en 100, 200 y 4x100 en tres Juegos seguidos). La temporada 2017 fue solo su forma de despedirse de sus fans".
Usain Bolt, leyenda en Jamaica, siempre sonriente. Generó miles de millones de euros para su patrocinador Puma y se convirtió en la cara única del atletismo mundial, un deportista que trascendió fronteras. Que paraba el mundo cuando él corría. ¿Cuándo hace Bolt el 100?, era una pregunta habitual en una redacción de periódico. Cuando eso sucedía todos callaban menos de 10 segundos. "Su presencia ayudó mucho al atletismo, porque a raíz de que compitiera él la gente nos veía mucho más. Tiraba mucho del deporte", considera Arturo Casado, que ve en él y en David Rudisha a dos "figuras únicas".
Durante un tiempo se alimentaron rumores sobre un posible regreso en unos Juegos y se convirtió incluso en futbolista. Jugó partidos en la Liga Australiana con el Central Coast Mariners e incluso marcó un gol. También se le vio de DJ, en eventos, un chico hiperactivo que llevaba su carácter y buen rollo por el mundo. Este 2020 ha sido padre de una hija y habitualmente hace apariciones públicas, incluso con algún pique con Noah Lyles, la nueva estrella de la velocidad.
Ahora el atletismo tiene nuevos nombres como Lyles, Mondo Duplantis, Yulimar Rojas, Karsten Warholm, pero, ¿habrá alguien como Bolt? Simms, que gestiona la carrera de más figuras como Dina Asher-Smith, Mo Farah, Matt Centrowitz, lo ve difícil: "No creo que vea en mi vida a un atleta que tenga la combinación de talento, mentalidad ganadora y personalidad como Usain. Se convirtió en uno de los deportistas más famosos del mundo. Ha sido, y sigue siendo, un placer ayudarlo en su viaje". Así se gestó la leyenda de Usain Bolt, una 'supernova' de las que sólo pasan una sola vez en el deporte.