Algunos trofeos y galardones destacan sobre otros por su historia, originalidad o aspecto. Son únicos e inimitables por sus peculiares características.
El reconocimiento al campeón de una competición deportiva es algo que sucede desde la Antigüedad, aunque mucho ha evolucionado en sus formas desde entonces. Desde la corona de laurel que se otorgaba a los vencedores de los primeros Juegos Olímpicos en la Grecia clásica, y que también han llegado a ser utilizadas en nuestro siglo, como sucedió en la ceremonia de entrega de premios en Atenas 2004, hasta los variopintos galardones que podemos encontrarnos hoy ha pasado un mundo, pero su significado y función siguen siendo los mismos, rendir pleitesía públicamente a quien ha demostrado ser el mejor en un determinado torneo o especialidad. Más allá del considerado deporte rey, el fútbol, hay trofeos con mucha historia, en ocasiones pintoresca, y también peculiares por su tamaño, aspecto o la originalidad de su diseño, así como algunos de especial relevancia por la trascendencia del campeonato que representan. Son premios singulares que, en definitiva, poseen características que les diferencian de los demás y los convierten en únicos.
Sin duda un país en el que saben de galardones sorprendentes es Estados Unidos, donde se pueden encontrar desde el más pequeño, el famoso anillo de campeón típico de las cuatro grandes ligas (NBA, NFL, NHL y MLB), hasta uno de los de mayor tamaño del mundo, el Trofeo Borg Warner de las 500 Millas de Indianápolis, de 162,5 cm y 45 kilos de peso, que se entrega al campeón de la mítica carrera desde 1936 y es el más antiguo de los deportes de motor. Entre las particularidades de esta codiciada copa está el hecho de que todos los ganadores de la carrera tienen su rostro grabado en ella y que la celebración del triunfo siempre viene acompañada de la ingesta de una botella de leche por parte del vencedor, tradición que se mantiene desde que Louis Meyer la iniciara en la segunda mitad de los años 30. Pero el de las 500 Millas de Indianápolis no es el único trofeo mítico del automovilismo norteamericano. Así, las pruebas de la NASCAR son también famosas por los premios que otorgan, que van desde el pequeño coche de juguete de Kansas al reloj de tamaño gigante del Goody's 500 de Martinsville, pasando por el peculiar coloso de piedra de Dover en la conocida como Milla Monstruosa, o la guitarra rockera de Nashville, entre otros.
Además de los anillos, compuestos de oro y diamantes generalmente, las grandes competiciones de Estados Unidos cuentan, como es lógico, con sus propios trofeos. El Larry O'Brien de la NBA, realizado con seis kilos y medio de aleación de plata y recubierto de oro de 24 kilates, debe su nombre al comisionado de la liga entre 1975 y 1984 y está valorado en 13.500 dólares. Anteriormente la copa se denominaba Trofeo Walter A. Brown, en homenaje al primer propietario de los Boston Celtics y uno de los fundadores de la competición, y su diseño era similar al de la Stanley Cup de hockey, que posee un tazón colocado encima de unos paneles grabados con la lista de todos los campeones y es una de las grandes joyas del deporte norteamericano, tanto por su antigüedad (se entrega desde 1893) como por ser la única que lleva inscritos los nombres de los jugadores, de ahí su gran tamaño. El trofeo actual que recibe el campeón de la NHL, que debe su nombre a Lord Stanley de Preston, padre de la liga, es una copia del original debido a la falta de espacio que tenía ésta para sumar más nombres, después de que ya le hubiesen añadido varios pisos por la base. Este problema de espacio no lo sufre el Vince Lombardi, el trofeo con nombre de un legendario entrenador de los Green Bay Packers que obtiene el ganador de la célebre Super Bowl, el partido que decide el campeón de la NFL y el más visto por televisión del planeta. El preciado balón ovalado de plata, de 3,5 kilos de peso y 55 cm de alto, está valorado en 25.000 dólares y fue denominado originalmente como World Championship Game Trophy. Por su parte, el béisbol cuenta con el único galardón de las grandes ligas norteamericanas que no lleva el nombre de alguna persona: el Trofeo del Comisionado. Creado por la prestigiosa empresa de joyería Tiffany & Co., al igual que el Larry O'Brien y el Vince Lombardi, se concede al ganador de las Series Mundiales de la MLB. Contiene banderas que representan a todos los equipos de la National League y la American League, pesa 14 kilos y está hecho de plata esterlina.
La originalidad de los galardones en el país de las barras y estrellas es aún más llamativa en el deporte universitario, al menos en lo que al fútbol americano se refiere. Así, la rivalidad entre algunos equipos ha llevado a premiar al ganador con todo tipo de curiosos trofeos, que suelen ser de larga tradición y con una añeja historia detrás que justifica su forma. Un ejemplo es el de la tortuga de madera, conocida como Illibuck, que se disputan Illinois y Ohio State desde 1925 (aunque empezaron a medirse en 1902), que representa la larga vida que, según creían y esperaban, tendría este enfrentamiento. También el de la sartén de hierro (iron skillet) que ponen en juego South Methodist y Texas Christian desde 1946, cuando antes de verse las caras un seguidor de los primeros decidió ponerse a freír ancas de rana ante la perplejidad de sus oponentes, que lo consideraron poco menos que un sacrilegio y exigieron que el resultado del duelo decidiese quién se quedaba con la sartén y las susodichas ancas.
Otro universo de trofeos singulares es el del tenis. Memphis, tierra de blues y rock & roll y sede de un torneo ATP 500, tiene uno de los más curiosos: una raqueta con la empuñadura en forma de mástil de una guitarra. Asimismo, son dignos de mención, entre otros, el huevo verde de Metz, el bello barco de plata de Dubai o el cuadro con el dibujo de un niño que patrocinaba Unicef y que hasta la edición de 2013 se entregaba al ganador en Hertogenbosch. Todos ellos, eso sí, de menor relevancia que la célebre ensaladera de la Copa Davis, tanto por su tamaño (1,10 metros de altura y 105 kilos de peso) como sobre todo por su trascendencia e historia, algo que sucede también con el viejo trofeo de Wimbledon, que permanece inalterable en su diseño desde sus inicios allá por 1877, y la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros, llamada así en homenaje a cuatro auténticas leyendas del tenis francés y del deporte en general: René Lacoste, Henri Coechet, Jacques Brugnon y Jean Borotra.
Como verdaderamente único podría definirse el galardón que obtiene el ganador de los duelos entre Inglaterra y Australia de cricket, conocidos como 'The Ashes' y que se disputan como mínimo cada cuatro años: una urna para cenizas. Su origen data de 1882, cuando el diario británico 'The Sporting News' publicó una esquela satírica en la que se aseguraba que el cricket inglés había fallecido y que el cuerpo sería incinerado y sus restos llevados a Australia para que guardaran reposo, aunque el trofeo no pasó a convertirse en algo físico hasta 1999. Más famoso es uno de los reconocimientos con mayor prestigio del deporte mundial, la chaqueta verde del Masters de Augusta de golf. Se entrega al campeón del torneo desde 1949, pero los socios del club estadounidense ya empezaron a utilizarla en 1937, tres años después de la inauguración del campo. Por tradición, el vencedor de cada año la recibe de manos del anterior campeón. Luego la conserva hasta la siguiente edición con la obligación de devolverla. El primer golfista en lucirla fue Sam Snead, quien aún posee el récord de victorias en el Circuito Americano.
Igualmente legendario es el maillot amarillo del Tour de Francia que, curiosamente, debe su color al diario que patrocinaba la carrera, 'L'Auto', antecesor de 'L'Equipe', cuyas páginas eran de esa tonalidad. Fue una acertada estrategia de marketing contra su gran rival de la época, 'Le Vélo', que se asociaba al color verde de sus páginas. El primer ciclista en lucirlo fue Eugène Christophe el 19 de julio de 1919. Sin cambiar de deporte, brilla por su originalidad el trofeo de la clásica de las clásicas, como es conocida la París-Roubaix, prueba que se disputa desde 1896: el ganador recibe una réplica de los montones de adoquines por los que han pasado los corredores para completar la carrera. Hay quien afirma, con sentido del humor, que este mítico test, considerado uno de los monumentos del ciclismo junto a la Milán-San Remo, el Tour de Flandes, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía, consiste en sufrir para ganar una piedra.
Un trofeo emblemático que tiene la particularidad de existir sólo simbólicamente, sin formato físico, y que no premia al mejor, sino todo lo contrario, es la cuchara de madera. Conocida por todo buen seguidor del rugby, es otorgada al último clasificado del Torneo Seis Naciones y tiene su origen en el siglo XIX. Es otro ejemplo de que en el mundo del deporte existen galardones de todo tipo, aunque en pleno siglo XXI tal vez aún haya cosas por inventar y en el futuro nos sigan sorprendiendo nuevos trofeos por su historia, originalidad, belleza o peculiaridad. Hay espacio para todo.
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Anillo de campeón
Pequeño y famoso
EEUU
El anillo de campeón es el galardón más pequeño que existe en el mundo del deporte. Las cuatro grandes ligas de Estdos Unidos (NBA, NFL, MBL y NHL) lo utilizan para premiar a sus respectivos ganadores. Pau Gasol ha sido campeón de la NBA en dos ocasiones con los Lakers (2009 y 2010) y conoce bien la sensación que produce recibir el anillo. Generalmente están compuestos de oro y diamantes.
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Trofeo Borg Warner
Extraordinario
EEUU
El Trofeo Borg Warner de las 500 Millas de Indianápolis es uno de los de mayor tamaño que existen en el mundo. Se entrega al campeón de la mítica carrera de automovilismo desde el año 1936 y es el más antiguo de todos los deportes de motor. Tiene grabado el rostro de sus ganadores. Sus dimensiones son colosales: 162,5 cm y 45 kilos de peso.
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Trofeo Larry O'Brien
NBA
EEUU
El trofeo Larry O’Brien es recogido cada año por el ganador del campeonato de baloncesto más importante del mundo, tras el último partido de la final de los playoffs. Está elaborado con seis kilos y medio de aleación de plata y recubierto de oro de 24 kilates. Su valor total asciende aproximadamente a unos 13.500 dólares. Fue expuesto en la redacción del Diario As.
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NASCAR de Dover
Impactante
EEUU
Las pruebas de la NASCAR son famosas internacionalmente por los excéntricos premios que otorgan, muy alejados de las copas tradicionales de Europa. Prueba de ello es el coloso de piedra de la prueba de NASCAR de Dover (conocida como la Milla Monstruosa...): no pasa desapercibido y poco tiene que envidiar a ningún trofeo del mundo en cuanto a peculiaridad se refiere.
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Barco de plata
Majestuoso
Emiratos Árabes Unidos
El universo tenis está también plagado de trofeos emblemáticos y singulares. El barco de plata del torneo de Dubai se entrega al ganador desde la primera edición (1993) y es uno de los más bellos del tenis mundial (no confundirlo con el trofeo otorgado al finalista, con un diseño conceptual muy distinto...) El mítico jugador suizo Roger Federer lo ha levantado en ocho ocasiones.
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Stanley Cup
Colosal e histórico
EEUU
El equipo campeón de la NHL recibe este trofeo mítico desde 1893. Posee un tazón colocado encima de unos paneles en los que están inscritos los nombres de todos los jugadores que han alcanzado el título de la prestigiosa liga norteamericana de hockey sobre hielo, algo que le convierte en único en el deporte. Es sin lugar a dudas una de las grandes joyas del deporte norteamericano.
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'The Ashes'
Antiguo
Reino Unido
Como verdaderamente único en el mundo del deporte podría definirse el galardón que obtiene el ganador de los duelos entre Inglaterra y Australia de cricket y que se disputan como mínimo cada cuatro años. 'Ashes' (Las Cenizas) se originó en el siglo XIX, después de que saliera publicada una esquela satírica en el periódico 'Sporting News' que daba por muerto al cricket inglés.
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Copa Davis
Grande y preciada
Internacional
La histórica ensaladera de la Copa Davis mide 1,10 metros y pesa 105 kilos. Actualmente, el trofeo tiene tres pisos de madera. Los segundos pisos fueron añadidos en 1968 y 2022. Por el momento, el tercer escalón de madera tiene espacio hasta 2036, año en el que habrá que volver a añadir otro. La ensaladera original -realmente es una 'ponchera'- pesaba 6 kilogramos y medía 33 cm de alto.
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Paris-Roubaix
Piedra
Francia
El trofeo de la histórica París-, que se disputa desde 1896, es una réplica de los numerosos adoquines por los que pasan los ciclistas en la dura carrera. Hay quien afirma, con sentido del humor, que este mítico test, considerado uno de los monumentos del ciclismo junto a la Milán-San Remo, el Tour de Flandes, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía, consiste en sufrir para ganar una piedra...