El deporte femenino español atraviesa su mejor momento. Los últimos grandes éxitos tienen nombre de mujer. Para muestra la imagen que ilustra esta página captada en la Gala de AS 2016. Mireia Belmonte (oro y bronce en Río 2016, dos platas en Londres 2012, dos platas y un bronce mundial, siete oros mundiales en piscina corta y nueve en Europeos... ); Lydia Valentín (oro en Londres 2012, plata en Pekín 2008 y bronce en Río 2016, campeona mundial en 2017 y tricampeona de Europa); Carolina Marín (oro en Río 2016, dos veces campeona mundial y tres de Europa) y Teresa Perales (26 medallas olímpicas, siete de oro, nueve platas y 10 bronces, oro mundial y oro europeo). En los Juegos Olímpicos de Londres y Río las mujeres se colocaron por delante en el medallero. La delegación femenina en Londres fue de un 40% (112) y ganaron 12 de las 18 medallas; en Río representaron el 46% (144) y ganaron 9 de las 17 medallas españolas. No son tantas como los chicos, 2.814.387 federados por 771.746 mujeres, aún queda mucho camino para la igualdad.
Lilí Álvarez, que disputó tres finales de Wimbledon (1926, 1927 y 1928), Encarnación Sánchez la Niña del gancho o Carmen Valero, con dos títulos mundiales de campo a través en 1976 y 1977, iniciaron el camino que en 2017 han culminado Garbiñe Muguruza (número 1), la selección de baloncesto con su tercer Eurobasket, la plata mundial de las chicas de waterpolo o las dos platas mundiales de Ona Carbonell.

En 2007 el Consejo Superior de Deportes creó el programa Mujer y Deporte (que desde 2015 tiene rango de Subdirección General) para promover el deporte practicado por mujeres y lograr la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Once años después la apuesta ha dado sus frutos. Según datos del CSD, en 2005 las licencias deportivas femeninas en España eran 563.550 y a 31 de diciembre de 2016 son 771.746, que representan un 21,52% del total. Una apuesta de estas características necesita una financiacion que la respalde. Si en 2007 la aportación fue de 330.670 euros en 2017 ha llegado a 1.400.000. Con este dinero, en 2017, se aprobaron 322 actuaciones en 57 federaciones. En su compromiso con la igualdad y su apuesta por el deporte femenino, desde 2014 el CSD exige que para optar a una ayuda todas las federaciones deben tener al menos tres mujeres en sus órganos directivos o un 33% de representación. Para apoyar al deporte femenino no sólo hacen falta palabras, hacen falta gestos, por lo que el programa Universo Mujer fue declarado en 2015 de “excepcional interés público” por el Gobierno de manera que las empresas y entidades podrán obtener deduciones de hasta un 90% de las aportaciones realizadas que tengan como fin el apoyo, el fomento y la promoción del deporte femenino. Desde ese momento el programa Universo Mujer ha recaudado más de 15 millones de euros.Después de esta apuesta, los datos sólo pueden ser positivos. El 47% de las mujeres españolas practican actividad física y deporte, las licencias federativas son el 21,52% (se han incrementado un 3% desde 2007) y hay cinco federaciones en las que hay más mujeres que hombres: gimnasia, voleibol, baile deportivo, hípica y  patinaje. Si el fútbol es el deporte rey a nivel general (942.674 licencias, 898.551 de hombres), las mujeres se decantan por el baloncesto (112.266 licencias). Los otros deportes más practicados por las mujeres son golf, montaña, voleibol, fútbol, gimnasia, hípica, atletismo y balonmano. Dónde aún queda mucho por hacer es en los puestos directivos: sólo hay tres presidentas de federaciones (vela, salvamento y socorrismo y remo), sólo 23 tienen cuatro o más mujeres en sus órganos directivos.El fundador de los Juegos Olímpicos modernos, el Baron Pierre de Coubertin, afirmó, en 1896: “Sin importar qué tan fuerte sea una atleta, su organismo no está hecho para soportar ciertos shocks”. Una declaración que parecía dejar al margen de la práctica deportiva a la mujer y que la UNESCO desacreditó con su reconocimiento en 1978 del deporte y la actividad física como un Derecho Humano no sólo para los hombres. Las deportistas españolas también le han quitado la razón.

El CSD creó el programa Mujer y Deporte en 2007 ¿qué ha cambiado desde entonces?
El deporte femenino cuenta ahora con importantes éxitos nacionales e internacionales, soporta la mayoría del medallero de los JJOO, cuenta con un presupuesto público cuadriplicado y se ha multiplicado el número de empresas que apoyan y fomentan el deporte femenino. Cuenta con una mayor visibilidad, ocupando portadas de diarios deportivos y generalistas, que hace cinco años era impensable.
¿Qué queda por hacer?
Mucho. Hemos de continuar con las acciones emprendidas no sólo para consegir éxitos deportivos, sino también para que la actividad deportiva se realice en las mejores condiciones posibles. Incrementar la visibilidad, asociarlo a actos de vida saludable y otros valores que son transmitibles a la sociedad.
¿Es fácil involucrar a las empresas?
La obtención del dinero nunca es fácil, si bien el deporte femenino cumple todos los requisitos para consituir un producto muy atractivo. No sólo por los valores que representan, sino porque está asociado a un retorno de gran valor para las empresas, incluido cada vez más el económico.
Iberdrola es un ejemplo.
Su impulso al deporte femenino significa que vamos por el buen camino. Con los programas de colaboración conseguimos que las empresas privadas hagan suyos los intereses generales. Todo revierte en la mejora directa de las deportistas, de los clubes y de la competición.
¿En qué puesto está España en comparación al resto de Europa?
España es un país pionero en cuanto a la política pública al extistir una unidad con rango de Subdirección General que gestiona fondos destinados en exclusiva al fomento del deporte femenino. Y a nivel de prestigio y reconocimiento contamos con un elenco de deportistas extraordinarias.
Decir Mireia Belmonte, Carolina Marín, Ruth Beitia... ¿qué significa?
Éxito, ejemplo, referencia pero también sacrificio, trabajo, perseverancia, disciplina.
¿En los banquillos y los despachos está costando más dar el paso para asumir papeles de liderazgo y dirección?
A la mujer en general le cuesta más acceder a determinados puestos y el deporte no es una excepción. Tenemos que demostrar especialmente que valemos para el puesto que se nos encomienda.

Las deportistas españolas fueron las que tiraron del carro en los dos últimos Juegos Olímpicos de Verano: consiguieron 21 medallas del total de las 35 cosechadas entre Londres 2012 y Río 2016, un porcentaje del 60%. Si en Londres lograron doce de las 18 (aún falta que Lydia Valentín reciba su oro tras la descalificación por dopaje de las tres rivales que ocuparon el podio), en Río de Janeiro sumaron una más que los hombres: nueve a ocho.
Mireia Belmonte, en 200 mariposa; Maialen Chourraut, en K1 eslalon de piragüismo; Carolina Marín, en bádminton; y Ruth Beitia, en salto de altura (pese a que ya se ha retirado de la alta competición) son las cuatro vigentes campeonas olímpicas de España en la actualidad. “Supone un orgullo para nosotras cobrar cada vez más relevancia dentro del deporte español”, explicó Beitia.

España lleva un total de 150 medallas en los Juegos de Verano, 50 a cargo de mujeres y 100 por parte de los hombres (se añaden cuatro más en los de Invierno, uno de Blanca Fernández Ochoa y los otros tres metales, masculinos). La primera deportista en competir en unos Juegos fue Lilí Álvarez, en la disciplina de patinaje artístico en Chamonix 1924. Una lesión provocó que se cambiara al tenis, y también participó en París 1924. Rosa Torres también compitió en aquellos Juegos y fueron las pioneras en los de Verano.

l baloncesto femenino en España ha crecido a pasos agigantados. Con más de 112.000 licencias, es el deporte rey: una de cada siete mujeres federadas lo practica. “Cuando ven que las chicas conseguimos logros, las niñas dicen ‘quiero ser como ellas”, cuenta María Araújo, una de las últimas en debutar con la Selección.
Con Barcelona 92 en mente y a iniciativa de la FEB, en los 80 se creó la Operación Siglo XXI para buscar nuevos talentos de cara a la cita olímpica. De allí salieron Betty Cebrián y Marina Ferragut, que consiguieron la primera medalla para el baloncesto femenino (plata en el Europeo júnior de 1990) y también el primer oro: Perugia 1993. No hubo ningún éxito más en la absoluta hasta años después.
España entró en el siglo XXI con buen pie: once medallas en 17 años y cinco seguidas. Es la actual campeona de Europa y subcampeona mundial y olímpica. Palabras mayores. “Es un trabajo de muchos años y de mucha gente anónima”, señala el seleccionador Lucas Mondelo, que aclara: “Se ha creado una idiosincrasia, un estilo de juego que nos ha permitido llegar hasta aquí. Parece fácil, pero no lo es. Lo que están haciendo estas jugadoras es una pasada. Será un grupo de leyenda”. Un trabajo que ha dado también sus frutos en formación.
En clubes, en cambio, la crisis ha obligado a muchas jugadoras a salir fuera de España, aunque la FEB ha hecho una apuesta fuerte con la nueva Liga Dia. “Es la hora del baloncesto femenino”, decía Garbajosa. Lleva siéndolo bastantes años.

El fútbol femenino en España ha dado un salto de calidad. El hecho de que la Liga Iberdrola haya cogido peso y de que la Selección esté compitiendo en grandes torneos ha hecho que ya no se vea como un hobbie para las futbolistas. Cada día hay más profesionalismo en este terreno. España ha pasado de no llegar en 2011 a 25.000 licencias federativas a más de 44.000 en la actualidad. Un crecimiento unido a la mejora en otros aspectos. La Liga cuenta con un patrocinador fijo que es Iberdrola y eso ha repercutido en que las condiciones tanto de clubes como de jugadoras sean incomparables al pasado. Esto ha atraído a las televisiones. Se retransmiten tres partidos por jornada de la Liga Iberdrola, un escaparate inigualable. La asistencia media a los estadios es de 2.000 personas en cada partido. Además, algunos clubes importantes apuestan cada día más por abrir las puertas de sus estadios. Como en unos días será el Benito Villamarín y el Wanda Metropolitano. La calidad de la Liga Iberdrola ha ascendido y estrellas como la holandesa Lieke Martens (premio The Best 2017) o la inglesa Toni Duggan eligieron fichar por el Barcelona. Crecimiento. La Selección española es otro de los puntos fuertes del crecimiento del fútbol femenino. La Roja está actualmente en el puesto 13º del ránking FIFA (tras el Mundial de Canadá quedó 19º) y ayer se proclamó campeona de la Chipre Cup. En 2015 fue la primera vez que este país estuvo en un Mundial femenino, ahora sería impensable que las de Vilda no se clasifiquen para el del próximo verano en Francia. Como pasó con la masculina, las categorías inferiores pisan fuerte y ya han logrado títulos importantes (campeonas de Europa Sub-17 en 2010, 2011 y 2015 y campeonas de Europa Sub-19 en 2017), por lo que el éxito de la absoluta no tardará en llegar. “Queda mucho por hacer”, suele ser el lema más escuchado. El fútbol femenino en España nació en 1988, en Alemania, Suecia o Francia, en 1970. La mayoría de las jugadoras de la Liga Iberdrola rondan el salario mínimo interprofesional. Tienen que compaginar el fútbol con trabajos y estudios. Salvo en equipos como el Barça o Atleti. Por ello, muchas de nuestras futbolistas optan por probar en otras ligas. Como es el caso de Paredes y Hermoso, fichadas por el todopoderoso PSG. Las distancias con el masculino son abismales. El premio de una selección por ganar un Mundial es de 35 millones de euros. Esa cantidad se embolsó Alemania al ganar en Brasil en 2014. En el Mundial femenino de Canadá de 2015, Estados Unidos solamente 2 millones de euros. Las niñas hoy en día sueñan con ser futbolistas en España y se ven reflejadas en estrellas como Sampedro, Losada o Hermoso. Hay mucho por hacer, pero el fútbol femenino es ya una realidad. 

La participación social femenina en el fútbol también se ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, el número de socias sigue siendo muy inferior al de sus homólogos masculinos en Primera. Sólo un 22,2% de las socias son mujeres. El Getafe es el club que mayor representación femenina tiene de toda la categoría (33,8%). Más de la tercera parte del total de abonados azulones son mujeres.
En el caso del Celta, un 27% de las altas de esta temporada han ido mujeres, que ahora suponen un 23% del total de socios del club. En cuanto al Eibar, sorprende para bien el crecimiento exponencial de la representación femenina en el club. Para empezar, el cuadro armero está presidido por Amaia Gorostiza, una de las dos presidentas en la categoría reina del fútbol nacional. Quizás esto puede ser una de las razones por las cuales se ha dado un incremento del 13,16% de mujeres abonadas en las últimas cuatro temporadas, aunque con un ascenso de por medio. —Menchu Fdez.

Katy Mikhailova, comisaria de la exposición ‘Sin piedad, mujeres contra la violencia de género’, llama “súper importante” tu participación. Dice que representa unos valores en el deporte, de lucha, de humildad, cercanía, únicos.
Cuando a mí me propusieron participar me sentí muy halagada. Yo, al final, estoy tan metida en mis entrenamientos, en mis competiciones, que no soy consciente de los valores que puede mostrar a chicos y chicas jóvenes. Por eso es un halago que pensaran en mí.
En la foto se muestra dura, gesto serio... ¿Qué le pidió el fotógrafo Juan Carlos Vega?
Que mirase a la violencia de género, diciéndole qué siento.Con la foto me pidieron un lema. Elegí “No más”. No más porque estamos hartas de esa discriminación que sigue habiendo hoy en día hacia la mujer. No más violencia machista, que no es no es sólo física, sino la discriminación que tenemos las mujeres por ser mujeres. Ha habido un avance de hace años a hoy pero aún queda mucho recorrido.
¿Usted se ha sentido alguna discriminada por ser mujer?
Yo, en mi caso, he de decir que me siento afortunada. En mi deporte, no hay diferencia alguna entre ser hombre o ser mujer. Por eso apoyo tanto. En mi caso no he sufrido esa discriminación...
Y eso le ha permitido convertirse en un referente...
Efectivamente. Al principio era un poco raro porque mi deporte es muy minoritario y los medios no lo atendían todo lo que me hubiese gustado. Pero poco a poco, cuando una va logrando resultados y se va posicionando. La mujer, además, ha pegado muy fuerte en el deporte español y estamos igualando con los hombres.
Basta mirar a los Juegos...
Sí, en Londres comenzamos las mujeres a dar ese paso y en Río, como nos decían los hombres: “Si no hubiese sido por las mujeres no hubiéramos logrado tantas medallas”.
Para usted qué supone el día de hoy, 8 de marzo.
Algo muy especial, sobre todo éste año, con esta huelga de las mujeres para seguir avanzando en nuestro día a día. Y que no nos sintamos discriminadas. En el trabajo, en el liderazgo, en general.
¿Usted podrá hacer huelga?
(Seria) No, por desgracia no. El domingo viajo para competir en el All Englad. Estoy en la última semana de preparación. No sabes cuánto me fastidia pero no puedo parar un día.
¿Hay alguna medida social que pudiese tomarse para dar un viraje a la sociedad actual?
Quizá en la maternidad, en el tema laboral. Ahí todavía hay mucho que avanzar. Yo viajo mucho, conozco muchas culturas.
¿Y hay muchas diferencias?
En Suecia, por ejemplo, hay 480 días a repartir entre hombres y mujeres. Aquí en España quedan muchos avances.
Nieto en las motos. Santana en el tenis. Usted en el bádmintón. ¿Alguna vez ha pensado que usted es la primera mujer pionera en el deporte español?
Uf. Se me pone la piel de gallina (se emociona). Nunca lo había pensado, no. Siento ante eso orgullo y, a veces, quizá un poco de responsabilidad. Cuando empiezas a ganar en tu deporte, y lo empiezas a hacer ver.
¿Cómo ha cambiado su vida desde aquel 31 de agosto de 2014 que ganó el Mundial? ¿Ya la conocen aquí por la calle como en Asia?
Sí (sonríe), ha cambiado mucho. Esta mañana (por ayer), te cuento una anécdota. Sacaba mis perros a pasear y, nada más abrir la puerta de mi casa, me viene un chico que estaba enfrente y me dice: “Oye, te pareces mucho a...”. Y no le dejé terminar. “No, no, es que soy yo”. Hay mucha gente que no sabe mi nombre pero me siento afortunada con que sepan lo que hago, mi deporte: “Mira esa es la chica del bádmintón”.
¿Se puede medir en número de licencias su repercusión?
Ha subido, sí. Sobre todo después de los Juegos.
¿Una mujer referente?
Uf. Complicado. Se me pone la piel de gallina. Fíjate. De mí destaco ser luchadora, trabajadora, y eso lo aprendí de mi mujer referente, de mi abuela.
Su abuela, cuya foto le acompañaba en aquel primer Europeo que ganó en 2014...
Sí.
¿Por qué ella?
Mi abuela tuvo cuatro hijos, que sacó adelante como pudo, limpiando casas, tras separarse de mi abuelo. Y luego, cuando se hizo mayor, tuvo problemas de cadera y no podía levantarse de la cama, sólo en silla de ruedas. Ahí destaco a mi madre, cómo la cuidaba. Yo me enteré de su muerte en un torneo.
No ha podido vivir su éxito.
Pero está. Siempre. Y de siempre. Me crié con ella y... ¡cuando era chica me dejaba ganar al Parchís! Yo ya era muy competitiva y, si no ganaba, me enfadaba. Así que alguna vez me dejaba. Era una mujer increíble.

La redacción de As se solidariza con los movimientos que se realizan hoy en el Día Internacional de la Mujer. En As trabajan un total de 33 mujeres, una cifra que ha ido creciendo desde que Mari Carmen Izquierdo, que durante 20 años ha presidido  la Asociación Española de la Prensa Deportiva, ejerciera como pionera. En la imagen, tomada ayer, algunas de las integrantes de la plantilla.