Los Juegos de París parecen diseñados por el mejor de los escenógrafos. El Sena, la Torre Eiffel, Versalles, el Grand Palais, los Inválidos, la Plaza de la Concordia o Montmartre verán desfilar a los mejores deportistas del mundo. Y entre ellos, a los españoles, que después de dos Juegos (Río y Tokio) en otros continentes y huso horario, juegan prácticamente en casa. Una expedición que, por primera vez en mucho tiempo, no esconde cuál es el objetivo: superar las 22 medallas de Barcelona 1992. Así lo proclaman desde el Consejo Superior de Deportes y desde el Comité Olímpico Español. Y entre los deportistas se respira un optimismo contagioso. Desde Londres 2012 (20 medallas), la curva había bajado y se había estancado en 17 podios de 2016 y 2020, pero en estos últimos sólo cayeron tres oros, lo que hizo bajar al puesto 22 del medallero. Ocho cuartos puestos dejaron un sabor amargo.
¿Y qué hacer? En el deporte de alta competición, sobre todo en los menos profesionalizados, inversión equivale a mejores resultados. Por fin, el CSD lanzó lo que todos pedían, un programa bautizado como Team España y dotado con 50 millones de euros en tres años para afinar en la preparación de los candidatos a medallas. Y los datos refrendan que ha funcionado. Según el COE, España llega con 28 medallas mundiales en 2023 (10 oros, 10 platas y 8 bronces) y 35 en campeonatos de Europa. En 2019 (se toma ese año como referencia porque en 2020 no hubo competición por la pandemia), se ganaron 23 mundiales (sólo dos oros) y 18 europeas. Y en 2015, 22 mundiales y 12 europeas. Mejor que nunca. Con el piragüismo y la vela lanzados, con unas campeonas mundiales de fútbol, con el dobles Nadal-Alcaraz, con Carolina Marín recuperada y el atletismo al alza... París pinta bien.
Por Rafa Payá
París puede ser histórico, ya que hay opciones reales de pelear por varios podios para acercarse a los mejores Juegos de siempre en resultados, los de Barcelona 92. En casa, el deporte de los deportes nos dio cuatro medallas. En otras cuatro ediciones el botín fue de dos, y un metal fue alcanzado en cuatro más para un total de 16 podios. En Francia, las aspiraciones son muy altas en cinco pruebas: 20 km marcha (masculino y femenino), maratón mixto de marcha y triple salto, también en ambos sexos. En la especialidad que ha dado 5 de las mencionadas 16 preseas, España presenta un potentísimo equipo individual en 20 km marcha (jueves 1 de agosto, 7:30 masculina y 9:20 femenina), liderado por los vigentes bicampeones del mundo, Álvaro Martín y María Pérez, pero sin olvidar a Paul McGrath (plata en los Europeos de Roma 2024), Diego García Carrera (doble medallista continental), Laura García-Caro o Cristina Montesinos... además del relevo mixto (miércoles 7, 7:30), en el que la Selección presentará dos potentes dúos.
En el foso de saltos, los reyes de Europa en 2024. Jordan Díaz (final el viernes 9, 20:10) debutó con un impresionante oro en Roma y el tercer salto más largo de la historia: 18,18. Firme candidato al oro, como también lo será Ana Peleteiro (final sábado 3, 20:20), y más con la ausencia por lesión de Yulimar Rojas. La gallega, bronce en Tokio, es una competidora única y habitual de las medallas en grandes campeonatos. Puestos a soñar a lo grande, se podría incluir también a la terna del 800 masculino.
Jordan Díaz. / FOTO: Matteo Ciambelli/Getty Images
Por Albert Sancho
Ocho años después, Carolina Marín volverá a unos Juegos. En Río 2016, la española se proclamó campeona olímpica. En Tokio pretendía repetir resultado, pero, a dos meses de la cita, se destrozó la rodilla izquierda: rotura del ligamento cruzado y de los meniscos interno y externo. “París es un sueño que me arrebataron”, dice Caro, que ya sufrió otra lesión grave en 2019 (rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha). El camino de Carolina hacia París empezó nada más romperse. A los dos días se operó, y antes del quirófano, sin embargo, ya había iniciado la recuperación. “Empezamos a trabajar el día después de la lesión. Fernando (Rivas, su entrenador) le puso ejercicios para que no perdiera mano y nos empujó al resto. El preparador físico (Guillermo Sánchez) siguió con la pierna sana. Yo, con pequeña movilidad pasiva”, explica el fisio de Marín, Carlos de Santos.
La onubense volvió a la competición en abril de 2022, 337 días después, para proclamarse campeona de Europa. Por aquel entonces, y a pesar del éxito, el dolor aún no había desaparecido. En diciembre de ese año se produjo un punto de inflexión: un cambio de plantillas dio en el clavo y los resultados se dispararon. El año pasado, Carolina alcanzó siete finales. En ellas se colgó dos oros y, sobre todo, dos platas que ratificaron su vuelta: en los Mundiales y en la Copa de Maestras. Ya en esta temporada ganó el All England, el Wimbledon del bádminton. Ahora, intentará recuperar ese oro olímpico que ya sentía suyo (final el 5 de agosto a las 10:55).
Carolina Marín. / FOTO: Fred Lee/Getty Images
Por Raquel G. Santos
La Selección masculina se ha colgado cuatro medallas olímpicas (plata en Los Ángeles 84, Pekín 2008 y Londres 2012 y bronce en Río 2016), pero en París 2024 tiene muy complicado lograr la quinta. En primer lugar, porque ha caído en el grupo de la muerte junto a la Canadá de Shai Gilgeous-Alexander, la Grecia de Giannis Antetokounmpo y la Australia de Patty Mills y Josh Giddey. Una primera fase con muchas curvas y que puede complicarle el futuro a los de Scariolo. EE UU no ha escatimado en recursos (Curry, LeBron y Durant coinciden por primera vez en el equipo) y podría asomar en el horizonte de España si no brilla en esa primera fase. Otros peligros en el retrovisor son Francia, Serbia, Alemania e incluso Brasil, que ha dejado a Letonia, sensacional en el Mundial, sin Juegos.
El palmarés de la femenina se reduce a la plata de Río 2016 y, aunque su camino está algo más despejado (China es el rival a batir en un grupo en el que también están Puerto Rico y una Serbia venida a menos), el cruce de cuartos puede ser tremendo. Salvo sorpresa mayúscula, EE UU acabará como la mejor selección de la primera fase —sus siete oros olímpicos seguidos así lo acreditan— y, en el otro grupo, con Australia, Francia y Canadá, puede pasar cualquier cosa. Por lo tanto, no sería descabellado que una de estas tres selecciones, o la campeona de Europa, Bélgica, fuera el rival de España en cuartos.
En Tokio se estrenó el 3x3 y ahí la Selección femenina tiene otra opción de medalla, aunque tampoco será fácil. España es sexta de un ranking que lidera (como no) Estados Unidos.
Rudy Fernández / FOTO: Borja B. Hojas/Getty Images
Por Enrique Ojeda
Los dos últimos compromisos internacionales de los Hispanos y de las Guerreras no fueron buenos, y por eso accedieron a los Juegos vía los preolímpicos, en Granollers y en Torrevieja, que impulsaron a las dos Selecciones a la cita francesa. El combinado masculino es uno de los clásicos: desde 1972, sólo ha faltado en dos ocasiones y ha conquistado cuatro medallas de bronce. Los Hispanos faltaron por un gol en el preolímpico a los Juegos de Río, y esa mácula ha pesado en una generación brillante que se extingue. Para desquitarse, bronce en Tokio cuando los de Jordi Ribera no sonaban en las quinielas.
Para París cuenta con veteranos ilustres, rodeados de jugadores en plenitud, con una estrella como Álex Dujshebaev que necesita este torneo para redimirse de una temporada de reveses con su club polaco, el Kielce. Las Guerreras tienen menos tradición en los Juegos, con una medalla de bronce, en Londres 2012, con un plantel en que sólo se mantiene ahora Marta López (34). Será la última competición de Shandy Barbosa, que ha hecho el esfuerzo de jugar un año extra en Francia para despedirse a lo grande. En el polo opuesto entran jóvenes como Paula Arcos que están llamadas a liderar a las Guerreras. De entrada, no están en el grupo de candidatas a pelear por las medallas, pero con ellas ya se conoce que nunca se sabe.
Álex Dujshebaev. / FOTO: Alex Grimm/Getty Images
Por Cristina Parra
Rafael Lozano fue el último boxeador español en colgarse una medalla en los Juegos, plata en Sídney 2000. Volverá a intentar repetir el logro, pero, esta vez, como seleccionador y con su hijo como uno de los púgiles que ha conseguido el pase. Rafa Lozano Jr. (-51 kg), con 19 años, se convirtió en el primer boxeador en ganar una medalla en unos Mundiales Jóvenes (bronce), y consiguió la clasificación tras un brillante preolímpico en Tailandia. Con unos genes que le preceden, apunta a medalla (final el 8 de agosto a las 22:34). En el torneo asiático se clasificaron más españoles. Oier Ibarretxe (-63,5 kg) fue el primero en asegurar el pase a París tras hacer una actuación impecable (final el 7 de agosto a las 22:34). Le siguió Ayoub Ghadfa (-92 kg), oro europeo y bronce mundial en 2023 (final el 10 de agosto a las 22:51).
Laura Fuertes (-50 kg), bronce mundial, fue la primera en clasificarse para París y se convirtió en la primera boxeadora española en sacar billete para unos Juegos (9 de agosto a las 21:47). En ese mismo evento, los Europeos de Cracovia, José Quiles (-57 kg), plata europea, también consiguió su pase y repetirá presencia, ya que estuvo en Tokio 2020 (final el 10 de agosto a las 21:47). España tiene un equipo para soñar: es la primera vez en la historia que lleva seis púgiles a los Juegos.
Rafa Lozano Jr. / FOTO: Peerapon Boonyakiat/Getty Images
Por Jesús Mínguez
Juan Ayuso iba a ser el multiusos de España en París doblando en la contrarreloj (sábado 27 de julio, 16:30) y en la ruta (sábado 3 de agosto, 11:00). Pero abandonó el Tour por COVID y se dio de baja de la primera prueba, donde le sustituye Oier Lazkano (24 años). Optar a algo en la crono parece imposible ante los grandes especialistas, con 32 km prácticamente llanos. Será ya en la ruta donde tanto el del UAE como los ‘movistar’ Lazkano y Alex Aranburu (28) tendrán sus opciones en una carrera que se avecina loca, con sólo 90 participantes, en desventaja con otras potencias que han clasificado a cuatro corredores, en un recorrido de 225 km trufados de pequeñas cotas y que después de visitar Versalles desemboca en un circuito de 50 km por París en el que habrá que pasar tres veces la colina de Montmartre con adoquinado camino del Sacre Coeur para desembocar en el puente de Jena.
Ayuso, Lazkano y Aranburu son todoterrenos, especialmente los dos últimos, que pueden moverse bien en una carrera incontrolable en la que estarán Tadej Pogacar, Remco Evenepoel, Wout van Aert, Mathieu van der Poel... Es decir, muy cara. En mountain bike (29 julio, 14:10), David Valero, alargó la racha de su bronce en Tokio llegando al número uno del ranking UCI. Pero ha ido a menos y ahora es el 34º. Jofre Cullell (16º) parece llegar mejor. Y en la pista, la opción vuelven a ser Albert Torres y Sebastián Mora en madison (10 agosto, 17:59), aunque parece que el tren se les escapa ya.
Juan Ayuso / FOTO: Dario Belingheri/Getty Images
Por Albert Sancho
En Tokio, Alberto Ginés se convirtió en el primer campeón olímpico de la historia en escalada. El español sorprendió al mundo con 18 años. En París, defenderá su oro (finales el 9 de agosto, desde las 10:15) tras un ciclo de menos a más. Hasta finales de junio, de hecho, costaba meter al cacereño entre los candidatos a las medallas. Al límite, sacó su mejor versión. Desde Tokio, los mejores resultados de Ginés habían sido tres bronces (dos en Europeos y uno en Copa del Mundo); en el Preolímpico de los deportes urbanos, sin embargo, certificó su billete a París a lo grande. La competición se dividía en dos ciudades (Shanghái y Budapest) y el campeón olímpico brilló en ambas.
En China, donde terminó segundo, dejó encarrilada su clasificación; en Hungría, pese a terminar finalmente quinto, impresionó en unas semifinales que finalizó como líder. “Diría que mi estado es asombroso. Estoy sorprendido, porque ha sido una temporada difícil. Todas las horas de gimnasio están dando sus frutos”, celebró Ginés junto a 25 familiares y amigos que se desplazaron para apoyarle. Como si todo formara parte de un plan, ya había avisado. “Me lo voy a tomar como si fuesen los Juegos, para dar un golpe en la mesa”, dijo Ginés antes del preolímpico. Tras sus palabras, se escondían una serie de cambios a nivel mental, físico y de alimentación que permiten soñar de nuevo con todo.
Alberto Ginés. / FOTO: Mohd Rasfan/Getty Images
Por Marta Griñán
El fútbol volvió a traer alegrías olímpicas a España en Tokio 2020 al lograr una plata después de 21 años sin sumar una medalla en el deporte rey, un éxito que se puede repetir por partida doble gracias a la participación en París de las Selecciones femenina y masculina. Ambas llegan con la vitola de favoritas a estos Juegos, sobre todo el equipo femenino, que participará por primera vez en unos Juegos y lo hará como campeón del mundo y de la Nations League. Sin duda, las futbolistas de Montse Tomé son las rivales a batir. Cómo no soñar con colgarse el metal más preciado con las dos últimas Balones de Oro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, vistiendo la camiseta de La Roja en París.
Para comenzar, se enfrentarán a su rival más complicado. El último que, según las palabras de las propias internacionales, les dio “un meneo”: Japón. Después llegarán Nigeria y la Brasil de la mítica Marta. El regreso de Patri Guijarro, que enterró de forma definitiva el conflicto de Las 15, es la gran novedad de un equipo histórico que quiere el oro.
En cuanto a la Selección masculina, después de la plata lograda en Tokio 2020 y el subcampeonato de Europa Sub-21 del verano pasado, todo lo que no sea subirse al podio sería una decepción. Al contrario que en la categoría femenina, en la que no hay límite de edad para participar, las normas olímpicas del fútbol masculino no permiten la presencia de jugadores mayores de 23 años a excepción de tres futbolistas por equipo. Una norma que da ventaja a España y a su generación de futbolistas nacida a partir del año 2000, que en los últimos cursos ha conseguido multitud de éxitos en categorías inferiores
Aitana Bonmatí. / FOTO: Marcelo del Pozo/REUTER
Por Enrique Ojeda
Los ojos españoles en la gimnasia artística en los Juegos se dirigen a Ray Zapata (31). Por su medalla de plata en suelo en Tokio, su capacidad competitiva, y su carisma. Sin embargo, el seleccionador, Benjamín Bango, advierte que lleva un equipo del que sugiere repasar los historiales: Néstor Abad (31), también en sus terceros Juegos, es un habitual en la final por clasificación general; Joel Plata (26) ha sido bronce en el Europeo de 2022 en barra fija; Nicolau Mir (24) ha logrado oro en paralelas en la Copa del Mundo; y Thierno Diallo (23) tiene bronce en paralelas en los Europeos. Además, ninguno es un debutante para que le impresione la grandiosidad de los Juegos.
La preparación de Zapata es para pelear por las medallas en suelo y salto, sus especialidades. En suelo, porque lleva unos años entre los mejores, y en salto porque se perciben posibilidades y por eso ha preparado dos palomas diferentes por si entra en la final. Ray, además, también saldrá en anillas para colaborar con el equipo en el que participan cuatro gimnastas en cada aparato (seis) y se suman las tres mejores notas. Si se entra en la final, tres por aparato, se suman todas las puntuaciones. En chicas, Ana Pérez (26), Alba Petisco (21), y Laura Casabuena (19) son la representación. Sin equipo, no cuentan para los metales.
Ray Zapata. / FOTO: Maja Hitij/Getty Images
Por Enrique Ojeda
La competición de conjuntos en la rítmica es una de las espacialidades en las que suele brillar España. En 1996, en el debut de esta disciplina obligada a rebajar de seis a cinco gimnastas sus formaciones, las españolas se llevaron el oro. Hubo que esperar a Río para retornar al podio con plata, y ahora, en 2024, de la mano de Alejandra Quereda (componente y capitana de los conjuntos de Londres y Río), se encuentra entre los conjuntos más destacados.
Salma Solaun (19), Inés Bergua (20), Mireia Martínez (19), Patricia Pérez (19) y Ana Arnau (18) forman un quinteto reconocido, que lleva destacando y en los podios en los tres últimos años, tanto en los Campeonatos de Europa como en los Mundiales de Valencia.
Dado que los conjuntos más brillantes compiten en los Europeos, el bronce de este año avala el buen nivel español, que además sumó oro y plata en las finales de aparatos (cinco aros, y el mixto, de tres cintas y dos pelotas), aunque en los Juegos sólo se reparten medallas en la general. En individual, en el programa desde Atlanta 1984, y siempre con un máximo de dos por país, las españolas clasificadas son Polina Berezina (27) y Alba Bautista (21). Dos buenas gimnastas, pero sus notas para la general no abren muchas esperanzas a que destaquen más allá de luchar por un diploma, que sería un éxito.
Equipo español de aparatos. / FOTO: Fabrizio Carabelli/Getty Images
Por Jorge Noguera
Tres largos años ha tenido que esperar Jon Rahm para cumplir un sueño olímpico que llegó a visualizar en Tokio, antes de que un positivo por COVID frustrara su participación. El de Barrika, si no hay un contratiempo similar, sí que estará en París, donde el binomio masculino (del 1 al 4 de agosto) lo completará David Puig, también de LIV Golf y que le quitó la plaza a última hora a Jorge Campillo. El femenino (del 7 al 10) lo compondrán Carlota Ciganda y Azahara Muñoz. En un deporte que en los Juegos adopta formato stroke play, el de golpes respecto al par, estándar en los grandes circuitos, es osado hablar de grandes opciones de medalla, pero sí puede decirse que España acude a la mesa con buenas cartas.
La mejor baza por currículum es Rahm, con dos grandes en las vitrinas y otras 17 victorias internacionales. Aún no ha ganado en el LIV, por el que fichó en diciembre y que no le termina de sentar bien (aunque maquillara recientemente su campaña en los grandes con un top-10 en el British, antes selló el peor Masters de su carrera, falló el corte en el PGA y quedó fuera del US Open por una herida en un pie), pero sorprendería que no esté en la pelea por las medallas. La misma en la que debería tener algo que decir Ciganda, sin majors pero con ocho triunfos entre LPGA y LET. Una fiera competitiva cuando juega por una bandera, prueba de ello su última Solheim Cup.
Jon Rahm / FOTO: Christian Petersen/Getty Images
Por Iván Molero
No quieren convertir la primera fase en una hoja de cálculos, en una especie de cuentas sobre qué rival convendría evitar en el cruce de los cuartos. Porque esa eliminatoria es el primer gran objetivo de las Selecciones de hockey hierba en el Yves-du-Manoir, escenario olímpico hace ya un siglo, en París 1924. Quedar entre los cuatro primeros equipos de grupo, formado por seis países, es la primera meta realista. Después, todo es posible. Las RedSticks parten con la adrenalina de haber conquistado la Nations Cup, en junio en Terrassa, que les da pie a participar el próximo año en la FIH Pro League. Resolvieron con solvencia el preolímpico y ocupan el séptimo lugar del ranking mundial, justo la misma plaza que ocuparon en los Juegos de Tokio 2020.
Y también cuentan con un equipo contrastado, de Clara Pérez a Patricia Álvarez pasando por María López, así como el revulsivo de que su entrenador, Carlos García Cuenca, ha renovado en el cargo hasta después de los Juegos de Los Ángeles 2028. En la retina, aunque se antoje una quimera, el oro olímpico de Barcelona 1992. Ese es el metal que le falta a la Selección masculina, octava en Tokio 2020, por tanto con diploma igual que la femenina, y que con Max Caldas al frente completará un ciclo olímpico muy regular. Álvaro Iglesias, Jose Chefo Basterra y Álex Alonso aportarán la experiencia de unos Juegos, igual que un Joaquín Menini que los jugó con Argentina. La plata en Pekín 2008 es el listón que los RedSticks pueden igualar o rebasar.
Hockey femenino. / FOTO: NurPhoto/Getty Images
Por Jesús Mínguez
Para la suerte final de España en el medallero será importante la aportación del judo, que secó su fuente en Sídney 2000. “Desde entonces hemos tenido siete quintos puestos”, se lamentan en la Federación. Y entienden que es hora de explotar. España ha clasificado a cinco judocas masculinos y cuatro femeninas. Y al equipo mixto. “En París la vamos a liar”, advierte convencido Niko Sherazadishvili, que llegó como doble campeón mundial en -90 kg y fue una de las grandes decepciones en Tokio. Ha saltado a los -100 kg (final, el 1 de agosto 18:09) y, después de una lesión grave (rotura del cruzado de la rodilla derecha), ha levantado el vuelo con un bronce en los últimos Mundiales. En los anteriores, su colega en el Dojo Quino de Brunete, Fran Garrigós, se proclamó campeón mundial en en -60 kg. Compite el 27 de julio.
A la fiesta se ha sumado Tato Mosakhlishvili, que en mayo conquistó el bronce mundial en -90 kg (final, 31 a las 18:09). Y entre bambalinas se habla maravillas de la magia de David García Torné (-66 kg), plata en los Europeos 2023 (28 de julio). Entre las chicas, París podría suponer la explosión entre los mayores de Ai Tsunoda (-70 kg). Nacida en Lleida, de padre japonés y madre francesa, fue doble campeona mundial júnior (2021 y 2022), y en los últimos Europeos fue bronce (31 de julio). Quien esprintó hacia París con grandes resultados en Grand Slam y Grand Prix con 20 años es Ariane Toro (-52 kg), hija de la medallista Yolanda Soler.
Ai Tsunoda. / FOTO: Igor Kralj/Getty Images
Por Iván Molero
Representaron los Juegos de Tokio una sequía en la natación, tanto en línea como acuática y en aguas abiertas. Y eso que Mireia Belmonte acarició el podio en los 400 estilos. La badalonesa, no en vano, es la gran ausencia después de cuatro ciclos olímpicos. Y sin embargo, las esperanzas de medalla han vuelto con fuerza. Abandera Hugo González la opción de subir a un podio en La Défense Arena, ya que llega el mallorquín criado en Madrid y residente en California en su mejor momento. En febrero, en Doha, se colgó el oro mundial en los 200 espalda (final, el 1 de agosto a las 20:37) y la plata en los 100 espalda (29 de julio, 21:22). También estaba clasificado desde los Mundiales de Fukuoka 2023 para los 200 estilos (viernes 2, 20:49). Y mucho más cerca, el 20 de junio, en los Trials, pulverizó el récord nacional de los 200 espalda: 1:54.51. “Aún tengo margen de mejora”, avisó en febrero.
Desde 2012, en Londres, no sube al podio la natación artística (entonces, sincronizada), cuya nueva generación parece haber encontrado su punto exacto de madurez conforme se acercaba París y se adaptaba al nuevo reglamento. Sin Rusia, sancionada, y con China como nueva favorita, las de Mayuko Fujiki pueden aspirar a todo tanto en equipo, con sus tres rutinas (técnica, libre y acrobática el 5, 6 y 7 de agosto, 19:30) como en el dúo Iris Tió-Alisa Ozhogina (técnica y libre, 9 y 10 de agosto, 19:30).
Equipo español de artística. / FOTO: Clive Rose/Getty Images
Por Jesús Mínguez
El piragüismo es ahora mismo el mascarón de proa del deporte olímpico español. “Podemos llegar a seis medallas”, desliza el presidente de la Federación, Javier Hernanz. Y es que en los Mundiales de aguas tranquilas de 2023 fueron segundos en el medallero con 13 preseas (cinco en pruebas olímpicas). En eslalon sigue en pie y con opciones Maialen Chourraut (con la colección ya de oro, plata y bronce). Si hay que jugarse dinero por alguien, sería por María Corbera y Antía Jácome en el C2 500 (9 de agosto, 12:50), en el que no se han cansado de subir al podio durante este ciclo. Pero, además, las dos doblarán en el C1 200 (10 agosto, 13:50), donde también están entre las favoritas. Siguiendo con ellas, Teresa Portela (42 años y en sus séptimos Juegos) se ha dado otra oportunidad con el K4 500 (8 agosto, 13:40), bronce mundial en 2023.
Y entre los chicos, la alineación galáctica del K4 500 (Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade) que ya fue plata en Tokio y tendrá la final el 8 de agosto a las 13:50. De esa embarcación salen dos K2 500 que están entre la élite mundial: Cooper-Adrián del Río (aparición fulgurante con 21 años para subirse al kayak olímpico) y Germade-Arévalo, 9 de agosto (13:50). Y el C2 de Moreno-Domínguez, el K1 1.000 de Paco Cubelos... Además, en eslalon, Maialen (41 años) ha resurgido en la última Copa del Mundo de K1 con una plata (medallas el 28 de julio, 17:45), y le gusta mucho la nueva modalidad de kayak cross (5 agosto, 16:55).
María Corbera y Antía Jácome. / FOTO: Archivo AS
Por Albert Sancho
El remo español sólo ha conseguido una medalla a lo largo de su historia. En Los Ángeles, en 1984, hace 40 años, Fernando Climent y Luis María Lasúrtegui se colgaron una plata que, de momento, no ha encontrado compañía. En París, la situación puede cambiar. “Yo creo que terminará la sequía. Estamos bien situados. El optimismo tiene una base”, dice la presidenta de la Federación Española de Remo, Asunción Loriente. El optimismo está basado en el mejor ciclo de la historia del remo nacional y, como consecuencia de lo anterior, en la tropa de representantes más cuantiosa de siempre. En total, España contará con cinco botes en el Vaires-sur-Marne Nautical Stadium.
Estos son: el doble scull de Rodrigo Conde y Aleix García (final el 1 de agosto, 11:30), el dos sin timonel de Jaime Canalejo y Javier García (2 de agosto, 11:30), el dos sin de Aina Cid y Esther Briz (2 de agosto, 11:42), el doble scull ligero de Caetano Horta y Dennis Carracedo (2 de agosto, 12:02) y el skiff de Virginia Díaz (3 de agosto, 10:18).
Los resultados dicen que se puede optar a más de un metal. En total, desde Tokio, los barcos mencionados han conseguido dos preseas en Mundiales y cinco en Europeos. El doble scull y el dos sin masculino, subcampeones del mundo en 2022, son las opciones con más argumentos. En el equipo, sin embargo, se apunta más alto. “Todos los que vamos a París podemos subir al podio”.
Rodrigo Conde y Aleix García. / FOTO: Federación Española de Remo
Por Rafa Payá
Fátima Gálvez (37 años) y Alberto Fernández (41) dieron un concierto maravilloso formando equipo en Tokio para dar a España el oro en foso mixto. Uno de los tres metales dorados logrados por los deportistas del COE junto al obtenido por Sandra Sánchez, en la kata femenina del kárate, y Alberto Ginés en escalada. En París, tres años después, a Fátima y Alberto les toca actuar en solitario, pero ambos llegan a la prueba individual de trap (foso olímpico) como recientes campeones de Europa en 2024. Cordobesa (hexamedallista planetaria, incluyendo un oro) y madrileño (triple campeón mundial), en sus cuartos y quintos Juegos, respectivamente, no estarán solos, ya que dos jóvenes talentos, Mar Molné (clasificada por ranking) y Andrés García, harán su debut olímpico y también batallarán por elevar a España lo más arriba posible en la clasificación (final masculina de foso, 30 de julio a las 15:30; y la femenina, miércoles 31, 15:30).
La prueba consiste en una clasificatoria de 125 blancos (con 11 centímetros de diámetro) que son lanzados en cinco series de 25 platos, normalmente tres el primer día y dos en el segundo, y que deben ser alcanzados y rotos en una parte visible para el juez merced al disparo con escopeta calibre 12 sin mira. Al término de la fase, los seis tiradores con mayor número de platos alcanzan la final.
Fátima Gálvez. / FOTO: Juan Naharro Gimenez/Getty Images
Por Albert Sancho
Con su sonrisa y su plata en Tokio, Adriana Cerezo encandiló al mundo. A sus 17 años, fue la encargada de abrir el medallero y acarició el oro. A siete segundos era suyo, pero la tailandesa Wongpattanakit se lo arrebató. “He visto muchas veces los últimos 15 segundos y es horrible. Cuando gane en París, me veré el vídeo entero”, dice la española, que aún no ha querido visionar su final. Es algo intrínseco a su carácter, el de una niña que no quería competir por el odio a perder. Al lado de su entrenador, Jesús Ramal, superó esa barrera y, ahora, quieren ser los mejores de la historia. En los Juegos de París, intentarán dar otro paso hacia ello. El ciclo olímpico invita a soñar: desde Tokio, Adriana ha ganado cuatro medallas en Europeos y una en Mundiales, además de multitud de metales en competiciones internacionales. El año pasado fueron diez.
También pelearán por todo Javier Pérez Polo (-68 kg), plata en el Grand Prix Final del año pasado, Cecilia Castro (-67 kg), campeona de Europa y bronce mundial en 2022, y Adrián Vicente (-58 kg), el otro líder. Como su tocaya, Adriana (-49 kg), viene de unos cursos brillantes. El año pasado cosechó nueve metales, tiene cinco en Europeos y un bronce mundial. Uno tras otro (finales a las 21:23 Adriana y 21:30 Adrián), el 7 de agosto intentarán iniciar el efecto dominó del taekwondo. “Siempre van los primeros, ganan y contagian al resto”, dice la directora técnica de la Federación, Elena Benítez.
Adriana Cerezo. / FOTO: Ben Roberts/Getty Images
Por Jesús Mínguez
Dice Alejandro Blanco, presidente del COE, que el dobles formado por Rafa Nadal y Carlos Alcaraz será “la foto mundial de los Juegos”. Y no le falta razón. Porque el mito de Roland Garros, el 14 veces campeón, y el actual monarca se unen en ese escenario para buscar una medalla para España. Rafa tenía entre ceja y ceja llegar a los Juegos de París, que se juegan en su estadio fetiche. Y Charly no ha podido encontrar mejor plan que debutar en una cita olímpica junto a un hombre que es historia del deporte y que ya tiene un oro individual (Pekín 2008) y otro por parejas (en Río 2016 junto a Marc López). La final se disputará el 3 de agosto.
Además, los dos son claras bazas en la competición individual (final, domingo 4), en la que Novak Djokovic saldrá con el colmillo afilado. Coronarse en el Olimpo es lo único que le falta al serbio en el tenis. Pedro Martínez y Jaume Munar serán los otros dos representantes en el individual masculino, ambos reemplazando las bajas de Pablo Carreño y Alejandro Davidovich. Carreño, por lo menos y tras su bronce en Tokio, saldrá en dobles junto a un especialista como Marcel Granollers (que ha llegado al número uno este año). “Veo posibilidad de hasta tres medallas”, se lanzó a pronosticar Miguel Díaz, presidente de la Federación Española. Sin Paula Badosa (los Juegos no dan puntos y está centrada en recuperar terreno en el circuito), la participación femenina se reduce a Sara Sorribes y Cristina Bucsa. Son las actuales campeonas del Madrid Open en dobles.
Alcaraz y Nadal. / FOTO: Clive Brunskill/Getty Images
Por Iván Molero
“Aspiramos a todo” es la frase más repetida en boca de Miki Oca, de David Martín o de cuantos jugadoras y jugadores componen las Selecciones. Si hay un deporte de equipo con más opciones a podio, a oro incluso, que el resto, ése es el que jugará entre el Centro Acuático y La Dèfense Nanterre del 27 de julio al 11 de agosto. En un año con triplete de grandes competiciones, vienen las Guerreras de colgarse la plata en los Europeos de Eindhoven y el bronce poco después en los Mundiales de Doha. Pero, sobre todo, llegan a París convencidas de que los Juegos les deben un oro, y de que es el momento. De hecho, es el cénit de aquella generación que se colgó la plata en Londres 2012 (con Laura Ester, Maica García, Anni Espar o Pili Peña), la que se estrenó con otro subcampeonato olímpico en Tokio 2020 y las que han ido llegando (Elena Ruiz, Martina Terré...).
Muy similar es el panorama de una Selección masculina que acaba entre las cuatro primeras todos los campeonatos que disputa desde 2018, y a la que bajo la batuta de David Martín tan sólo le falta un metal olímpico, que acarició en Tokio. Campeones del mundo en Budapest 2022 y de Europa por primera vez en su historia el pasado enero entre Zagreb y Dubrovnik, la combinación de los Felipe Perrone y los Álvaro Granados, los Edu Lorrio y Unai Aguirre, de Alberto Munárriz y Sergi Cabanas, resulta explosiva cuando se junta. Y anhela reeditar aquel título de la Generación de Oro en Atlanta 1996. Es el único que les falta.
España femenino. / FOTO: Archivo AS
Por Marc Bernad
Una de las máximas en la vela es que ‘sin viento, no hay carrera’. Pues bien, a España le sopla el viento a favor para la cita olímpica en Marsella. Acostumbrada a dar alegrías (es el deporte más laureado con 21 medallas: 13 oros, 5 platas y 3 bronces), la vela quiere seguir marcando el ritmo y hay dos parejas llamadas a colgarse el oro: Jordi Xammar y Nora Brugman, en 470 mixto, y Diego Botín y Florian Trittel, en 49er. Xammar y Brugman son un valor seguro y es que nadie ha logrado más medallas que ellos durante este ciclo: dos oros (Mundial y Europeo de este año) y tres platas (Mundial de 2022 y 2023 y Europeo 2022). La única vez que bajaron de la segunda posición fue en el Europeo del año pasado, cuando finalizaron quintos. Xammar, tras su bronce en Tokio junto a Nico Rodríguez, buscará su segunda medalla; Brugman se estrenará. Los números uno del ranking mundial quieren la triple corona este 2024.
Por otro lado están Botín y Trittel. Pretenden marcar una era, como lo hicieron Iker Martínez y Xabi Fernández (oro en Atenas 2004 y plata en Pekín 2008): “No hay día que no pensemos en el oro”. Para Botín serán sus terceros Juegos (en Tokio, con López Marra, acabó cuarto empatado a puntos el bronce), y Trittel vivirá los segundos tras ir a Tokio con Tara Pacheco en Nacra 17. Se juntaron en el 49er en 2022 y, ese año, fueron campeones de Europa y subcampeones del mundo. En este 2024 no se han bajado del podio y son los actuales número tres del ranking.
Xammar-Brugman. / FOTO: RFEV