Sin Rafa Nadal ni Carolina Marín, España confía en sus equipos y en los viveros de la vela, el piragüismo, el taekwondo o el judo para intentar superar las 17 medallas de Río.
Los Juegos de la luz al final del túnel, expresión acuñada por el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, serán también unos Juegos imprevisibles. La pandemia ha privado de referencias a muchos deportistas por la falta de competición, el nivel de preparación ha sido diferente según los países porque la COVID-19 ha apretado de forma desigual alrededor del mundo. Para algunos veteranos un año más ha supuesto una cuesta arriba y sin embargo algunos jóvenes a los que se esperaba en París 2024 han encontrado su punto de cocción en 2021… España viaja a Tokio con la esperanza de superar las 17 medallas de Río 2016. Parece posible, pero quizá la cosecha de oros (7) sea difícil de mantener.
Rafa Nadal no está y otra lesión ha sido cruel con Carolina Marín. Dos campeones olímpicos que no defenderán sus oros. Mireia Belmonte (campeona en el 200 mariposa) no está al nivel del ciclo anterior… Pero España llevará una selección de lujo en fútbol (no clasificó en Río), la masculina de baloncesto quiere despedir a dos leyendas como los Gasol con un último podio. Los Hispanos llegan con rabia y un Entrerríos que merece un oro y los equipos de waterpolo parecen destinados a luchar por lo más alto. Pero la diferencia entre una cosecha buena y otra excelente va a depender de la vela, el piragüismo, el taekwondo y el judo. Deportes con múltiples opciones de medallas con los que, si alinean los astros, España puede dispararse. Igualar las 17 medallas es, al menos, lo que se espera de España. El techo de las 22 de Barcelona sigue ahí, pero parece difícil de alcanzarlo.
Atletismo
Orlando Ortega, técnico y seguro incluso en tiempos difíciles
De Orlando Ortega es muy complicado dudar. Plata olímpica en Río 2016, ganador de dos Diamond League y bronce mundial, el palmarés del vallista español es un aval que se reafirma con su seguridad por encima de los obstáculos. Ortega, de 29 años, ha pasado un 2021 muy difícil por una lesión en el pie y prefirió mantenerse en un segundo plano (“estuve nervioso y triste”, admite). Hasta que se recuperó y reapareció como siempre: rápido, técnico y seguro. Listo para los 110 metros vallas de Tokio (5 de agosto, la final) en los que esperan rivales tan feroces como Grant Holloway, que quedó a una centésima del récord mundial, o el ruso Shubenkov. Orlando ya los ha tumbado alguna vez y es claro: “Espero luchar por medalla”. Si lo dice, hay que creerlo totalmente.
Si el pie respeta y sigue su trayectoria ascendente, Orlando es, sin duda, la gran opción española de podio en atletismo en los Juegos. La alternativa es Ana Peleteiro, en triple salto. Competidora nata y que a los 25 años acumula tres medallas europeas y una mundial. Y, sobre todo, cuenta con el intangible de su enorme capacidad competitiva. “Dicen que hasta se me cambia el gesto”, apunta entre risas la plusmarquista nacional (14,73). La tercera vía para llegar al podio está en Sapporo, los 20 km marcha (5 y 6 de agosto), con Diego García Carrera, Álvaro Martín y María Pérez. Y ha nacido una cuarta, el cometa Mo Katir en 5.000, que no tiene techo tras sus récords de España en esa distancia y en 1.500.
Balonmano
El buen feeling de Hispanos y Guerreras
Sueños de metal en el balonmano español. Sueños reales, después de la plata de Las Guerreras en el Mundial de Japón; y del bronce de Los Hispanos en el Mundial de Egipto. Pero sueños con obstáculos. Las subcampeonas del mundo tendrán como principales rivales a Noruega, siempre poderosa, Francia, y esa sensación que es Países Bajos, país sin aparente tradición que lleva años en la cima, con jugadoras como Angela Malestein, Abbingh o la portera Tess Wester, una de las mejores del mundo. España perdió ante las neerlandesas el Mundial en el último lanzamiento, y tiene clavada esa espina. El objetivo será acabar bien colocada una primera fase que incluye algún rival de peso como la misma Francia o Hungría, aunque las magiares no consiguen medalla desde Sídney.
Dinamarca, campeón del mundo, y la Francia de Mem, salen como favoritos al torneo masculino junto a España. Pero Alemania ha crecido en los últimos tiempos; Suecia y Noruega son unos clásicos y Portugal, un país con una interesantísima evolución considerado uno de los outsiders. A todos deberán prestar atención los Hispanos. A nivel emotivo, sin embargo, Guerreras e Hispanos están en un momento de confianza que debe aprovecharse. Nombres como Raúl Entrerríos, Silvia Navarro, Carmen Martín, Cañellas, Maqueda o Nerea Pena sueñan con poner la guinda a sus carreras con metales olímpicos. Carlos Viver y Jordi Ribera cuentan con magníficos grupos humanos. Hay buen feeling de metal. La ambición es máxima.
Baloncesto
Pau y Laia, el sueño dorado de dos cuarentones
El baloncesto salta al Saitama Arena con expectativas altas y el sueño de meter dos metales en la cesta del medallero español, pero con los ojos bien abiertos. El nuevo formato, con tres grupos de cuatro equipos que desembocarán en un sorteo diabólico de cuartos, convierte la primera fase en una bomba. Por partes, el último baile de Pau Gasol con el Barça ha despertado unas expectativas fenomenales en los chicos, que vienen de tres medallas consecutivas en Pekín, Londres y Río. Su condición de campeón del mundo sitúa a España como segundo favorito en las apuestas detrás de Estados Unidos, que después de su petardazo en China 2019 ha vuelto a conformar un equipo competitivo con el extraterrestre Durant.
Luego, habrá que vigilar a las selecciones de siempre. Argentina es mejor equipo que hace dos años. Deck ha explotado, Vildoza y Campazzo son jugadores tremendos y el final de temporada de Bolmaro convierte el 'small ball' argentino en explosivo. Australia tiene cuentas pendientes con España, Francia es una moneda al aire siempre, pero la nómina de jugadores que tiene asusta: Batum, Gobert... Las chicas, con Laia Palau de despedida como Pau, también deberán estar atentas a la primera fase, donde esperan otras dos candidatas a medalla: la Serbia de Sonja Vasic y Jovanovic, dirigida con el alma por Marina Maljkovic, y la Bélgica de Messeman y Mestdagh. El oro tiene dueño. Salvo hecatombe, será para Estados Unidos. Canadá, Australia (de la tremenda Liz Cambage) y Francia, las otras candidatas.
Ciclismo
El último reto de Valverde y la opción Torres-Mora
Alejandro Valverde tiene un reto entre ceja y ceja, el último de su laureadísima carrera. El murciano que ha logrado subir al podio de las tres grandes, siete medallas mundiales… se planteó el oro olímpico como la guinda a su trayectoria. Poco importa que cuente con 41 años en su carnet de identidad y que tuviera que ver cómo los Juegos se retrasaban un año por la pendemia, porque el murciano ha demostrado en este 2021 que ha vuelto a poder pelear por estar con los mejores. Para el seleccionador Pascual Momparler, el ‘Bala’ siempre ha sido su primera y casi única opción para soñar con una medalla en Tokio, por lo que ha configurado un equipo a su medida con Omar Fraile, Jesús Herrada, Gorka Izagirre y su hermano Ion, quien doblará con la crono, aunque todos los esfuerzos irán destinados a la prueba de fondo. Estar atentos a los cortes (todos son cazaetapas de nivel) y servir de escuderos de Valverde.
Porque, aunque en la cita japonesa estarán la mayor parte de las figuras del pelotón, al murciano el recorrido se adapta bien. Sin la explosividad de años anteriores, la baza del español será que el recorrido configurado por la organización es para fondistas extremos. Un durísimo trazado de 234 km para escaladores en el que destaca el Monte Fuji, pero con la exigente ascensión a Mikuni cuando ya se lleven 200 km en las piernas. En la pista, la dupla Sebastián Mora y Alberto Torres (madison) tiene el aval de sus medallas en Europeos y Mundiales en una prueba en la que Joan Llaneras se convirtió en leyenda.
Halterofilia
Lydia Valentín, una multimedallista contra la incertidumbre
Lydia Valentín llega a sus Juegos Olímpicos más complejos. La berciana, de 36 años, ha estado rodeada de incertidumbre en la previa. A falta de un mes para que se cerrase el proceso de clasificación olímpico, la Federación Internacional modificó el sistema. Eso la dejaba fuera de su categoría (-76 kg). La española aprovechó un resquicio en el reglamento y clasificó en -87 kg para asegurarse su presencia en Tokio. Dudó hasta el último momento (se confirmó a menos de 20 días para la inauguración), y al final tendrá que ir en una división superior. Ella prefería la clásica (se movió de 75 a 76 kg para eliminar los récords de levantadoras dopadas), pero una vez ha tenido que amoldarse a la situación.
Por esas dudas y por el aplazamiento de un año, Lydia está ante sus Juegos más difíciles. Es la cuarta clasificada del ranking de su nueva clase, por lo que la opción de medalla es real. Además, una triple medallista olímpica siempre tiene el cartel de favorita. Pese a ello, será difícil. Tendrá que tirar de experiencia para jugar sus cartas a la hora de cargar pesos y no fallar. Sus oponentes serán más grandes y podrían levantar más, aunque sobre el papel solo tres rivales la mejoran. Valentín ha logrado todo lo que puede soñar cualquier halterófilo, pero a la berciana le queda un reto más. Solo La china Chen Yanqing ha logrado dos medallas de oro en dos Juegos Olímpicos (2004 y 2008). Es difícil, pero si alguien puede es ‘superLydia’. Ya ha demostrado que para ella no hay imposibles.
Golf
Jon Rahm, la estrella del golf olímpico
Con el casillero de majors estrenado (ganó el US Open este 2021) y convertido en un icono mundial, Jon Rahm será una de las estrellas del equipo español en los Juegos de Tokio. El de Barrika, de 26 años, siempre ha mostrado sin fisuras su entusiasmo por la cita. “Fui campeón mundial y europeo, y nunca pensé que estaría en unos Juegos. Es un sueño para mí ser deportista olímpico”, dice sobre un deporte que reingresó en el calendario en 2016 (ganó Rose) tras más de un siglo de ausencia. Con un circuito profesional millonario y bastante exigente, algunas estrellas se han borrado de la competición (Dustin Johnson, Sergio García, Oosthuizen…), pero decisiones como la de Rahm dan mucho empaque al torneo de Tokio, en el que también estarán Justin Thomas, DeChambeau McIroy...
Jon creció en las categorías inferiores de la Selección española y vivió un tiempo en la Blume. Allí convivió día a día con deportistas de todas las disciplinas, algo que hizo germinar una pasión por lo olímpico que ni siquiera ha rebajado la pandemia. Queda por ver cómo se adapta su juego al circuito de Kasumigaseki, aunque Rahm es un todoterreno, capaz de brillar en campos de pegada larga o más técnicos. El golf tiene la idiosincrasia de que es un deporte poco previsible, por eso hablar de una medalla con Rahm lleva riesgos… Pero también hay un factor a favor: si un golfista es un seguro a la hora de estar en la pelea en la jornada final es Jon. Así lo muestran sus números en el PGA Tour (más de 10 top-10 sólo en 2021). Rahm, estrella española y uno de los grandes atractivos del golf olímpico.
Judo
Niko Shera, un doble campeón mundial forjado en Brunete
La cuenta del judo, un deporte que había conquistado seis metales entre 1992 y el 2000, se detuvo en Sídney… Desde entonces el desierto, a pesar de buenos resultados en el circuito internacional. Un chicarrón llegado de Georgia a Brunete (Madrid) con 13 años es ahora la gran esperanza para volver a subir a un podio. A lo más alto. Porque Nikoloz Sherazadishvili (Niko Shera para que sea más fácil) se proclamó campeón mundial en -90 kg en 2018 y lo volvió a hacer el pasado 10 de junio. Llega al Budokan, el templo del judo donde ya se celebró la competición en Tokio 1964, como número uno en su peso y de todos los pesos. “Tiene magia”, dice de él su entrenador, Quino Ruiz. El maestro de Brunete, subcampeón mundial en 1991 y participante en tres Juegos, ha pulido a la perla y le considera “un hijo”. Porque el de Niko falleció en 2017 y Quino se ha convertido en su soporte.
Pero hay más opciones de medalla que las de Niko, el gigante de 1,90 y ojos verdes. Está su amigo y compañero de club, Fran Garrigós. El mostoleño de 26 años está en sazón, porque este año ha conquistado el oro europeo y el bronce mundial en -60 kg. Y está su novia, la alicantina Ana Pérez Box (25 años), que también subió al tercer escalón del podio en el reciente Mundial de Budapest en -52 kg y ha reencontrado el camino después de dos años atascada. Julia Figueroa (-48 kg), la experimentada María Bernabéu (-70 kg) o Alberto Gaitero (-66 kg) estarán al acecho. El judo sueña con explotar.
Hockey hierba
Medallistas europeos y experiencia para soñar
El hockey siempre llega fiel a su cita con el podio. El milagro de un deporte con tradición en Terrassa y con un creciente Club de Campo de Madrid pero con escasas licencias en el panorama nacional comparado con otros gigantes, como Alemania, Holanda, India o Bélgica, reúne todos los condicionantes para soñar con una medalla, especialmente en categoría femenina, donde han conseguido resultados relevantes en este último ciclo olímpico. De la mano del inglés Adrian Lock, metódico como pocos, la Selección subió al podio en el Mundial de 2018 y en el Europeo de 2019, en ambos casos como terceras. En el último Europeo jugado en junio en Holanda fueron cuartas.
Con un juego atrevido, la femenina ha demostrado que salvo Holanda, que juega en otra liga, puede competir con cualquier selección. Un escalón por debajo, aunque con el aval de la medalla de en el Europeo de 2019 (plata) llega el equipo de Fred Soyez, que se despedirá del cargo después de Tokio. También será el último baile para una generación de jugadores que ya vivió la plata de Pekín 2008 o la frustración de Londres 2012, un nexo entre dos generaciones. En un grupo sin europeos, con Australia y la India como rivales a batir, España intentará posicionarse de la mejor manera para evitar principalmente a Bélgica, el equipo predestinado al oro. En novena posición del ránking, España, que ya cuajó una buena actuación en los Juegos de Río, mejor incluso de lo esperado, quiere repetir las medallas de 1996 y 2008. Tres Juegos después, como marca su cita con el podio.
Natación
Últimos coletazos de Mireia y explosión de Hugo
Si algún nadador español consigue una medalla en Tokio será una sorpresa. El ciclo olímpico no ha sido igual de esperanzador que el de Río, en el que Mireia Belmonte llegó con serias opciones de podio en los 200 mariposa y los 400 estilos, principalmente, pruebas en las que ya se había colgado chapa en las grandes competiciones y que le dieron un oro y un bronce en 2016. Ahora la badalonesa aterriza en Japón después de cuatro años sin subirse a un podio, con una edad limítrofe para la natación (30) y con varias lesiones que han lastrado una preparación excesivamente corta para pensar en la medalla. En sus últimas pruebas, sus registros han estado lejos de sus mejores y solo ha logrado, oficialmente, dos mínimas. Pero en el universo Mireia, que será abanderada, todo es posible.
Con el aval del último Europeo, en el que se colgó tres medallas (dos de ellas en pruebas olímpicas), emerge Hugo González, que cada vez que salta al agua bate su marca personal. Registros que en pruebas como los 100 espalda o los 200 estilos le pueden conducir a la final olímpica. A sus 22 años, en un punto de madurez en un nadador, posibilita que las miradas apunten a él. El mallorquín se prepara a conciencia para vivir sus segundos Juegos, los de su confirmación como uno de los mayores talentos que ha dado la natación española. Otros españoles pueden colarse en las finales, como Jessica Vall en los 200 braza o Joan Lluís Pons en los 400 estilos, para ellos ya sería una medalla conseguir ese logro.
Karate
Sandra y Damián, apuesta segura en la cuna del karate
En las quinielas de medalla de España, dos (ya se verá el color) aparecen como seguras. Son las de Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 39 años) y Damián Quintero (Buenos Aires, 36). Son los maestros del kata, esa forma de competir contra sí mismo que consiste en dibujar formas con perfección milimétrica, un combate contra un rival imaginario que los jueces puntúan tanto por su perfección técnica (70%) como atlética (30%). El jueves 5 de agosto será el turno de la talaverana. Y el viernes 6, del malagueño (se afincó en Torremolinos desde los cinco años). El escenario, el Nippon Budokan de Tokio, la meca de las artes marciales. Su misión: derrotar a los japoneses en la cuna de su deporte, que se estrena como olímpico en estos Juegos pero que desaparecerá en el programa en París 2024. Pueden convertirse en los primeros, y únicos, campeones olímpicos.
Sandra Sánchez es la gran estrella mundial del kárate desde hace cinco años, en los que no se baja del podio. En 2018 en Madrid se proclamó campeona mundial y la Federación Internacional la declaró la mejor de la historia en katas. Su reto es arrebatar el oro a la local Kiyou Shimizu en un escenario que puede condicionar la percepción de los jueces. Igual le ocurre a Damián Quintero, actual subcampeón del mundo, que tendrá delante a Ryo Kiyuna, que ha encadenado tres Mundiales consecutivos. Dos oros de España en el Budokan harían temblar los cimientos de Tokio.
Piragüismo
El K4 de Craviotto y varias balas en la recámara
Desde la plata en Montreal 1976 del K4 1.000 de Chema Estaban Celorrio, José Ramón Díaz-Flor, Herminio Menéndez y Ramos Misioné, España sueña con volver a subir a un K4, la embarcación que marca el potencial de un país, a otro podio olímpico. Y ha encontrado un cohete en el K4 500 de Saúl Craviotto (doble campeón olímpico además de un oro y una plata), Carlos Arévalo, Marcus Cooper (oro en Río en K1 1.000) y Rodrigo Germade. Los cuatro tienen una cita con la historia el 7 de agosto a las 12:10 (05:10 en la península). Durante el ciclo, y con la participación también de Cristian Toro (descartado al final), el K4 ha sido tres veces subcampeón mundial por detrás de Alemania… a los que lograron superar en la pasada Copa del Mundo de Szeged en mayo. Un excelente augurio.
Además, Carlos Arévalo (militar de profesión) doblará en el K1 200 y sus tiempos son top. Craviotto también está tentado en salir en K1 lo que le daría la oportunidad de conseguir seis medallas olímpicas y superar a David Cal. Quien quiere la primera es Teresa Portela, que con 39 años competirá en sus sextos Juegos (récord entre las mujeres españolas) y sigue explosiva en el K1 200, en el que fue cuarta en Londres 2012. En el último Mundial de 2019 se colgó el bronce. Y están Paco Cubelos e Íñigo Peña, subcampeones mundiales en K1 1.000 en 2018 y 2019. Y en eslalon hay que confiar en que Maialen Chourraut (38 años) vuelva a estar fina en unos Juegos tras su bronce en Londres y oro en Río. David Llorente (K1, 24 años) fue subcampeón mundial en 2019.
Taekwondo
Martínez, Pérez Polo y Cerezo: baraja ganadora
El taekwondo se ha convertido en un vivero de medallas para España. En Londres 2012 cayeron un oro con Joel González y dos platas con Brigitte Yagüe y Nico García. En Río 2016, la plata de Eva Calvo y el oro de Joel… Y en Tokio 2020 la baraja que se presenta es también ganadora: Raúl Martínez (Elche, 30 años, -80 kg), Javier Pérez Polo (San Fernando de Henares, 24 años, -68 kg) y Adriana Cerezo (Alcalá de Henares, 17 años, -49 kg). A ellos se une Adrián Vicente (Alcalá de Henares, 22 años, -58 kg), una incógnita después de que fuera incluido, en una polémica decisión de la Federación, en el equipo en detrimento de Jesús Tortosa. En una competición en la que los pesos se reducen de los ocho habituales a cuatro y con sólo 16 participantes, en un día de furia se puede ser campeón.
Martínez, estudiante de Medicina, ha sabido esperar. En Londres acudió como sparring. El mismo papel que desempeñó Pérez Polo en Río 2016. El primero tiene medallas de todos los colores en Grand Prix y viene de colgarse el bronce europeo en abril. El segundo se proclamó subcampeón mundial en 2019 y fue tercero en el Europeo. Y a su lado tendrán al tsunami de Adriana Cerezo, que con sólo 17 años se ha proclamado campeona de Europa absoluta y apunta a todo. Desde 2016, como cadete entonces, ha participado en 30 competiciones internacionales y ha obtenido 27 oros y una plata. España nunca España había metido a tantos competidores en unos Juegos. Del 24 al 27 julio habrá que estar muy atentos.
Tenis
Sin Rafa Nadal, los focos giran hacia Garbiñe Muguruza
La Armada del tenis llega disminuida a la pista rápida del complejo Airake de Tokio, donde todos los años se celebran sendos torneos ATP y WTA sobre su pista rápida. El almirante de la nave, Rafa Nadal, decidió dar un descanso a su cuerpo tras caer en las semifinales de Roland Garros frente a Novak Djokovic. Ya tiene un oro individual de Pekín 2008 y un bronce en dobles con Marc López en Río 2016… Y los Juegos de París 2024, con el tenis en Roland Garros, se adivinan dentro de tres años y él no ha puesto fecha de fin a su carrera. El tenis masculino español ha dado la espalda a la cita. Un top-ten como Roberto Bautista también renunció… y Ramos, Munar, Alcaraz o Feliciano. Así que hay que confiar en Pablo Carreño, un tenista maduro (29 años) dos veces semifinalista del US Open y en la pujanza del atrevido Alejandro Davidovich (22 años), que crece con los cuartos de final de Roland Garros este año. Los dos formarán un dobles que es un tiro al aire: nunca han jugado juntos.
Así que los focos girarán más hacia el cuadro femenino, donde figura Garbiñe Muguruza. De ella, campeona en Wimbledon y Roland Garros y finalista en Australia, se puede esperar todo… y nada. Formará, además, pareja con Carla Suárez, recuperada del cáncer, en un dobles ilusionante y con resultados previos: tres títulos, finalistas de las WTA Finals en 2015 y cuartofinalistas en los pasados Juegos. Con ellas, Paula Badosa (23 años) y Sara Sorribes (24), dos jóvenes que han explotado, que tienen un gran feeling y que también formarán dupla.
Waterpolo
Dos selecciones con la regularidad por bandera
De 2017 a 2021 no hay selecciones nacionales tan laureadas como las del waterpolo. La femenina de Miki Oca ha mantenido su estatus de segundo mejor equipo del mundo después de la todopoderosa Estados Unidos, que buscará su tercer oro consecutivo; mientras que David Martín, que se hizo cargo de la masculina en 2017, ha convertido a España en un rival que nadie quiere ver en los cruces. El waterpolo puede vivir un momento mágico en Tokio, como ya vivió en Barcelona 92, en Atlanta 96 o en Londres 2012 con la plata de las ‘guerreras del agua’ en su primera participación olímpica. Pero ahora multiplicado con dos equipos.
La Selección masculina, que mezcla la experiencia de Dani López Pinedo o Felipe Perrone con la ya madurez de talentos como Munarriz o Granados, llega a Tokio después de ser plata en los dos últimos Europeos y en el Mundial de 2019. Dos de esas tres finales las perdió en los penaltis después de recorrer firme la travesía de la fase de grupos y los cruces, dejando en la cuneta a selecciones como Serbia, Croacia o Italia. Lo mismo ha protagonizado la femenina, que cuenta con Maica García, Laura Ester o Anni Espar como las líderes de un conjunto con grandes lanzadoras, como Ru Tarragó o Bea Ortiz. Bronce, plata y oro son sus últimas medallas. Solo EE UU se ha mostrado imbatible, el ‘coco’ a evitar en las hipotéticas semifinales. España ha estado un escalón por encima de Italia, Holanda, Rusia o Hungría, otras selecciones que aspiran a la medalla, y llegan con la lección de Río 2016 aprendida, cuando cayeron ante Rusia en cuartos en un mal día.
Triatlón
Noya, Mola y Alarza, tres samuráis en la batalla de Odaiba
Agua a altas temperaturas (¿30º C?) en la bahía de Odaiba, calor y humedad que puede rebasar el 85%. Ese será el ‘infierno’ que se vivirá en el triatlón olímpico (25 de julio) al que España lleva tres ‘samuráis’ expertos como Javi Gómez Noya, Mario Mola y Fernando Alarza. Sólo entre Noya (38 años) y Mola (31) acumulan ocho títulos mundiales (cinco para el gallego y tres del balear). Esa carta de presentación ya los hace aspirantes a cualquier cosa en un deporte que se encuentra en una transición generacional. Los españoles, el multimedallista Jonny Brownlee (bronce en Londres 2012 y plata Río 2016) o el francés Vincent Luis confrontarán con nuevos talentos como el británico Alex Yee, el noruego Kristian Blummenfelt, el americano Pearson…
A favor de Noya está su buen manejo de las carreras (es un seguro en la natación) y esa experiencia que le hace sacar siempre el 200% en cada competición. Estos son sus terceros Juegos, fue plata en Londres 2012 y se quedó fuera de Río 2016 por una caída en la bici. Ha retrasado su salto definitivo al Ironman para estar en la cita. Respecto a Mola, estos Juegos llegan en el momento ideal. Sus opciones de medalla pasan por ‘resistir’ en el agua y en la bici para sacar su explosiva carrera a pie. El tercer samurái, el talaverano Fernando Alarza (30 años), es un triatleta consistente afinado por el fisiólogo Roberto Cejuela para que Tokio sea su gran momento. Una cosa es segura, darán mucha batalla en Odaiba.
Fútbol
España aspira a todo con un equipo de lujo
España es candidata al oro en fútbol en los Juegos Olímpicos. Existen selecciones a un nivel similar, pero ninguna por encima. Es conveniente ser prudente por lo excepcional de esta competición, en el que los futbolistas encuentran un ecosistema muy distinto al que están acostumbrados y además es en unas fechas complicadas. Se vio en Londres 2012, cuando con un equipazo España se marchó a las primeras de cambio. Pero, en condiciones normales, lo lógico es que la selección de De la Fuente esté luchando por las medallas. La lista es de un nivel altísimo, con seis futbolistas que han jugado la Eurocopa (Simón, Èric García, Pau Torres, Pedri, Oyarzabal y Dani Olmo), tres mayores de 24 asentados en clubes de gran exigencia (Ceballos, Asensio y Mikel Merino) y con un magnífico grupo de jóvenes que demostraron su valía en la última Eurocopa Sub-21 (Cucurella, Puado, Miranda, Álvaro Fernández…).
Esta generación ha sido campeona de Europa Sub-19 y Sub-21, en ambas ocasiones con Luis de la Fuente como seleccionador. La química entre el técnico y sus jugadores es total y esa experiencia en torneos anteriores, en los que superaron situaciones muy adversas, les hace más fuertes y les aporta seguridad. Además, España tiene la ventaja de que los clubes españoles están obligados a ceder a sus jugadores, algo que ha hecho que apenas haya tenido bajas importantes (sólo las de algunos que juegan en el extranjero). Otros países, en cambio, han visto mucho más debilitados sus equipos porque los clubes, al no jugarse en fechas FIFA, no están obligados a cederlos. Entre los candidatos, a Alemania y Francia hay que tenerles siempre en cuenta, igual que a las dos grandes potencias de Sudamérica (Brasil y Argentina). Las africanas siempre compiten bien en estos torneos, mientras que Japón lleva un buen equipo y cuenta con el plus de jugar en casa. Obstáculos que, si España está a su nivel, está preparada para sortear.
Vela
La espina se saca con un equipo de oro
Enoshima es la pequeña isla japonesa (está unida a la ciudad de Fujisawa por un puente de 600 metros de largo) que acogerá la competición de vela. Ya lo hizo en 1964 y repite este 2021 teniendo a España como una de las grandes favoritas para hacerse con varias medallas. La bahía de Sagami, desde la que se puede ver el Monte Fuji, es donde se celebrarán las regatas y verá a la flota española navegar en las diez clases. Hay pleno y no sólo por eso España está en las quinielas para hacerse un hueco de privilegio en el medallero, sino que sus regatistas llegarán a Tokio con buenas sensaciones y excelentes números respaldados por el Ranking Mundial de la World Sailing.
Tras irse de vacío de Río 2016, la vela está con ganas de reivindicarse y muchas de las miradas estarán depositadas en las clases de 49er FX, Nacra 17 y 470. En 49er FX, Paula Barceló y Támara Echegoyen (fue oro en Londres 2012 en Elliott 6m y cuarta en Río 2016 en 49er FX) forman una dupla que mirarán al podio dado que fueron campeonas del mundo en 2020. En Nacra 17, Tara Pacheco y Florian Trittel y por último están los dos equipos de 470. Silvia Mas y Patricia Cantero son las actuales campeonas del mundo, y Jordi Xammar y Nico Rodríguez van claramente a por el oro. Llegan a Tokio como números uno del mundo en 470 y en el Mundial de 2021 se colgaron el bronce y el Europeo, la plata. En la Federación Española son optimistas y no dudan en comentar que pueden volver de Tokio con, como mínimo, cinco medallas. Uno de los ‘tapados’ es a Joan Cardona, en Finn. A sus 23 años (es el más joven), fue subcampeón en el pasado Mundial.