Iago Aspas 500
Real Club Celta

Iago Aspas, 500 veces celeste

El capitán del Celta alcanza esta noche esa cifra redonda con el equipo de su vida y AS hace un repaso a su trayectoria con el testimonio de familiares, amigos y excompañeros.

Clemente Garrido
Clemente Garrido
Twitter ClementeGarrido

El 8 de junio de 2008 Iago Aspas jugó su primer partido con el Celta y hoy, dieciséis años después, disputará su encuentro número 500 con la elástica celeste. Se trata del segundo jugador en la centenaria historia céltica que alcanza el medio millar de partidos, situándose así en el mismo escalón que alcanzó Manolo Rodríguez a principios de los años ochenta. Ambos jugadores morracenses, uno de Cangas y otro de Moaña, son los dos futbolistas que más veces portaron la celeste. El gran capitán, Manolo, disputó un total de 533 encuentros, una cifra que Aspas tiene al alcance esta misma temporada.

Inicios de Iago Aspas

Los inicios

Iago Aspas 500, inicios

La bonita historia de Iago Aspas empieza a dibujarse en el campo de A Xunqueira, al lado de la playa del mismo nombre, en Moaña. Allí descansan las primeras hazañas del capitán celeste, quien siendo un niño ya llamaba la atención. Lo recuerda bien Roberto Lago, que veraneaba en Moaña y enseguida conoció el nombre del que después sería su compañero y amigo: “Después de comer todos los niños íbamos al campo de tierra a echar un 20 contra 20. Fue ahí cuando yo conocí a Iago por primera vez, que era muy pequeñito y se metía como una anguila entre todos los mayores. No paraba de meter goles”. Curiosidades del destino, ese campo se derribó un mes antes de que Iago debutase en Balaídos contra el Alavés. Queda la playa, donde Iago tampoco se separaba de su mejor amigo: el balón.

“No hay nadie, quitando una persona o dos, que se esperase esto de Iago. Decían que era bueno y tenía grandes cualidades, pero nadie pensaba que llegase a ser la estrella que es”. (Jonathan Aspas)

Su ingreso en el Celta, con tan solo ocho años, causó un gran revuelo en la comunidad infantil de la villa. Es de sobra conocida su mentira piadosa sobre la edad para realizar las pruebas de acceso en A Madroa, pero su íntimo amigo Xes Currás cuenta al detalle cómo ocurrió aquello: “Había un señor, Manuel Palmás, que se encargaba de organizar campeonatos de forma altruista en categorías inferiores, que de aquella no había tanto fútbol base. Había una liga que se llamaba la liga de los sábados y eran categorías prebenjamín y benjamín. Entonces, el Celta anunció que iba a hacer pruebas para todos los niños de esas edades. Fuimos todos y al final se vio quien valió y quién no. El resto es historia”. Eso sí, para llegar al primer equipo y convertirse en leyenda todavía tendría que superar varios obstáculos.

Iago Aspas en un entrenamiento
Iago Aspas en la pretemporada del Ceta en Melgaço (Portugal).FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS

Su hermano Jonathan, el gran referente de Iago en el fútbol, asegura que era impensable prever una carrera tan prolífica: “No hay nadie, quitando una persona o dos, que se esperase esto de Iago. Decían que era bueno y tenía grandes cualidades, pero nadie pensaba que llegase a ser la estrella que es. Era un chico delgadito, medio enclenque, que jugaba de mediapunta y no explotaba sus virtudes. Creo que tener pareja y familia le ha dado ese punto de madurez, cuando antes era inconsciente en muchas situaciones que él soltaba cuando se sentía frustrado. Todo eso lo ha sabido moldear con el paso de los años. Su experiencia fuera también le ha servido para ver otra cara del fútbol”.

Y es que su carácter díscolo y rebelde dentro del terreno de juego estuvo a punto de tumbar su carrera en más de una ocasión. En edad juvenil fue cedido al Rápido de Bouzas, sobre todo por la insistencia de Javier Maté, su gran valedor en las categorías inferiores. El ex portero del Celta ejercía entonces como coordinador en A Madroa y se negaba a darle la baja federativa. Mientras Jonathan Aspas se hacía un hueco en la plantilla del EuroCelta, Maté no paraba de recordarle cada día que “el bueno es tu hermano”. Superada la etapa juvenil y ya asentado en el Celta B, Iago era incapaz de deshacerse de ese pequeño demonio que le incitaba a comportarse de manera inadecuada. Y eso que en la grada tenía a la voz de la conciencia, pues su padre le silbaba de manera muy particular para recordarle que debía tranquilizarse. Cuando Iago entraba en ebullición y escuchaba ese inconfundible silbido, respiraba hondo y contaba hasta diez. Aún así, hubo episodios que cortaron su progresión al primer equipo. El más sonado fue una expulsión contra el Alcorcón en noviembre de 2006, lo que impidió que fuera convocado al día siguiente en el derbi contra el Depor.

“Era un chico delgadito, medio enclenque, que jugaba de mediapunta y no explotaba sus virtudes. Creo que tener pareja y familia le ha dado ese punto de madurez”. (Jonathan Aspas)

Iago llevaba un par de semanas en dinámica del primer equipo y Fernando Vázquez contaba con él para viajar a Riazor, pero esa roja directa de Barreiro dilapidó el plan. El desparpajo y la personalidad del hermano de Jonathan, como era conocido entonces en el vestuario, encandiló al técnico de Castrofeito y cabreó en más de una ocasión a Esteban, el mítico portero asturiano y uno de los veteranos de aquel equipo. Jonathan fue testigo de todo aquello: “En el típico entrenamiento de partidillo, estaba Esteban de portero, viene un balón y le hace una vaselina. En la siguiente jugada le hace un amago, lo regatea y gol. En la siguiente le tira un caño y a la próxima ya me mira y me dice: "voy a reventar a tu hermano". Le vuelve a tirar una vaselina y ya le mete un pelotazo, mientras él se marchaba riéndose entre dientes”. A pesar del varapalo de no viajar a Riazor, Iago recibió la recompensa cuatro días después al ser convocado para el partido de UEFA frente al Newcastle en Inglaterra. Es la única convocatoria que compartieron los hermanos Aspas, aunque Iago evitaba siempre a Jonathan durante la concentración.

FOTO: Salvador Sas/Diario AS
Inicios de Iago Aspas

El debut

Iago Aspas 500, debut

Muy poca gente recuerda que el estreno de Iago Aspas con el primer equipo fue en El Helmántico contra el Salamanca en junio de 2008, en la penúltima jornada de liga. Alejandro Menéndez lo puso de titular para cubrir la baja de Diego Costa, que había sido expulsado la semana anterior. El moañés disputó 60 minutos y ahí terminó su temporada, pues ya no fue convocado al último encuentro contra el Alavés. El destino le tenia preparado algo mucho más grande para el año siguiente.

La leyenda de Iago Aspas escribe un primer capítulo imborrable en junio de 2009, cuando el Celta se jugaba, literalmente, la vida en la antepenúltima jornada de Segunda contra el Alavés. Una victoria sellaba la permanencia, pero la derrota complicaba sobremanera la salvación y abría seriamente la posibilidad de la desaparición, ya que el club se encontraba en plena ley concursal y un descenso a Segunda B era la tumba. Pues en medio de todo ese contexto, Eusebio Sacristán decidió apostar por un chaval de la casa cuando el partido entraba en la fase de mayor nerviosismo. Aspas entró a falta de media hora en sustitución de Óscar Díaz y tardó poco en hacer historia. El moañés marcó en el 80’ para regocijo de todo Balaídos, pero el Alavés empató enseguida y la tensión se multiplicó por mil en el estadio. Y como no, Aspas fue el encargado de firmar el doblete de la victoria en el último minuto del partido. “Iago tiene estrella. Siempre hace goles transcendentes, actuaciones en momentos clave”, relata su amigo Xes Currás. “El destino estaba preparado para él”, reflexiona Roberto Lago. El caso es que Aspas entró por la puerta grande en Balaídos, como nadie lo había hecho nunca, salvando al equipo de su vida de la desaparición.

“Iago tiene estrella. Siempre hace goles transcendentes, actuaciones en momentos clave”. (Xes Currás)

Lo cierto es que nadie dentro de su círculo más cercano contaba con una eclosión de ese calibre. Tanto es así, que ninguno de su pandilla estaba ese día en Balaídos, tal y como reconoce Xes Currás: “Coincidía con el Mundialito, un torneo de 48 que se celebra en Moaña, y aquí eso lo vivimos muchísimo. Iba convocado, pero ninguno pensábamos que iba a jugar. Y justo estábamos jugando nosotros y desde la grada empezaron a narrar lo que estaba pasando. Primero que sale al campo, luego que marca un gol, después marca otro... No lo creíamos”. Tampoco su hermano Jonathan vio aquel famoso encuentro: “Yo hablo con él estando en Italia y me decía, como es él: ‘Soy el mejor y no me llevan’. Yo pensaba 'ya está este fantasma tirando por fuera'. A los pocos días yo estaba haciendo la maleta en Italia para venirme y me escribe un amigo un mensaje: "Tu hermano ya la lió". Seguro que lo expulsaron, dije yo para mí. Subo en el ascensor a buscar otra maleta y me llega otro mensaje: "Qué animalada, es una máquina". Y así un mensaje tras otro. Yo no sabía ni que iba convocado, aquel fue el día del debut contra el Alavés”.

Ese partido supuso la confirmación definitiva de Iago Aspas en el primer equipo. Deja el dorsal 28 colgado en el museo y se viste con el número 11, su primer dorsal siendo jugador del primer equipo. En su primera temporada juega 43 partido entre Liga y Copa y marca 6 goles. La andadura copera fue muy satisfactoria, logrando la hazaña de eliminar al Villarreal en octavos y rozando la gesta contra el Atlético en cuartos. Tras ese primer curso de transición, el Celta pelea al ascenso la temporada siguiente, pero se queda a las puertas en el playoff durante la eliminatoria contra el Granada, donde Aspas fue protagonista. El equipo gana 1-0 en Vigo gracias a un gol de Michu tras una asociación entre Aspas y Abalo, pero en Los Cármenes solo recordarán el ojo morado de Roberto tras un choque fortuito con el moañés. La ciudad nazarí se llena de pasquines ofreciendo una recompensa por la cabeza de Aspas, el preludio de un ambiente profundamente hostil que terminaría con el triunfo granadino en los penaltis.

“"Tu hermano ya la lió". Seguro que lo expulsaron, dije yo para mí. Subo en el ascensor a buscar otra maleta y me llega otro mensaje: "Qué animalada, es una máquina"”. (Jonathan Aspas)

Esa experiencia le sirvió al Celta y a Aspas para afrontar con más fuerza la siguiente temporada, que supuso la explosión definitiva del moañés. Y es que en la temporada 2011-12, el diez celeste firma 23 goles en Liga que lanzan al Celta al ascenso directo a Primera División. Esta explosión goleadora de Aspas empieza en una fecha muy significativa, el 12 de octubre de 2011, cuando Paco Herrera lo ubica por primera vez como punta en la segunda ronda de Copa frente al Valladolid. Iago, que ese día marca un golazo para culminar un gran partido, solo llevaba un gol en Liga y otro en Copa. A partir de entonces, se destapa como el gran goleador que ha conquistado cuatro trofeos Zarra en Primera y otro en Segunda División. Su debut en Primera se produce el 18 de agosto de 2012 contra el Málaga en Balaídos y su primer tanto en la máxima categoría sucede dos semanas después, el 1 de septiembre, ante Osasuna en casa.

Cabezazo de Iago Aspas a Marchena.
Cabezazo de Iago Aspas a Marchena. FOTO: Jesús Sancho/Diario AS

Durante esa primera temporada en la élite hay un episodio que supone un antes y un después en la vida de Iago. Sucedió el 15 de abril de 2013, durante la celebración del derbi contra el Depor en Riazor. Aspas cayó en la trampa de Marchena y le dio un cabezazo que supuso su expulsión a los 28 minutos, cuatro partidos de sanción y una lluvia de críticas que arreciaron desde su propio vestuario hasta a nivel nacional. Roberto Lago narra cómo fue el viaje de vuelta a Vigo aquel día: “Después del partido nos tocó dopping, estuvimos en la sala mucho tiempo y tuvimos que volver en taxi. Fue un momento duro para él. La vuelta a Vigo la hicimos nosotros dos con Gudelj y fue hora y media de auténtico silencio. Él sabía que se había equivocado”. Esa noche le esperaba en casa su actual mujer, Jennifer Rueda: “Yo ese día le metí un poco de caña al llegar, le eché la bronca. Y creo que ese partido supuso un antes y un después en su carrera, en su actitud en el campo”. Jonathan Aspas recuerda perfectamente que hasta Del Bosque le tiró de las orejas: “Hay una entrega de premios en la que Del Bosque le hace un comentario sobre la expulsión de Riazor, se estaba hablando mucho de la Selección y eso le ayudó a pulir su relación en el campo con los árbitros”.

“Fue un momento duro para él. La vuelta a Vigo la hicimos nosotros dos con Gudelj y fue hora y media de auténtico silencio. Él sabía que se había equivocado”. (Roberto Lago)

La primera temporada en Primera terminó con final feliz, logrando la salvación en la última jornada contra el Espanyol, en la que, como no, Aspas también fue protagonista. El Celta tenía un 4% de opciones de salvarse a falta de dos jornadas, pero consiguió dos triunfos que obraron el milagro. Los vigueses ganaron en Zorrilla 0-2, con goles de Cabral y Aspas, y cerraron la agónica permanencia ganando por la mínima al Espanyol (1-0) tras una inolvidable jugada del moañés, que le rompió la cintura a Colotto y asistió a Natxo Insa para prestarle el traje de héroe. Su mujer, Jennifer Rueda, se sigue emocionando al revivir aquella tarde: “Fue brutal, todavía se me pone ahora la piel de gallina al recordarlo. Ese partido me marcó muchísimo. Iago no expone sus sentimientos, pero esa semana estaba muy inquieto”.

Iago Aspas inauguró ese mes de junio llorando de alegría por haber obrado el milagro de la permanencia y lo cerró también con lágrimas en su despedida del club. La estrella del Celta ponía rumbo a Liverpool, pero Jennifer Rueda recuerda lo triste que fueron esos momentos: “El día de la despedida fue muy duro. A la vez estaba ilusionado por ir a un equipo muy grande, pero era la primera vez que salía de casa. Él habló mucho conmigo sobre Liverpool y si le iba a acompañar, porque llevamos solo un año juntos y yo solo tenía 19 años. Después de meditarlo, yo le dije que sí y entonces ya tomamos todos la decisión. Pero fue muy duro para él despedirse del Celta porque no sabía si iba a volver. En la rueda de prensa no era capaz ni de hablar”.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS
Inicios de Iago Aspas

El regreso

Iago Aspas 500, el regreso

Después de dos experiencias fallidas en el Liverpool y el Sevilla, Iago Aspas regresaba a casa en junio de 2015, dos años después de aquella recordada despedida. El futbolista se enteró del acuerdo final de la negociación durante una comida con sus amigos en Sanxenxo, entre los que estaba Xes Currás: “Solo me lo comentó a mí y a alguno más, todavía era top secret. Salía mucho a hablar por teléfono durante la comida”. Una de esas llamadas telefónicas fue a su mujer, Jennifer Rueda, que se llevó la sorpresa mientras caminaba por la Calle Príncipe, donde ahora tiene el Celta su sede: “Iago me llama y me dice que nos quedamos. No cabía dentro de sí, estaba contentísimo. Venía de dos años duros, él no sirve para estar en el banquillo y fue una alegría inmensa”.

“Cuando yo cogía el balón, al primero que miraba era a él. Iago es un jugador diferente y muy poco valorado en su país. Si se llamara Iaguinho, valdría 200 millones de euros”. (Nolito)

Si Iago Aspas había entrado en la historia del club por la puerta grande, con aquella salvación agónica ante el Alavés, y se había marchado también por la puerta grande, después de dejar al equipo en Primera y diez millones en caja, la vuelta no podía ser de otra manera. Aunque el moañés rompió todos los moldes y superó todas las expectativas generadas. El Celta volvió a Europa de su mano y Aspas podía cumplir ese sueño de niño. Su primera convocatoria con el primer equipo fue en un partido de la UEFA en 2006 y diez años después al fin podía disputar esa competición. Nolito fue su principal socio aquella temporada, un año que el sanluqueño tiene grabado a fuego: “Cuando yo cogía el balón, al primero que miraba era a él. Iago es un jugador diferente y muy poco valorado en su país. Si se llamara Iaguinho, valdría 200 millones de euros. Me quedo con el baño que le dimos al Barcelona, que ganamos 4-1 y Iago metió dos goles. Mi impresión dentro del campo era de ser muy superiores al Barcelona y eso son palabras mayores. Estaba Messi, estaba Neymar, estaba Luis Suárez y teníamos una facilidad tremenda. En toda mi carrera me enfrentado muchas veces al Barça, con el City, con el Benfica... Pero ese partido fue para enmarcar y para recordar”.

Iago Aspas y Nolito formaron una sociedad perfecta.
Iago Aspas y nolito formaron una sociedad perfecta. FOTO: Miguel Riopa/AFP

Si la primera temporada de Aspas en su regreso fue sobresaliente, la segunda fue de matrícula de honor. El moañés marcó 26 goles y el Celta roza la final de la Europa League y de la Copa del Rey. Sin embargo, los vigueses cayeron en Mendizorroza primero y en Old Trafford después. El camino por la Europa League fue glorioso, en el que Aspas brilló con luz propia. Dio una exhibición en los 20 minutos que jugó en Ámsterdam contra el Ajax, pese a la derrota, y después marcó en todas las eliminatorias, salvo en la semifinal contra el United. La eliminación europea fue especialmente dolorosa: “El día de Manchester volvió hundido”, recuerda Jennifer Rueda. A pesar del golpe, Aspas rompió su techo goleador en Liga en la siguiente temporada (22 tantos) y cumplió su gran sueño de disputar el Mundial.

FOTO: Miguel Riopa/AFP
Inicios de Iago Aspas

La reconquista

Iago Aspas 500, la reconquista

Iago Aspas vivía un momento dulce de su carrera. Había disputado tres semifinales con el Celta (dos de Copa y una de Europa League), había ganado dos Trofeos Zarra y había disputado un Mundial. Sin embargo, la temporada 2018-19 fue la más dura como celeste. Y eso que la campaña había empezado con buena dinámica, el moañés llevaba diez goles en 16 jornadas y el Celta peleaba por meterse en Europa. Pero todo cambió en la jornada 17, cuando Aspas se lesiona en el Camp Nou y se retira entre la ovación de todo el estadio. A partir de ahí, el equipo vigués entró en barrena y Iago sufrió los peores tres meses de su vida, el tiempo que estuvo de baja mientras veía como su equipo se iba hundiendo cada vez más y más en la clasificación. Esa situación aumentó la presión sobre Aspas, al que la gente no paraba de pedirle que volviera, como quien le pide a Superman que se ponga la capa y coja a los malos. Su mujer, Jennifer Rueda, reconoce que Iago llegó a enclaustrarse en su casa para no cargar más su mochila de la presión: “Esos tres meses fueron duros. Fue su peor momento en el Celta, nunca había estado tanto tiempo parado. Recuerdo que la presión que tenía era brutal, la gente por la calle solo le decía que tenía que volver ya, que le necesitaban... Llegó un momento que no quería salir de casa”. Su hermano Jonathan rememora de la misma manera esos interminables tres meses: “Fue un sinvivir para él. No tenía ningún historial de lesiones y yo le decía que no forzase. Ibas al súper, a la farmacia y todo el mundo le pedía que volviera cuanto antes”.

“Recuerdo que la presión que tenía era brutal, la gente por la calle solo le decía que tenía que volver ya, que le necesitaban... Llegó un momento que no quería salir de casa”. (Jennifer Rueda)

Después de tres meses aguantando el chaparrón, Iago Aspas estaba listo para volver el 30 de marzo de 2019, coincidiendo con la celebración de ‘La Reconquista’ de Vigo. Era un partido clave contra el Villarreal, que estaba cuatro puntos por encima de los olívicos, que ocupaban puestos de descenso. Así que ganar era obligatorio. Sin embargo, el partido empezó de la peor manera posible, con dos goles amarillos en apenas un cuarto de hora. El Celta necesitaba un nuevo milagro de Aspas para salvarse. Y claro que llegó. El moañés recortó distancias en la segunda parte con un extraordinario lanzamiento de falta y culminó la remontada en los últimos minutos desde los once metros. Fue sustituido en el último minuto para llevarse la ovación más atronadora que se recuerda en Balaídos y se refugió en el banquillo para llorar cual niño pequeño. Necesitaba desahogarse después de tres meses de auténtico sufrimiento, físico y sobre todo emocional. El Celta logró salvarse aquella temporada a lomos de Aspas, quien marcó diez goles en nueve partidos desde su regreso, suficientes para firmar la permanencia y conquistar un nuevo Trofeo Zarra.

Momento de la lesión de Iago Aspas en el Camp Nou el 16 de mayo de 2021.
Momento de la lesión de Iago Aspas en el Camp Nou el 16 de mayo de 2021. FOTO: Pau Barrena/AFP

Desde la temporada de ‘La Reconquista’ el Celta ha vivido instalado en el sufrimiento. En las cinco temporadas siguientes vivió tres permanencias agónicas y dos años tranquilos, ambos con Coudet. A pesar de ello, Aspas todavía fue capaz de conquistar su cuarto Trofeo Zarra en Primera, al firmar una tarjeta de 17 goles. La pasada temporada, el moañés también vivió un mal año porque no se sentía nada cómodo en el estilo de juego de Rafa Benítez. Iago no era feliz jugando y eso le traía por la calle de la amargura. Pero todo cambió con la llegada de Claudio. Y para muestra, un botón: “Yo fui a Sevilla con mis tres hijos en el primer partido de Giráldez y ese partido fue la leche. En el estadio pudimos estar con él al acabar el partido y nos dimos un abrazo enorme porque supuso un cambio tremendo”, ilustra Jennifer Rueda. El entrenador porriñés ha vuelto a sacar la mejor versión del moañés, que lleva siete goles y siete asistencias en los quince partidos con Giráldez.

Y así es cómo Iago Aspas ha disputado un total de 499 encuentros de celeste. Esta noche, ante el Atlético en Balaídos, jugará su partido 500 con el equipo de su vida.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS
Inicios de Iago Aspas

10 partidos clave

Celta-Alavés (06-06-2009) Celta-Xerez (23-05-2012) Celta-Osasuna (1-09-2012) Celta-Espanyol: (01-06-2013) Celta-Barcelona (23-09-2015) Ajax-Celta (03-11-2016) Las Palmas-Celta (16-10-2017) Depor-Celta (23-12-2017) Celta-Villarreal (30-03-2019) Celta-Las Palmas (20-04-2024)

Celta-Alavés

(06-06-2009)

Es su debut en Balaídos. Entra al campo a falta de media hora para firmar un doblete que supone la permanencia matemática en Segunda y fulmina la vía de una posible desaparición del club.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS

Celta-Xerez

(23-05-2012)

Aspas da la vuelta a un partido clave por el ascenso. El Celta perdía 0-1 y jugaba con uno menos desde el minuto 6, pero el moañés lideró la remontada con un doblete.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS

Celta-Osasuna

(1-09-2012)

A sus 25 años, Iago firma su primer gol en la máxima categoría. Lo consiguió con un gran remate de cabeza tras un centro de Augusto Fernández y fue en Balaídos ante Osasuna.

FOTO: Salvador Sas/Diario AS

Celta-Espanyol

(01-06-2013)

En la última jornada ejecuta una maniobra antológica para asistir a Natxo Insa y firmar la permanencia. Su genial regate a Colotto inspiró un nuevo cántico de la afición celeste.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS

Celta-Barcelona

(23-09-2015)

El Celta da un baño histórico al Barça con Aspas en modo imparable. Quitó los colores a Piqué en carrera y a Ter Stegen con una preciosa vaselina. Repitió en la segunda parte con otro gran gol.

FOTO: Miguel Riopa/AFP

Ajax-Celta

(03-11-2016)

Sale a falta de veinte minutos con un 3-0 en contra ante el Ajax y realiza una actuación memorable. Le regala el primer gol a Guidetti y se inventa un tanto soberbio en un escenario mítico.

FOTO: VI Images/Getty Images

Las Palmas-Celta

(16-10-2017)

Cuestionado por no marcar en las siete primeras jornadas, rompió esa sequía con un hat-trick en Las Palmas, el primero de su carrera con la camiseta del Celta.

FOTO: Carlos Díaz Recio/Diario AS

Depor-Celta

(23-12-2017)

Conquistó Riazor con una actuación memorable. Silenció el estadio del eterno rival con un doblete, sentenciando con un golazo de falta que dejó una foto para el recuerdo en la celebración.

FOTO: fotopress/Getty Images

Celta-Villarreal

(30-03-2019)

Uno de los partidos más legendarios de su carrera. Volvió después de tres meses lesionado para obrar un nuevo milagro. Lideró la remontada ante el Villarreal con un golazo de falta y otro de penalti.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS

Celta-Las Palmas

(20-04-2024)

El moañés da una exhibición con 37 años para sellar la primera victoria de Giráldez en casa. Marca dos goles y sirve dos asistencias. Eterno.

FOTO: Lalo R. Villar/Diario AS
Coordinación:
Mariano Tovar.
Diseño:
Darío González.
Desarrollo:
Rodrigo Ludgero.
Redacción:
Clemente Garrido.