Con el conjunto italiano, no obstante, las lesiones volvieron a acuciarle. Su único partido, el último de su carrera, fue el 11 de agosto, en la Copa de Italia contra la Sampdoria. El Como anunció días después que no le inscribía en la Serie A, denotando que su tiempo estimado de baja se prolongaría durante muchos meses. Tras una larga y tendida reflexión, Varane colgaba las botas. Una carrera de éxitos, empañada posiblemente por sus últimos años como profesional, pero que, en ningún caso, borran un legado casi insuperable para cualquier otro central en la historia del fútbol francés.
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