Los robos se suceden en España, Francia, Inglaterra y hasta en Italia o Alemania. No se trata de un mal endémico en nuestro país. Las bandas, en muchos casos extranjeras, trabajan meticulosamente en busca de su próximo objetivo. Suelen estar conformadas por entre 3 y 10 personas, cada una con un rol específico dentro del atraco, para trazar planes muy trabajados que reduzcan al mínimo el porcentaje de error.

Ante el aumento de estos golpes, los futbolistas recurren a empresas para proteger en la medida de lo posible sus bienes y, por encima de todo, a sus familias. Es el caso de Mars Intelligence, una de las fuentes consultadas para este reportaje y gestionada por policías en excedencia, que realiza un seguimiento caso a caso de sus clientes para brindar esa seguridad necesaria. Una de sus mayores preocupaciones, y el causante de muchos robos, es la exposición en redes sociales: “Cumplen todos los requisitos para ser vulnerables. Son casas muy vistosas, habitualmente viajan y dejan la casa sola, se puede saber de manera sencilla dónde están… Además, hay mucho valor en su interior y las casas no están protegidas. Por ejemplo, hay jugadores que llegan cedidos y deciden no instalar sistemas de seguridad acordes al valor de su domicilio porque apenas estarán un año”, explica Viçent Guillén, CEO de la empresa.

El causante de muchos robos es la exposición en redes sociales. Se puede saber de forma sencilla dónde están y qué tienen de valor las víctimas.

El caso de Raheem Sterling es uno de los más llamativos fuera de nuestro país. El delantero tuvo que abandonar la concentración del pasado mundial en Qatar al enterarse de que se había producido un robo con fuerza mientras su mujer e hijos estaban en el interior del domicilio. De esta forma, se perdió el partido de octavos ante Senegal, atemorizado con volver a dejar sola a su familia y se calcula que el valor del botín ascendió a más de 350.000 euros.

Tal y como se observa en la cronología, en los últimos meses hay una tendencia en aumento de robos con los propietarios en el interior. Las bandas, aunque rara vez sobrepasan la violencia verbal y la intimidación, en ciertos casos eligen entrar con los futbolistas y sus familias dentro. De esta forma asumen un riesgo mayor tanto en el robo como en la pena posterior, ya que el delito pasa a ser de robo con violencia, pero en ocasiones deciden asumirlo para facilitar la búsqueda del botín. Tras el robo, aunque se realizan trabajos exhaustivos de búsqueda de los responsables, es realmente complicado dar con ellos debido a la profesionalidad y al carácter itinerante de las bandas. Además, si no se produce una intervención rápida, cuando son detenidos los objetos sustraídos ya han sido vendidos en muchos casos.

Las vacaciones de los futbolistas son fechas marcadas en el calendario de las bandas por dos motivos. Por un lado, si el robo se produce en el domicilio habitual, es muy probable que durante esas fechas la casa quede vacía y no vuelva a haber actividad en el domicilio hasta días después del allanamiento. Por otro lado, si el robo se hace en el lugar de vacaciones, los futbolistas suelen llevarse sus objetos de valor como relojes, bolsos y joyas a hoteles o villas que no cuentan con los sistemas de seguridad cualificados de su vivienda habitual, por lo que se ahorran mucho trabajo para preparar el robo.

Las vacaciones son fechas críticas para robar, tanto en la vivienda habitual como en la de veraneo.

De esta forma, la ‘moda’ de robos a futbolistas está más vigente que nunca. A pesar de que las estadísticas no reflejan todos los casos existentes, es raro el mes que no se hacen mediáticos varios atracos. Aunque los futbolistas no sean el único perfil adinerado que sufre atracos en su domicilio, sí reúnen una serie de características idóneas para este tipo de delincuentes, que en muchos casos obtienen un botín millonario con un plan casi perfecto para perpetrar el robo.