El Racing Club de Francia fue el primer rico de la capital francesa. Este domingo se mide al Lille en Copa, volviendo 20 años después a disputar los dieciseisavos.
Por increíble que parezca, más en los tiempos actuales, el Paris Saint Germain no fue el primer rico de París. Hubo un proyecto efímero, fallido y que no terminó de asentarse que pudo revolucionar completamente el fútbol francés, el Racing Matra. Este histórico club francés, situado en el Colombes, un lugar inhóspito actualmente, ganador de tres Copas de Francia, se transformó en los años 80 en el Racing Matra, atrayendo a grandes jugadores a la capital parisina, entre ellos Enzo Francescoli, el ídolo de Zinedine Zidane.
El Racing Club de Francia no solo puso el fútbol en París en el escaparate mundial por la faraónica inversión de Matra, sino que antes fue pionero en algunos avances en el deporte y el fútbol que sirvieron de ejemplo para futuras generaciones. En Colombes se creó lo que conocemos actualmente como Villa Olímpica, un complejo para acoger a los deportistas que van a disputar los Juegos Olímpicos. También, abogó por la profesionalización del fútbol y el horario nocturno de los partidos en verano para no soportar los fuertes calores. Actualmente en National 2, cuarta división francesa, esta potencia ancestral del fútbol francés busca poco a poco recuperarse de diversas crisis que le han impedido volver a la élite.
Sus inicios
En el año 1880, en el Bois de Boulogne (Bosque de Boulogne), un grupo de estudiantes decidieron fundar el Racing de París. En aquel entonces, los equipos de fútbol se denominaban “club de carreras”, pionera para otros clubes europeos que acuñaron esta nomenclatura como el Racing de Avellaneda, que tiene los mismos colores que el Racing de París, el Racing de Santander o incluso el Genk belga. En su estadio, el Yves du Manoir, en plena remodelación para albergar el hockey en los Juegos Olímpicos, Pelé disputó el único partido que jugó con Brasil en Francia, en el año 1963.
No fue hasta el año 1932 cuando el club se profesionalizó completamente y experimentó un apogeo espectacular. Bajo el mandato del empresario Jean-Bernard Levy, un empresario con poder adquisitivo, el equipo parisino ganó tres Copas de Francia y logró el único título de la Ligue 1 que tiene en su palmarés, cosechado en 1936.
Con Levy fallecido, al ser enviado a luchar al frente de batalla para combatir a los nazis, y con un equipo tocado por los bombardeos de París, el Racing volvió a ser grande en Francia gracias a otro empresario, Dehaye. Bajo su mandato se potenció el fútbol por la noche, debido a que en verano los obreros no podían acudir a los encuentros por sus largas jornadas laborales, además de lograr una Copa de Francia histórica, en 1945 ante el Lille, que buscaba su quinto entorchado consecutivo. El Racing era el equipo más popular de París, atraía a las grandes fortunas, pero una crisis económica, fruto de las Guerras, desintegró completamente su existencia hasta los años 80.
la Villa Olímpica en Colombes
Este año, París será la sede de los Juegos Olímpicos, la tercera vez que los alberga, en lo que será una fiesta del deporte por todo lo alto. Para entender el apego de la capital francesa a la cita olímpica, hay que mencionar indudablemente al Racing de París, que se fundó como un club de deportes, después pasó a ser completamente de fútbol, y fue pionero en el desarrollo del evento. En 1924, su estadio, el Yves du Manoir, celebró la final de los Juegos en la que Uruguay logró el primero de sus dos oros (1924 y 1928), imponiéndose 3-0 a Suiza.
En 1924, fomentando la profesionalización del deporte, como después con el fútbol, el Racing creó lo que conocemos hoy como Villas Olímpicas: residencias para facilitar el alojamiento a los miles de atletas que cada cuatro años se debían vivir en las ciudades de los Juegos. Por aquí, a su vez, se impulsó a la mujer en el deporte, siendo los Juegos de 2024 uno de los primeros en los que hubo competiciones femeninas, evidenciando todavía más la importancia de Colombes y el Racing en el desarrollo del deporte.
La llegada de Matra
Después de varias décadas de crisis, incidiendo en el rendimiento deportivo, en 1982, justo cuando el PSG ganó su primer título oficial contra el Saint-Étienne, la Copa de Francia, Jean-Lue Lagardère, CEO de Matra y empresario de renombre, adquiría el Racing Club de Francia. Antes había intentado comprar el Paris F.C., el segundo equipo de París, pero las discrepancias en las negociaciones le obligaron a invertir en el equipo situado en Colombes.
La primera decisión de Lagardère, fuerte impulsor de las 24 horas de Le Mans, fue cambiar el nombre del club a Racing Matra, en honor a la empresa de la que era el director. Cogió al Racing en la segunda división francesa y su objetivo, en palabras del empresario, era la de hacerle el mejor club de Francia en apenas cinco años, compitiendo en aquella época en la capital francesa con un PSG que, desde su creación en 1970, había experimentado un crecimiento espectacular, poniendo a París en la primera línea de fútbol francés.
Después del ascenso a la Ligue 1, Lagardère, que recuperó el color blanco y cielo característico de la entidad, se encargó de sacar a relucir su billetera para acortar los plazos hacia el éxito. Consiguió persuadir a Francescoli, Madjer, Littbarski, Rabah Madjer, entre otros. Sin embargo, el club no terminaba de conseguir la regularidad deseada y volvió a la segunda división del fútbol francés, mientras que el PSG conseguía su primer título de la Liga Francesa. Tras otro ascenso y con Artur Jorge, campeón de la Copa de Europa, en el banquillo, el conjunto parisino logra una meritoria séptima posición, pero insuficiente para un equipo que contaba en aquella época con 13 internacionales en la plantilla. Durante varias temporadas, en Francia se miraba a Colombes con atención, ya que fue un proyecto fallido, pero con grandes estrellas que concentraban a miles de aficionados en las gradas.
Sus Estrellas
Rabah Madjer
Considerado como uno de los grandes talentos de la historia del fútbol africano, en 1983 fichó por el Racing Club, seducido por el dinero de Matra. Tras ascender a la Ligue 1, en su primera temporada en primera división marcó 20 goles en 27 encuentros, lo que le valió para después fichar por el Porto y ser campeón de europa con el conjunto portugués, marcando un gol en la final contra el Bayern.
Enzo Francescoli
Considerado uno de los mejores jugadores uruguayos de la historia, Enzo Francescoli llegó al Racing en 1986. Fue, durante tres temporadas, el mejor jugador de los parisinos, aunque sus ocho goles no fueron suficientes, en 1987, para acercar al club a Europa, a pesar de tener a Artur Jorge en el banquillo. Después, ficharía por el Marsella, donde Zidane le idolatró, llamando a uno de sus hijos Enzo en honor al excelente futbolista uruguayo.
Pierre Littbarski
El centrocampista, campeón del mundo en 1990 con Alemania, fue atraído, como tantos otros, por el capital del Racing. En 1986, fichó por el equipo de la capital francesa, en la que disputó una temporada, la mejor de Matra, dando un gran rendimiento. Sin embargo, las pocas garantías del proyecto a corto plazo le obligaron a, un año después, volverse al Colonia.
Luis Fernández
Conocido por su paso por el Athletic o el Real Betis, el excelente mediocentro defensivo, considerado de los mejores del mundo, dejó el PSG, al que puso entre los mejores equipos de Francia, para fichar por el Racing en 1986. Tras tres temporadas a un excelente nivel, después se marcharía al Cannes, en el que llegó a coincidir con Zidane después cuando, una vez retirado, ejerció las labores de entrenador.
Rubén Paz
Considerado uno de los mejores defensas uruguayos de la historia, Rubén Paz se unió a Francescoli en el proyecto del Racing en 1986. Sin embargo, su paso fue efímero que casi ni se le recuerda por Colombes, ya que en la temporada 1986/1987 apenas disputó seis encuentros. Volvió después al Racing de Avellaneda, equipo hermanado con el Racing de París. Disputó dos Mundiales con la celeste.
Artur Jorge
De forma sorprendente, el Racing Matra consiguió convencer a Artur Jorge de dejar el Oporto. Justo tras proclamarse campeón de la Copa de Europa, el técnico portugués hizo las maletas a París. Entrenó dos años en Francia, de 1987 a 1989, logrando una meritoria séptima posición en su primera campaña, pero después, los problemas financieros que sacudieron al club le obligaron a marcharse en 1989. Entrenó, durante tres temporadas, al Paris Saint Germain, de 1991 a 1994, antes de volver a París en 2006, para dirigir una campaña al US Creteil Luisitanos.
Desintegración
El Racing Matra, el nuevo equipo de moda en París, capaz de reunir a 13 internacionales, tocó fondo a partir del final de la década de los 80. El séptimo puesto cosechado en la temporada 1988/1989 fue un espejismo, ya que la ambición del club en aquel entonces era la de ser el mejor equipo de Francia. El hecho de contar con tan buenos jugadores en plantilla, como Francescoli, Madjer, Littbarski y un ganador en los banquillos como Artur Jorge colmó la paciencia de sus integrantes, acostumbrados a ganar y no a conformarse con una séptima posición.
El club, poco a poco, fue perdiendo a sus mejores integrantes. Francescoli se marchó pronto al Olympique de Marsella, Littbarski volvió a Alemania tras no sentirse cómodo, Luis Fernández fichó por el Cannes, Artur Jorge dejaba el banquillo sin garantías de poder seguir fichando a grandes futbolistas y Lagardère, su empresario, cerró el grifo al ver que la inversión no daba sus frutos después de muchos millones inveertidos. El experimento Racing Matra llegaba a su fin y otros empresarios, como Tapie en el Marsella o Canal + con el PSG crean una rivalidad que le absorbe completamente.
Antes de sumergirse en una crisis económica que casi fuerza su desaparición, el Racing llegó a una final de Copa en el año 1990. Ya sin grandes jugadores, el conjunto parisino se encomendó a un joven David Ginola, uno de los productos de su prestigiosa cantera, formadora de grandes talentos, y a Pascal Olmeta, exjugador del Espanyol que no había, de forma sorprendente, abandonado todavía Colombes. El Montpellier, liderado por Valderrama, le ganó 2-1 la final, y aquí empezó el desmembramiento de un proyecto que, con una estructura sólida, podía haber instaurado una hegemonía dentro del fútbol francés.
¿Y ahora qué?
Actualmente, el Racing Club de Francia se encuentra en National 2, equivalente a la cuarta división del fútbol francés. El club, sin embargo, ha experimentado un crecimiento en los últimos años, logrando hace dos temporadas el ascenso y quedándose, en el último curso, a un palmo de haber vuelto al profesionalismo del fútbol francés. La cantera, que ha forjado a campeones del mundo, como N’Zonzi, exsevillista, o Ludovic Blas, campeón de Europa sub 19 en 2016 con Mbappé, entre otros muchos talentos, se ha erigido como el principal activo del equipo de Colombes para hacer frente al fútbol moderno. El club está dirigido por Patrick Norbert, inversor inmobiliario que llegó a ser una de las grandes promesas del cine francés, enamorado del mundo del fútbol y los negocios, siendo su hijo, Guillaume Norbert, el entrenador del primer equipo.
En la temporada 2021/2022, el club fichó a Franck Le Goff, que fue el artífice del apogeo del Nanterre en baloncesto, produciendo, entre otros talentos, a Nando de Colo, para que asentara las bases del proyecto. Actualmente entrenador del Stade Levallois, su efímero paso por el fútbol asentó las bases de su cantera y el modelo del equipo, fichar a jugadores de la región, Isla de Francia, a bajo coste para intentar devolverle la competitividad al Racing.
Su entrenador, Guillaume Nobert, hijo del propietario, pasó por la cantera del Arsenal, club en el que casi debuta, antes de volver a Francia y desarrollarse como jugador. Esta temporada, el club está 5º clasificado de su grupo de National 2, a siete puntos del liderato, que lo ocupa el Boulogne. En la Copa de Francia, este domingo vuelve a los dieciseisavos de final tras 20 años de ausencia. El club, en plena remodelación de su estadio, el Yves du Manoir, se ha tenido que desplazar a Chambly, a una hora de París, para medirse al Lille, el club al que ganó contra todo pronóstico en la final de Copa de 1945, gesta que busca repetir a pesar de las tres categorías de diferencia que hay entre ambos equipos.