La guardameta del Real Madrid llegó al Mundial con el pleno de galones en la portería, tras meses dando grandes resultados con España y con su equipo. Empezó el torneo con mucha seguridad, pero esa confianza desapareció de un golpazo ante Japón. Pasó a un segundo plano en el campo, pero no con sus compañeras. Siempre fue un apoyo.

El caso de la tercera portera de una selección nunca es sencillo. En un torneo de esta índole es imposible que tenga minutos. Y así ha sido. Es la única de las 23 que se queda sin debutar en el Mundial. Pero no es lo que más le importa a la joven meta del Valencia. Sólo tiene 21 años y le esperan muchos éxitos por delante con la Selección.

La guardameta del Barcelona ha sido una de las grandes revelaciones de este Mundial. Pasó de ser la sorpresa en la lista a acabar el torneo de titular indiscutible para Jorge Vilda. A sus 22 años, la mallorquina tiene el futuro en sus manos. Con unos nervios de acero y un toque con los pies que pocas metas tienen, ha dado seguridad a La Roja.

La defensora catalana parece que lleva una vida en la Selección española, pero tan sólo tiene 24 años. Una jugadora incansable por la banda, sea por la izquierda o por la derecha. Su salto de calidad en el United fue vital para consagrarse como una lateral aguerrida, que no da una batalla por perdida. Una de las mejores en la actualidad.

Hablar de Irene Paredes son palabras mayores. La defensora vasca lleva una vida entera representando con galones y carácter a la Selección. Es de las que nunca falla en la zaga, siempre llega a todos los balones que el resto no. Y nunca con un mal gesto, una mala palabra. A sus 32 años le queda todavía mucho que decir. Es la gran líder.

Ivana Andrés levantó la Copa del Mundo. Esa imagen suya será histórica. Una capitana que nunca se rindió, a pesar de que su camino estuvo en estos años —tres Mundiales acudiendo— en la sombra. No ha sido fácil tener hueco ante las mejores centrales del mundo. Pero ella siempre ha estado y estará. Una jugadora de equipo en mayúsculas.

Olga Carmona marcó un gol para el recuerdo, el tanto más importante en la historia del fútbol español femenino. Ya está en el mismo escalón que Iniesta. A sus 23 años sorprende con su poderío físico y su desparpajo en la tarea defensiva, que da un plus vertical a esta España. Con su gol ante Suecia ya se había consagrado a nivel mundial.

Otra de las jugadoras de esa Generación de 2000 que ha tirado la puerta abajo en este Mundial. La lesión de Ivana dejó lastrada a España. Pero apareció la de Campllong para refrendarse como la pareja perfecta para Paredes. Cabeza, pies y velocidad son sólo algunas de las características que aportó a La Roja en este Mundial. Polivalencia.

Oihane venía de tapada, los laterales tenían dueñas. Pero la insistencia de la vasca hizo que tuviera incluso hueco de titular ante Suiza y Países Bajos. La de Sopelana, que acaba de firmar por el Real Madrid, tan sólo tiene 23 años. En el campo no lo parece, con un poderío físico que asusta a las rivales. Esa dureza que necesitó Jorge Vilda.

Rocío Gálvez llegó con las ganas de poder disputar el puesto en el Mundial a una veterana como Ivana. Después de una gran temporada en el Real Madrid, se ganó el puesto en la lista de 23 de Jorge Vilda. Incluso fue titular ante Japón, aunque luego terminó perdiendo el puesto en beneficio de Laia. Es una jugadora en la que confía el staff.

La mejor jugadora de la Selección y del Mundial (MVP), ADN 100% Barcelona y también España. La centrocampista ha sido la brújula del equipo, la que reparte el juego, la que asume los galones y tira del conjunto cuando se viene abajo. Con una cabeza impecable para sus 25 años, Aitana es la jugona que todo el mundo quiere en su equipo.

Alexia llegó al Mundial. Una gran noticia para la Selección, que pudo presumir de tener a la doble Balón de Oro en sus filas. Pero la mejor noticia de Alexia es otra. No ha podido ser la Alexia que todos queríamos sobre el campo, pero ha asumido un rol necesario para el equipo: más compañera que nada. Ha cedido el foco con discreción.

Jenni representa mejor que nadie el talento que tiene el fútbol femenino español actualmente. La mejor jugadora con el balón en los pies. De esas que levanta estadios. Así lo ha hecho en este Mundial a sus 33 años. Nada ni nadie para a la de Carabanchel. Fútbol a raudales, sea como falsa nueve o como centrocampista, siempre cumple.

La madrileña venía a la cita mundialista tras una gran campaña en el Real Madrid y tras hacerse un hueco en el centro del campo de la Selección española. No ha sido tan determinante para Jorge Vilda en el torneo, más bien un recambio con el que contar y un apoyo dentro del vestuario. Una jugadora que nunca resta y sí suma mucho.

La gallega ha sido la pieza clave que le faltaba a Jorge Vilda cuando tuvo que elegir a las 23. Ese 6 que no encontraba, y del que Tere se ha adueñado con galones, presencia, dominio del juego, cortes de balón. Un seguro y una ayuda para la tarea defensiva pero también un eje para jugar balones en largo y abrir el campo era necesario.

Como su nombre bien indica, la sevillana es una guerrera que no se rinde. A pesar de haber perdido su puesto en el Mundial —el centro del campo tiene excedente—, ha llevado con clase ser una de las capitanas y líderes dentro y fuera del terreno de juego. Una jugadora de la máxima confianza del técnico madrileño. En la que siempre se puede apoyar.

La canterana del Barcelona fue la gran apuesta de Jorge Vilda para esta cita histórica. La metió en la lista cuando todavía ni pertenecía a la primera plantilla del equipo blaugrana y sin apenas experiencia en la Liga F. En el Mundial ha tenido minutos y ha cumplido. Otra de las jugadoras con un futuro más prometedor para el combinado español.

Lo que ha logrado Esther en este Mundial es más que merecido. Con trabajo y más trabajo ha logrado ser la 9 de referencia para Jorge Vilda. No es la que más cualidades técnicas expone sobre el terreno de juego, pero su lucha incansable hace que sea letal para ayudar a España de cara al gol. Y es una compañera de las que hay pocas.

La futbolista de Albacete se ganó a base de mucho esfuerzo y goles —fue la Pichichi de la Liga F— tener un hueco en el ataque español. A pesar del overbooking que tenía la Selección dirigida por Jorge Vilda en esa zona, ha sido determinante con su descaro y su poderío físico, aunque haya tenido que ser relegada a la banda en numerosas ocasiones.

Salma, elegida mejor jugadora joven del Mundial, partió con el cartel de ser también la más pequeña de La Roja. De lograr dos Mundiales con las categorías inferiores a ser la jugadora revelación de España y del torneo. Una futbolista diferencial, con una velocidad punta que rompe a las rivales y con unos goles que han llevado a España a la gloria.

La mallorquina regresó a la Selección española con su discreción habitual y así ha logrado asentarse en el once indiscutible para Vilda en el Mundial. Con una sonrisa permanente fue luchando en cada entrenamiento para lograr un puesto por la banda izquierda. Hizo lo que le pidieron y cumplió hasta llegar a ser un pilar en las eliminatorias.

Nacida en 2000, la futbolista de Solares, con tan sólo 22 años, ha demostrado que tiene el mismo desparpajo sobre el césped que tiene en una charla con la prensa. Talento, desborde, atrevimiento. Otra pieza clave para que esta Selección sea día tras día más vertical. Ni una lesión la privó de convencer a todos con su fútbol de calle.

Eva Navarro es de esas jugadoras que sabe remontar como nadie las adversidades. Le ha llegado su momento con tan sólo 22 años y lo ha aprovechado como nadie. El revulsivo que necesitaba España cuando los partidos se atascaban en el Mundial. La de Yecla promete seguir dando alegrías con ese descaro que tanto la representa.