Una Segunda muy ilustre

La Liga Hypermotion, como se denominará esta temporada la Segunda División del fútbol español por el patrocinio de EA Sports, echa a andar con la emoción propia de una competición que se caracteriza por su enorme igualdad... y por ser una carrera de fondo. Una maratón en la que tan importante es llevar un buen ritmo de victorias durante la temporada como demostrar un buen esprint final. Los 42 encuentros, 46 en el caso de los equipos que se meten en el dramático playoff del tercero al sexto, dan lugar a múltiples alternativas, rachas que trasladan a cualquier equipo desde la zona peligrosa a soñar con el ascenso o viceversa. En resumen, una incertidumbre que en muchos casos sólo se resuelve en el tramo final y que pueden cambiar el destino deportivo, económico e institucional de un club.

Muchos de ellos aspiran a volver a la máxima categoría por capacidad o por historia. Su pasado ilustre no es garantía, pero dan prestigio a este segundo escalón. Es el caso de los Zaragoza, Sporting, Oviedo, Albacete, Tenerife, Racing de Santander... y, cómo no, los tres descendidos, Valladolid, Espanyol y Elche, que saben que se encuentran en una temporada clave para regresar a la élite. No lograrlo, sin aprovechar la compensación económica que reciben los recién bajados, puede suponer una travesía por una categoría que, por su enorme igualdad, tiene el riesgo de coquetear con la Primera RFEF, 'pozo' al que la pasada temporada cayó un histórico como el Málaga. Racing de Ferrol, Amorebieta, Alcorcón y Eldense, que regresa a Segunda seis décadas después, vienen de allí, y regresan con la difícil labor de hacerse hueco en el fútbol profesional.

Temporadas en Segunda

Hasta el último segundo

Lo cierto es que sea cual sea el objetivo, hasta el último segundo cuenta. Bien lo sabe el Eibar, líder de la categoría durante varias jornadas, que se quedó a un gol de lograr el ascenso directo. Finalmente, quedó relegado al playoff de ascenso, en el que el Alavés le eliminó de la pelea por regresar a la máxima categoría. Los vitorianos, en la final de las eliminatorias, vivió otro final de película... que fue de terror para su rival, el Levante. Un penalti en el tiempo de descuento convertido por Villalibre decidió la victoria para el Glorioso, que regresa a élite. Tanto Eibar como Levante volverán a intentarlo sin apenas tiempo para lamentar cómo su plaza en Primera se esfumó en el último suspiro. El mejor ejemplo de la competitividad de esta categoría que destaca como una de las más parejas de Europa.

Calidad o grupo

La pregunta del millón es: ¿dónde está la clave para formar un equipo capaz de pelear por el ascenso? La capacidad económica ayuda, pero no siempre es garantía de éxito. Y aquellos clubes que dan en la tecla pero no les llega para subir de categoría ven cómo sus plantillas son desmanteladas. El Espanyol, el Elche y el Valladolid deben contar con planteles potentes, pero la capacidad de lograr cesiones, la intuición de moverse entre los descartes de Primera y la rapidez para hacerse con incorporaciones de calidad cuentan a la hora de elaborar las plantillas. Casos como el del Oviedo, que ha incorporado jugadores con buen cartel como Alemao o Seoane, un Zaragoza que se ha asegurado una nueva cesión de Mollejo y ha reforzado todas sus líneas o el Eibar, con la llegada de un talento joven con experiencia en Primera como Unai Vencedor, han sido algunos de los clubes que no han esperado para animar el mercado.

Si no se sube a la primera...

Desde la temporada 2017/2018 se aplica una compensación a los equipos descendidos desde Primera. Estos clubes perciben una ayuda económica para frenar el golpe económico en ingresos que supone bajar de escalafón. Este año, tanto Espanyol (19,5 millones), como Elche (12,8) y Valladolid (10,3) recibirán una inyección que les coloca como indiscutibles candidatos al ascenso. La medida, que por otras entidades ha sido catalogada a veces como algo injusta, también tiene un doble filo.

Esa pérdida de poder adquisitivo es más plausible si no se consigue volver a subir, y deja a algunos clubes al borde del drama institucional. Algo que carga de presión a todos los estamentos del club, ya sea jugadores, cuerpo técnico, dirección deportiva... Si el descenso supone un golpe enorme, no recuperar la categoría cambia radicalmente la realidad de un club.

Entre otros motivos, los clubes se ven abocados a tener que ajustar al máximo los presupuestos y se dan casos como el del Levante, un club que pasó de verse en Primera a final de la temporada a afrontar otra campaña en Segunda tras sufrir una situación administrativa preocupante.

Inversión extranjera

Pero esta Liga Hypermotion no es ajena tampoco a la llegada de capitales extranjeros que ven en clubes con posibilidades de crecimiento formas de inversión. El dinero mexicano en los clubes asturianos, el qatarí en el Albacete o el norteamericano en Leganés, Zaragoza o el recién ascendido Alcorcón son prueba de ello. Sin embargo, en otras ocasiones existen los problemas de no saber adaptarse a un fútbol que no siempre devuelve en forma de éxitos las inyecciones económicas.

El proyecto del Real Valladolid, dirigido por el brasileño Ronaldo Nazario, y los capitales chino y argentino que comandan a Espanyol y Elche deben demostrar que, tras perder la categoría, son capaces de dar un giro de timón para devolver a sus clubes a la Liga EA Sports. Sea como fuere, hasta nueve clubes de Segunda cuentan con accionistas mayoritarios de fuera de nuestras fronteras que aspiran a convertir sus proyectos en referencias del fútbol español.

Banquillos calientes

En el apartado de entrenadores, los tres clubes descendidos han apostado por volver a ascender con los mismos entrenadores que vivieron el drama de bajar de categoría: Beccacece (Elche), Pezzolano (Valladolid) y Luis García (Espanyol). De hecho, sólo seis novedades en los banquillos. Joseba Etxebarria (Eibar), Víctor Sánchez (Cartagena), Bolo (Burgos), Borja Jiménez (Leganés), Alessio Lisci (Mirandés) y Asier Garitano (Tenerife) estrenarán puesto en los banquillos de una categoría en la que la rotación de entrenadores es una constante. Rubén Albes, al frente del Albacete, Álvaro Cervera, dirigiendo al Oviedo, o Javier Calleja (Levante) son algunos de los nombres de técnicos de los que más se espera tras la buena temporada anterior. Lo que sí es una constante es la apuesta por el técnico español, ya que 19 de los 22 son nacionales. Entre ellos, Miguel Álvarez, el entrenador que más temporadas lleva en el banquillo del único filial de la categoría, el Villarreal. Cumple su séptima campaña.

No es liga para filiales

Y es que entre tanto equipo ilustre y aspirante a serlo, el Villarreal volverá a ser el único club de Primera capaz de mantener a su filial en la segunda categoría del fútbol español. Con el recurrente debate de si España necesita una competición propia para los 'equipos B' de los clubes más importantes, los amarillos han sido capaces de sobrevivir en la competitiva Segunda División. Ni Real Madrid ni Barça vuelven a estar representados. Lejos queda aquella época, aún en el siglo XX, en la que lo normal era que tres o cuatro filiales estuvieran presentes en la segunda categoría. En el siglo XXI, sólo el Barça B fue capaz de aguantar cinco temporadas consecutivas en la ahora Liga Hypermotion. El sorprendente Málaga B lo logró en tres. Ni Castilla, ni Sevilla B, ni Real B... han sido capaces más que de apariciones intermitentes. Para muchos, la Ley Bosman y la aceleración de la maduración de los futbolistas, en un momento en que no es raro ver debutar a adolescentes de 17 o 18 años en Primera, ha hecho que los filiales pierdan protagonismo.

El sueño del Eldense

La gran novedad de la categoría llega desde Elda. Uno de los clubes que más ruido ha hecho en su ascenso de categoría, y no sólo por dejar al Castilla sin su soñado ascenso. El Eldense es un equipo que cuenta con un enorme proyecto detrás para que la ciudad alicantina se haga un nombre en el fútbol profesional. Tras regresar a Segunda casi 60 años después, este club espera poner la guinda a la profunda transformación que ha vivido en los últimos años.

Y es que no hace tanto, en 2017, su nombre apareció en un caso de amaños que hizo tocar fondo al club alicantino, que desde 2021 se convirtió en sociedad anónima, con Pascual Pérez como máximo accionista. Desde entonces lidera un proyecto que ha ascendido desde Segunda RFEF y aspira a llevar al club a la élite, con ambiciosas aspiraciones como la de contar con un estadio de 18.000 espectadores. Esta temporada en la competitiva Segunda División será el mejor termómetro para saber si estas aspiraciones van por el camino correcto y su desempeño, una atracción más de una categoría que se vuelve a presentar apasionante.