Antes de la irrupción de las redes sociales, los aficionados despedían a sus jugadores con silbidos o aplausos, según les había parecido su actuación. Después, salían del estadio y no había runrún hasta el próximo partido. Eso ha cambiado. Ahora, el jurado popular se traslada hasta los móviles, tabletas y cualquier dispositivo en el que se pueda acceder a una red social.

Este nuevo escenario lo define perfectamente Nacho Silván, cofundador de Imagosport, una empresa de gestión integral y profesional de asesoramiento y comunicación de deportistas: “La visibilidad ahora no es como hace 30 años, que te silbaban en el estadio, una rueda de prensa cada tres meses o a lo mejor un día te pitaban por la calle ocasionalmente. Ahora estamos todos más expuestos, especialmente los futbolistas”.

Pongámonos en situación. ¿Se imaginan que al salir de su trabajo centenares de personas le esperaran a la puerta de casa para increparle por algún error que haya cometido durante su horario laboral? ¿Que incluso le desearan la muerte, su despido o cosas similares? Seguro que cualquiera de estas situaciones le parecería exagerada por una simple equivocación. Sin embargo, en tiempos de redes sociales, muchos futbolistas se encuentran sometidos a esta presión añadida cuando terminan los partidos y ésta, a veces, desemboca en una ‘huida estratégica’ de la exposición pública.

Es habitual que futbolistas anuncien su ‘retirada’ las redes tras episodios de críticas exacerbadas, en muchos casos llegando al insulto, tras una actuación que no colma las expectativas del aficionado de su equipo o si las ha superado a opinión del rival. En la mayoría de los casos no es de forma definitiva, suele ser temporal, pero siempre llaman la atención por el alto número de seguidores que tienen.

Taty Castellanos, jugador del Girona, ha sido el último ejemplo de la dureza de las redes sociales. Es el último futbolista que anunció su retirada, tras el partido ante el Barcelona. Días después volvió y todas las críticas se tornaron en alabanzas tras los cuatro goles que el argentino anotó al Real Madrid. Así es este mundo digital. Su experiencia la explicó perfectamente el propio jugador en una entrevista: “Soy muy autocrítico y, a veces, me quedo con lo malo. Lo cerré porque me salió, tampoco porque leyera comentarios negativos... Me desconecté para no estar viendo esa jugada siempre (la del mano a mano con Ter Stegen en el Camp Nou ante el Barça), que no me haga tanto mal. También era una manera de desconectar y estar con mi familia y amigos, que es muy necesario. Vivimos una realidad de las redes sociales en la que un comentario malo te afecta y debes estar bien relacionado, con un buen círculo. La vida te da revancha y el fútbol, igual. Me quedo con el vínculo tan bueno que me rodea, me ayuda mucho a tener los pies en el suelo. Los valores que me inculcaron nunca se deben perder. En el mundo del fútbol tener un buen círculo es fundamental para que las cosas te vayan bien”.

Dicha reacción ante una situación como ésta, a veces se entiende como una ‘espantada’ y una decisión tomada a la ligera. Sin embargo, tiene una explicación psicológica: la evitación como respuesta adaptativa a este tipo de situaciones. Así lo argumenta Valle de la Orden, psicóloga: “La evitación es el método más adaptado para afrontar esta situación, no puedes entrar en una confrontación directa con todos. Por ello, una solución es apagar todo y como todo va a toda velocidad, desaparecer durante unos días. Al siguiente partido metes un gol te vuelves a conectar y ya, seguramente, los mensajes sean positivos. Cambia todo. Apostaría por la evitación adaptativa, por el medio y la forma de defensa que puedes hacer... No queda otra en una situación así”.

Además, la psicóloga esgrime: “Estos patrones se pueden aplicar a cualquier situación. Es la velocidad a la que se consume todo... La información especialmente. Es un mecanismo de defensa aconsejado por profesionales y no es un arrebato del propio jugador, que se expone todos los días a este tipo de situación. A cualquiera le puede aparecer la furia, porque la reacción normal es contraatacar, pero no es un conflicto uno a uno. Eres tú solo y eres la víctima propiciatoria. Entrar al trapo es peor. Es un cortafuegos, en tres días ya no eres noticia. De hecho, una recomendación es apartarte del agresor”.

Hay usuarios, muchos de ellos amparados en el anonimato, que descargan su malestar con la labor de los deportistas en las redes sociales y les dedican una serie de lindezas que en algunas ocasiones rozan el delito, cuando no lo son en sí mismas. Antes que el del delantero del Girona, otro caso que llamó la atención fue el de Nico Williams, del Athletic. El propio jugador, a través de un comunicado consensuado con su agencia de comunicación, explicó la decisión que tomó el miércoles 5 de abril, después de la eliminación copera ante Osasuna, en semifinales: “No todo vale. Ante el revuelo que ha generado el cierre de los perfiles sociales de Nico Williams, queremos trasladar de manera consensuada con él que tras el duro golpe que supuso la eliminación de la Copa y la posterior presión de algunos usuarios en forma de insultos y faltas de respeto en dichas redes sociales, Nico decidió desactivar sus perfiles oficiales”. Tres días después, el 8 de abril, volvió a la actividad. “Muchas gracias a todos los athleticzales por el apoyo y a todos los demás”, rezaba su mensaje de regreso.

Entre uno y otro, el joven jugador del Athletic lo pasó mal, tal y como lo explicaba en DAZN Twitch: “Estaba un poco mal. No deseo a nadie que le pase lo mismo que a mí y espero que no sigan pasando estas cosas. Somos seres humanos y podemos fallar”. También resaltaba el apoyo de la hinchada, lejos de las redes sociales: “La afición me ha coreado en estos días y he sentido mucho su apoyo”.

Otros casos. Estos han sido los últimos, pero no serán los únicos. Sin ir más lejos, Brais Mendes, jugador de la Real Sociedad, dejó las redes sociales en su etapa en el Celta. El canterano celeste tomó esta decisión tras recibir pitidos en Balaídos, acompañados de críticas en el mundo digital.

Ahora, los futbolistas deben ser buenos en el césped, pero también deben saber desenvolverse en el postpartido en redes. Esa va a ser una nueva situación a la que tendrán que enfrentarse. De este modo, Nacho Silván tiene claro el camino previo que deben plantearse antes de dar el paso al mundo digital. “Cuando alguien entra en una red social y quiere ser activo, como todo en la vida, antes tiene que saber qué es lo que quiere hacer ahí y cómo lo va a hacer. Entiendo que no es fácil. Nosotros vamos probando, pero los futbolistas lo quieran o no son personalidades públicas y tiene trascendencia todo lo que hacen al ser parte del espectáculo del fútbol. Hay que saberlo gestionar desde la tranquilidad”, explica el cofundador de Imagosport.

En la actualidad, cobra sentido la frase del mítico jugador madridista Juanito, que decía: “90 minuti en el Bernabéu son molto longo”. Aunque se podría cambiar el Bernabéu por las redes sociales...

Mendilibar, entrenador del Sevilla, reflexionó de forma clara a raíz del caso de Nico Williams y su marcha temporal de las redes sociales. El entrenador del Sevilla, que se mostró ajeno a ese mundo, no tuvo pelos en la lengua a la hora de mostrar su opinión. “Yo no tengo, ni tendré redes sociales en mi vida. Todos los inventos son para bien, pero se utilizan para mal. Los jugadores se van dando cuenta de que no sólo les ponen bien si meten un gol o les llama la Selección, sino que también vienen las hostias por otro lado”, explicó.

El veterano técnico vizcaíno hizo también una lectura positiva de todas estas situaciones desagradables, entendiéndolas como parte fundamental del aprendizaje de los futbolistas más jóvenes. “Me gusta que a veces sucedan cosas como estás para que apaguen todo lo que tienen y vuelvan a la normalidad. Hoy todo es digital y rara vez nos vemos cara a cara, se está perdiendo esto”.

Otro entrenador que también habló de las redes sociales fue el del Sporting, Miguel Ángel Ramírez, aunque en esta ocasión fue por la ola de críticas que estaba recibiendo su equipo en un determinado momento de la temporada. “Hay algunos comentarios... Son medios que están haciendo mucho mal a la humanidad en general, no sólo al mundo del fútbol, porque no hay filtros, porque no hay códigos, porque digo lo que quiero sin ninguna consecuencia... Yo en ambientes que son así, lo siento, pero me mantengo totalmente al margen”, confesó.

Los técnicos viven este tipo de críticas desde una doble vertiente, la que les afecta directamente a ellos y a sus decisiones sobre el verde y otra indirecta, que es la que impacta a sus futbolistas de manera individual. Ya sea de una u otra forma, los entrenadores se enfrentan a un nuevo factor a la hora de gestionar un vestuario.

Sergio Ramos optó por pedir ayuda a Twitter por las amenazas de muerte que había recibido tanto él como su familia. El defensa del PSG escribió el siguiente mensaje directo al nuevo propietario de la red del pajarito azul: “Elon Musk, eliminar las insignias azules, forzar pagos y ganar dinero es una estrategia. Eliminar el odio, promover el respeto y hacer de Twitter un lugar mejor podría ser otra... solo digo”. Sin duda, la respuesta del camero es otra forma de afrontar el hostigamiento digital que sufren algunos deportistas, especialmente los futbolistas, en las redes sociales.

Este caso ha sido individual, pero algunos clubes ya han tomado medidas para evitar el odio vertido en redes. El Valencia durante un año y medio evitó los comentarios de seguidores, incluso varios clubes de la Premier League han llegado a parar la actividad en redes sociales durante los fines de semana para pedir a las plataformas que regulen mejor quién está, cómo está y cómo comenta. Poniendo el foco también en la cuestión del anonimato.

Las redes sociales también son un lugar en el que ocurren polémicas entre protagonistas del mundo del fútbol. Las últimas fueron el cruce de mensajes en Twitter entre Vinicius y Javier Tebas, tras los insultos racistas al brasileño en Mestalla; y el rifirrafe de Iñigo Martínez y el Athletic, tras el anuncio de la marcha del central.

El caso más enigmático de ausencia en las redes sociales lo protagonizó Karim Benzema. El exdelantero del Real Madrid no hizo ningún tipo de anuncio, pero se mantuvo inactivo durante 17 horas el pasado 3 de septiembre. Esta situación generó un enorme revuelo entre los seguidores del goleador blanco, que se cuestionaban la razón del ‘apagón’ de Karim durante prácticamente un día.

Hay que tener en cuenta que el Balón de Oro es uno de los deportistas con más tirón en redes sociales. En enero de 2023 se le contabilizaban 125 millones de seguidores entre Twitter, Facebook e Instagram.

El francés, pasado ese lapso de tiempo, reapareció con un enigmático mensaje. “En el camino correcto”, decía el texto, al que le acompañaba una foto con su hijo. Y hasta hoy. Nunca ha explicado la razón de aquella situación, simplemente retomó su actividad digital con absoluta normalidad y todos los que le siguen respiraron tranquilos. No ha habido más sobresaltos con Benzema, aunque tampoco se llegó a explicar el por qué de esas 17 horas de retiro...