Este Manchester City es el mejor equipo del técnico español desde su primer Barça. El club le ha entregado el proyecto y él ha fichado lo que ha querido. Haaland, la guinda de un equipo que ya era una máquina casi perfecta.
Tener detrás un propietario multimillonario no garantiza absolutamente nada. Lo sabe bien el PSG, el caso más evidente del fútbol, pero también el Manchester City. El balance económico en fichajes es de -1.448 millones de euros desde 2008, cuando aterrizó la nueva propiedad emiratí a la parte celeste de Mánchester. Y hoy pocos dudan de que el fichaje más importante de estos quince años ha sido el de Pep Guardiola.
El técnico de Sampedor llegó en 2016 y desde entonces el club le entregó el proyecto. Con un poder económico sin igual, Guardiola ha podido fichar prácticamente todo lo que ha querido hasta crear una plantilla que se acerca mucho a la ideal. Con Haaland como la individualidad diferencial que les faltaba, Pep tiene en este Manchester City 2022-23 su mejor equipo desde aquel Barcelona que sorprendió al fútbol europeo en 2009. Y en la Champions League está su gran reto.
Guardiola siempre ha hecho experimentos. Ha sido así durante toda su carrera como entrenador, tanto en Barcelona, como en Múnich, como en Mánchester. Posiblemente uno de los más extraños, pero el más recordado, sea el de colocar a Messi de falso 9 cuando el argentino ya era el mejor del mundo como extremo derecho. En el Bayern, Kimmich jugó muchísimos partidos como lateral derecho, a la vez que Alaba o Lahm ocupaban posiciones más adelantadas, como la de interior.
En el Manchester City ha creado un sistema variable, capaz de irse transformando con el paso del tiempo. Casi siempre se ha podido encuadrar en un 4-3-3, pero lo cierto es que las alineaciones de Guardiola son siempre un misterio. Extremos capaces de jugar en ambas bandas, centrocampistas que hacen tareas de mediocentro, interior o mediapunta, centrales que se abren hasta parecer casi laterales... Un once muy plástico y, por tanto, muy impredecible para sus rivales.
En el once de Guardiola hay jugadores capaces de ocupar posiciones muy diferentes sobre el campo. Un once muy plástico y, por tanto, muy impredecible para sus rivales
Esta temporada en concreto, el City comenzó con un once relativamente reconocible. O, al menos, algo más que en temporadas anteriores. Cancelo, en otro de sus experimentos, se convirtió en el mejor lateral ofensivamente del mundo... ¡por la izquierda! Y Grealish ya se asentó tras una primera temporada irregular. Cuando Bernardo Silva jugaba en el centro del campo junto a De Bruyne y Rodri, podía entrar Mahrez o Foden en el puesto de extremo. Pero la marcha de Cancelo al Bayern en enero le ha llevado a crear un nuevo equipo para estas semanas decisivas de la temporada con Stones como comodín. El defensa, siempre más alabado por su trato de balón que por su contundencia en tareas defensivas, se coloca como central en defensa (4-4-2) y se adelanta unos metros hasta formar un doble pivote con Rodri en fase ofensiva (una especie de 3-2-2-3).
Una forma de jugar tan novedosa para todos los aficionados que esperaban ansiosos una de las eliminatorias más excitantes de los últimos años como para el propio Bayern, que estuvo a merced del equipo inglés durante los 180 minutos. Especialmente en el partido de ida, los de Thomas Tuchel (acusando el sorprendente cambio de entrenador) no fueron rivales de un equipo que demostró estar a otro nivel.
Para diseñar un equipo así de transformable necesita las piezas adecuadas para ello. Bernardo Silva, por ejemplo, es un futbolista capaz de actuar prácticamente en cualquier posición del centro del campo, en la banda... y algún partido lo ha hecho como lateral derecho. También Aké, quien está viviendo la mejor temporada de su carrera y que juega como central y lateral izquierdo al mismo gran nivel. Pero los casos que más han llamado la atención son los de Stones y Akanji, fichado este mismo verano. Dos jugadores que, junto a Rodri, están teniendo un protagonismo especial esta temporada.
Stones
Fichado por 50 millones de euros en el primer verano de Guardiola para llevar el peso de la salida de balón en la defensa, no ha sido el gran central que prometía que sería en el Everton. Aun así, es un jugador más que competitivo y muy polivalente.
Su actuación en la eliminatoria contra el Bayern llamó la atención de todos por la posición tan adelantada que ocupaba cuando tenían el balón. Se aprecia en su mapa de calor del partido de ida. Ser un pivote permitió a Rodri descolgarse al área... y marcar. Desde entonces, lo ha repetido en varios partidos.
Akanji
El suizo fue un fichaje sorprendente... y estratégico. Una oportunidad de mercado que se ha convertido en una pieza importantísima (titular en 33 de 44 partidos posibles) por su polivalencia. No ha necesitado tiempo de adaptación para coordinarse con Rúben Dias.
Acostumbrado a jugar como central y a veces como lateral derecho, en el decisivo partido ante el Arsenal sorprendió saliendo como lateral izquierdo. Esta temporada ha jugado en todas las posiciones de la línea defensiva, tanto en línea de 3 como de 4.
Rodri
El ex del Atlético de Madrid lleva unos años siendo el mejor mediocentro defensivo de la Premier League. Es indiscutible desde que llegó y el jugador sobre el que pivota un equipo tan trabajado con balón como este Manchester City. Sin él no se entendería este equipo.
En su mapa de pases contra el Arsenal se aprecia cómo es el primero al que busca Ederson (recibe muchas veces en la frontal) para que un rival persiga al español y, al devolver el balón, ya se haya creado un espacio en la presión del Arsenal que aprovechaban Gündogan, Bernardo Silva o De Bruyne para recibir más liberados.
La irrupción de Erling Haaland puso alerta a todo el fútbol europeo. No serían muchos los equipos, seguramente ninguno, que no se planteasen si debían intentar su fichaje. Pero si existía un escenario ideal para su futuro, se parecería mucho al Manchester City. No tenían un delantero claro: hubo siete jugadores por encima de 10 goles en la 2021/22. De hecho, su único 9 de la plantilla, Gabriel Jesus, fue el decimocuarto jugador más utilizado de la temporada. Foden, Sterling, Ferran Torres, Bernardo Silva, Grealish o De Bruyne jugaron algún partido como hombres más adelantados. Pero, sobre todo, es un equipo que genera una cantidad de ocasiones exagerada.
Algunos (pocos) dudaban de cómo podía encajar Haaland en un estilo de juego con mucha posesión, acostumbrado a jugadores capaces de asociarse con sus compañeros y que no dispone de tantos espacios como los que tenía el Borussia Dortmund (un equipo rapidísimo en una liga rapidísima). Pero las pocas dudas que pudieran existir quedaron disipadas bien pronto. Sobra comentar cifras que se recuerdan en cada partido en el que vuelve a marcar, pero si hay una comparación significativa es el valor que ha añadido a la figura de referencia goleadora del equipo. Desde que llegó Guardiola, ningún jugador ha superado los 33 goles (Agüero en la 2016-17). Ahora, Haaland lleva 51 a falta de siete (ocho en caso de eliminar al Madrid) partidos para el final de su temporada.
Haaland, a falta de siete partidos para el final de su temporada, ya ha doblado la cifra de goles del máximo anotador del equipo el año pasado
Lejos de que concreto sistema del City de Guardiola restase al juego de Haaland, ha sido Haaland quien ha sumado al sistema del equipo. Con una referencia en ataque como él, capaz de usar su cuerpo de 1,95 metros para bajar balones largos, el equipo añade a su rico repertorio el recurso del balón largo. Una forma de ganar metros tan antigua como el fútbol que, hasta ahora, había dejado apartado Guardiola. Especialmente De Bruyne, que juega muy cerca de Haaland, se beneficia de los balones que su compañero le deja de cara.
Y es el belga con el que ha creado una conexión ideal. Ya son 13 las asistencias que el mediapunta le ha dado al delantero en solo 2.556 minutos juntos. Unas estadísticas que señalan que De Bruyne le da una asistencia a Haaland cada 196 minutos. Una frecuencia mayor a la que De Bruyne ha tenido con Benteke, Lukaku, Gabriel Jesus o Agüero durante su carrera. Haaland no ha recibido de ningún otro jugador más asistencias. Y De Bruyne solo le ha dado más a Agüero, Sterling y Gabriel Jesus.
Haaland ha hecho mejor aún a este Manchester City que cada año parece sumar armas a una plantilla casi perfecta. Y esta es totalmente diferencial. Un talento de los que ganan partidos en las grandes noches. Eso que ni De Bruyne ni Mahrez ni Agüero han logrado ser. Ahora, además de asustar por el colectivo, también asustan por su individualidad.
No han sido pocas las ocasiones en las que un periodista le ha preguntado a Pep Guardiola sobre la Champions League. Ese gran objetivo del Manchester City. El siguiente paso después de ser un grande del país, ganar ligas casi por costumbre (han celebrado cuatro de las últimas cinco y este año van camino de repetir) y ser temido en Europa es, por fin, ganar. A alguno le ha llegado ese privilegio sin conseguir todo lo demás, pero el Manchester City está recorriendo el camino largo.
Lo cierto es que están cerca de conseguirlo. Cada temporada comienzan siendo un poco más favoritos que en la anterior. Tras unos años en los que la Champions se les atragantaba (una eliminación en octavos y tres seguidas en cuartos), en 2021 llegaron a la final. El año pasado cayeron en semifinales... con una remontada de infarto del Real Madrid en el Bernabéu. Un arma, la del estadio en el partido de vuelta, con la que no contarán los de Ancelotti esta vez.
Cada temporada comienzan siendo un poco más favoritos para ganar la Champions que en la anterior
Un reto enorme, el de eliminar al rey de la Champions, para pasar a una final a la que llegarían como máximos favoritos. Para tocar un trofeo que no justifica toda la inversión que se ha hecho en el club, porque transformar a un equipo de media tabla en un gigante de Europa ya lo vale, pero que sí premia el esfuerzo de estos últimos quince años.