Así juega Tchouaméni, flamante fichaje del Real Madrid

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Así juega Tchouaméni, flamante fichaje del Real Madrid

El centrocampista de 22 años viene de hacer una temporada espectacular con el Mónaco y de asentarse definitivamente en la selección francesa.

El fútbol francés, la cantera emergente para muchos equipos de Europa, ha vuelto a formar a un jugador que, si sigue su progresión, puede marcar una era en el Real Madrid. El conjunto blanco ha anunciado la incorporación de Aurélien Tchouaméni (27 de enero de 2002, Rouen, Francia) para las próximas cinco temporadas, convirtiéndose el mediocentro en la segunda venta más cara del AS Mónaco, únicamente superado por los 180 millones de € que desembolsó el PSG por Kylian Mbappé.

El Real Madrid no ficha a un jugador cualquiera. Más allá del debate de si su precio es desorbitado o no (80 millones de €, una tasa del 19 % fiscal y 20 millones de € en variables de los cuales 10 son perfectamente alcanzables), el canterano del Girondins de Burdeos ha sido, tras Mbappé, el jugador que más incidencia ha tenido en un equipo de la Ligue 1 esta temporada. Su despliegue físico, unido a una capacidad sobrenatural para robar, le han erigido como uno de los mediocentros jóvenes con más proyección de Europa. El interés de PSG y Liverpool en hacerse con sus servicios no es casualidad, ya que hacía mucho tiempo que el fútbol francés no moldeaba a un futbolista con tal superioridad en el centro del campo. Posiblemente desde Kanté, aunque salió al Leicester siendo un desconocido en el Caen.

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¿Recambio de Casemiro?Tchouameni explota al máximo sus virtudes jugando en un doble pivote junto a un mediocentro defensivo

Una de las preguntas más frecuentes que se hace el aficionado del Real Madrid es si Aurélien Tchouaméni es un Casemiro 2.0. Si analizamos cómo ha jugado el flamante fichaje del 14 veces de Europa desde su debut con el Burdeos, estamos ante una afirmación errónea. En sus dos primeras temporadas en la élite, el internacional francés ejerció siempre en doble pivote que, a su vez, éste era un mediocentro defensivo puro. En el Girondins de Burdeos actuó junto a Otávio, un mediocentro que nunca se incorporaba al ataque y que le guardaba las espaldas para que Tchouaméni jugara con libertad para incorporarse al ataque o para salir de zona a cortar los ataques rivales.

En 2020, año en el que Tchouaméni ficha por el Mónaco a razón de 18 millones de €, la historia prácticamente se repite. Durante sus primeros meses en El Principado, Robert Moreno, que era el entrenador del equipo por aquel entonces, le colocó en un doble pivote junto a Bakayoko. El actual jugador del Milan era el ancla del Mónaco, mientras que Tchouaméni era el jugador que se movía más por el mediocampo en ese doble pivote que apenas pudo desarrollarse, ya que llegó la pandemia del coronavirus.

Tchouameni saluda a Benzema en un partido con la selección francesa.

Meses después, ya con Niko Kovac en el banquillo, Tchouaméni volvió a brillar en un doble pivote, esta vez con Youssouf Fofana, un jugador de músculo, trabajo y sacrificio sin balón, aunque también puede jugar de interior. En el 3-2-4-1 que utilizaba el técnico croata, ese doble pivote, que no tenía mucha movilidad, se empleaba para atraer a los rivales y, cuando el equipo defendía sin balón y presionaba en campo rival, era Tchouaméni el que jugaba más adelantado gracias a su extraordinaria capacidad de robo.

Con la selección francesa, la historia se repite. Desde que conociera en octubre su primera convocatoria, el nuevo jugador del Real Madrid siempre ha sido utilizado en doble pivote, mayoritariamente junto a Ngolo Kanté y con reparto de roles, ya que ambos han hecho tanto de guardaespaldas como de lanzador de los ataques de Francia.

Si había dudas sobre si Tchouaméni podía jugar como único mediocentro en un sistema que no utilizara el doble pivote, éstas se disiparon en enero, mes en el que el Mónaco hizo oficial la destitución de Niko Kovac y el nombramiento de Philippe Clement como entrenador monegasco. Con el belga, el exjugador del Girondins de Burdeos actuó en un 4-1-4-1 en el que solo había un mediocentro posicional. Poco le importó. Tchouaméni volvió a explotar como un pulpo con tentáculos insaciables que robaba una cantidad anómala de balones por partido, además de dotar de equilibrio a su equipo y, sobre todo, con una más que aceptable salida de balón, compensando la falta de técnica en el primer control con su envergadura para esconder el esférico al rival para girar de lado a lado.

Aunque Carlo Ancelotti se ha caracterizado en su última etapa en el Real Madrid por jugar con un solo mediocentro posicional (Casemiro) y dos interiores (Kroos y Modric con Valverde actuando por fuera como mediocentro de apoyo), no se puede descartar que con Tchouaméni se vea a un Real Madrid jugando con doble pivote esta temporada. De hecho, se intuye que lo haga incluso con Casemiro, ya que si algo ha caracterizado al mediocentro galo es jugar siempre con un jugador por detrás que le guarde las espaldas para que pueda ser todavía más agresivo en el robo en campo rival, actuando como interior en las labores defensivas.

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Una bestia sin balónEstamos ante uno de los jugadores con mejores números defensivos del fútbol europeo

Durante las últimas dos temporadas, Aurélien Tchouaméni ha sido el jugador que más intercepciones ha hecho, con 161, el 3º que más duelos ha ganado (552), el 3º que más robos ha materializado (519) y el tercero que más tackles ha tenido con éxito (213), estadísticas que refuerzan todavía más que estamos ante uno de los jugadores con mejores números defensivos de todo el fútbol europeo.

Tchouaméni no pregunta nunca cuándo va a robar. Ejecuta. Lo hace con la contundencia de un trueno en medio de una tormenta, ya que no hace prisioneros y sega todo lo que se le pone por delante. Si tiene que salir de zona, lo hace para robarle el balón al adversario; si tiene que efectuar una cobertura a un defensa, la realiza con facilidad para evitar un desajuste y, además, tiene una superioridad física que todavía le hacen ser más diferencial ante jugadores rápidos o ante rivales que aúnan una gran calidad técnica.

Tchouameni roba un balón en un partido entre Croacia y Francia

Tchouaméni es un talento generacional en el medio. Su irrupción esta temporada está a la altura de las que en su día tuvieron jugadores como Patrick Vieira, Ngolo Kanté o incluso Paul Pogba en la Juventus. Titular con la selección francesa en la última final de la Nations League, la sangre fría que posee para robar balones es una de sus grandes virtudes. No importa la zona del campo en la que se encuentre el balón, que ahí aparece con una contundencia desmesurada. Y sale casi siempre airoso de todas las situaciones límite a las que se enfrenta en un partido.

Otra de las grandes virtudes que ha mostrado Tchouaméni desde que debutó es la facilidad que muestra para hacer tackles. Al disponer de unas piernas tan largas y de una zancada tan poderosa de media distancia, cada vez que va al suelo lo hace para cortar el balón limpiamente. Rara es la vez en la que hace falta y eso le hacen ser un aval para Ancelotti, que podrá contar con un futbolista que puede cortar los ataques rivales en cualquier zona del campo. En definitiva, un bregador que hace de robar un arte.

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Correcto con balónJuega siempre hacia adelante cuando roba los balones para facilitar el contraataque

Si Tchouaméni es un jugador absolutamente diferencial en la parcela defensiva, con balón tampoco desentona. Una de sus mayores virtudes es, sin duda, la manera en la que esconde el esférico con el cuerpo. Si bien es cierto que no dispone de la calidad técnica de Modric o Kroos por contextualizar, esa falta de diferenciabilidad en el primer control la compensa con lo ágil y lo rápido que se mueve de piernas una vez que mete el cuerpo para salir de la presión rival. Aprovecha su grandor, su altura y su tamaño para girar de lado a lado y detectar zonas libres.

Tchouameni conduce el balón entre tres rivales

Si hacemos la comparación con Casemiro en cuanto a la posesión de balón se refiere, Tchouaméni sale ganando. El brasileño es un jugador al que siempre le ha costado girar rápido para activar a sus compañeros entre líneas, dejando generalmente esa función a Kroos en el sector izquierdo. El francés, por su parte, es mucho más ágil, más rápido de piernas y, cuando se da la vuelta, encuentra con facilidad a jugadores que se encuentran en otro escalón del campo. También juega siempre hacia adelante cuando roba limpiamente los balones, por lo que, si el Real Madrid quiere jugar al contragolpe, cuenta con un jugador que arma transiciones de forma inmediata.

Tchouaméni no es un organizador, aunque ese rol no es nuevo para él, pues en el Burdeos, con Otávio a su lado y en el Mónaco, con Youssouf Fofana, la voz cantante de los ataques la llevó siempre el jugador nacido en Rouen hace 22 años. No obstante, su hiperactividad, tanto para atacar como para defender, le hacen ser un centrocampista que, a priori, podría cumplir dicho rol en el Santiago Bernabéu.

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El precioLa inversión de 80 millones de euros se justifica por su potencial

El gran debate sobre el nuevo jugador del Real Madrid radica en su precio. Los blancos han desembolsado 80 millones de € en hacerse con sus servicios, una cifra que puede considerarse excesiva para un jugador que no ha jugado todavía la Champions League y que no cuenta con mucha experiencia fuera de la Ligue 1. Sin embargo, el potencial que atesora, unido a la evolución que ha experimentado en su juego durante el último año y medio, le colocan perfectamente entre uno de los tres mejores centrocampistas jóvenes de Europa.

Tchouameni aplaude a los aficionados tras el final de un partido

Comparado con Camavinga, el caso del exjugador del Rennes no tiene nada que ver con el de Tchouaméni. Al franco-angoleño le restaba un año de contrato cuando fichó por el Real Madrid, venía de hacer una temporada muy floja en la Bretaña francesa, a tal punto de ser incluso suplente, mientras que el exjugador del Mónaco lo hace en el mejor momento de su carrera, consagrado como titular en la actual campeona del mundo y con el interés acérrimo de PSG y Liverpool, que han intentado hasta el final hacerse con sus servicios.

El precio de Tchouaméni, como prácticamente cualquier fichaje, lo marcará el rendimiento del jugador en el terreno de juego. Hasta el momento, si algo ha mostrado es personalidad. No se arruga en ningún escenario y prueba de ello es el gran partido que realizó ante el PSG el pasado 20 de marzo, destrozando a Paredes o Verratti en la medular. Con Francia, más de lo mismo. Jugó un gran partido en la final de la Nations League contra España y su explosión ha provocado que el binomio Pogba-Kanté, el mismo que se mostró imparable en 2018 en el Mundial de Rusia, se vea amenazado ante el potencial que atesora el flamante fichaje del Real Madrid.

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