Hace dos meses, el Lille redujo a cenizas el trono del PSG en la Ligue 1. El conjunto norteño se impuso en un sprint final espectacular contra todo pronóstico y puso fin a una dinastía que parecía inapelable desde la llegada de Mbappé y Neymar. Esta temporada, las tornas han cambiado bastante. Mientras el PSG ha hecho uno de los mejores mercados de su historia, incorporando a Achraf, Wijnaldum, Ramos y Donnarumma, el Lille se ha visto obligado a vender, ha cambiado de entrenador y se encuentra en una crisis económica que, por el momento, hace imposible que repita título (aunque le quitó la Supercopa al PSG en Israel). Hoy arranca una de las Ligue 1 más apasionante de los últimos años y, como cada año, en Diario AS hemos decidido hacer una previa analizando a los 20 equipos de la primera división del fútbol francés.
La temporada pasada, el Lille realizó una de las mayores gestas del fútbol francés. El conjunto norteño se proclamó campeón de la Ligue 1 y lo hizo en una temporada llena de emociones, ya que al título hay que añadirle de por medio un cambio de propiedad y una crisis económica que ha hecho estragos en el presente mercado estival. Gerard Lopez y Luis Campos, arquitectos de lo que es el Lille actual, abandonaron el norte de Francia para darle paso a Olivier Letang, el cual terminó muy mal en su última aventura en Rennes. El entorchado cosechado en mayo ha supuesto un cortafuegos, ya que el equipo ha perdido a su entrenador, Christophe Galtier, y a varias piezas claves del proyecto. Será una temporada de transición en el norte de Francia que se anticipa larga tras estar inmerso también en la Champions League.
Una de las principales modificaciones respecto al curso pasado en Lille se ha producido en el banquillo. Christophe Galtier, que cogió al equipo en descenso y hundido tras el desastre de Marcelo Bielsa, abandonó el club para firmar con el Niza. Una decisión extraña y que ha supuesto un jarro de agua fría para los Dogos, que le ha dado las riendas del proyecto de forma sorprendente a Gourvennec, un entrenador que llegó a meter al modesto Guingamp en dieciseisavos de la Europa League, pero que naufragó posteriormente en el Burdeos y en su segunda etapa en el conjunto bretón, habiendo ganado únicamente 10 de los últimos 45 partidos que ha entrenado en la Ligue 1. Gourvennec, técnico de la escuela Galtier, caracterizada por el pragmatismo y el resultadismo, tendrá el difícil reto de mantener la competitividad en un Lille que, difícilmente, repetirá la hazaña cosechada la temporada pasada, aunque ya le ha ganado la Supercopa al PSG.
En materia de fichajes, el Lille ha tenido tres bajas capitales respecto al equipo que salió campeón en el mes de mayo. Mike Maignan abandonó el norte de Francia para fichar por el Milan (mientras escribimos estas líneas, el conjunto norteño está buscando un sustituto al guardameta, siendo Rajkovic, del Reims, el principal favorito para sustituirle); Soumaré se ha marchado al Leicester y Galtier, el capitán del barco y que tiene mucha culpa del éxito actual del club, fichó por el Niza. De momento, se esperan varias incorporaciones, entre ellas la de Onana, del Hamburgo, para el centro del campo o Rajkovic en portería, pero no será un verano de grandes movimientos en el Lille.
Ningún equipo ha repetido campeonato salvo el PSG desde que Nasser Al-Khelaïfi cogiera las riendas del conjunto parisino allá por 2011. Lo bueno para el Lille es que, a pesar de haber perdido a piezas clave, mantiene a jugadores como JoseFonte (renovado por un año), Renato Sanches, Jonathan Ikoné, Jonathan Bamba, el inmortal Yilmaz o Jonathan David, que a pesar de haber comenzado de forma irregular su periplo en Francia, acabó siendo clave en la consecución del título. Gourvennec buscará tocar lo más mínimo la estructura ganadora de Galtier y el objetivo del equipo será aspirar, como mínimo, a estar en el top 3 de la Ligue 1.
Tras haber disputado su primera final de la Champions League, perdida ante el Bayern, el PSG vivió una de las temporadas más complicadas con el jeque. Arrancó el curso con muchos positivos, apenas pudo contar con la totalidad de la plantilla por acumulación de lesiones y tuvo que afrontar en enero un cambio en el banquillo. Tuchel, que acabaría proclamándose rey con el Chelsea en la Champions League, fue destituido por discrepancias por Leonardo. Llegó Pochettino, que en apenas cuatro meses no pudo instaurar un estilo propio en París. El PSG acabó perdiendo la Ligue 1 en favor del Lille, perdió en semifinales de la Champions tras haber dejado en el camino a dos colosos del fútbol europeo como Barcelona y Bayern y ganó la Copa y la Supercopa de Francia. Un bagaje insuficiente para una entidad fabricada única y exclusivamente para reinar en Europa. Es por ello por lo que Al-Khelaïfi ha decidido pasar a la acción y ha realizado uno de los mercados más importantes de la última década, con permiso del verano en el que trajo a Mbappé y Neymar.
Mbappé pidió como condición un proyecto para ganar la Champions League y Al-Khelaïfi ha cumplido sus deseos en órdenes
Mauricio Pochettino, recién renovado hasta 2023, cumple su segunda temporada en París con la única obligación de ganar la Champions League. El santafesino dotó al conjunto parisino de una competitividad que se anhelaba desde hace mucho tiempo en Europa, pero insuficiente para alzarse con la máxima competición continental. Entre sus aciertos está la flexibilidad que le ha dado a varias piezas del equipo. Mbappé se ha transformado en un delantero demoledor gracias a la pizarra de Pochettino de centrarle la posición; Verratti ha pasado de ser organizador a un todocampista y los laterales son extremos. Los fichajes de Ramos, Achraf, Wijnaldum y Donnarumma le han dado al entrenador las piezas necesarias para, por fin, asentar las bases de un proyecto que debería ser a largo plazo.
En cuanto a fichajes se refiere, el PSG ha sido, sin lugar a duda, el gran animador del mercado de fichajes. Mbappé pidió como condición un proyecto para ganar la Champions League y Al-Khelaïfi ha cumplido sus deseos en órdenes (aunque el delantero no va a renovar). En defensa, los parisinos han fichado a Achraf para que de profundidad en la banda derecha y se han reforzado con Sergio Ramos, una leyenda de la Champions League que cuenta con cuatro Copas de Europa en su haber y que aportará esa grandeza que tanto ha anhelado el PSG en las citas europeas. Wijnaldum ha reforzado el centro del campo para sumar presencia con y sin balón y Donnarumma peleará con Keylor Navas por la titularidad en la portería. Es sin duda, uno de los veranos más fructíferos que se recuerdan en la capital francesa.
El PSG afronta una temporada en la que la Ligue 1 es el menor de todas las preocupaciones en la capital francesa. El baremo de si el proyecto ha fracasado o no estará en la Champions League, competición que está obligado a ganar tras Al-Khelaïfi haber realizado uno de los veranos más importantes en París desde que aterrizara en la capital francesa. Todo lo que no sea pisar la final de la máxima competición continental será un fracaso y poco importará si en las competiciones domésticas ha arrasado. Por ello, Pochettino tiene el reto mayúsculo de ser el primer entrenador de la historia del club en ganar la Copa de Europa.
Han cambiado mucho las cosas en Mónaco desde 2017, año en el que el conjunto del Principado se proclamó campeón de la Ligue 1. Son ya cuatro años desde aquella gesta y, por el camino, ha habido cambios de entrenador, dirección deportiva y muchos fichajes. La llegada de Paul Mitchell a la dirección deportiva hace un año y el nombramiento de Niko Kovac como entrenador le dieron a los monegascos una estabilidad que no había tenido recientemente. Mientras escribimos estas líneas, el AS Mónaco está disputando la tercera ronda de la previa de la Champions ante el Sparta de Praga en una temporada en la que quiere dar un paso adelante en el top 3 de la Ligue 1.
Niko Kovac cumple su segunda temporada al frente del Mónaco. El croata sustituyó a Robert Moreno en el banquillo y, aunque no arrancó bien la temporada, el cambio de sistema a tres centrales fue la llave para solucionar los problemas defensivos de antaño del equipo. El que fuera entrenador del Bayern se ha erigido como un técnico moderno, amante de la táctica y cuyas principales premisas son la posesión de balón y la presión en campo rival. Llegó a la penúltima jornada de la Ligue 1 con opciones de alzarse con el título y solo dos pinchazos en el tramo final le impidieron de repetir la hazaña de 2017. Por ello, y aunque sea casi imposible, Kovac buscará a través de la pizarra intentar acercar al Mónaco al PSG esta temporada.
El mercado del Mónaco no ha tenido muchos movimientos, pero le han permitido a Kovac cubrirse en varias posiciones en las que tenía necesidad de fichar. Ha llegado Nübel cedido dos años tras apenas jugar con el Bayern para pelearle la titularidad a Lecomte en la portería. De Alemania también ha llegado Jacobs, un lateral que puede jugar de extremo y que, probablemente, le venga como anillo al dedo al sistema de 3 centrales del Mónaco. Mientras escribimos estas líneas, el club está cerrando las llegadas del talentoso Myron Boadu procedente del AZ Alkmaar y Jean Lucas, centrocampista que fichó Juninho desde Brasil y que no ha terminado de asentarse en el Ródano. Incorporaciones que mejoran ya de por sí un plantel espectacular para intentar acercarse todavía más a la lucha por el título en Francia.
El Mónaco no ha perdido a ninguna pieza clave del equipo que acabó 3º la temporada pasada en la Ligue 1. La dupla formada por Ben Yedder y Volland fue una de las más prolíficas del fútbol francés; el dúo Tchouameni-Fofana funcionó a las mil maravillas en el centro del campo y Maripán fue el gran beneficiado del cambio de sistema a 3 centrales de Kovac, siendo el chileno el jugador que corregía los desequilibrios defensivos de Badiashile y Disasi. Hay motivos para soñar en el Principado en una temporada que se avecina decisiva para seguir desarrollando uno de los proyectos más atractivos de la Ligue 1.
Tras haber rozado la gloria en la Champions League de Lisboa, haciendo sufrir a todo un Bayern en semifinales, el Lyon volvió a su realidad cotidiana la temporada pasada. El conjunto del Ródano fue campeón de otoño, pero una segunda vuelta con muchos altibajos le impidió acabar la Ligue 1 en puestos de Champions League. El principal señalado fue Rudi Garcia, que salió por la puerta de atrás del club tras quejarse públicamente de Aulas y Juninho y el elegido para sustituirle ha sido PetrBosz, un entrenador venido a menos en los últimos años, pero con una idea de juego ofensiva que llevaban demandando mucho tiempo los hinchas del histórico francés.
PetrBosz cumple su primera temporada en el Olympique de Lyon y lo hace con la necesidad de recuperar el gen competitivo del club. Con Rudi Garcia, la falta de automatismos y de ideas de juego acabaron lastrando a la plantilla y es por ello por lo que Juninho, actual director deportivo del club, ha decidido darle las riendas a un entrenador que maravilló hace cuatro años con el Ajax. Bosz cuenta con una plantilla diseñada a la perfección para su filosofía: Caqueret, Guimaraes y Aouar son tres centrocampistas que destacan esencialmente por la técnica, el joven Cherki es un diamante en bruto que necesita moldearse y tiene laterales que aportan ofensivamente. No obstante, todo lo que no sea clasificarse para la próxima edición de la Champions será considerado un fracaso por la exigente afición del Lyon.
Con dificultades económicas provocadas por la pandemia, el Olympique de Lyon ha realizado un mercado de fichajes bastante tranquilo. Aulas sigue empeñado en querer tener un EBITDA positivo y prueba de ello es la falta de incorporaciones a lo largo del verano. Ha fichado a Damien Da Silva para que sea el cuarto central del equipo (tras varias temporadas a gran nivel en Rennes) y Juninho ha sorprendido “regalando” a Melvin Bard al Niza para traer al lateral izquierdo Henrique, que no salió del todo bien del Botafogo. La baja de Memphis Depay sin haber el club fichado a un sustituto supone una de las peores noticias posibles para el Lyon, que tendrá que encomendarse al siempre irregular Aouar para buscar mejorar el resultado cosechado en la Ligue 1 el curso pasado.
El Olympique de Lyon no ha sido uno de los agitadores del mercado, está claro, pero sigue teniendo una plantilla como, para mínimo, acercarse a los tres primeros puestos de la Ligue 1. El talento de Aouar sigue siendo diferencial, Caqueret ha crecido mucho en el centro del campo y la vuelta de Dembelé debería darle goles que no tuvieron Toko-Ekambi o Kadewere en el tramo final de la temporada pasada. Bosz deberá dar pronto concienciar a la plantilla de que se puede jugar de forma ofensiva y con la línea defensiva plantada en campo rival en una competición caracterizada por entrenadores conservadores y bastante resultadistas.
Estabilidad y Marsella son dos palabras que deberían encontrarse en el apartado de antónimos en el diccionario francés. No hay una temporada del conjunto marsellés tranquila y eso que hace tan solo un año todo parecía un cuento de hadas con la clasificación de forma directa a la Champions League. La bonanza con Villas-Boas duró apenas meses y el portugués dejó el club en una inédita rueda de prensa en la que presentaba su dimisión por rechazar el fichaje de Ntcham. Fue la gota que colmó el vaso para una afición exigente, muy dura cuando las cosas no van mal y que culminó con un asalto al centro de formación del club. FranckMcCourt, contra las cuerdas, decidió darle las riendas al asturiano Pablo Longoria, de tan solo 35 años, y que se convirtió en el presidente más joven de la historia del Marsella. El español fichó a Sampaoli, agarró una pequeña estabilidad (clasificándosea la Europa League) y, en el presente mercado, ha hecho del OM el equipo que más ha agitado el mercado hasta la fecha en el fútbol europeo.
Jorge Sampaoli cumple su primera temporada completa en el Olympique de Marsella. El técnico argentino llegó en marzo tras desvincularse del Atlético Mineiro y enderezó el rumbo de un equipo que parecía hundido con la crisis interna tanto en el banquillo como con los propietarios americanos. Con una plantilla en la que no había participado en su confección, el exentrenador del Sevilla logró clasificar de forma milagrosa al OM a la Europa League, implantando un juego de posición que tantos éxitos le ha dado a lo largo de su carrera. El carácter, el sacrificio, el esfuerzo, la presión asfixiante y, sobre todo, la competitividad han sido varias de las señas de un Marsella que tendrá esta temporada un equipo acorde la exigencia de su entrenador y que, seguramente, haga vibrar a un Velodrome cansado de decepciones.
Conocido por su gran conocimiento del mercado, Pablo Longoria ha hecho de presidente y director deportivo en su segunda temporada en Marsella. Es sabido que Sampaoli siempre pone como exigencia fichajes que se adapten a su estilo a los equipos a los que llega, pero es que lo del asturiano ha rozado la perfección. Ha hecho siete incorporaciones en tiempo récord y ha rejuvenecido una plantilla que tenía llevaba cargada a la espalda la mala gestión de su antecesor, Eyaud. Balerdi, Gerson, Ünder, Konrad de la Fuente, Guendouzi, Pau López, Luan Peres y William Saliba han aterrizado en el Velodrome este verano con el objetivo de devolverle al Marsella una identidad competitiva que le ha impedido plantar cara a su gran enemigo, el PSG (Los próximos pueden ser Wass y Lirola). La baja de Thauvin, a pesar de la importancia del jugador en el proyecto, no ha supuesto una pérdida importante, sobre todo por cómo lo ha compensado Longoria en el mercado. También salieron Germain, Sakai, Nagatomo o Strootman, siendo los cuatro los últimos reductos de una mala gestión por parte de McCourt y Eyraud.
El Olympique de Marsella no tiene excusas esta temporada para instaurarse entre los tres mejores equipos de la Ligue 1. El histórico francés ha sido el equipo que más se ha reforzado de todo el campeonato, cuenta con un entrenador caracterizado por darles a sus equipos una exigencia desmesurada y la calidad de la plantilla es indudable. Haber retenido a Milik a pesar del interés de varios clubes italianos o recuperar al mejor Payet en pretemporada han sido varias de las buenas noticias que han recuperado la ilusión en un equipo acostumbrado a la inestabilidad y a los naufragios deportivos.
Tras haber conseguido su primera clasificación de la historia a la Champions, sumando un pobre punto en la fase de grupos, la temporada pasada del Rennes no se puede considerar como éxito. Gastó 71 millones, Julien Stephan dimitió a mediados del curso y el equipo acusó bastante la falta de regularidad de varias piezas clave del equipo. Sin embargo, la llegada de Genesio al banquillo (sorprendente) le dio al equipo un ápice de competitividad que permitió que el conjunto bretón acabara clasificándose para la novedosa Conference League. Ello, añadido a un mercado de fichajes bastante prolífico en Bretaña, hacen del Rennes un equipo que se puede considerar un serio aspirante para entrar entre los tres primeros clasificados la próxima temporada.
Bruno Génésio afrontará su primera temporada completa en el Rennes. Tras un breve paso por China y tras un periplo un tanto agridulce en Lyon, con graves críticas de los aficionados por su falta de identidad de juego, el técnico aterrizó en la Bretaña Francesa gracias a su amistad con Florian Maurice, exidrector deportivo del Lyon y que cumple el mismo rol en el Rennes. Contra todo pronóstico, Genésio hizo un gran trabajo en el Rennes, recuperando a varias piezas que estaban en el ostracismo con Stephan, como por ejemplo el talentoso Taït, el eléctrico Doku o Guirassy, que mejoró sus pobres cifras de la primera vuelta. Siendo un técnico bastante resultadista y con falta de mimbres para adaptarse a diversos contextos, Génésio se ha ganado una oportunidad en Rennes en un año en el que contará con una plantilla bastante sólida línea por línea.
En materia de fichajes, el Rennes ha vuelto a realizar un mercado bastante completo que le han dado un salto cualitativo al equipo. En defensa, los bretones han fichado al prometedor Loïc Bade, revelación la temporada pasada con el Lens, además de Birger Meling, lateral izquierdo noruego que descendió con el Nîmes, pero fue de lo poco salvable de los cocodrilos. La joya de la corona ha sido Sulemaana, que rechazó al Ajax para firmar con el Rennes y formar con Doku dos de las bandas con más regate del fútbol europeo. Aunque ha perdido experiencia con las salidas de Da Silva al Lyon en defensa y N’Zonzi en el mediocampo, los “Rouge et Noir” han mantenido a dos activos importantísimos para Génésio como son Camavinga (cuando hacemos la previa sigue en el Rennes) y Doku, al que, a pesar de haberle arrastrado la sombra de Raphinha durante el inicio de la temporada pasada, acabó siendo un jugador diferencial en todos los sentidos.
El Rennes tiene que encontrar su sitio dentro del fútbol francés. La clasificación a la Champions League del año pasado fue la primera semilla de un largo y tendido camino que inició el multimillonario Pinault allá por 2001, pero el equipo ha sido incapaz de asentarse en los puestos Champions de la clasificación. Por plantilla, potencial de jóvenes y por recursos, el conjunto bretón debería dar mucha guerra esta temporada en la Ligue 1. Dispone de talentos como Camavinga, Doku, Sulemaana, Terrier o Guirassy para aspirar a grandes cosas dentro del fútbol francés.
El Lens fue, sin duda, la gran revelación la temporada pasada en la Ligue 1 con permiso del Lille. Siendo un recién ascendido, el conjunto norteño estuvo bordeando los puestos europeos durante todo el año y solo un aciago final le impidió volver a disputar competiciones europeas. Se le llegó a comparar con la Atalanta francesa por jugar con tres centrales y por buscar siempre la portería rival y ganó a equipos como el PSG, Marsella, Rennes o golear al Mónaco. En su segundo año consecutivo en la máxima división del fútbol francés, el histórico francés buscará asentarse en la parte alta de la Ligue 1 y soñar con otra temporada de ensueño en el norte de Francia.
Franck Haise cumple su tercera temporada en el RC Lens, la segunda completa. El técnico, que fue nombrado interino en marzo de 2020 antes de la pandemia, ascendió a la Ligue 1 gracias al veredicto de la LFP de dar por concluida la temporada dentro del fútbol francés. El Lens decidió darle una oportunidad y la decisión no pudo traerle más bonanza al club. Practicó un fútbol ultraofensivo con carrileros como delanteros y con ataques muy vertiginosos que le dieron al equipo una puntuación impensable a principios de temporada. El Lens tuteó a los mejores equipos del fútbol francés, se ganó el reconocimiento de la prensa y Haise se erigió como el entrenador que rompió el estereotipo de los técnicos franceses, caracterizados por ser resultadistas y defensivos.
Tras haber invertido más de 20 millones en su retorno a la Ligue 1, el Lens apenas ha fichado en el presente mercado. La baja de Loïc Bade al Rennes la ha compensado con el joven Christopher Wooh, que fue revelación en el Nancy de la Ligue 2 el curso pasado. También ha llegado Wesley Saïd, lo que no sabemos es cómo, ya que naufragó en el Toulouse tras haber brillado en el Dijon y convertirse en el fichaje más caro de la historia de “Les Violets”. El colombiano Deiver Machado, mejor lateral izquierdo de la Ligue 2, también ha fichado a razón de 3 millones de €, mejorando un puesto que había sido, sin duda, el gran talón de Aquiles del Lens la temporada pasada. La venta de Bade al Rennes, además de la vuelta de cesión de Kalimuendo al PSG, han sido las únicas bajas destacadas de una plantilla que es prácticamente la misma que acabó séptima en la Ligue 1.
El Lens tendrá la difícil tarea de confirmar la sorpresa que fue la temporada pasada. Haise tendrá que añadir más automatismos a su ofensivo sistema de 3 centrales, ya que a finales de la temporada pasada, al equipo le costó superar bloques bajos de rivales que ya sabían cómo defenderle al conjunto norteño. Lo bueno es que cuenta con una plantilla de muchísimo nivel, ya que los Doucouré, SekoFofana, Kakuta, Ganago o Jonathan Clauss, un carrilero que disputó su primera temporada como profesional en Francia y brilló a niveles inesperados, siguen en el norte de Francia y querrán dar un pasito más en el sueño del Lens de volver a Europa.
El Montpellier se había convertido en los últimos años en uno de los equipos más previsibles del fútbol francés. Siempre arrancaba la temporada ilusionando, colocándose entre los cuatro mejores de la Ligue 1, pero una vez cumplido el objetivo de instaurarse en la parte alta de la clasificación, las segundas vueltas del conjunto del sur de Francia eran decepcionantes, a tal punto de no acabar en Europa nunca. El club ha decidido dar un paso al frente en verano, dando por concluido el ciclo Der Zakarian (que ha hecho el camino inverso de Dall’Oglio) y trayendo a un técnico más ofensivo como Dall’Oglio. El trabajo de Der Zakarian en Montpellier fue notable, pero siempre le quedó a la afición la espinita de no haberse clasificado a puestos europeos por el exacerbado resultadismo del técnico.
Olivier Dall’Oglio cumple su primera temporada en el Montpellier en el que será su primer gran proyecto ambicioso dentrodel fútbol francés. Tras haber brillado en el Dijon y tras haber salvado al Brest durante dos años consecutivos con una idea de fútbol atractiva, llegando a ser juego de posición, el técnico, que compagina su trabajo con el de pintor, llega a un club que ha tenido como entrenador un estilo opuesto al suyo. Dall’Oglio tendrá la complicada tarea de cambiar en tiempo récord el resultadismo y el pragmatismo de Der Zakarian por el juego de posición y por las ideas ofensivas, un reto mayúsculo para un entrenador que ha sido de los más ofensivos de la Ligue 1 en las dos últimas temporadas.
En materia de fichajes, el Montpellier no ha tenido un mercado de muchos movimientos. En defensa, la retirada de Hilton ha sido compensada por Mamadou Sakho, que vuelve al fútbol francés tras varios años a un flojo nivel en la Premier, pero con la experiencia suficiente como para cubrir el legado del exjugador brasileño. Léo Leroy, hijo del mítico Jerôme Leroy, ha llegado libre tras haber brillado en el modesto Châteauroux de la Ligue 2 y, además, el brasileño Thuler ha fichado procedente del Flamengo. La baja de Hilton y la de Congré, ambas en defensa, son las pérdidas más importantes de un equipo que mantiene prácticamente el mismo bloque de la temporada pasada.
El Montpellier deberá dar un paso al frente esta temporada con el objetivo de pelear por los puestos europeos. El conformismo en el que se ha instalado en la parte media-alta de la clasificación puede ser peligroso y nadie mejor que Dall’Oglio para darle una mayor ambición al equipo, La dupla formada por Delort y Laborde sigue siendo una de las mejores de Europa en cuanto a cifras goleadoras se refiere, Savanier y Mollet dotan de calidad al equipo en el centro del campo y el cambio de sistema de 5 defensas tan ortodoxo de Der Zakarian a un 4-3-3 más ofensivo con Dall’Oglio debería darle un salto cualitativo a una plantilla con mimbres para hacer grandes cosas.
Desde que Ineos se hiciera con el Niza, el conjunto de la Costa Azul se propuso ser una alternativa al PSG en la pelea por la Ligue 1. En dos años, el proyecto no ha terminado de carburar y entre tanto ha habido una inversión muy importante y varios cambios de entrenador. Patrick Vieira abandonó el banquillo a mediados de la temporada pasada, Ursea no pudo revertir la situación como interino y el club ha decidido hacer un esfuerzo sin precedentes para que Galtier, campeón de la Ligue 1 con el Lille el curso pasado, disponga de un efectivo capaz de poder instaurar al Niza entre los mejores equipos del fútbol francés.
Christophe Galtier afronta su primera temporada en el Niza con uno de los proyectos más ambiciosos de la historia del club.
Christophe Galtier afronta su primera temporada en el Niza con uno de los proyectos más ambiciosos de la historia del club. El técnico rechazó al Lyon y al Napoli para vincularse a un equipo necesitado de un entrenador que maneje el timón en un equipo joven y sin experiencia. En sus dos anteriores cargos, Galtier resucitó de las cenizas al histórico Saint-Étienne y le dio al Lille la Ligue 1 tras coger al equipo hundido en puestos de descenso. El técnico contará con un elenco de jugadores de mucha calidad que necesitan moldearse, algo que sabe hacer muy bien, ya que ha enfatizado siempre en el lado humano antes que en el táctico.
En materia de fichajes, el verano del Niza ha sido, sin duda, uno de los más ambiciosos de su historia. El equipo ha hecho múltiples incorporaciones, comenzando por Todibo, por el cual han ejercido la opción de compra, y Bard en defensa. En el centro del campo, las Águilas se han reforzado con Pablo Rosario, del PSV, y Mario Lemina, que vuelve al fútbol francés tras un paso un tanto decepcionante por la Premier. Sin duda, el fichaje más importante ha sido en ataque con Calvin Stengs, pagando únicamente 10 millones por uno de los mayores talentos del fútbol neerlandés. Justin Kluivert también se ha incorporado procedente de la Roma buscando recuperar la gran versión que mostró en el Ajax. Mientras escribimos estas líneas, el club podría traer a Ihattaren, uno de los mayores talentos del fútbol holandés.
En la tercera temporada de Ineos, el Niza ya no tiene excusas para no pelear por ser uno de los mejores equipos del fútbol francés. El equipo cuenta con uno de los mejores entrenadores de la Ligue 1, se ha reforzado a las mil maravillas en todas las zonas del campo y a ello hay que añadir la calidad de los Dolberg, Gouiri, Alexis Claude-Maurice, Boudaoui o Atal, conformando un elenco de jugadores que, por talento y colectivo, debería ser un serio aspirante para entrar en puestos Champions esta temporada. Sin duda, el reto es mayúsculo, pero Ineos no puede permitirse otra temporada fuera de Europa y con cambios de entrenador de por medio que lastren a la plantilla.
El Metz ha conseguido algo que parecía imposible en vistas de sus años anteriores en los que ascendía e inmediatamente volvía a la Ligue 2: asentarse en la Ligue 1. El gran trabajo de la dirección deportiva, dotando a Antonetti (Y Hongon, que le sustituyó hasta que falleció su mujer) de una estructura sólida y capaz de adaptar a sus jugadores a un sistema de tres centrales muy pegajoso para los rivales, han permitido a los granates ser un equipo competitivo y no solo eso, sino con opciones de acariciar los puestos europeos. La temporada pasada, el Metz llegó a ir sexto clasificado a falta de menos de diez jornadas para el fin de la Ligue 1, pero el equipo acabó relajándose con el objetivo de la salvación más que cumplido.
Fréderic Antonetti ha vuelto a los banquillos tras un año y medio muy duro, en el que tuvo que ausentarse de su puesto por una enfermedad de su ya difunta esposa. El técnico volvió a los banquillos a mediados de la temporada pasada y consiguió revitalizar al Metz, avalado por el gran trabajo de su segundo, Hongon, que siguió las directrices de Antonetti y permitió dotar al club de un sistema reconocible. Las marcas individuales por todo el campo, su sistema de 5 defensas y la velocidad en transición han sido los rasgos más identificables de un Metz que se ha convertido en un equipo muy complicado de ganar en su campo.
El mercado del Metz ha sido uno de los más tranquilos del fútbol francés. La crisis económica provocada por los derechos televisivos (en especial por el abandono de Mediapro) ha dejado sin margen de maniobra al conjunto de la Mosela. Ha llegado Amine Bassi libre, un mediapunta de mucha calidad que llega para cubrir el vacío que puede dejar Boulaya, estrella del equipo y que, mientras escribimos estas líneas, está buscando una salida. También ha firmado a Alakouch, internacional sub-21 con Francia y un lateral que llega para dar descanso a Centonze. Lo bueno para el club es que ha conseguido mantener a piezas clave del proyecto como el prometedor Pape Matar Sarr, IbrahimaNiané o el defensa Dylan Bronn.
El Metz tiene el aval de que es un equipo sin presión y que puede poner en serias dificultades a la mayoría de los equipos de la parte alta de la Ligue 1. Tener un sistema de cinco defensas tan automatizado con Antonetti le da mucha ventaja respecto a otros equipos que todavía no saben cuál es su sistema predilecto. Los marcajes individuales a todo campo seguirán siendo su seña de identidad, además de la profundidad de sus carrileros, Delaine y Centonze, el dinamismo de Sarr en el medio o la velocidad de Niané al espacio. Es un equipo eminentemente vertical y es capaz de desesperar a los rivales por su gran trabajo defensivo durante los 90 minutos.
Se viven tiempos complicados en el Ródano con el Saint-Étienne. El histórico francés no pasa por sus mejores momentos y, aunque consiguió salvar una debacle histórica la temporada pasada en forma de descenso, la ilusión no abunda en el sureste de Francia. El club ha anunciado públicamente que está en venta, apenas han llegado incorporaciones y Puel se ha visto obligado a confiar en jugadores de la cantera para intentar corregir los errores de una directiva que tiene a los aficionados en cólera desde hace muchos años. La pregunta es si, esta temporada, el Saint-Étienne tiene equipo y mimbres para intentar aspirar a algo más que no sea acabar entre los diez primeros clasificados de la Ligue 1.
Claude Puel vive esta temporada su segundo año completo en el Saint-Étienne. Llegó en medio de una crisis histórica del club, metió al equipo en una final de la Copa de Francia (perdida ante el PSG en julio de 2020) y ha sacado el máximo jugo de una de las mejores canteras de Francia. Más allá de eso, su férreo carácter y la poca flexibilidad táctica que ha mostrado han sido más un problema que una solución para el Saint-Étienne (prueba de ello es el encontronazo que tuvo con Ruffier, leyenda del club). No obstante, el técnico le ha dado a Les Verts una competitividad en las citas importantes que se anhelaba en el Geoffroy-Guichard. Puel tendrá sus cosas, pero es un entrenador con una dilatada experiencia en Francia y su confianza plena en los jóvenes está siendo de lo más destacado del breve periplo que lleva en Saint-Étienne.
Como tantos equipos en Francia, el Saint-Étienne ha sido uno de los grandes perjudicados de la crisis económica que vive el fútbol francés por culpa de los derechos televisivos. En cuanto a fichajes se refiere, el conjunto del Ródano cuenta solo con cuatro incorporaciones, todas ellas vueltas por cesión. La más destacada es la de Jean-Phillipe Kraso, un jugador que llegó de tercera división el año pasado tras haberle marcado al Saint-Étienne dos goles en la Copa de Francia y que apenas tuvo oportunidades con Puel. En el apartado de bajas, destacan la retirada de Debuchy, la salida del veterano Moulin al Troyes o Monnet-Paquet, que ha pasado de ser indiscutible a desapercibido con Puel por culpa de las lesiones.
El Saint-Étienne cuenta actualmente con uno de los equipos más jóvenes del fútbol francés, pero también uno de los más atractivos en caso de que algunos jugadores den un paso adelante. Los Sow, Gourna-Douath (brillante temporada con tan solo 17 años del centrocampista), Aouchiche, Moueffeck, Maçon, unido a la experiencia de Hamouma o Khazri, pueden ser motivos suficientes como para ilusionar al Saint-Étienne. La distancia respecto a los equipos de la parte alta de la clasificación es sideral (ya que estos sí han invertido fuertemente), pero el objetivo tiene que ser el de acercarse poco a poco a los puestos europeos, un sitio del que nunca debió salir el club.
El Girondins de Burdeos ha vivido, probablemente, el verano más importante de la última década y probablemente del siglo. En el mes de mayo, King Street, Fondo de Inversión americano que era propietario del club, anunciaba que dejaba de apoyar económicamente el proyecto y dejaba al histórico francés al borde de la quiebra y con la obligación de encontrar un comprador inmediatamente para no descender administrativamente. Fue Gerard Lopez, arquitecto del éxito del Lille, el que finalmente reunió la cantidad requerida y prometió hacer del Burdeos a corto plazo uno de los mejores equipos del fútbol francés.
El Girondins de Burdeos ha vivido, probablemente, el verano más importante de la última década y probablemente del siglo
Vladimir Petkovic cumple su primera temporada en el Girondins de Burdeos tras haber rozado la gloria con Suiza en la Eurocopa (eliminando a Francia en octavos y llevando a los penaltis a España en cuartos). Su trabajo desde 2014 con la selección helvética ha sido sensacional, implantando un sistema de 3 centrales de los más trabajados en el fútbol de selecciones y que le ha valido para volver a un banquillo de un equipo de fútbol ocho años después. Petkovic, que ha sucedido a Gasset en el banquillo, está obligado a recuperar la esencia y la competitividad de un histórico en apuros como el Burdeos, aunque para ello necesitará tiempo. Mientras escribimos estas líneas, la plantilla no está cerrada y deberá acudir masivamente al mercado para darle al técnico un equipo de garantías para implantar su idea de juego.
Según Gerard Lopez, el Girondins de Burdeos espera hacer 13 incorporaciones a razón de 40 millones de € antes de finalizar el mercado. Mientras escribimos estas líneas, a un mes de acabar el mercado, el club ha fichado a Ricardo Mangas y el hondureño Alberth Elis procedentes del Boavista (Gerard Lopez es máximo accionista del conjunto portugués) y también a Gideon Mensah, jugador que pertenece al Salzburgo, que también realizó una gran temporada pasada en el Guimaraes y que se puede adaptar como anillo al dedo al sistema de 3 centrales de Petkovic. Se esperan varias incorporaciones para compensar las bajas de Ben Arfa, De Préville, Jovanovic, Sabaly o Seri.
El Girondins de Burdeos ya ha salvado su primer match-ball para no descender administrativamente y el objetivo solo puede ser ahora mismo el de mirar hacia arriba en la clasificación. Con un equipo totalmente nuevo que todavía espera nuevas incorporaciones y con un Petkovic que no ha tenido mucho tiempo para establecer automatismos, lo normal es que el equipo no aspire a más que acabar entre los diez primeros clasificados de la Ligue 1. El objetivo debe ser, a corto plazo, el de volver a disputar competiciones europeas, algo que parece poco probable esta temporada, sobre todo por la revolución de plantilla que está haciendo Gerard Lopez.
Tras varias temporadas asentado en la élite, el Angers ha vivido esta temporada un fin de ciclo que puede ser decisivo en el devenir de la entidad. Stéphane Moulin, técnico que lleva desde 2011 en el club y que ha asentado a los “Angevins” en la zona media-alta de la Ligue 1, siendo el más longevo en un banquillo de forma continuada por delante de Simeone, decidió dejar el Angers de forma sorprendente tras haber cimentado un equipo competitivo caracterizado por ser vertical y muy pegajoso para los rivales. El técnico potenció por el camino a jugadores como Saiss, Toko-Ekambi, Jonathan Bamba, Nicolas Pépé o Adélaïde y se ganó el reconocimiento de todo el fútbol francés. Un fin de ciclo que le ha dado el testigo a Gerard Baticle, segundo entrenador del Lyon durante muchos años y que ha decidido dar el salto para buscar seguir el legado imborrable de Moulin.
Gérard Baticle cumple su primera temporada como primer entrenador en la Ligue 1. El técnico se ha caracterizado por ser un potenciador del vestuario como segundo entrenador en el Olympique de Lyon y el reto es mayúsculo en Angers. Moulin ha dejado un vacío gigantesco con su marcha y Baticle tendrá la difícil tarea de mantener la competitividad que ha mostrado el equipo durante las últimas temporadas. De momento, el técnico ya se ha ganado el respeto de la plantilla con técnicas innovadoras de entrenamiento, sacando a sus jugadores a la playa vestidos de militares para fomentar el colectivo y para que el equipo no pierda esa aura competitiva que le ha permitido estar seis temporadas de forma ininterrumpida en la máxima categoría del fútbol francés.
Como la mayoría de los equipos de la zona baja de la Ligue 1, el Angers apenas ha podido fichar en el mercado de fichajes por culpa de una crisis sin precedentes dentro del fútbol francés. Les Angevins han traído libre al joven Batista Mendy, un mediocentro que apuntaba maneras en el Nantes y cuya progresión se ha ralentizado notablemente. El centrocampista Ounahi, del Avranches, también ha reforzado al equipo en el medio tras la baja de Amadou y Casimir Ninga ha vuelto de una cesión en Turquía. En cuanto a bajas se refiere, el club ha vendido a Diony al Estrella Roja (un fracaso su desempeño como delantero) y también se ha marchado el exvalencianista Ludovic Butelle, que era suplente de Bernardoni en la portería.
El Angers tiene la difícil papeleta de mantener el listón tan alto que había mostrado con Moulin. El equipo siempre comienza las temporadas a un nivel muy alto, coqueteando con Europa y siendo un dolor de muelas para los equipos de la parte alta de la clasificación. Con Baticle, el rendimiento es una incógnita, pero mantiene a jugadores clave como el talentoso AngeloFulgini, el potente delantero Bahoken y se encomienda a la juventud de Ali-Cho (2004) para intentar dar un salto cualitativo que no le aleje de la zona media-alta de la Ligue 1. Será una temporada de transición en el conjunto del Loira, pero con la ilusión intacta de seguir un año más peleando codo con codo con los mejores equipos de Francia.
Como el Angers, el Stade Reims también ha vivido un fin de ciclo que puede cambiar radicalmente la filosofía mantenida por el club en los últimos años. David Guion, técnico que ascendió al equipo a la Ligue 1 y que le metió en la previa de la Europa League en 2020, siendo su Reims una de las mejores defensas de Europa durante los 3 últimos años, abandonó la disciplina del equipo Champagne en verano y le dio el testigo a Óscar García. Es cierto que la temporada pasada el Reims ya estaba dando síntomas de agotamiento del proyecto y demandaba un cambio, pero la salida de Guion puede ser más que una solución un problema para los rojiblancos.
Óscar García ha vuelto a la Ligue 1 tras un breve paso en 2017 por el Saint-Étienne que se saldó con una salida de mala manera por sus continuos problemas con la directiva. El técnico español no ha tenido suerte ni en el Olympiacos ni en el Celta y buscará recuperar sensaciones en un Reims que ha tenido como seña de identidad el repliegue y la defensa de su propia área con Guion, un estilo opuesto a lo que busca Óscar, caracterizado por ser un entrenador cruyffista y que busca el juego de posición como principal premisa. Óscar cuenta con una plantilla de mucho talento que le permitirá desarrollar su idea de juego, algo que no pudo conseguir en el Saint-Étienne en su primera etapa en el fútbol francés y que probablemente sí consiga en el noreste de Francia.
No ha sido un mercado de grandes movimientos en Reims. El equipo ha recuperado a varios jugadores que vuelven de cesión (como el talentoso Donis, que se ha estancado tras un inicio fulgurante), pero el fichaje más destacado es el de Gravillon, central que pertenece al Inter y que realizó una gran temporada pasada en el Lorient. El veterano Nicolas Penneteau ha llegado a la portería para ser el suplente de Rajkovic y la baja más destacada es, sin duda, la de Boulaye Dia, que se convirtió en una de las ventas más caras de la historia del club tras dejar en las arcas 12 millones para fichar por el Villarreal. Su baja no ha sido sustituida por el momento, pero el joven El-Bilal Touré, que ya ha dejado detalles interesantes con 18 años, puede suplirle perfectamente.
El Stade Reims vivirá un período de transición esta temporada. El conservadurismo y el repliegue acérrimo de David Guion será sustituido por, a priori, un fútbol más ofensivo de Óscar García. El técnico catalán cuenta con un elenco de jugadores de bastante calidad para implantar su estilo de juego, tales como Moreto Cassama o Berisha en el medio, Zeneli y Mbuku en las bandas o el mencionado El-Bilal Touré en ataque. Un equipo idóneo para jugar en su 4-3-3 predilecto y que buscará mejorar el pobre desempeño que produjo el curso pasado.
Como el Angers y el Reims, el Estrasburgo es otro de los equipos que ha decidido dar un paso adelante y cambiar de entrenador. Thierry Laurey, técnico que ascendió a los alsacianos a la Ligue 1 y que le dio un título al club tras casi 20 años de vacío, abandonó el club en verano y la directiva decidió apostar de forma sorprendente por Julien Stephan, entrenador caracterizado por practicar un fútbol eminentemente ofensivo y que consiguió hacer historia con el Rennes en su anterior etapa. Será una temporada de transición en Alsacia, aunque el objetivo sigue siendo el de mirar a puestos europeos antes que al descenso.
Julien Stephan cumple su primera temporada en el Estrasburgo tras haber dimitido en marzo sorprendentemente con el Rennes. El que es hijo de Guy Stephan, ayudante de Deschamps en la selección francesa, brilló en su primera experiencia en los banquillos. Clasificó al Rennes por primera vez en su historia a los octavos de la Europa League, le dio al club un título tras 48 años y lo clasificó por primera vez a la fase de grupos de la Champions League. Un trabajo excelso que se difuminó con el paso de los meses y que culminó con una dimisión inesperada en marzo. Ahora, coge el testigo de Thierry Laurey, caracterizado por ser un entrenador muy conservador (potenciando un sistema de 5 defensas sin fisuras) y que, además de perdurar el gen competitivo del equipo, buscará mejorar la circulación de balón con su clásico 4-3-3 que tantas noches de gloria le dio en la Bretaña francesa.
El verano del Estrasburgo se puede considerar muy positivo en todos los aspectos. La mayor sorpresa la protagonizó Kevin Gameiro, que decidió volver a Alsacia a sus 34 años tras haber rechazado una oferta del Olympique de Marsella, retornando 13 años después a la que fue su casa durante muchos años. En defensa, la baja de Mitrovic al Getafe la ha paliado con Lucas Perrin, central del Olympique de Marsella que dejó buenas sensaciones en las dos últimas temporadas. Aholou ha vuelto al club para fortalecer el centro del campo y el club ha fichado a Karol Fila del Lechia polaco para intentar ocupar el vacío que ha dejado Guilbert en el lateral derecho (además de Keny Lala, traspasado en invierno al Olympiacos). A la baja de Mitrovic en defensa hay que añadir la de Simakan al Leipzig (venta más cara de la historia del club por 15 millones), el exsevillistaCarole o KévinZohi.
El Estrasburgo buscará mantenerse en la élite otra temporada más e intentará dar un paso adelante con la llegada de Stephan. El conjunto alsaciano dispone de un ataque de ensueño con Ajorque y Diallo más la incorporación de Kevin Gameiro y, en el centro del campo, tiene calidad con el dinamismo en conducción de Bellegardeo la zurda siempre productiva de Lienard, recién renovado tras su gran temporada pasada. A Stephan no se le puede pedir más que la salvación, pero acercarse al top10 puede ser un objetivo real dadas las características de la plantilla.
En su retorno a la Ligue 1, el Lorient consiguió una salvación in extremis tras realizar una primera vuelta para olvidar en la que acabó como colista. El cambio de sistema de Pélissier, pasando a jugar con 5 defensas y potenciando la velocidad al contragolpe, fue clave para mantenerse un año más en la máxima división del fútbol francés. Siendo uno de los equipos con más dinero de la parte baja de la clasificación, Les Merlus, término con el que se les conoce en Francia, deben mejorar sus prestaciones si no quieren tener las mismas dificultades que casi le cuestan el descenso a la Ligue 2.
Christophe Pélissier cumple su tercera temporada en la Ligue 1 con la seguridad de que ya es uno de los entrenadores más fiables de la parte baja del fútbol francés. Salvó al Amiens durante dos temporadas y, con el Lorient, ascendió a los bretones a la Ligue 1 y lo ha mantenido con un sistema de cinco defensas que fue de los más ortodoxos de todo el fútbol francés. Seguidor acérrimo de Marcelo Bielsa y fan de las marcas individuales, Pélissier consiguió sacar el máximo de una plantilla que, pese a tener calidad, sobre todo en ataque con Wissa y Moffi, tenía bastantes limitaciones para defender de forma ordenada. Por ello, la mejor decisión del club en este verano ha sido la continuidad del técnico.
El Lorient, como hemos venido recalcando a lo largo de todo el artículo, es otro de los perjudicados de la crisis económica que vive el fútbol francés por culpa de los derechos televisivos. El mercado de la entidad bretona ha sido laxo en todos los sentidos. El lateral derecho Igor Silva ha llegado del Osijek croata en la que ha sido, hasta la fecha, la única incorporación. Tampoco ha perdido a jugadores importantes, siendo la de Gravillon la baja más destacada, además de la de UmutBozok, que ha fichado por el Kasimpasa turco tras haber naufragado totalmente en la Bretaña.
Con Pélissier, el Lorient tiene la ventaja de tener un estilo definido y saber a lo qué juega respecto a otros equipos de la parte baja de la Ligue 1. Pélissier se ha mostrado inflexible con el sistema de 5 defensas que tanto éxito le dio la temporada pasada y continuará jugando en bloque bajo, buscando al contragolpe el talento de Le Fée y la velocidad de Wissa y Moffi, este último siendo una de las grandes revelaciones del curso pasado tras haber anotado 14 goles y otorgado 3 asistencias. Es un equipo muy pragmático, pero bastante eficaz en las dos áreas y capaz de dar sustos a los equipos de la parte alta de la clasificación, teniendo como ejemplo la victoria 3-2 al PSG en su estadio en el mes de febrero.
Si Olivier Dall’Oglio ha dejado el Brest por el Montpellier, Michel Der Zakarian ha hecho el camino opuesto. El conjunto bretón, que es uno de los presupuestos más bajos de la Ligue 1, consiguió salvarse por segundo año consecutivo gracias a la buena labor de su entrenador, que deja un vacío gigantesco tras haber implantado un estilo de toque atrevido y de toque que ha consolidado a los bretones en la máxima división del fútbol francés. Será una temporada de transición y peligrosa, ya que Der Zakarian es lo opuesto a Dall’Oglio y la plantilla es idéntica a la del curso pasado.
Michel Der Zakarian ha decidido dejar el Montpellier para vincularse al proyecto del Brest. El técnico, como hemos recalcado, es la antítesis a todo lo que ha representado Dall’Oglio. Si el actual técnico del Montpellier era un técnico caracterizado por practicar juego de posición, Der Zakarian ha destacado por un sistema de 5 defensas caracterizado por pasarse la mayoría del partido defendiendo y sin la pelota de por medio. El reto de Der Zakarian a corto plazo será el de mentalizar a la plantilla de cambiar de sistema y de ser más vertical que de costumbre. No será fácil, pues el Brest es de los equipos con más limitaciones de toda la Ligue 1 y ha sobrevivido de forma milagrosa gracias al buen hacer de Dall’Oglio.
Der Zakarian es lo opuesto a Dall’Oglio y la plantilla es idéntica a la del curso pasado.
No ha tenido muchas variaciones el Brest en el mercado de fichajes. El conjunto bretón ha gastado 2 millones de € en Brassier tras su gran temporada pasada en el club y, además, ha fichado a Jere Uronen en el lateral izquierdo tras haber vendido por 12 millones de € a Romain Perraud al Southampton. La baja de Perraud es la más destacada (además de la de Charbonnier, aunque en menor medida), ya que el resto de la plantilla, mientras escribimos estas líneas, sigue siendo la misma. Mantener a Romain Faivre (de momento), pretendido por la Bundesliga y el PSG y una de las revelaciones de la pasada Ligue 1 gracias a su productiva pierna izquierda, ha sido quizá la mejor noticia posible para el equipo de Der Zakarian.
Las aspiraciones del Brest de cara a la próxima temporada siguen siendo una incógnita. El objetivo, salvo sorpresa mayúscula, será el de mantenerse una temporada más en la Ligue 1. Tendrá que hacerlo con Der Zakarian, que si algo le ha caracterizado en sus últimos años como entrenador ha sido la de darle a sus equipos una regularidad constante y un nivel defensivo más que fiable dentro de la Ligue 1. Los Faivre, Pierre-Gabriel, Le Douaron, Cardona y compañía tienen la calidad suficiente para mantener al equipo una temporada más en la Ligue 1.
Pocos equipos en Europa, por no decir ninguno, vivieron la temporada pasada el calvario del Nantes. La gestión de Waldemar Kita estuvo a punto de enviar al histórico francés a la Ligue 2 por segunda vez durante su mandato y la llegada de Domenech en enero, no sumando ni una victoria en sus siete partidos en el banquillo (y tras más de 20 años sin entrenar a un equipo de fútbol fuera de las selecciones), rozó el ridículo histórico. El club se encomendó a Antoine Kombouaré, primer entrenador del PSG de la era Al-Khelaïfi, para salvar al equipo y acabó lográndolo en unos playoffs de infarto contra el Toulouse.. Ahora, el Nantes busca tranquilidad en medio de una crisis que ha llevado a la afición a movilizarse para acabar con Kita y que ha provocado una de las peores décadas de uno de los equipos con más títulos de la Ligue 1
Antoine Kombouaré vive su segunda temporada en el Nantes y lo hace como el cortafuegos necesario para el conjunto canario. Tras haber fracasado en sus dos últimos cargos en Dijon y Toulouse, el técnico volvió a la que fue su casa durante muchos años como jugador. Ejerciendo como un padre para los jóvenes en el vestuario y potenciando el resultadismo a corto plazo por encima de todo, Kombouaré logró salvar al Nantes en un sprint final espectacular que evitó una crisis histórica en Nantes y buscará esta temporada que el equipo llegue salvado al tramo final de temporada. Cuenta con una plantilla de bastante calidad que debería estar más cerca de los diez primeros puestos que del descenso.
El mercado del Nantes ha tenido como principal novedad el fichaje más caro de la historia del club. Wylan Cyprien ha aterrizado en el Loira, volviendo al fútbol francés tras un naufragio rotundo en el fútbol italiano y para darle un salto cualitativo a Kombouaré en el centro del campo. Una medular que se había quedado huérfana de Louza, uno de los jugadores de más calidad del equipo y que ha fichado por el Watford a razón de 10 millones. Son los dos únicos movimientos para destacar, además de haber ejercido Les Canaris la opción de compra de 7 millones que disponían sobre Lafont. El guardameta ha permanecido finalmente en el Nantes a pesar de los rumores que le situaban en el Olympique de Marsella. Mantener a KoloMuani y Blas puede ser decisivo para el devenir del equipo esta temporada.
Lo bueno para el Nantes es que difícilmente vivirá el calvario de la temporada pasada. Tuvo cuatro entrenadores, Domenech casi hunde al club y estaba descendido prácticamente a cinco jornadas de finalizar la Ligue 1. Kombouaré ha revitalizado la plantilla, ha conseguido la solidez defensiva que no aportaron sus predecesores y cuenta con el apoyo del vestuario. El liderazgo de Pallois en defensa, el dinamismo de Cyprien y el español Chirivella en el medo y, la potencia de KoloMuani combinada con la clase de Blas, deberían ser motivos suficientes para que el Nantes no tenga que recurrir a milagros a lo largo del presente curso.
Hace poco más de un año, el Manchester City anunciaba la adquisición del Troyes para incorporarlo a su red de equipos filiales, más conocida como “City FootballGroup”. El objetivo del conjunto francés era el de lograr a corto plazo el ascenso a la Ligue 1, una meta que conseguiría la temporada pasada con una superioridad aplastante al resto de sus rivales. El gran valedor del proyecto fue Laurent Batlles, que instauró un sistema en 3-4-3 cruyffista que se ganó el reconocimiento del fútbol francés. Con un futbol ofensivo y cuyo objetivo era siempre el de estar el mayor tiempo de minutos posibles en campo rival, el Troyes se proclamó campeón de forma merecida y volvió a la Ligue 1 para iniciar uno de los proyectos más atractivos del fútbol francés.
El gran valedor del proyecto fue Laurent Batlles, que instauró un sistema en 3-4-3 cruyffista
Laurent Batlles cumple su tercera temporada en el Troyes en el que es, probablemente, el mejor momento de su corta carrera como técnico. El año pasado, decidió instaurar un 3-4-3 cruyffista en un partido en el que su equipo se quedó con diez jugadores y acabó el encuentro jugando con tres centrales. Fan del juego de posición, pocos equipos jugaron en Europa como lo hizo el Troyes en la Ligue 2. No es habitual ver a un entrenador francés con ideas de juego tan revolucionarias y con tanto éxito en una plantilla que, a priori, no era de las más potentes de la segunda división del fútbol francés.
El Troyes ha realizado el que es, hasta la fecha, el mejor mercado de fichajes de los equipos de la parte baja de la clasificación. El hecho de tener de inversor al City FootballGroup ha facilitado bastante las cosas y prueba de ello es el fichaje de Metinho, que aterrizó por 5 millones procedente del Fluminense. El extremo Mama Baldé (Dijon), el multiusos Renaud Ripart (Nimes) le darán variantes ofensivas a Batlles y, sin duda, la mejor noticia posible es la compra definitiva de Kouamé. El ex el Lille fue uno de los mejores centrocampistas de la pasada Ligue 2 y su capacidad para batir líneas de presión en conducción unida a su calidad en la pierna izquierda acercarán al Troyes a su objetivo de salvación. De las pocas bajas que ha tenido, cabe destacar la de Saint-Louis al fútbol turco o la no renovación de Barthelme, que fue un jugador importante para Batlles.
El proyecto del Troyes con el City FootballGroup nació para ascender a la Ligue 1, pero también para mantenerse. Por plantilla, idea de juego y filosofía del entrenador, el conjunto del Gran Este de Francia no debería tener problemas para seguir en la máxima división del fútbol francés. Falta saber si Batlles será igual de atrevido que en la Ligue 2 y jugará en 3-4-3, un sistema ultraofensivo que deja muchos espacios en la línea defensiva y que puede acarrearle problemas ante equipos de mayor calidad. Sin embargo, el hecho de tener ya el estilo de juego definido, contar con jugadores de talento en el medio (Como Kouamé, Tardieu, Chambost o la velocidad de Baldé en banda) hacen presagiar que este Troyes puede aspirar a ser la gran revelación de la temporada en la Ligue 1.
Hace 31 años, la ciudad de Clermont decidió dar un paso adelante y creó un equipo de fútbol para intentar que el rugby no acaparara todo el interés de la región. Tras muchos años rozando la gloria en la Ligue 2, el equipo ascendió por primera vez en su historia con una filosofía inédita en el fútbol europeo, caracterizada por no gastar ni un euro a la hora de hacer un fichaje (su única inversión fue de 350.000€ al fichar a FamaraDiehdiou). Pascal Gastien, su entrenador, se ha caracterizado, como Batlles, por practicar juego de posición y por tener la posesión del balón como principal premisa de su estilo. Clermont afronta su primera temporada en la elite del fútbol francés con la ilusión de que no tiene nada que demostrar a nadie y que tiene mucho que ganar y poco que perder.
Pascal Gastien se ha convertido en la fiel representación de lo que es el Clermont ahora mismo. Entrenador humilde en un equipo modesto que, con pocos recursos, ha demostrado que se puede jugar bien al fútbol sin contar con una plantilla de mucha calidad y sin grandes recursos a la hora de fichar. El 4-3-3 que implantó en Auvergne se ha asentado a las mil maravillas, potenciando a jugadores de nivel medio-bajo y sacando el máximo jugo de un equipo que, la temporada pasada, no aparecía en las quinielas para acabar entre los tres primeros. El reto para Gastien, tras ya haber conseguido lo que parecía imposible cuando cogió las riendas del equipo en 2017, es salvar al Clermont en la primera temporada de su historia en la Ligue 1.
Siendo fiel a su tradición de no gastar dinero a la hora de fichar, el Clermont se ha reforzado con jugadores libres o con cesiones a coste cero. Elbasan Rashani ha llegado libre del fútbol turco, Türkmen ha dejado el Leverkusen para unirse al proyecto del equipo (podría salir cedido, no obstante) y reforzar el mediocampo y Arial Mendy, lateral izquierdo del Servette o el marfileño Samed, que ha llegado del equipo satélite que tiene el Clermont en África, también han dado un salto cualitativo a la plantilla para intentar obrar la hazaña de mantenerse en la Ligue 1. La mejor noticia para el club ha sido la de mantener a Mohamed Bayo, pichichi de la Ligue 2 la temporada pasada y un jugador que estaba siendo cortejado por el Girondins de Burdeos.
Sin presión, con el mismo equipo de la temporada pasada y con un entrenador con las ideas claras, el Clermont jugará por primera vez en la Ligue 1. El objetivo es el de aprender al máximo en su primera temporada en la máxima división del fútbol francés, aunque seguro que da guerra en la lucha por la salvación. Cuenta con extremos muy rápidos como Dossou y Allevinah para el 4-3-3 de Gastien, Bayo es un delantero autosuficiente, los dos laterales, N’simba y Zedanka, son dos armas ofensivas muy productivas para el equipo y la calidad de Gastien (hijo del entrenador), Berthomier o el joven Magnin son varias de las claves de un equipo modesto, pero que buscará asentarse poco a poco en la élite del fútbol galo.