Su Atlético tuteaba al Real Madrid y al Barça de la época. Ganaron tres Campeonatos de Liga en siete años y dos de ellos lejos del Calderón con lo que tienen los suficientes conocimientos de causa para apadrinar a los hombres de Simeone que se juegan el título en Valladolid. Un portero, Roberto Rodríguez Aguirre (Logroño, 78 años), y un extremo de los que ya no quedan, Armando Ufarte Ventoso (Pontevedra, 80 años), compartieron vestuario durante nueve años. Sus vivencias tienen un presente.
Señores, nadie mejor que ustedes que han vivido en sus carnes lo que vivirán Simeone y sus hombres mañana en Valladolid para hablar del presente y de sus experiencias del pasado.
Ufarte: Vamos a ser campeones. Veo al equipo bien, recobrado. Seguro en defensa y al final siempre termina marcando, aunque le cueste. Somos superiores al Valladolid. Somos más equipo y tenemos mejores jugadores y en el fútbol mientras no se demuestre lo contrario los que ganan los partidos son los jugadores. Por supuesto, que es importante tener un entrenador que sepa llevar al grupo, pero los que mandan son los que están en el campo. Y lo digo yo, que me dejaban ir un poco a mi aire. Sería muy triste perder este campeonato que estuvo más fácil que nunca. Nunca lo tuvimos como lo hemos tenido este año.
Rodri: En el conjunto de la temporada, con sus altibajos, nadie ha hecho más méritos para ganar la Liga. Al equipo le tiene que haber hecho mucho bien sacar adelante el último partido como lo hizo. El primer gol no lo vi. No soportaba los nervios y me fui a leer. Lo gritó mi hijo y ya volví a ver el partido. En un último partido lo que hay que hacer es creer en la victoria. Creérselo. Este equipo tiene capacidad para ganar. No es un partido de tácticas. Es partido de jugadores.
El Atleti tiene mejores jugadores y el fútbol es de los jugadores. Lo normal es que ganen los mejores
Ufarte
Pero este Atlético es un equipo de autor, es un equipo muy de Simeone. Es innegable.
U: Simeone sabe lo que se hace. En mi opinión es un poquito defensivo cuando se pone por delante en el marcador y se echa para atrás. Es cuestión de gustos, a mí eso no me gusta, pero él entiende el fútbol así y hay que respetarle. Tiene buenos jugadores.
R: Creo que es lo que dice Armando. Es su forma de entender el juego. A mí también me gustaría que dado que tiene buenos jugadores pensase en algunos momentos más en dar un paso adelante que uno atrás. Vamos a marcar el segundo y no a defender el primero. En el fútbol un gol puede ser mucho cuando acaba el partido, pero un gol no es nada mientras dura el partido y te pueden empatar en cualquier jugada. El 1-0 es muy traicionero. Me gustaría que tuviese un poco más de osadía, pero bueno la realidad es que está haciendo unas grandes campañas y poco se le puede echar en cara.
Me gustaría que el Cholo a veces diera un paso adelante, el 1-0 siempre es traicionero
Rodri
De las 10 Ligas ganadas, nueve fueron en el último partido y la restante en el penúltimo y además en el Bernabéu. Atlético en estado puro. Sufrimiento hasta el último día.
U: Es la consecuencia de que históricamente nos hemos encontrado con dos rivales como el Real Madrid y el Barcelona y ganarles cuesta mucho. Por eso hay que esperar al último partido. En la vida, en el deporte, para conseguir algo hay que sufrir
R: Va con nuestra idiosincrasia. El problema, y en nuestra época también pasaba, es que nunca tuvimos la continuidad mental de aguantar todo el año arriba. Y cuando aflojamos un poco como ha pasado esta temporada se nos echan encima. Pero la realidad es que en el último día cuando hemos dependido de nosotros, raramente hemos fallado. Creo que nunca. Hasta los otros que aparentemente ganan más fácil sufren hasta el final y a veces fallan, como esta pasando. No creo que el sufrimiento sea patrimonio del Atlético. Ese es un sambenito que nos colgaron y nunca nos lo han quitado.
Con Merkel no había comunicación, pero ganamos la Liga y la Copa. A ese equipo había poco que decirle
Rodri
Hablamos del Pupas F.C.
R: Ese creo que nos lo quitamos hace años. ¿Las finales de la Champions? No es el caso. En esos dos partidos dimos la cara, fuimos por delante y tuvimos nuestras oportunidades. Me niego a que se nos siga llaman el ‘Pupas’. Ahora somos un gran club. Un gran equipo. Hemos dado un gran salto de calidad después de la travesía del desierto. Dilo tú Armando que lo dices mejor…
U: Llegué al Atleti y llevaba 15 años sin ser campeón. El primer año ganamos la Copa, el segundo la Liga y después otras dos Ligas más y otra Copa. Cuando me marché en el 74 éramos el segundo equipo de Europa porque habíamos perdido la final contra el Bayern en el segundo partido. Entonces no nos sentíamos inferiores a nadie. Estoy con Rodri en que la época del Pupas se ha acabado. Ahora, como club, tenemos muchos más recursos económicos que nunca y creo que podemos aguantar arriba mucho tiempo.
No es un partido de táctica. Es un partido para creérselo. Hay que salir convencidos del triunfo
Rodri
R: En la historia del club solo hay un jugador con cuatro Ligas, Alfonso Aparicio, casi todos los demás que tienen tres son de nuestra época… Luis, Adelardo, Gárate, Jayo, Alberto, Eusebio, Salcedo, Ufarte y yo, claro.
U: El problema de Aparicio, una persona entrañable, solo era uno, que tenía reuma en la cartera, como él nos decía a Luis y a mí…
Primera Liga de la trilogía. 1965-66. Último partido en Sarriá contra el Espanyol (0-2). Goles de Ufarte y Griffa.
U: Quien realmente enseña a ese equipo a ser campeón en la última hornada soy yo que venía de ganar la Liga con el Flamengo contra Fluminense con 180.000 personas en las gradas de Maracaná. ¡Como para asustarme ese último día en Sarriá! Lo que hice fue marcar un gol. Como me pasaba la vida dando pases a mis compañeros ese día decidí marcar yo. Fue un tiro mío, rechazó el portero y volví a rematar. El portero era Carmelo Cedrún.
Yo era más de dar pases de gol, pero marqué en Sarriá y en Sabadell. Me iban esos últimos partidos
Ufarte
R: Yo venía de ser campeón en Segunda con el Pontevedra. Ascendimos. Recuerdo que ese día de Sarriá teníamos el convencimiento de que íbamos a ganar a pesar de que era un equipo que no había vivido nunca esa experiencia. Di Stéfano jugaba en el Espanyol. Esa Liga se la ganamos en duelo directo con el Real Madrid. Les recuperamos cuatro o cinco puntos en los últimos encuentros. Comenzamos a ganar y a ganar y acabamos campeones.
El entrenador era Balmanya.
U: Conmigo se llevaba bien… El último partido fue muy valiente. Jugamos con cuatro delanteros (Ufarte-Jones-Mendonça-Collar) y a Luis lo retrasó al mediocampo con Adelardo. Normalmente jugábamos 1-4-3-3 con Luis en la media punta. Lo que no entendí nunca fue que ese equipo se deshiciera tan rápido. Se fueron Griffa, Glaría, Collar, Cardona, Colo… Tuvimos que construir otro.
R: Fijaros si sería listo como entrenador que sin entrenar ganamos la Liga. Corrimos en todo el año menos de lo que se corre en una pretemporada actual. Se sacó un invento de levantar unas pesitas que era como las de Cantinflas. Era un tío listo. Transmitía lo que quería, pero no entrenábamos nada. Y los porteros menos. Fue una Liga ganada a pulso por los jugadores. Fui titular casi toda la temporada, pero me lesioné los dos últimos partidos y en Sarriá jugó Madinabeytia.
Balmanya fue valiente contra el Espanyol, jugó con cuatro delanteros y Luis por detrás
Ufarte
Cuatro años después. 1969-70. Último partido en Sabadell (0-2). Goles de Ufarte y Calleja.
R: Ahí el rival directo fue el Athletic, aunque el Real Madrid comenzó muy fuerte.
U: Mi gol fue un centro desde la izquierda, la paré con el pecho dentro del área y remate a la derecha del portero.
El entrenador, Marcel Domingo.
R: Le conocía muy bien pues había coincidido con él en mi cesión al Pontevedra el año que ascendimos. Veía el fútbol muy bien. Veía donde tenía que poner a los jugadores a la primera. Le gustaba hacer un fútbol de pocos toques. Uno o dos pases y balón en profundidad. Metió a Melo de lateral, a Eusebio en el centro del campo…
U: Nos hizo jugar muy bien. Adelante jugábamos Gárate y yo. Jugábamos muy armados. Luis y Alberto ayudaban mucho al medio del campo. El equipo llegaba bien en bloque.
R: En Sabadell fue todo fantástico. Todo el estadio era rojiblanco. Fue el primer gran desplazamiento masivo de un equipo para un partido de Liga. A Marcel los días importantes le gustaba llevarnos a hoteles alejados y nos llevó a Castelldefels, al hotel Jaime I. Resulta que días antes se había suicidado allí un actor, George Sanders, y a mí me dieron la habitación justo de al lado. Siempre pensé que podría ser una mala premonición, pero sin embargo fue buena. El equipo fue convencido de que iba a ganar. Éramos el mejor equipo del Campeonato sin duda.
Tres años después. 192-73. Último partido en el Vicente Calderón contra el Deportivo (3-1). Goles de Luis, Adelardo y Gárate. El rival directo fue el Barcelona. El entrenador era el austriaco Max Merkel. ¿Era tan duro como se decía?
R: No todo lo que se dijo sobre él era verdad, pero que era desagradable en las formas, sí era verdad. No hablaba ni una palabra de español. Nos entendíamos por medio de su segundo, Negrillo. Era frío. En el fondo no sabíamos lo que nos quería decir. Yo las pocas veces que me dijo algo propio del portero no me enteré de lo que me decía. Hubo falta de entendimiento con él, pero ganamos la Liga y la Copa al Valencia. Esa Copa la ganamos sin entrenar. Se había dado cuenta de que estábamos tan pasados de entrenamientos que los últimos días apenas entrenamos. Todo eran pachangas. A ese equipo mientras menos se le hablase, mejor.
U: Se encontró un equipo hecho. Funcionaba solo. Físicamente lo pasábamos mal. Nos ponía a subir las gradas con chalecos y con balones medicinales. Yo no podía con ellos. Sufrí mucho. Era una novedad. En el último partido le ganamos al Deportivo. No marqué. Le dejé a Luis. Le metí un balón como a él le gustaban. Al primer palo. Teníamos esa jugada muy hablada y remató de cabeza.
“Más allá del cambio de las normas, técnicamente es la posición que más ha cambiado desde mi época. Hoy los porteros, en cuanto a técnica, son muy inferiores a los de antes en todo. No se trabaja como lo hacíamos nosotros. Puede que trabajen más con los pies u otros aspectos, pero desde luego la técnica, no. Se nota en la colocación, en las salidas… Antes, poco o mucho, había que salir. Hoy no sale casi nadie a despejar. Blocar antes era obligado. Si se te escapaba un balón te llevabas unas broncas de narices. Te quedabas con el 90 por ciento de los lanzamientos. Puede que ahora los balones hagan otros efectos porque son más ligeros, pero entonces cuando llovía era jabón. Se te escapaban. Yo jugaba con guantes de lana hechos en mi casa. Me los ponía cuando llovía, sino jugaba con las manos desnudas. Los guantes como tal comenzaron ya en los 70, pero a mí no me dio tiempo a estrenarlos. Al primero que vi con guantes modernos fue al alemán, Maier, que entonces era todavía un desconocido”.
“Desgraciadamente han desaparecido. Si acaso queda algún regateador que se pega a la banda, pero no como los extremos de antes. El uno contra uno ya no se ve. Lo intenta el chaval del Eibar cedido por el Sevilla (Bryan). Yo aprendí del más grande, de Garrincha. El mejor jugador de la historia de los Mundiales. Cuando estaba en Río de Janeiro, me fijaba en su regate y me lo traje a España. Había que tener unas cualidades especiales, una salida rápida, buscar al defensa, encararle y salir. Si me dejaban salir era muy difícil frenarme. Cuando reaccionaban ya estaba centrando. Me echaban en cara que siempre hacía el mismo regate, pero para qué iba a cambiar si casi siempre me iba. Veía las piernas del defensa y tenía mi momento para irme hacía la derecha. Ya no juega con extremos ni el Barcelona que era quien mantenía el tipo en ese sentido. Sé que hay gente que echa de menos el juego por las bandas. Algunos de mi época que me conocen me lo dicen. Era bonito.”