Más de 80 jugadores repartidos en 20 países y entrenadores del caché de André Villas-Boas o Marco Silva. Carlos Gonçalves (52 años) fundó hace más de 20 años ProEleven, una de las agencias de más éxito en Portugal, que maneja el destino de algunos de los jóvenes más prometedores del país, como Tiago Tomás (campeón con el Sporting con sólo 18 años), Diego Dalot (lateral del City cedido en el Milán), David Carmo, Guilherme Ramos o Francisco Moura…

Carlos Gonçalves recibe a AS en sus oficinas centrales de Lisboa, donde más allá de las vicisitudes del mercado, un equipo de más de una docena de personas se afana por dar un servicio integral a sus clientes. Sólo resta saber cómo afectará la crisis a este criadero inagotable de futbolistas que es Portugal, que además ha sido en los últimos tiempos puerta de entrada para los jugadores sudamericanos.

-¿Qué tipo de agencia lidera usted?

-Empezamos hace ya 20 años. Portugal es un país exportador de jugadores, no es final de línea. Mi idea siempre fue internacionalizarnos… Ahora está empezando a ocurrir con los españoles, pero si se fija, los jugadores portugueses, como los brasileños, están repartidos por todo el mundo. Y era importante cubrir esa necesidad. Tenemos más de 80 jugadores en cartera y cinco entrenadores actuando en 20 países diferentes. Desde China, Japón, Corea, EE UU, Rusia, más el Big 5… Además, intentamos estar muy cerca de nuestros clientes, ya sean clubes o jugadores.

-Existe la idea de que Portugal, además, canaliza mucho de lo que viene de Brasil.

-Siempre fue un buen escaparate para los sudamericanos, principalmente los brasileños. Luego el mercado cambió y ahora es más difícil conseguir jugadores de nivel para nosotros en esos países porque se van directamente a Alemania, Inglaterra, España o Francia. Hace no mucho, para los principales clubes europeos era fácil firmar a tres o cuatro jugadores de la selección brasileña. Ahora es mucho más difícil.

-Entiendo…

-Pero hay otras posibilidades como el mercado argentino, aunque se ha vuelto algo más caro. El mercado colombiano le funcionó muy bien al Oporto, principalmente con Falcao, Guarín, James y muchos otros… Pero sí, Portugal es una puerta de entrada porque la liga es competitiva pero cómoda, ideal para empezar.

-¿Cómo es convivir para usted en un hábitat en el que hay un gigante como Mendes?

-A ver, ellos hacen su trabajo y nosotros el nuestro. Es verdad que a veces tenemos la idea sobre los mismos jugadores o intereses coincidentes, pero es algo normal en el mercado. No hay mayor problema.

-¿Cómo ha afectado la crisis al mercado?

-Mucho. Es una crisis mundial y transversal. Al inicio se pensó que iba a afectar más a los clubes medianos y pequeños que necesitan cuadrar balances con las ventas, y finalmente ha afectado a todos por igual. Los grandes están perdiendo mucho con todo lo que genera cada partido, unos seis o siete millones de euros. Por el contrario, los pequeños se están sosteniendo con los contratos televisivos.

-¿Qué verano prevé?

-Hay que esperar a ver qué pasa con el Fair Play Financiero. Todavía hay gente dispuesta a invertir en clubes y con ese control de la UEFA, se hace muy difícil. La UEFA tienen que permitir esto en los próximos años para que vuelva a entrar dinero en el mercado.

-¿Habrá grandes operaciones?

-Alguna habrá, claro, pero cuando tú pides a tu plantilla una rebaja de sueldo, si luego haces un gran gasto… No es cómodo.

-¿Cómo ha cambiado el negocio en estos 20 años?

-La información llega mucho más rápido a todos lados. Hay una generación de gestores deportivos, de entrenadores, de profesionales del fútbol en general... El negocio ha cambiado como los tiempos. Incluso esta crisis nos hará cambiar más aún…

-¿El mundo de la representación también tiende al monopolio? Raiola, Barnett, Mendes…

-Todo es muy cambiante. La fuerza de una agencia te la da el momento en el que están sus jugadores. Pero sí, hay empresas muy grades que dominan el mercado.

-¿Qué opinión tiene de la Superliga?

-Era importante mejorar la forma en la que se comunicó la idea. Es normal que los clubes grandes, que son los que generan más, quieran tener un poco más. Pero, por otro lado, había algunos clubes que iban a participar en la liga europea que son grandes desde hace diez años, no más. Limitar esa idea a unos pocos no es razonable. Porque en el fútbol todo es cambiante, y dejar fuera a clubes como Ajax, Oporto, Benfica y Sporting, u otros históricos, tampoco es justo.

-¿Le ve futuro a la idea?

-Otro de los hándicaps es que es una liga europea. Si lo piensa, es fácil hacer ese modelo NBA o liga de béisbol en un solo país como EE UU. Ahí, ok, te funciona. Pero yo entiendo, por ejemplo, que la rivalidad que hay en un Betis-Sevilla es muy distinta a la que puede generar un Atlético-Inter.

-¿Habría cambiado mucho la Superliga el mercado?

-Pues dependido de las sanciones de la UEFA. De llevarse a cabo habría sido un problema tremendo para todos. Para mí la fórmula que hay ahora es válida aunque pueda mejorarse, por supuesto. En España la Liga está entre tres equipos. En Portugal ganó el Sporting después de 19 años. En Francia la liga puede ser del Lille… A veces, en el fútbol, pasan cosas. Y es justo darle a todos la posibilidad de crecer con sus méritos deportivos.

-¿Siente como una amenaza la intención de la FIFA de regular la actividad de los agentes?

-La FIFA, en relación con los agentes, siempre ha estado perdida. Al final, sólo pretende regular con respecto al porcentaje de las comisiones. Y parece que lo demás no importa. Yo creo que debe imperar el libre arbitrio entre las partes. Yo estoy a favor de la transparencia total, de que los datos sean públicos y auditados, y de que se siga el camino del dinero. En Inglaterra ocurre así. Pero, si no hay un tope para la transferencia de los jugadores o sus salarios, no tiene sentido que lo haya para las comisiones de los agentes.

-El argumento de la FIFA es que los agentes tienen ya mucho poder…

-No es verdad. Al final la FIFA sólo da el dato de las comisiones totales que se pagaron en un año y lo compara con el mecanismo de solidaridad... Y comparan cosas de manera errónea. Si crece el número global de comisiones pagadas un año es porque ha crecido el gasto en fichajes, el dinero que pagan las televisiones y los sueldos de los jugadores. Porque es algo proporcional. Hace 20 años se pagaban menos comisiones, claro, y sueldos más bajos y transferencias más bajas… Y había menos dinero de las televisiones.

-¿Puede ser Tiago Tomás la próxima gran irrupción del fútbol portugués?

-Tiene condiciones. Tiene un perfil que no es típico de los jugadores portugueses, muy interesante para el mercado internacional. Es muy joven todavía. Tiene mucha fuerza y técnica…

-¿Qué le hace diferente?

-Tiago tiene una fuerza mental muy importante. Es lo que marca la diferencia, porque la técnica y el talento se presuponen. Y tiene mucha capacidad de trabajo, quiere siempre más, más y más… Si hablamos de cualidades, técnicamente es muy bueno, es fuerte, se va muy bien al espacio, define con destreza…

-¿Cómo saber cuándo es el momento ideal para dar el salto?

-No hay que precipitarse… Todavía tiene más cosas que hacer en Portugal, pero en realidad, muchas veces, es el mercado el que define esa situación. También depende del club que viene a por el jugador, si necesitan un rendimiento inmediato o si tienen pensado dejarle crecer…

-¿Puede acusar la comparación con Cristiano?

-Sí, sí… Tiago Tomás es Tiago Tomás. No queremos esa presión para él. No creo que sea justo comparar a alguien de 18 años con Cristiano.

-En la Eurocopa Sub-21 tiene usted a Dalot y a Tiago… ¿Cómo es un campeonato así para los agentes?

-Pues no muy especial, porque en realidad la mayoría de los jugadores que actúan ya están en grandes clubes, y algunos muy asentados. Pero bueno, es verdad que es un escaparate y que te posibilita hacer movimientos posteriores… También ocurre que hay jugadores que no van a ese campeonato que luego tienen carreras brillantes en la élite.