En abril de 1981, el club txuri-urdin gana su primera Liga con un equipo formado exclusivamente por jugadores de Gipuzkoa, un éxito histórico y sin parangón.
Fue la Liga de los transistores. La del gol de Zamora y el pase involuntario de Gorriz. Un milagro imposible de igualar hoy en día. Un título liguero logrado con una plantilla formada exclusivamente por jugadores de una misma provincia, Gipuzkoa. Uno de esos éxitos que Florentino Pérez no quiere ni ver, porque con su dichosa ‘Superliga’ sería imposible de repetir. Aquella Liga que logró la Real Sociedad hace 40 años sí que es una 'superliga'. Lo demás, que no te engañen, es puro márquetin, algo totalmente alejado de la poesía del deporte, porque lo que pasó el 26 de abril de 1981 fue pura poesía, fútbol en estado puro. Luego llegaría otra liga más de la Real, al año siguiente; pero nada podrá igualar a lo de aquel primer título liguero del 71, por lo que supuso, por la forma de conseguirla y por su desenlace, digno del guion de una gran película de Hollywood, uno de esos espectáculos que Florentino querría para su Superliga, pero que nunca se podría ver porque los grandes modestos no tienen cabida en su megalómano torneo cerrado.
Aquel título de liga de la Real es todavía hoy en día una de las grandes hazañas del fútbol español. Una gesta sin parangón que es imposible de olvidar. Hay quien todavía 40 años después se emociona al volver a ver aquellas imágenes, recordadas en el precioso documental producido por la propia Real bajo el título ‘Gol de la Real’. Porque ninguna otra expresión puede definir mejor aquella liga de 1981. El desaparecido periodista Josean Alkorta no paró de repetirlo cuando Zamora, prácticamente sobre la bocina, marcó el gol decisivo en El Molinón. Una imagen icónica, un momento irrepetible, un gol para la historia. "Creemos que está todo perdido, con la consiguiente decepción de esos cerca de 15.000 espectadores que han acudido a Gijón. Ha sido una auténtica pena, pero vamos a confiar en este... Pase sobre López Ufarte. No ha podido controlar. Despeje de Jiménez. Es increíble cómo el Sporting de Gijón está metido en su propia parcela. Tratando de defender a toda costa ese resultado. Que la Real no logre el empate. Hay un pase de Olaizola sobre Alonso. Centro de Alonso. Va a saltar Castro. Toca de puño. Va a llegar el balón sobre Gorriz. Disparo de Gorriz. Atención, Zamora tiene la pelota, tira y Gol, goool, goool, gol de la Real! ¡Goool, gol, gol de la Real! ¡Goool, gol de la Real, gol de la Real! ¡Zamora, Zamora! ¡Increíble, señores! La Real, por parte de Zamora, acaba de conseguir el gol del empate". Es una narración para la historia. Toda Gipuzkoa pegada a los transistores de radio escuchado Radio Popular. Esperando que Josean Alkorta explotara de júbilo con el gol de Zamora. Y llegó, el primer título de liga de la Real Sociedad.
Era la última jornada de liga, la Real dependía de sí misma en el mano a mano con el Real Madrid. Necesitaba empatar en casa del Sporting de Gijón. El partido del Real Madrid en Valladolid había terminado con victoria madridista. La Real perdía en El Molinón. Eran campeones. Pero la Real no había dicho su última palabra. “Juanito había hecho una apuesta, si ganaban la liga cruzaba de rodillas el campo. Y cuando terminó su partido, empezó. Ellos se sentían ya campeones. Pero entonces la Real marcó en Gijón. Enseguida llegó la noticia al Madrid, y el entrenador Boskov fue donde él y le dijo Levante, Juan, levante. Se lo han merecido. Aquella imagen fue el comienzo del Telediario”, recuerda el mítico periodista Iñaki Gabilondo, por entonces Director de informativos de Radio Televisión Española. Era el triunfo de un pueblo. Un alirón nunca antes visto en nuestro país. Un equipo humilde, hecho de chavales de una misma provincia, sin egos, que eran más una familia o una cuadrilla de amigos que un equipo. Porque todos los jugadores eran guipuzcoanos. Por eso Gipuzkoa entera se echó a la calle de forma literal para celebrarlo. Y por eso el autobús tardó casi un día en cruzar la provincia, porque de camino de Gijón a San Sebastián paró en todos los pueblos de Gipuzkoa para celebrar el título de liga.
“Ese gol unió a los que estábamos en Gijón con los que estaban en Gipuzkoa. La unión entre el equipo y la afición”, recuerda Zamora, el autor del histórico gol en El Molinón. “Le pegué fatal, solo quería tirar el balón para adelante porque veía que el partido se nos acababa. Pero el tiro malo se convirtió en un pase a Zamora, y él sí que no falló, tenía más calidad que yo. Recuerdo que solo quería ir a abrazarle, ser el primero en llegar donde él, porque había marcado el gol y estaba muy cerca, hay una imagen muy bonita mía agarrándome con Diego y Zamora saltando después del gol. Siempre digo que fue mi peor tiro, pero el mejor pase de mi carrera”, apunta Gorriz, el jugador con más partidos en la historia de la Real. “Sentíamos que no se nos iba a escapar. Desde que perdimos el partido en Sevilla la temporada anterior, no teníamos la sensación de que se acaban nada, estaba convencido de que podíamos ganar una liga”, añade Xanti Idigoras. “Fue una explosión de júbilo, no se puede describir, después de la gran decepción y tristeza una año antes en Sevilla llegó esa gran alegría que solo queríamos celebrar con la afición, fue muy bonito”, rememora Gajate, otro histórico. Y lo remata, como no, Zamora. “Lo que más recuerdo es el antes. Estaba viendo el discurrir de la jugada y, en previsión de que me llegara el balón, me posicioné en el área de tal manera que sabía perfectamente dónde estaba yo y dónde estaba la portería. Me salió un control corto, yo me hizo falta mirar a la portería porque ya sabía dónde estaba y por eso tiré tan rápido”. 40 años después, no hay aficionado de la Real, da igual la edad, que no conozca la historia y no sepa cómo fue aquella jugada. 40 años después no hay quien no recuerde que un 26 de abril la Real retó a los grandes y les pasó por encima para ganar una 'superliga' de verdad.