Pantic: "El Atlético ha hecho más que nadie por ganar esta Liga"
ENTREVISTA A MILINKO PANTIC EX JUGADOR DE FUTBOL

SEVILLA - ATLÉTICO

Pantic: "El Atlético ha hecho más que nadie por ganar esta Liga"

Milinko Pantic es un atinado observador de la actualidad futbolística mientras espera volver a los banquillos para inculcar su pasión por el fútbol y espera que el Atlético confirme su gran campaña ganando el título.

Su caso, el de Milinko Pantic (Loznica, Serbia, 54 años), posiblemente sea irrepetible en la historia del Atlético. Pocas veces tres temporadas (139 partidos/36 goles) han calado tan hondo en la afición rojiblanca como para considerarle uno de sus estandartes. Claro está, le avala el doblete del 96. Palabras mayores en la vida del club y, además, suyo fue el gol de cabeza de la final de Copa de Zaragoza contra el Barça de Cruyff. Desde la primera vez que se puso su camiseta, Pantic ejerce de atlético. Primero como jugador, después como técnico de la Fundación y ahora como embajador de LaLiga, en espera de que un club le confíe un proyecto en el que pueda desarrollarse como entrenador y mantener viva su pasión por el fútbol.

La cita es al lado de su casa en la zona norte de Madrid, en la cafetería Córner DF, un nombre muy relacionado con su carrera. No en vano era un especialista en los lanzamientos de esquina y un ramo de flores lo recordaba primero en el Calderón y después en el Metropolitano hasta la llegada de la maldita pandemia.

ENTREVISTA A MILINKO PANTIC EX JUGADOR DE FUTBOL
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ENTREVISTA A MILINKO PANTIC EX JUGADOR DE FUTBOL

Anoche se disputó la final de Copa. Supongo que para usted hablar de finales es recordar la del 96 en La Romareda contra el Barcelona, en la que marcó el gol del triunfo.

Le voy a contar un secreto. Nunca había visto por televisión repetida aquella final y hace unos meses, en pleno confinamiento, me senté con mi mujer y mis hijas a verla. ¡Sufrí como un perro! Cómo sudaba. Me daba lo mismo saber el resultado y haberla jugado. En la primera parte no toqué el balón. Corría como pollo sin cabeza, pero no lo olía. En la segunda, ya sí. Empecé a funcionar y Cruyff me puso un marcador encima que me seguía por todo el campo: Roger. Fue el momento más importante de mi carrera. Además, en la prórroga.

Y marcó de cabeza.

Fue uno de los pocos goles de cabeza que marqué en mi vida. Seis en total. Mi trabajo no era meterme donde pegan los codazos. Lo mío era preparar las jugadas. Hacer que los delanteros marcaran con mis pases. La gente me decía al llegar que no corría mucho, pero yo corría con el cerebro. Pensaba para el equipo. Me hacen mucha gracia las estadísticas de los kilómetros recorridos por los jugadores, 12, 12, 13... Y me pregunto si en esos kilómetros ese futbolista ha hecho algo interesante. Mi idea del centrocampista perfecto es que marque un mínimo de 10 goles. Y así se lo exijo en mis equipos. Hay que correr con cabeza, no somos todos iguales. Hay muchos jugadores que quieren hacer lo que no saben y eso es malo para el equipo. Antic era un fenómeno en muchos sentidos, pero en esta faceta era un top. Pedía a cada uno lo que sabía hacer, aprovechar las virtudes de sus jugadores y tapar las cosas malas. A mí, que no defendía, me ponía a Vizcaíno cerca y me tapaba.

Usted llegó al Atlético, a España, casi de incógnito...

Sin casi. El otro día me mandó un amigo un recorte de un periódico español de aquella época en el que se escribía que el Atlético iba a pedir precio al Panionios por Padic... En el texto decía que en Grecia me llamaban Milinko Pantic. No se conocía en España ni mi apellido... Y luego llegué y ganamos el doblete. Son cosas del destino. El destino me mandó aquí para hacer esto. Siempre he dicho que el fútbol me debe muchas cosas. Yo no le he dado ni el 30 por ciento de mis posibilidades. Como entrenador, ni el 10 por ciento. Me debe mucho el fútbol. Tiene una deuda conmigo espectacular. Y no es una prepotencia, ni una exageración.

Usted le ha dado más...

Mucho más, pero supongo que es la historia de muchos grandes talentos que han sufrido igual. Yo al menos tuve la pequeña recompensa de jugar en el Atlético.

Le falta el fútbol ahora.

Me falta el verde. Me paso el día viendo partidos. Soy muy pesado, pero me falta trabajo, estar en el césped con los jugadores, el balón. Mentalmente me considero una persona muy fuerte, pero tengo momentos de desesperación. Cuando me veo jodido, me pongo el chusquero y salgo a correr 10-12 kilómetros y me quito todos los pensamientos malos. Pero no es fácil. Yo entiendo que somos muchos entrenadores. Y entrenar ahora es como que te toque la lotería nacional. Sigo con mucha confianza. Sé lo que tengo dentro y la ilusión no me la va a quitar nadie.

Es raro que en su país, con todas las ligas nacidas después de la disolución de Yugoslavia, nadie se acuerde de usted.

"Simeone como jugador era un guerrero y su equipo ahora está lleno de guerreros”

Salí hace 30 años de mi país. En 1991. Soy extranjero en España, en Serbia y en todos los sitios. Incluso más allí que aquí. Ha habido contactos, pero de allí solo me interesa el Partizán, el amor de mi vida después de mi mujer y mis hijas. También hubo alguna llamada de Grecia, pero no se concretó. Y eso que tengo la ventaja de que hablo griego. Si fuera por idiomas... Hablo español, ruso, eslavo, un poco de inglés y francés. En el colegio estudié latín y cirílico. Tengo mucha facilidad para los idiomas. Aprendo lo que tenga que aprender.

¿Y la puerta del Atlético está cerrada?

No lo sé, lo digo de verdad. No lo sé. Creo que nunca debería estar cerrada porque nos tenemos un cariño mutuo enorme. Por mi parte, desde luego, no está cerrada y por su parte creo que tampoco. Toda mi vida estaré agradecido a Radomir Antic, que descanse en paz, y a Gil y a su familia por haberme traído a este club y darme la oportunidad de jugar en España. Y también estoy agradecido a la afición por el trato recibido. Son ciclos, momentos y nunca se sabe que va a pasar en el futuro.

Es muy raro que en tan solo tres años se ganara a la afición como se la ganó. Otros jugadores están una década y no reciben el cariño y el reconocimiento que tiene usted.

Eso por es mi humildad como jugador y persona. Y por la época en la que jugué con uno de los mejores entrenadores del mundo y un grupo maravilloso. Todo se lo debo a ellos.

Sufre con el Atlético, vibra con el Atlético... Es de los que piensa que la Liga se escapa.

"Perder la Liga sería un milagro. Si no la gana, la perderá él; no la ganarán los otros”

Sufro y disfruto todos los partidos. Aquí me han dado todo. No creo que la Liga se escape. Sería un milagro que se escapase. El Atlético lo ha hecho todo bien, ha hecho más que nadie. Lleva desde el primer día en el primer puesto. Depende de sí mismo. Y si no la gana, la pierde el Atlético; no la ganan los otros. Si tengo que apostar por alguien lo haría por el Atlético. La clave va a estar en estos dos partidos en Sevilla. Si los gana, estaría muy cerca del título. Solo quedaría la visita a Barcelona. Ganar esta Liga del COVID tendría mucho mérito. Los futbolistas y los deportistas son héroes por lo que están aguantando. No es fácil que cada dos días te metan el palo por la nariz. Después está la tensión de no contagiarte, de no contagiar a la familia, al compañero. Cuando entre el público en los estadios, los futbolistas deberían tener el reconocimiento que se merecen. Jugar así es un estrés enorme.

¿A quién teme más, al Madrid o al Barcelona?

Ufff... Los dos están muy bien. El Barça ha mejorado muchísimo. Está jugando muy bien, pero el Madrid tiene mucha experiencia en estos momentos, sus jugadores son muy fuertes de cabeza. Va a ser duro, pero sigo pensando que la ventaja la tiene el Atlético...

"El Cholo hace muy bien en no cambiar. ¿Si va primero, por qué tiene que hacerlo?”

Simeone no cambia, va a lo suyo...

Y hace bien en no cambiar. Todos los entrenadores debemos ser fieles a nuestras ideas. Él es fiel a las suyas y yo a las mías. Simeone lo hace bien. ¿Por qué cambiar algo que te ha dado resultados? Todo lo que ha ganado ha sido con su manera de pensar y su manera de jugar. Sería una tontería cambiar. Si estás primero, por qué cambiar.

Por ejemplo... porque cada año tiene mejores jugadores.

Eso es cierto. Él sabe que tiene una de las mejores plantillas del mundo. Todo el mundo lo dice. Cerezo dijo el otro día que era la plantilla más completa de la historia del club con jugadores top-top-top. Este año ha cambiado un poquito el sistema y varía de dibujo. Él es así y no le vamos a cambiar ni tú, ni yo, ni nadie. Él muere con sus ideas y eso tiene mucho mérito. Además, está en un club que le apoya y respeta en todo lo que hace. Está en el club ideal. Que un club te respalde al máximo es lo más que te pueda pasar en la vida de un entrenador.

Sus conceptos futbolísticos son totalmente diferentes a los suyos.

Ya éramos diferentes como jugadores. Ves como juegan los equipos de Guardiola, de Zidane... Juegan como eran ellos de jugadores. Creativos, querían la posesión y manejar el ritmo del partido, no sufrir sin balón... Yo era así también. Yo sin balón sufría y por eso pienso que los equipos deben tenerlo para no sufrir. Cuanto más manejas el partido, más sufre el contrario. Lo sé por mi propia experiencia. Simeone era un auténtico guerrero y su equipo, su Atlético, está lleno de guerreros que pelean a muerte. Como entrenador es igual que como era de futbolista. Hay que aceptarle como es, te guste o no te guste. Tienes derecho a tener tu opinión, pero él es así.

Como exjugador técnico, de talento y entrenador que defiende esas ideas... ¿Hacia dónde cree que va el fútbol?

"Cuando tienes un talento en tu plantilla parece que tienes un enemigo dentro”

No lo sé y me asusta un poquito. Se ha perdido el talento en el fútbol. Parece que es el enemigo. Cuando tienes un talento en tu equipo parece que tienes un enemigo en tu propia plantilla. En mi época se buscaba ese don. Están cambiando muchas cosas. Antes, si jugabas con un sistema 1-3-5-2 o 1-5-3-2 se decía que eras amarrategui, muy defensivo, y ahora vemos que los equipos grandes juegan con este sistema y no pasa nada. Está cambiando todo y la culpa es de los entrenadores. Ahora lo veo como aficionado, a lo mejor desde el banquillo lo veo de otra manera.

Vamos hacia un fútbol más físico...

Puede ser, los que ganan tienen físico, pero sobre todo juegan bien. El Bayern es muy fuerte, pero tiene jugadores muy buenos: Lewandowski, Müller, Alaba, Thiago, que se ha ido. El Liverpool basa su éxito en Firmino, Salah y Mané, jugadores de mucho talento. También, por supuesto, en Van Dijk. El fútbol sin calidad y talento no es fútbol. Me choca que está desapareciendo el '10', el jugador que organizaba los ataques y la culpa la tenemos los entrenadores porque somos los que manejamos el juego y los equipos. Ahora los jugadores de talento sufren. Modric, por ejemplo, tiene talento y pulmones, y ahí está. Pero ves a Isco, que también tiene mucho talento, y está sufriendo muchísimo porque el fútbol ahora es más rápido que antes y le cuesta mucho. Y eso que ha nacido con algo que no todos tienen.

“Es un circo ver a un jugador tirado detrás de la barrera”

Milinko era un especialista en los lanzamientos de falta directa. En sus tres años en el Atlético marcó ocho goles y otros tantos balones se le fueron a los postes. Como experto en la materia está indignado con la nueva moda de poner un jugador tirado en el césped por detrás de la barrera para evitar el disparo raso del lanzador.

"Para mí, más que cómico es triste. Me parece una tontería. ¿Pero cuántos goles se han metido por debajo de la barrera? Uno de Messi, otro de Ronaldinho, alguno más... pero no para llegar a eso. Soy entrenador y no mandaría en mi vida a jugador mío tumbarse de mala manera detrás de la barrera. El miércoles vi a Gudelj, el del Sevilla, que juega con Serbia... y me daba pena. Un día a uno le van arrancar un riñón de un pelotazo. La culpa la tienen los entrenadores. Cada vez hay más miedo en el fútbol... Solo nos preocupamos de defender, defender...".

En su época de jugador del Atlético tiene contabilizados 34 tiros a los postes.

Sí y alguno más que se me habrá escapado. Puede ser porque ajustaba mucho los lanzamientos, pero también por mala suerte.

¿Cómo era su liturgia con las faltas, su dinámica de lanzamiento?

Practicaba mucho de forma voluntaria después de los entrenamientos. Ahora tienes que obligar a los jugadores a que se queden a ensayar las faltas y el que se queda lo graba para subirlo después a Twitter. Antes los entrenadores incluso no te dejaban. Te decían que te ibas a cargar los músculos de tanto rematar. Yo tenía mis trucos, pero todo es cabeza. Es un juego entre el lanzador, la barrera y el portero. Tienes que ver cómo engañar a todos.

¿Cuántos pasos daba para tomar carrera, donde apuntaba, cuál era su referencia?

El lanzamiento era automático, como un ordenador. En los entrenamientos estaba muy seguro de mí mismo. De diez marcaba siete, ocho, nueve... Eso de marcar los pasos para atrás y todo lo que se hace es una gilipollez. Es un circo, como lo de tirarse detrás de la barrera. En mi época era muy difícil marcar un gol a balón parado. Mucho más que ahora. La barrera nunca estaba a 9,15. Nunca. Siempre siete metros como máximo. Ahora se marca con la espuma, nadie se mueve... Ahora cada partido marcaría un gol de falta. Si la barrera está a la distancia correcta no tenía problemas para marcar. Yo buscaba que el balón pasase por encima del tercero de la barrera, me fijaba y si ahí ponían un centrocampista cagón, que no iba a poner la cabeza, por ahí disparaba. Cuando la falta es cerca de la línea frontal, no hay mucha historia, tienes que tirar fuerte y al lado del portero, pero entonces para que sea gol tiene que fallar el portero, es su dominio. Y tienes que tirar abajo, que ahí sufre más. No tienes metros para lanzarla por encima de la barrera y que caiga. Es imposible. Platini lo solía hacer, pero los porteros de antes no tenían la calidad de los de ahora.

¿Toda su vida fue especialista en faltas?

Sí, desde muy joven, pero no le daba tanta importancia. Marcaba muchos goles de falta. Tengo más de 120 goles oficiales como centrocampista en todas las ligas. Los tengo grabados y guardados. Antes de llegar al Atlético nunca había jugado de organizador, no bajaba atrás. Era un mediapunta o primer delantero. Era un jugador explosivo, de uno contra uno. Aquí Antic me pidió que fuera el organizador y lo intenté.

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