Jito, un trotamundos del fútbol agobiado con su bar en Vitoria por culpa de la COVID-19
Jito, un trotamundos del fútbol agobiado con su bar en Vitoria por culpa de la COVID-19

Un año de COVID-19: Alavés

Jito, un trotamundos del fútbol agobiado con su bar en Vitoria por culpa de la COVID-19

El exdelantero se ha visto obligado a adaptarse a las limitaciones y medidas de la hostelería en el País Vasco con la ilusión de, muy pronto, meterle un gol al virus.

Juan José Silvestre Cantó tiene 41 años recién cumplidos el pasado 2 de marzo. Nació en Barcelona y ha jugado en 16 equipos diferentes durante 19 años. Comenzó en las categorías inferiores del Barcelona donde coincidió con Xavi Hernández. De la ciudad condal emigró a Oviedo para jugar en el Vetusta y, a partir de entonces, no paró de hacer las maletas: Palamós, Almería, Lorca, Cartagena, Gavá, Figueres, Sant Andreu, Orihuela, Portuense, Girona, Leonesa, Alavés, Eibar y Sestao River.

En los últimos años de su carrera deportiva, compatibilizó el fútbol con la hostelería. Primero se implicó, junto a un socio, en la cafetería Zadorra. No sólo como inversor sino, a pie de obra, detrás de la barra. Ahora, como era de esperar, se ha puesto por su cuenta y, junto a su mujer Vero, se ha hecho cargo del bar Verode, uno de los más cercanos al campo de Mendizorroza. “Cuando decidimos nuestro futuro, pensamos que lo mejor era instalarnos en Vitoria con las niñas. Lo del coronavirus nos está matando, tenemos a empleadas en el ERTE y la caja nota mucho el bajón de ingresos”, asegura al diario AS.

Lo del coronavirus nos está matando, tenemos a empleadas en el ERTE y la caja nota mucho el bajón de ingresos.

Jito

Las aficiones de los equipos que se enfrentaban en Mendizorroza solían concentrarse en el bar de Jito y Vero, una auténtica heroína en esta historia. “Antes de los partidos había multitud de gente, durante los mismos muchos se quedaban a verlos por la tele y, si se ganaba, recuerdo que se cerraba muy tarde. Es que estamos apenas a una manzana de distancia. Cafés, vinos, cervezas, pinchos, alguna que otra copa… claro que estoy hablando de lo que ocurría antes del COVID-19. Ahora esta es otra historia pero, para un local como el nuestro, la presencia de la gente en los estadios resulta fundamental. Si no, vamos a acabar arruinados”, añade.

Pensar en positivo

Hay que saber aclimatarse a las situaciones en las que te pone la vida, pero la hostelería en el País Vasco ha sufrido mucho. “Parecía que éramos los únicos culpables de la pandemia y hemos tenido que lanzar varios SOS porque, de lo contrario, no había futuro. Manifestaciones, mensajes en las redes sociales y cosas de ese estilo. Muchos compañeros han tenido que cerrar y otros lo están pasando muy mal. Hay que ir tirando con el personal de la familia y adecuar todos los esfuerzos a los horarios en los que se nos permite abrir. Yo lo pasé especialmente mal cuando nos confinaron en casa. No sabía ni qué hacer, todo el día en la ventana dándole vueltas a la cabeza. La situación, ahora, ha mejorado pero creo que hay que plantear ayudas a la hostelería y pensar en positivo. Ya se está vacunando a la gente y pienso que podremos salir del lío pronto”, señala el exdelantero centro.

Jito cumple a rajatabla todos los preceptos antiCOVID dentro del bar. “Hay geles hidroalcohólicos por todas partes, se exige la mascarilla en todo momento, se respetan las distancias de seguridad, los pinchos están protegidos por mamparas o envueltos en celofán. En las terrazas controlamos el número de personas que se reúnen. Pienso que la gente se está portando de maravilla con la que está cayendo. Lo único que pedimos es que se nos permita trabajar para ganarnos la vida”.

El exjugador catalán también acostumbraba a viajar con el equipo para animarle por muchos campos de España. “Para eso tendremos que esperar algo más, pero claro que hay muchas ganas de hacerlo. Solíamos hacer coincidir nuestras vacaciones con algún partido que jugaba el Alavés lejos de Vitoria. Queremos que se vaya consiguiendo la inmunidad de la población y que la vacuna sea efectiva para ir consiguiendo resultados. A partir de ahí, caminar todos juntos, mano a mano, como en un equipo, para meterle un gol por la escuadra al virus. Me da igual que sea con la cabeza o con el pie. O de rebote en propia puerta”, observa Jito.

Solíamos hacer coincidir nuestras vacaciones con algún partido que jugaba el Alavés lejos de Vitoria. Queremos que se vaya consiguiendo la inmunidad de la población y que la vacuna sea efectiva para ir consiguiendo resultados.

Jito

Del actual Alavés también tiene una opinión formada. “Espero que vayamos levantando la cabeza poco a poco. Me preocupa que, últimamente, estemos encajando tantos goles. Con el Almería en Copa, con el Barcelona hace dos semanas o el pasado domingo en San Sebastián. Aquí suelen venir a tomar café jugadores como Manu o Laguardia y todos me transmiten la confianza en que se van a salvar. Yo también pienso que con el Pitu Abelardo vamos a conseguir un equilibrio y que vamos a meter a tres rivales por debajo de nosotros. Eso es lo que más deseo y, también, que la afición regrese a los estadios y que podamos ganarnos el jornal”, sentenció. Jito está jugando uno de los partidos más complicados de su vida pero seguro que acaba marcándole goles a la COVID. Y celebrándolo, como corresponde. Como en los viejos tiempos de delantero imparable. Entre 1997 y 2016 metió 230 tantos. Sólo en el Sestao, 52. En el Alavés, 23 en dos temporadas.

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