El cierre de negocios y la ausencia de público en los estadios ha afectado a los puestos de bufandas, gorros y chucherías en las proximidades de San Mamés.
Dar una vuelta por los aledaños de San Mamés un día de partido provoca un impacto visual inasumible a la primera. Y más ahora que el Athletic ha sumado un título tras reaccionar briosamente con Marcelino. Habitualmente las calles adyacentes eran un hervidero de aficionados minutos antes de salir el equipo a calentar. La explanada se atestaba de gente comentando su rutina en los días previos o los augurios para los 90 minutos que estaban por venir.
Sentimos enorme tristeza por una situación. De alguna manera, nos ‘cortó’ la vida de manera abrupta también en nuestro trabajo...
Miguel, comerciante
Los bares han sufrido la puñalada casi mortal de la pandemia. Pero muchos más negocios se han visto afectados. Es el caso de los puestos de chucherías y frutos secos, o los de textil, es decir bufandas, gorros, banderas... Unos cuatro solían repartirse por las proximidades de San Mamés en una jornada normal, cuando el coronavirus no obligaba recluir a la gente en sus casas. “Nuestro producto estrella es la bufanda”, detalla Miguel, un comerciante de los de toda la vida, que reside en Santander y con el confinamiento no ha podido ni moverse a Euskadi, la comunidad vecina, para desarrollar su profesión.
“Sentimos enorme tristeza por una situación que nadie esperaba y que nos cogió a todos por sorpresa. De alguna manera, nos ‘cortó’ la vida de manera abrupta también en nuestro trabajo...”, prosigue Miguel. A nivel profesional, cuando el fútbol echó el telón en marzo, lo sintieron como un mazazo: “para todos esto ha supuesto un desastre”. En su caso, es su sustento desde hace ya muchos años. Anteriormente, fue su padre quien llegó a trabajar productos del Athletic en los años de la Gabarra. “Yo era adolescente, le ayudaba, y tengo un gran recuerdo de todo aquello”, se emociona.
Un partido sin premio
La final vasca iba a ser el partido de los partidos para nuestro trabajo
Miguel, comerciante
Actualmente, este comerciante de productos de fútbol va tirando de ahorros y una pequeña ayuda del Estado como autónomo: “A la espera de que todo esto se restablezca cuanto antes y vuelva a su ser con la gente en los estadios, que es lo que todos deseamos”. Eso sí, pese a las penurias que soportan los profesionales de su ramo, tiene claro que “lo importante es la salud de todos, eso vaya por delante”. "Si nos ceñimos únicamente al campo profesional, es cierto que también hemos tenido muy mala suerte en el momento que llegó: la final vasca iba a ser el partido de los partidos para nuestro trabajo”, señala. Porque recuerda que muchas veces les toca desarrollar su labor bajo condiciones climatológicas horripilantes, teniendo en cuenta que trabaja en el norte peninsular, con días de floja venta: "Por contra nos llegaba este partido que era como un premio y que ahora en nuestro trabajo queda ya minimizado con el problema que tenemos con la pandemia y todo lo que supone... una auténtica pena”.
A nivel personal, y en espera de que todo se reestablezca, por fortuna a Miguel no le faltan aficiones que le ocupan buena parte del tiempo: “Quien me conoce sabe que soy un auténtico apasionado del fútbol y ahora disfruto viendo por televisión todos los partidos que puedo”. De hecho, la comunicación con As se produce antes de sumergirse en la Champions. Aparte, hace mucho deporte, dentro de las actividades permitidas, sobre todo pádel y fútbol, y se abona a la lectura: “Estoy tratando siempre de estar muy al tanto de cuándo podremos volver a trabajar y con todo listo para volver a ello cuando se pueda”.