La aficionada del Huesca preparaba con mucho cariño unos roscones de coco y chocolate a los jugadores desde hace más de 40 años. Ni los nutricionistas pudieron frenarla, solo el COVID-19.
Los roscones de la suerte que regalaba Maribel Esteban para premiar el esfuerzo de los jugadores de la Sociedad Deportiva Huesca, ya no pueden ser degustados por los futbolistas y cuerpo técnico por culpa del coronavirus. 40 años de tradición que se han esfumado por culpa de la pandemia y que han burlado incluso a nutricionistas: "Cuando estaba Rubi, se los daba a los capitanes a escondidas", explica una de las hinchas más fieles al conjunto altoaragonés.
Unos dulces de más de tres kilos que servían para recompensar el esfuerzo de los jugadores cada fin de semana. Una costumbre que se cortó de repente por culpa de la pandemia
A los 16 años se escapaba con su novio, desde hace 49 años marido, Antonio Álvarez, a ver los partidos a El Alcoraz desde su pueblo, Liesa, una localidad que está a 18 kilómetros de Huesca y que tiene algo más de 30 habitantes. Desde que se casó, no se perdía ni un partido de su equipo y viajaba incluso en el autobús con los jugadores por los campos de Tercera... y con el premio de la victoria escondido para dárselo al final del choque a los futbolistas.
El secreto
Sus roscones tienen un secreto, están hechos con huevos de sus propias gallinas y tienen un sabor exquisito, aunque los que más han triunfado entre los jugadores son los de coco y chocolate. Unos dulces de más de tres kilos que servían para recompensar el esfuerzo de los jugadores cada fin de semana. Una costumbre que se cortó de repente por culpa de la pandemia que ha sacudido al mundo desde hace un año y que ha dejado a los azulgranas sin los roscones de la suerte.
Me han quitado algo que me gustaba mucho. Yo no voy a los bares, solo voy al fútbol a ver a mi Huesca
Maribel Esteban
La España vaciada afecta a Maribel, ya que en su pueblo no tiene Internet y no ha podido ver los partidos del Huesca desde que no puede entrar a El Alcoraz, siempre sentada detrás del entrenador local: "Los oigo por la radio. Me han quitado algo que me gustaba mucho. Yo no voy a los bares, solo voy al fútbol a ver a mi Huesca." Sin embargo, la fiel seguidora (su carnet es el 190) sueña con el regreso de los aficionados a los campos y espera hacerlo con su equipo en Primera: "Tengo la corazonada de que no vamos a bajar. Creo que vamos a remontar", argumenta ilusionada Maribel, que espera volver al estadio con sus roscones. "Si a Pacheta le parece bien...", concluye la aficionada de los roscones de la suerte.