Lezama, el complejo que ha servido de inspiración a otras grandes instalaciones de deportivas como Mareo en el Sporting al ejercer de símbolo del fútbol de cantera, llega hoy al medio siglo de vida. 50 años educando a chavales. El 27 de enero de 1971 tuvo lugar el primer entrenamiento en la fábrica de los sueños de los vizcaínos. No se entendería el Athletic sin este rosario de campos situado a casi 15 kilómetros de Bilbao que forman a los chicos en los valores de un club que presume de su peculiar filosofía y cuida a los jugadores de la tierra. Hablamos de la cuna en la que se forman los futuros leones. Solo unos pocos señalados llegan, pero todos pueden presumir de que han estado en Lezama, la escuela más admirada e imitada del mundo.

Una serie de técnicos de hace medio siglo, capitaneados por el entonces gerente del Athletic y gran visionario, José Ignacio Zarza, se plantearon la idea del trabajo de cantera. El primer modelo que copiaron fue la escuela de Vichy, con la que dieron por casualidad tras un viaje a Lyon para visitar a Javier Clemente, que había sido operado en esa localidad francesa de la grave lesión en la pierna que le hizo abandonar la práctica del fútbol. Las instalaciones se inauguraron bajo la presidencia de Félix Oráa. Disponían de tres campos de fútbol, regados con aguas residuales depuradas, seis vestuarios con un novedoso sistema de duchas; vestuarios de entrenadores y árbitros; un almacén de material deportivo; un gimnasio de musculación; la residencia con 12 habitaciones dobles, aulas y salones de trabajo; y un polideportivo cubierto.

Oráa, que había llegado al cargo de presidente por el fallecimiento de su antecesor, Julio Egusquiza, en un accidente de tráfico, propuso a su directiva la compra de los terrenos por 40 millones de pesetas (240.000 euros), en plena zona rural, en un pueblo pequeño, al que se llegaba desde Bilbao en un tren que circulaba cada hora, o por carretera a través del Alto de Santo Domingo. Aquella propuesta cambió el paso en el Athletic y en el fútbol mundial. La primera sesión en Lezama hace medio siglo no contó con ningún acto oficial de inauguración, y ni siquiera mereció la asistencia del entonces presidente. Sin embargo, en abril de aquel lejano 1971, se celebró el primer torneo escolar de Semana Santa, del que saldría Santi Urkiaga, uno de los componentes del Athletic campeón de Liga y Copa una década después.

Bajo el mandato de José Antonio Eguidazu se ampliaron las instalaciones en otros cuatro campos y un polideportivo cubierto. La escuela es un elemento vivo y siguió creciendo. Los 80 fueron los años de la estabilidad de Lezama, bajo la coordinación de Iñaki Sáez. Pero, en los 90, una serie de grandes cambios atentó contra la política de cantera del club. Tras la caída del muro de Berlín, hizo su aparición la Ley Bosman, que modificó la estructura del fútbol mundial y supuso un fuerte golpe a la filosofía del club rojiblanco. Con José María Arrate en 1995 se construyó un aparcamiento y nuevos viales de entrada y salida. También se puso en marcha una tribuna cubierta para presenciar algunos partidos de la base. Con el derribo del viejo San Mamés, en 2013, se decidió incorporar a las instalaciones el icónico arco que lo coronaba. Durante este tiempo han pasado casi 10.000 jugadores por su césped, de los que 192 hombres y 56 mujeres han llegado al primer equipo del Athletic. En la actualidad, 324 chicos y 91 chicas, en 11 equipos masculinos y cuatro femeninos, recorren ese camino.

Andoni Aiarza (secretario técnico), Andoni Bombín (responsable de la metodología) y Raúl Loroño (departamento de atención al jugador) están ahora al frente. El hecho de que los niños vizcaínos sientan el Athletic desde pequeñitos supone un gran refuerzo hacia la filosofía centenaria de la entidad. "Cuando te llama este club es como un sueño cumplido. Es algo generalizado y esa es una de las grandes fuerzas del Athletic. Los niños nacen aquí y quieren ser del Athletic, más allá de que otros clubes tengan más fuerza mediática o ganen títulos, los niños vizcaínos quieren ser del Athletic y para nosotros esa es una gran fortaleza" explica Aiarza.

Hay decenas y decenas de candidatos al primer equipo cada año, pero solo llegan los elegidos. En el Athletic se pone mucho énfasis en el aspecto educativo, para formar personas además de futbolistas. "Nosotros le damos mucho valor, no solo al tema deportivo, también a lo educativo. Al final sabemos, por estadísticas, que llegar al primer equipo es muy difícil y tenemos que formar personas que también es nuestra función. Que sepan respetar, que tengan el Athletic grabado y sobre todo esos valores de vida, que salgan de aquí con cosas que les sirvan para la vida", comenta Loroño.

Rafa Alkorta, como director deportivo, coordina todas las áreas. Comunicar a los cachorros que tienen que marcharse de Lezama es uno de los tragos amargos que tienen que afrontar los técnicos. "Uno de los momentos más difíciles es cuando tienes que tomar la decisión de que un chaval salga de la estructura para que entre otro. Es difícil porque ahí no hablamos de contratos, hablamos de ilusiones" afirma el secretario técnico, Aiarza.

Con Josu Urrutia se dio luz verde al denominado 'Plan Director de Lezama', que nace con el propósito de modernizar la estructura del fútbol base, así como la del equipo profesional. Recientemente se ha culminado e inaugurado un edificio moderno y funcional para el primer equipo. La nueva infraestructura que dispone de piscinas, saunas, una zona de crioterapia, gimnasio, polideportivo, sala de juegos, comedor y amplias terrazas. Tiene 3.956 metros cuadrados de superficie construida, 2.220 bajo rasante y 1.736 sobre ella. El edificio dispone de tres plantas útiles para los jugadores. Desarrollarán la mayor parte de su actividad deportiva en el semisótano, tendrán su vida en común en la planta baja y descansarán en la primera.

El club compró terrenos adyacentes para llevar a cabo sus planes. Hace meses se construyó un aparcamiento cubierto. Y ahora se emprenderá la reforma del edificio principal, en donde se construirá la residencia para los canteranos de fuera de Bizkaia, para dejar así la actual ubicación del Seminario de Derio y la residencia Mañarikua. Los más pequeños, cadetes e infantiles de 11 y 15 años, viven en caseríos con familias porque están mejor en un entorno más protegido. La familia se va a reunir ahora en una casa modernizada. En la cuna del movimiento Athletic.

Hay muchos clubes que han apostado por la formación de jóvenes valores en sus instalaciones. La Masía es un ejemplo en toda Europa. Lezama supone una de las fábricas de canteranos más prestigiosas del mundo, se codea con otros grandes institutos. Repasemos los principales.

 La Masía

 Si hay algo que ha conseguido hacer grande al Barcelona en el siglo XXI ha sido el poderío de su cantera. La Masía es uno de los modelos más imitados en el mundo. Se une a la amplia red de ojeadores repartidos por el planeta. Ya solo con decir que de ahí salió Messi, está todo dicho. La camada que sacó Guardiola pasará a la historia. Xavi, Iniesta, Puyol, Busquets, Valdés, Piqué, Pedro… han sido años muy prósperos. Gran parte de las ligas europeas se nutren de sus valores Con la globalización, les han salido muchos clubes que les levantan sus 'perlas'.

La Fábrica

Siempre en competencia con La Masía, la Fábrica también ha sido un vivero muy admirado. Prácticamente no hay liga en Europa que no tenga o haya tenido un jugador salido de la cantera del conjunto merengue. Desde 2014, han sido un total de 69 jugadores los que han llegado a la cúspide. La nueva hornada de jóvenes brasileños y las reticencias de Zidane a dar la alternativa a canteranos, ha taponado un poco a los canteranos merengues. Hay mucho producto importado y mejorado, como Odegaard. Morata, Nacho, Lucas Vázquez, Dani Carvajal… nombres que han ido explotando los últimos tiempos.

La Academia del Olympique de Lyon

Este clásico equipo francés se lleva, de forma sorprendente, la medalla de bronce de este ranquin. Si pudiera haber retenido a todas las estrellas que han salido de su cantera, quizás estaríamos hablando de una superpotencia europea. Umtiti, Tolisso, Ben Arfa, Martial, Benzema... Todos ellos han salido de las incansables y efectivas categorías inferiores del Olympique de Lyon y todos juegan ahora en clubes de la talla del Bayern de Múnich, el Barcelona o el Real Madrid. Tienen una red de ojeadores muy potente. Son vendedores y han realizado operaciones de traspaso muy importantes.

Manchester United

Otro de los grandes de Europa, se mueve muy bien en la recolección de los chavales de categorías inferiores. Pogba es el gran estandarte de los futbolistas salidos de la legendaria cantera del Manchester United, en la cual ya emergieron en su día estrellas como Bobby Charlton, George Besto o David Beckham.

 River Plate

River Plate es uno de los clubes históricos de Argentina y como tal siempre surte tanto a Sudamérica como Europa de buenos jugadores. Hoy en día son 20 los jugadores que están en grandes equipos labrándose una carrera. Conocida por haber dado jugadores como Di Stéfano, Cannigia o Hernán Crespo, también salieron de sus campos Higuaín, Mascherano, Falcao y Erik Lamela.

Fue jugador, entrenador y director deportivo en Lezama, que considera un referente en un técnico que pasó por todos los equipos de la cornisa cantábrica. "Cada año tienen que subir al primer equipo dos o tres jugadores para que se vayan haciendo", relata.

Lezama arrancó en 1971, 50 años ya.

Yo llegué como futbolista al Athletic en el año 75, cuatro años después de su nacimiento, y es verdad que el Atlético de Madrid no tenía instalaciones y andábamos yendo a la Casa de Campo a hacer el tema físico, pidiendo favores al Carabanchel... y a veces en el Manzanares. Al llegar a Bilbao, me pareció que era un progreso. Luego todos los equipos han ido en mayor o menos medida teniendo sus ciudades deportivas. En el Dépor no teníamos... y en otros equipos, tampoco, y tienes que andar pidiendo.

¿Cuántos campos tenía Lezama en su primera etapa de jugador?

Estuve cinco años de jugador y había cuatro campos. Las condiciones no eran como ahora, que hay de todo, campos naturales, artificiales, ha prosperado mucho en cuanto a medios las instalaciones.

De 2009 a 2011 ocupó el cargo de director deportivo supliendo a Luis Solar.

Estuve más centrándome en el tema técnico-táctico, tratando con los coordinadores y Manolo Delgado Meco se ocupaba más del tema físico, de los preparadores, de la base. Fueron dos temporadas con Fernando García Macua de presidente, pero a los dos años entró una nueva directiva y cambió. Mis recuerdos son muy bonitos, viendo gente joven cómo va evolucionando, me recuerda a esa ambición que tenían algunos. Para mí fue muy instructivo. Me había desligado de ese tema y volver a Lezama me gustó mucho.

¿Qué tal aquellas generaciones?

Unos llegaron y otros no llegaron a jugar en el Athletic. Hubo generaciones también buenas. Cada año tienen que subir dos o tres jugadores para que se vayan haciendo, como últimamente Unai Simón, Vencedor o Morcillo. Poco a poco, no todos de golpe al primer equipo. No vas a subir a siete u ocho, que vayan demostrando su valía en la élite.

¿Ha estado últimamente viendo el progreso de las instalaciones, con la residencia, los aparcamientos, las innovaciones...?

Hace tiempo que no paso por allí, pero ha dado un paso muy grande por los campos, los servicios, las zonas de esparcimiento, un salto enorme para consolidarse cada vez más. Lezama es un referente y muy necesaria para la peculiar filosofía del Athletic.

El actual director de Fútbol del Racing de Santander es uno de los directores deportivos más famosos del Athletic que, en sus dos etapas al frente, no dejó indiferente a nadie. Implantó el famoso sistema 3-4-3 y captó a Fernando Llorente.

En 1971 arrancó la factoría de Lezama, ya ha llovido...

Hay que reconocer a las personas que en aquel momento tuvieron esa visión, yo creo que no sabían la evolución que iba a tener el tema. Se ha constituido en la columna vertebral del Athletic de los últimos años. Hay que ensalzar a todas las personas que han estado en Lezama y en el entorno del Athletic porque el Athletic es de todos.

¿Qué significa para la amplia carrera como centrocampista y entrenador su trayectoria como director deportivo de Lezama?

Es un gran privilegio haber podido dirigir dos etapas al frente de Lezama y es un orgullo para los que somos del Athletic y sentimos al Athletic como algo nuestro el poder participa en el desarrollo de tantos y tantos jóvenes que han pasado por allí y tener el nivel competitivo del Athletic a través de su filosofía. El haberlo visto crecer, haberlo visto desarrollarse estos años es una satisfacción, un privilegio. Agradezco a todas las personas que en mi caso han confiado en mí.

Dos etapas con Amorrortu al frente, en el año 1994 y en 2011, ambas muy distanciadas, con la cantera del Atlético en un periplo intermedio en 2006.

Arrate me confió hasta 2001 esta dirección tras entrenar al Sub-19 y ser ayudante de Heynckes, y en 2011 con Urrutia de presidente hasta e 2019 que acabé mi ciclo en el Athletic. He estado presente en las generaciones desde el año 70 hasta los actuales.

Lo más mediático de su método fue el implantar aquel novedoso sistema del 3-4-3 en las categorías inferiores y captar a un niño llamado Fernando Llorente desde Rincón de Soto.

En aquel momento, después de ver diferentes canteras, establecimos un planteamiento de juego basado en un sistema de cierta dificultad, pensando que podía ser bueno para los jugadores, con una forma de jugar hacia adelante. Establecimos esta metodología partiendo de todo lo que se podía generar. Una experiencia muy formativa para todos, fue algo que generó bastantes jugadores de un perfil determinado para la élite. Fue un proceso, el fútbol va evolucionando hacia otros sistemas igual de buenos. Llorente era un chico que destacaba en Navarra y lo trajimos con 10 añitos a través de una familia cercana a nosotros, de casa. La familia nos confió la educación del chico a nivel de estudios. También trajimos a otros chicos en esa línea educativa, que el Athletic necesita por lo que el Athletic genera en nuestra sociedad, en nuestro entorno, el establecer personas que pueden suponer referencias en diferentes etapas de su vida.

Ahora, las instalaciones de Lezama muy modernizadas y remozadas con ocho campos, alumbrado, residencias de primer equipo e inferiores...

Es un espacio de primer nivel mundial y todo el mundo que lo visita lo reconoce y lo apunta así. Se han hecho muchas inversiones, es una instalación a la última, con muchos medios y muchos recursos, que es lo que el Athletic necesita. Un lugar no solo físico, sino de aprendizaje y de generación de valor, que es lo que Lezama siempre le ha distinguido.

En Santander, en La Albericia, ¿se puede implantar o extrapolar algo similar de Lezama para el Racing?

Estamos iniciando un proyecto que, lógicamente, hay que empezar por generar una cultura, una filosofía de trabajo y poco a poco estamos en ello. Hay que implantarlo para que vaya germinando. Un proyecto del Athletic de cantera es muy profundo, necesita paciencia y comprensión.