Con la Real Sociedad en posiciones de privilegio e identificada con un placentero estilo de juego, la figura de un ‘pelotero’ como Roberto López Ufarte (Fez, Marruecos, 62 años) salta a la primera línea de la actualidad. Las comparaciones con el equipo de las dos Ligas (1981 y 82) son inevitables y él que vivió aquello desde dentro y lo de ahora desde fuera aúna conocimientos de causa para entrar en materia.
Han pasado 45 años, ¿qué queda de aquel petit diable, apodo con el que le bautizó el mismísimo Príncipe Rainiero III de Mónaco en aquél torneo de juveniles de 1975…?
Es un recuerdo. Todavía hay aficionados o compañeros, como Calderé el del Barça, que me llaman ‘diablo’... Los directivos de la Federación que estaban en el palco nos contaron que fue el propio Príncipe quién preguntó quién era ese petit diable después de un par de jugadas que hice. Ya entonces me gustaba regatear, llevaba el balón pegado al pie, era liviano… Le ganamos a Francia en la final (1-2).
Tampoco ha podido olvidar que al día siguiente (20-11) murió Franco en España.
"Este bloque se parece al nuestro de las dos Ligas y además los dos técnicos son de la casa"
Éramos unos chavales y fueron momentos difíciles de olvidar. Algunos se acojonaron. Pensábamos qué nos encontraríamos a la vuelta. Algunos decían que habría una guerra… Estábamos un poco acojonados, la verdad, con lo que podía pasar, pero el regreso fue normal. Nada más volver jugué un partido con el Real Unión, precisamente en Madrid, y diez días después, el 30 de noviembre, debuté en Primera con la Real Sociedad en San Mamés.
Su carrera como entrenador no ha sido larga…
Depende como se entienda. Como segundo entrenador de la Real estuve desde el 1990 al 2001. Con Toshack en tres etapas, Iriarte, Clemente, Irureta, Krauss… Alguna vez me tuve que hacer cargo del primer equipo de forma puntual. Fui entrenador del Sanse. Director deportivo del Real Unión. Me fui a Vanuatu. Después estuve con Toshack tres años en Marruecos.
Lo de la República de Vanuatu, en 2013, suena a aventura en toda regla. Hablamos de un archipiélago en el Océano Pacífico Sur.
"Ahora no se pueden quejar, antes nos hacían entradas alevosas y el árbitro decía sigan, sigan"
Era entrenador de entrenadores. En el año que estuve allí sufrimos siete terremotos y algunas diarreas de esas insoportables. El otro día leí en el AS que Caparrós contaba que quien le llamó para ir a Armenia fue Ginés Meléndez, de la Federación, pues él fue quien habló de mí a la gente de Vanuatu. Sabía francés. Una buena experiencia.
Y ahora disfruta de una Real Sociedad en lo más alto…
Esa es la palabra, disfrutar. Esta Real podrá ganar o perder, pero juega bien y los resultados avalan ese buen juego. También los jugadores disfrutan, sobre todo la gente joven. Las cosas se están haciendo bien con la cantera. Se cuenta con ella y siempre he sido un obseso de la cantera. Los chavales entran liberados al campo, saben que se cuenta con ellos. Lo buena de esta Real es que no hay un once titular. Todos se sienten titulares. Salen y juegan bien todos. Hay jugadores como Silva, o el año pasado Odegaard, que marcan una diferencia que es necesaria en un equipo como la Real.
Silva es a esta Real lo que López Ufarte fue a la Real doble campeón de Liga.
"No sé si nos dará para ganar la Liga, pero jugamos mejor que ningún otro equipo"
Se ha integrado muy bien, es querido, humilde, que es lo más importante, y aceptado por sus compañeros y por la afición. Soy el menos indicado para decir si yo era entonces el Silva de ahora, pero es evidente que tiene cosas que yo podía tener. Sí, nos parecemos pero en su caso, o en el de Iniesta, que también es un jugador de un perfil parecido al mío, me han superado por la carrera que han tenido tanto en sus clubes como en la Selección. Me identifico con Silva en todo lo relacionado con el juego. Ahora estoy recopilando vídeos míos y veo que también me gustaba irme al lado derecho para buscar mi pierna buena. Me hacían marcajes hombre a hombre, y lo que quería era llevarme a mi lateral al otro lado para que no se sintiera cómodo. También estoy recopilando entradas alevosas que me hacían.
Parece masoquista… eso no se colecciona hombre.
No, es que escucho las quejas que hay ahora sobre las entradas. Por ejemplo Neymar, o el padre que dice que le han hecho ocho o nueve entradas…. Tenían que ver las que me hacían a mí y te hacían diez hasta que al defensa le sacaran una tarjeta. Entonces los árbitros decían… “sigan, sigan”.
La verdad es que usted era valiente, no volvía la cara.
"Con Menotti todo fue correcto, pero cuando le echaron no volví a jugar"
Eso decía Expósito, un técnico que estuvo toda la vida en la Real. Decía que los valientes no eran ni Idígoras ni Satrustegui, que era yo porque me daban y volvía, me daban y volvía a buscar al defensa. Para ser valiente no había que ser ni grande, ni alto. Tuve la suerte de no tener lesiones graves. La más grave fue la de riñón, que me tuvieron que operar cuando eso no se operaba y que casi me retira del fútbol. Me perdí aquel partido de Sevilla en el que perdimos la imbatibilidad y la Liga. Fue el primer y único día que lloré por el fútbol.
¿Aquella Real se puede asemejar a esta?
Tiene cosas en común, sí. Los entrenadores, Ormaechea e Imanol, son de la casa. Los dos eran laterales. No les da miedo jugar con gente joven. En nuestra época quizás siempre jugábamos los mismos y ahora hay más movimiento. Jugábamos al principio un 1-4-3-3, pero poco a poco yo me fui metiendo para el medio, entre líneas. El entrenador decía que en caso de problemas me dieran el balón y yo me las tenía que ingeniar para la jugada individual o el pase. Un poco lo que hacía Odegaard o ahora Silva. Entonces no había ningún extranjero y ahora sí, pero lo que sigue primando es la gente de la casa. Ha habido partidos con hasta seis y siete jugadores en el once titular y en la plantilla hay 15 canteranos preparados para salir en cualquier momento pero que necesitan de ese jugador un poco más veterano como Silva o Merino…
Ese Merino es buen jugador, lo tiene todo.
"Futre y yo nos entendimos bien, pero quería jugar hasta por mi zona"
Es muy completo. Va bien de cabeza, tiene recorrido, marca goles, buen criterio, mete pierna… Aunque la gente diga que nosotros fuimos campeones, los jugadores de ahora son mejores que nosotros. Ahora cualquier jugador domina el balón, está bien preparado físicamente, son futbolistas casi de Escuela, de Academia, muchos de ellos. Nosotros nos criábamos en la calle y aprendías el juego individual, el de la habilidad.
Y el extremo-extremo, como usted en sus comienzos, desaparece y si no juega a banda cambiada.
Hay tendencia a que desaparezcan. Antes a nosotros nos pedían que llegáramos hasta la línea de fondo y centráramos. Ahora es difícil doblegar por banda. Neymar es de los mejores en este sentido. Bryan Gil, el chaval del Sevilla cedido al Eibar, me gusta. Trabaja la banda y centra. Los equipos grandes se atreven a colocar gente en la banda pero los cambian de pie para buscar directamente el perfil del remate. A mí me gustaba buscar socios para asociarme, sobre todo con Zamora.
La pregunta, o la respuesta, del millón es saber si el equipo aguantará ahí arriba hasta el final, además tiene la Europa League, que desgasta mucho.
Desde principio de temporada la Real es el equipo que mejor está jugando. No sé si le bastará para ganar la Liga. El jugar bien no te asegura el título porque también hay otros que juegan bien. La segunda parte contra el Barça nos demostró que aprovechando las ocasiones de gol, podemos ganar a cualquiera. Me gustan el Atlético y el Villarreal. El Real Madrid ha despertado. El Barça acabará entrando. Ya jugó bien el miércoles contra nosotros. Aunque en el tema del Barça el ruido que hay en el club no le beneficia nada. Los follones repercuten en el juego. Y la ventaja de la Real es que es lineal, no hay nunca ruido.
"En el Atlético en un año tuve cuatro entrenadores, los mismos que en la Real en 12"
El martes se enfrentan Real Sociedad y Atlético. Un partido especial para Roberto por su pasado rojiblanco. Llegó al Atlético en el verano del 87 con la vitola de estrella pero solo ‘duró’ una temporada. Lo suficiente para identificarse con el club y poder escribir un libro con las primeras andanzas de Gil y Gil como presidente.
Su salida de la Real fue un tanto confusa.
Sí. Toshack, mediada la temporada, me invita a salir y a partir de entonces me ponía todos los partidos, incluida la final de Copa de Zaragoza que ganamos precisamente al Atlético y en la que tuve una actuación relevante. Quiso rectificar y me dijo que me podía quedar pero ya le dije que a buenas horas…
Ya le había llamado el Atlético con un ambicioso proyecto por delante.
Creo que fue Menotti quien hace hincapié en mi fichaje. Gil, que ese día es elegido presidente y Futre están en Zaragoza viendo la final. Creo que Futre le habla muy bien de mí al verme jugar porque no me conocía y no tenía por qué conocerme porque él estaba en Portugal. Menotti pensó que Futre y yo podíamos formar una buena banda izquierda y así fue durante seis meses. Recuerdo especialmente el 0-4 del Bernabéu en el que marqué dos goles…
Luego echaron a Menotti y se acabó el cuento de hadas.
Por lo que fuera no jugué más. Me sacaron el penúltimo partido quizás para mostrarme al mercado y que vieran que estaba en buenas condiciones físicas por si algún equipo estaba interesado en mí. Como realmente fue porque me fichó el Betis. En el Atlético tuve cuatro entrenadores. Después de Menotti llegó Ufarte, que duró poco más de una semana, luego Briones y los últimos partidos con Maguregui, que ya había fichado para la temporada siguiente y que aunque oficialmente no podía entrenar, estaba con nosotros y mandaba. Recuerdo conversaciones con él. Me cogió por banda y me dijo que siempre le había gustado como jugador… pero claro con el presidente no se podía enfrentar. En la Real, en toda mi carrera, yo había tenido los mismos entrenadores: Elizondo, Irulegui, Ormaechea y Toshack. Luego en el Betis me pasó algo parecido…
Vamos que se arrepintió de salir de la Real…
Salí con todas mis ganas de demostrar que todavía podía jugar en un equipo grande, pero claro te encuentras entrenadores por aquí, follones con el presidente por allá, que si los jugadores salían de noche, que si Arteche, Setién y alguno más estaban apartados del equipo… No podía imaginarme que eso podía pasar en otros clubes. En la Real era todo más tranquilo. Como sucede ahora.
Sin embargo usted siempre habla bien del Atlético.
Es que tengo muy buenos recuerdos de los primeros meses en el plano futbolístico y como club siempre se han portado maravillosamente. Me invitan a todos los actos importantes que hacen: la despedida del Calderón, la inauguración del Metropolitano, un partido de la Selección contra Argentina…
Con Tomás Reñones y con Futre tuvo un par de anécdotas…
Y muchas más que no sé si se podrán contar… Cuando jugaba en la Real, Tomás siempre había sido muy duro conmigo y pensé que por lo menos me libraría de los dos partidos contra él. Pero no me daba cuenta que lo iba a tener todos los días en los entrenamientos y no sé que fue mejor si dos partidos de Liga al año o la leña diaria. Y con Futre tuve buena relación. Lo que pasa es que él era demasiado joven y entendía que tenía que jugar por donde quisiese. Menotti quería que yo arrancara como interior y él fuera extremo, pero sus ganas de agradar le hacían meterse en mi zona y me quitaba el sitio. No creo que lo hiciera con mala fe, era su forma de entender el juego. Quería estar por todos los lados. A la larga fue perjudicial para el equipo.
¿Y cómo ve a este Atlético? ¿Nota un cambio en su estilo, en sus intenciones de atacar?
No sé si hay que achacárselo a Simeone porque él siempre quiere lo mejor para su equipo, pero desde luego este año juega mejor al fútbol. Quizás porque tiene jugadores que han dado un paso hacia delante, como João Félix, Carrasco… que son jugadores de nivel. Contra el Madrid dio un paso atrás en ese cambio. Dio la sensación de estar cansado. Contra el Salzburgo tuvo sus dudas. Ya he dicho antes que después de la Real es de los que mejor juega. Contra el Madrid fue más de lo mismo o peor y el Madrid, que estaba medio muerto, parecían aviones y el Atlético no tuvo ni agresividad. Simeone me parece un gran entrenador a su manera y con esto no quiero decir que no me gusta su fútbol. Todo es fútbol al final. Lo importante es ganar, si juegas bien, mucho mejor, pero si ganas con otras armas, nadie puede discutirte.