Blanco y rojiblanco en una misma piel con la singularidad de que en ambas orillas cae bien, es cordialmente tratado y reconocido por su trabajo y profesionalidad. Dos temporadas jugador del Real Madrid (1993-95) con una Liga como estandarte y casi dos cursos como entrenador del Atlético (2009-11) con una Europa League y una Supercopa de Europa como bandera. Esta noche será un observador imparcial, pero de sus palabras trasciende que, como equipo y estilo de juego, cree más en el rojiblanco que en el blanco.
¿Qué significa para usted hablar del Real Madrid?
Exclusividad. Es un club muy exclusivo por muchas razones. Y me parece que como está en este momento, con esas pausas silenciosas que tiene, está preparando algo. Más allá de que esté levantando, posiblemente, el mejor estadio del mundo, me da la sensación que después y detrás de todo, su presidente está preparando un gran Real Madrid y habrá un gran Real Madrid. Desde muy pequeño me enseñaron que era un club diferente, el mejor del mundo. Mi padre, Isidro, me explicó lo que significaba. Vivió una de sus mejores épocas al lado de Di Stéfano, Puskas, Gento… Ganó cuatro Ligas. Luego, como jugador lo viví en directo. Experimenté algo extraordinario. Te hace mejorar en todos los aspectos.
¿Y hablar del Atlético?
Es un club patriótico, racional, pasional… es la mejor definición. Pone pasión en todo lo que hace en el campo y en sus aficionados. Atraviesa por un momento extraordinario presidido por la continuidad en el trabajo. Ya es uno de los grandes y no sólo en España, donde se ha acercado al Real Madrid y al Barcelona en muchos sentidos.
De un padre jugador del Madrid nació un niño que de pequeño era blanco por razones obvias.
No. Nazco en el 65, el último año de mi padre en el Real Madrid y me voy a Barcelona a vivir cuando él firma por el Sabadell. De lo que me acuerdo de aquellos primeros años es que íbamos a ver los partidos a la Creu Alta, daba mis primeras patadas a los vasos de plástico y que me hice una foto con mi gran ídolo, que era José Ángel Iribar. Pero no era del Madrid, no era de nadie hasta que luego ya fui del Valencia por la admiración que tenía a mi padrino, Di Stéfano, que entonces ya no estaba en el Madrid, sino entrenaba allí. Todo lo que me llegaba de pequeño era del Valencia y me hice del Valencia.
¿Y que pesan más en su mente y en su corazón, los 78 partidos que jugó con el Real Madrid o los 102 que estuvo como entrenador del Atlético?
“Soy un tipo raro, me quieren en las dos aceras y yo les devuelvo el cariño y el respeto porque me hicieron mejor”
Equipo
Los dos pesan igual. Son dos años y dos años. Estoy eternamente agradecido a las dos situaciones. Me mejoraron en todo, me hicieron ser muy competitivo y me exigieron al máximo, tanto primero como jugador como después como entrenador. En las dos aceras me han tratado con un respeto enorme. Puede que sea muy raro, lo sé. Pero le aseguro que yo me encuentro madridistas por la calle que me hablan de la Liga que ganamos, del 5-0 al Barcelona. Y si me encuentro con atléticos, me demuestran que están agradecidos a aquella etapa que fue preludio de todo lo que ha llegado después. No puedo elegir. Es como lo de papá y mamá. Los quiero por igual, no puedo elegir.
¿El partido de esta noche lo ve como entrenador o como aficionado de los dos equipos?
En este caso pongo la lupa del entrenador. Sí. Estoy deseando que llegue. Teníamos la Champions por delante con todo lo que había en juego y ya pensaba que el mejor partido estaba el fin de semana. Me apetece ver muchas cosas. Ese partido y el fútbol en general no dejan de ser una religión más. Tiene mucho de miedo, de pasión, muchos seguidores detrás.
¿Y cómo entrenador, qué quiere ver del Madrid?
“Le falta tensión competitiva. Lo que no se puede comprar con dinero al final sólo depende del trabajo”
Real Madrid
Cómo reacciona porque está en tiempos de reacción, de encontrarse todavía. Estamos con la Liga avanzada pero está intentando recuperarse. Se ve que quiere recuperar ahora la hoja de ruta de la temporada anterior. También perdió unos partidos al principio, vino la pandemia y luego dijo que una buena defensa era la mejor virtud que podía tener el equipo, pero como tiene jugadores ofensivos lo que tuvo y tiene que hacer ahora es encontrar el equilibrio entre el ataque y la defensa. Saber defender por detrás de la pelota cuando tiene que defender, pero también seguir atacando. Todo eso es muy difícil encontrarlo en mitad de la batalla y teniendo enfrente al Atlético mucho más difícil. Se trata de un examen de nota.
¿Y qué quiere ver del Atlético?
“Me genera menos incógnitas. Nunca dudo de su actitud, equilibrio, rigor. Ahora tiene hasta un mejor ataque”
Atlético
Va a ser muy importante saber si en este partido, que puede ser muy importante porque puede marcar una diferencia de puntos entre ellos definitiva, va a seguir manteniendo su rigor, su exactitud, su equilibrio, su ataque, que ahora es más brillante. Pero todo esto me genera menos duda. Al Atleti lo voy a ver con la certeza de que no va a cambiar nada y que va a ser él mismo.
Es un buen día para saber si Simeone mantiene su evolución táctica de los tres centrales ante un equipo que le puede atacar con tres delanteros.
Es el ejemplo perfecto de cómo se ajustan los sistemas. ¿Qué hace el Cholo con Hermoso? En defensa puede mantener el 1-4-4-2, pero en ataque ya parte de tres, Hermoso se queda y ocupa la banda con Lodi o Carrasco como laterales largos. Si mantiene ese ajuste, la figura del Real Madrid de un delantero solo metido entre tres centrales se queda muy solitaria. O haces muy bien las cosas por fuera y cargas el área con bastantes jugadores o se le va a hacer incómodo. En cualquier caso, ante ese planteamiento el Madrid va a tener que pensar. Es un equipo que al día de hoy no puede vivir de los centros laterales. Hace unos años con Bale, Ronaldo, Benzema… era una solución porque esos tres siempre estaban en los centros de Marcelo o Carvajal, pero ahora sólo queda Benzema, que es quien menos remate de cabeza tiene. El Madrid va a depender de recursos como pueden ser las combinaciones por fuera, las habilidades en el uno contra uno de Rodrygo o Vinicius. Un tipo de recursos que o los tienes muy bien manejados y trabajados o se te van a quedar escasos.
Como entrenador y exjugador, ¿puede explicar razonadamente la metamorfosis del Real Madrid de un partido a otro?
Lo que no puedes comprar con dinero al final sólo depende del trabajo. Cuando se habla de ilusión, felicidad, intensidad, ambición… Eso sólo se consigue con actitud. Y cuando a los partidos no entras desde el minuto uno, sino que entras cuando ya han pasado 20 o más tarde, o cuando el rival te ha ganado el pulso, entonces los intangibles necesitan trabajo. Como decía Luis, la moral había que ir a comprarla al Corte Inglés. En eso es en lo que el Real Madrid entra tarde en los partidos. Y luego es muy costoso porque ha subido tanto la competencia en todos los torneos que ir por detrás en eso supone un reto imposible. Ahora cualquier equipo piensa que le puede ganar. Le falta tensión competitiva. Si no tienes tensión, tus transiciones se abren, son débiles y corres para adelante y para atrás ,y correr así siempre ha sido bastante complicado.
Como entrenador del Atlético nunca le ganó al Madrid, perdió los cuatro partidos. Y como jugador blanco ganó a los rojiblancos en los dos partidos que se enfrentó a ellos…
Eran esos tiempos en los que no le podíamos dar la vuelta y como jugador más o menos lo mismo. Mi parte atlética es verdad que no sabe lo que es ganar al Madrid. Se lo debo, estoy en deuda.
Esta conversación futbolera no se puede acabar sin hablar de Messi y del Barça, aunque no juegue el derbi.
“No sé si se ha aburrido o le han aburrido, pero su infelicidad se transmite en el campo”
Messi
Creo que no se entienden por igual. El Barça ha pensado todo este tiempo que Messi puede con todo, que lo aguanta todo, la edad, los cambios de entrenador, la marcha de Neymar, los problemas del club… y Messi sigue pensando que el mejor jugador son todos juntos, como decía Di Stéfano, y que necesita a su lado jugadores como los que tenía antes. Yo no sé si le han aburrido o se ha aburrido él solo, pero su infelicidad se nota en el campo. Antes se veía arropado y el club no ha sabido adaptar la ausencia de esos jugadores y Leo no puede con todo él solo.
¿Le apetece hablar un rato de fútbol? A Quique Sánchez Flores, (Madrid, 55 años) exjugador internacional y actualmente entrenador sin trabajo más por razones personales que por falta de ofertas, la invitación le parece más que tentadora e invita con la mirada a que su interlocutor haga el saque de centro. Entre futbolista y técnico ronda los mil partidos entre césped y banquillo y ahora se define como observador de la materia.
¿Cómo es el trabajo de un entrenador sin equipo?
De mucha observación. En el anonimato no se vive mal. Tu felicidad no depende del resultado. En cuanto a estado de ánimo me siento equilibrado. A veces, sobre lo que veo, ponga la lupa del entrenador y otras veces lo veo de forma más desenfadada, como espectador que quiere disfrutar del espectáculo. Observo la evolución del fútbol desde otro estado que no es el de entrenador, pero el fútbol es lo mismo. No cambia. Lo que cambia es la forma de interpretarlo. Pretendo observar para no quedarme atrás y seguir formando parte de lo que sucede.
¿Y se trabaja todos los días, o los que le apetece?
"La ruta de un técnico está en la gestión, en la comunicación y en los conocimientos”
No quiero dar una imagen que no es. Uno tiene sus tiempos y yo me he marcado unos para recuperar energía y una visión diferente pero no exactamente trabajo a diario. Me he puesto mis plazos y llegarán los tiempos en que quiera sumar experiencias a mi vida y estaré preparado. Hay futbol casi todos los días y soy como cualquier aficionado. Un día con fútbol es mejor día. Los miro dependiendo del partido. Elijo los que quiero analizar como técnico. Otros los veo con mis hijos que son futbolistas. Quique acaba de cumplir 20 años y juega en el Adarve en Tercera y Pablo tiene 17 y juega en el Getafe.
La pregunta del millón ¿Hacía donde se encamina el futbol desde el punto de vista táctico, técnico, físico…?
"Distingo a los equipos entre los que desarrollan su propuesta y los que no”
La esencia no cambia. Dos áreas, un balón, la importancia de los jugadores y marcar un gol más que el otro, pero sí que es verdad que es un fútbol más contextualizado, con un lenguaje mucho más específico y un añadido de tecnología muy importante donde el big data crece, aunque mantengo que no existe la estadística sin contexto. Parece que todo eso nos hace más seguro. Noto mucha más diversidad en los sistemas. Antes del 1-4-4-2 se pasaba al 1-4-2-3-1 y no mucho más. Y te pasabas toda la temporada jugando así. Tal y como se funciona hoy con los ajustes casi todos los sistemas son compatibles. Con un simple movimiento de jugador cambias. Estamos desdoblando sistemas más que imponer un sistema. Todo esto no entorpece al fútbol, al revés lo enriquece.
Estamos ya en un fútbol más físico, más velocidad, potencia…
Ahora los deportistas son más fuertes físicamente. Han cambiado sus hábitos de nutrición, tienen más conocimientos, mucha más información. En mi época teníamos amor por el deporte, ahora además de ese amor son conscientes de su reto, de que el tiempo les ha dado otro cuerpo. Han llevado el fútbol a otro tipo de nivel.
Vayámonos a la Selección que gana las tres grandes competiciones con una serie de jugadores eminentemente técnicos, que cuidan el balón, sin un gran físico…
Lo que pasó entonces no se generó en una escuela, fue algo innato en aquellos futbolistas. El tiqui-taca nace como producto de sumar muchos jugadores precisos y muy buenos con el balón y se creó esa tendencia. Se junta una generación con 15 futbolistas que no pierden la pelota y crea escuela. Llamó la atención porque surgió natural y viró la mirada del fútbol hacia ellos. Eso son bocanadas que nos da el fútbol, como antes nos dio el Milan de Sacchi o el Barça de Cruyff y Guardiola. Ahora el fútbol ha vuelto a su evolución normal. El físico aumenta, el conocimiento aumenta, mucha estrategia….
Viendo al Bayern, al Liverpool, llegaría a decir que el tiqui-taca ha pasado a mejor vida.
Muerto no. El buen fútbol es exclusivo de los jugadores precisos. Cuantos más jugadores precisos tengas más posibilidades tendrás de jugar bien. No es precisamente lo que se está dando ahora. Los equipos que tienen los mejores jugadores y marcan tendencia no están en la línea del tiqui-taca. Los equipos que jugaban así, el Madrid, el Barcelona, se han debilitado. El Bayern y el Liverpool juegan a otra cosa. El City sigue jugando a eso pero va cambiando a otro tipo de jugadores. Las tendencias las siguen marcando los jugadores, lo que ocurre es que los de ahora son más fuertes, más rápidos. El fútbol de los mejores equipos es ahora diferente.
Bayern y Liverpool son ahora la referencia.
Lo son y no solo porque sean los campeones de Europa de los dos últimos años, también porque hacen el fútbol de siempre adaptado al presente. Un fútbol rápido, ofensivo, de ambicionar acabar con el rival, aniquilarlo, hacer sangre. Lo importante es que continúa siendo un fútbol de ataque porque son los mejores equipos del mundo y tienen los mejores jugadores ofensivos. Todo el tipo de formas me parecen válidas desde el momento que se compita. Desde el momento de que no tengas la ambición de ganar ningún estilo es aceptable. Eso es lo que marca. Las diferencias las marcan los jugadores y la intención.
¿Llegará un día en el fútbol que se universalicen los estilos, que todos quieran jugar igual…?
Ojalá que no. Ojalá siga existiendo la diversidad porque de la diversidad nace la suma de ideas. Ojalá todos no tengamos las mismas ideas y mantengamos este juego como un juego de estrategia. Lo que hace interesante el juego es que intentemos anteponer un estilo al otro y saber al final quién es más hábil y ha sido capaz de imponer su forma de jugar. Eso nos da riqueza. Hablamos mucho de formas de jugar y nos olvidamos del factor suerte que en este juego es letal.
Usted ha vivido la Premier desde dentro, ¿es tanto como parece desde fuera?
La tradición de los ingleses y su forma de entender el juego es difícil de cambiar. Nada más llegar allí te dicen que no les gusta el juego horizontal porque el fútbol viene del rugby y en el rugby lo que quieres es llevar cuando antes la pelota detrás de la línea. Y ellos quieren llevar el balón al área lo antes posible. Se han adaptado a la diversificación de los entrenadores y jugadores extranjeros que han llevado otro tipo de fútbol que no era directo, rápido… Les encanta Guardiola, les encantó Wenger, pero ellos quieren toque hacia delante. Desde dentro no vi tantas diferencias con La Liga. Son las dos mejores ligas mundiales. Es un Campeonato compacto que aplaude por ejemplo el fenómeno Leicester.
¿El fútbol es de los jugadores o de los entrenadores?
Sobre el liderazgo de los entrenadores tengo serias dudas. Lo que no se puede perder nunca son las decisiones de los jugadores. Los técnicos tenemos que contar con la iniciativa del futbolista y, a veces, intentando liderar se la quitas. Si quieres mantener una unidad de grupo, un equilibrio, de nada sirve llevarlos bajo una batuta súper rígida. La hoja de ruta del entrenador debe estar en la gestión del vestuario, en la comunicación y en los conocimientos. No puede salir de esas tres situaciones y luego que los jugadores, que son los que deciden, tengan su propia iniciativa. Debemos trabajar para que los jugadores nos den respuestas. Uno está muy limitado el día de partido. Todo lo interesante que sucede ese día está dentro, no fuera. Por lo tanto, al final creo que el fútbol es más de los jugadores.
¿Cree en los equipos de autor, entendiendo como tal al entrenador?
Tienen mucho mérito porque se le reconoce también un trabajo de liderazgo. Se atribuye autorías porque el entrenador ha sabido aunar tanto a su equipo que se parece a él mismo. Siempre que se habla de equipos de autor se refieren a equipos repletos de buenos jugadores. Tiene mucho mérito llevar a jugadores de un gran nivel a un mismo destino repetidamente y por mucho tiempo. En cualquier caso me gustaría que se ampliase ese concepto a entrenadores como Mendilibar, que también fabrica equipos que juegan como a él le gusta y consigue objetivos que son más bajos pero igualmente tienen éxitos. Me gustaría que se dignificara a los de equipos de autor de menor rango, que los hay.
Para que Quique Sánchez Flores diga ‘ese equipo juega bien’ ¿qué tiene que tener?
Distingo a los equipos entre los que desarrollan su propuesta o los que no desarrollan su propuesta. Los que son capaces de llevar a cabo una serie de conceptos y repiten, y repiten son los que me llaman la atención. Todos los estilos en el fútbol son validos mientras compitan. No son aceptables los estilos o sistemas en los que no haya ambición por ganar o competir.
La última moda, salir con el balón jugado desde tu punto de penalti. ¿No le parece ya un poco obsesivo?
Parece que si no lo haces no estás en el fútbol y parece que si lo haces en el momento que salga mal vas a ser criticado. Cada uno debe ser muy consciente de lo que quiere aplicar que sea lo más práctico para tu equipo y eso depende sobre todo del pie que tengan tus jugadores. Por eso son tan importantes cada vez más los jugadores de buen pie, si vamos a ese fútbol de salir tocando desde atrás porque la nueva regla nos ha dado 20 metros más de campo y se juega desde más atrás, o tienes buen pie para combinar o haces lo que hacen equipos grandes como el Liverpool o el Real Madrid que en algún momento dado del partido deciden que eso no es conveniente y entonces juegan directo para elegir una segunda jugada. Todo vale, pero es un asunto delicado. Depende del tipo de jugador que tengas.
Liverpool.
La capacidad que tiene todo el grupo de responder a una idea.
Bayern.
Su verticalidad en los últimos metros.
Manchester City.
Su juego combinativo.
PSG.
La forma de encarar por fuera sus extremos.
Barcelona.
Ufffff… Me sigo quedando con Messi.
Real Madrid.
Lo que ha tenido siempre. Su ánimo por no rendirse ante un resultado.
Atlético.
Su comportamiento, su concentración durante 90 minutos.
Su equipo preferido.
Me iría a cualquier campo a competir con el Atlético y el Bayern. La mezcla de los dos sería casi la perfección.