Joaquín Caparrós (Utrera, Sevilla, 65 años) es de esos entrenadores convencidos de que el movimiento se demuestra andando y que los banquillos no tienen fronteras. Su longeva experiencia en España (Recreativo, Villarreal, Sevilla, en varias etapas y cargos, Deportivo, Athletic, Mallorca, Levante, Granada y Osasuna) está salpicada por sus cortas aventuras en Suiza y Qatar y ahora en Armenia donde tiene contrato hasta noviembre de 2021. Su última escala. También su último éxito. Ha conseguido ascender a su selección al grupo B de la Nations League. Su siguiente objetivo es competir en la fase de clasificación para el Mundial de Qatar.
Lo que parecía una experiencia futbolística más se convirtió en una aventura para escribir un libro y el guión de una película.
Sí, primero llegó el confinamiento por la pandemia, y me tuve que volver a España nada más firmar contrato el 15 de marzo. Después, cuando volví estalló la guerra contra Azerbaiyán que por desgracia hemos vivido todo el tiempo en primera persona y demasiado cerca, es verdad. Pero hay que aceptar las cosas según vienen y me quedo con el final que no ha podido ser más emocionante.
¿Cómo le convencen para irse de seleccionador a Armenia?
Uno es siempre entrenador. Estaba bien en el Sevilla, que es mi casa, pero me llamó Ginés Meléndez, que fue profesor mío en la Escuela de entrenadores, en Albacete, allá por los 80 y que acababa de fichar como director deportivo por la Federación armenia. Me habla maravillas del proyecto. Vino a verme a Madrid el presidente de la Federación y me convenció. Hubo feeling. Buena empatía. Lo fuimos dando forma. Volvía también Javier Miñano, que ya había estado allí. Fui para allá y vi que todo lo que me decían era una realidad y firmé.
Aquello se convierte en una embajada española.
En mi equipo además de Luciano Martín, que lleva conmigo 15 años desde los tiempos del Deportivo, están Miñano y un fisio Pablo Llanes, que trabajó en el Real Madrid con Del Bosque. En la dirección deportiva además de Ginés, está Antonio Flores y Rubén Lezcano… Hemos conectado bien con la gente de allí. Les expliqué que íbamos a aportar nuestra experiencia para que el futbol armenio diera un pasito para adelante y que estábamos abiertos a su colaboración. Las ideas de sus dirigentes son muy europeas y quieren crecer.
¿Qué país se encuentra cuando llegan?
Nos encontramos una gente alegre dentro de sus situaciones personales y, sobre todo, muy, muy futbolera. Allí la Liga se ve más que la Premier. Después, Italia y Francia. Hay muchos aficionados del Madrid, del Barça, del Atleti. Yo voy haciendo alguno del Sevilla.
Cuando regresa después del confinamiento, se va hasta con la familia… ¿Cómo llevó su mujer lo de vivir allí, sobre todo durante el periodo de guerra?
Primero me fui solo en julio. Después en septiembre ya fue Rosa. Ella sabe que el fútbol es mi pasión y siempre ha ido conmigo a todos los sitios donde he trabajado, menos en Qatar porque la situación era más complicada. Le sorprendió al principio, pero lo aceptó. La situación fue dura. Mi hijo, Adrián, dio positivo y tuvimos que estar confinados. Lo tensión para mí era grande. Los hospitales no podían con los heridos de la guerra más los positivos de covid. No fue fácil. Mi hijo fue porque colabora en un documental que están haciendo sobre mi vida desde la época del Athletic, nueve años casi.
¿Cómo se convive, cómo se lleva el trabajo diario, con una guerra a 200 kilómetros de Ereván?
"No puedes hablar de objetivos deportivos cuando familiares y amigos mueren en el frente"
Era difícil. Un entrenador está acostumbrado a motivar a un futbolista para conseguir un objetivo, pero motivar a un grupo de deportistas que tienen otras prioridades porque las deportivas ya no cuentan, es muy complicado. Ya eran situaciones personales. Casi todos los jugadores conocían a gente que estaba en el frente o cerca. Familiares que habían fallecido, amigos que estaban allí. El primer día de la concentración después de estallar la guerra había a jugadores que se les saltaban las lágrimas. Tuvimos que ponernos en su situación, tirar de empatía. Que ellos se dieran cuenta de que en ese momento éramos uno más. Conseguimos ser una familia. Nos decían que el riesgo que teníamos era cero, pero siempre te preocupas.
Curiosamente ganaron los dos últimos partidos, nada más firmarse la paz del conflicto, pero para los armenios esa tregua tenía sabor a derrota.
"El día que se firmó la paz fue para los armenios el día más triste de toda su historia"
Sí, así era, ellos nos decían que era el día más triste de la historia del país. Habían perdido muchos miles de vida en ese conflicto y para ellos la paz era una derrota. Recibir a esos jugadores con esas sensaciones fue tremendo. Tuvimos que suspender unas sesiones de entrenamiento. Prevalecían otros factores, pero lo que tiene el fútbol y el deporte, es eso. A las pocas horas ganamos en Georgia. Para ellos fue histórico. Era su gran rival y nunca le habían ganado. Dimos una gran alegría a ese pueblo en el momento de mayor sufrimiento. Después también conseguimos ganar a Macedonia del Norte, que se acababa de clasificar para la Eurocopa. Quedamos primeros y dar el salto a la segunda división de la Nations League.
¿Qué se les dice a los jugadores en momentos como esos?
Simplemente les dije que tenían la oportunidad de hacer historia. Que podían estar en buenos clubes, ganar un buen dinero y conseguir éxitos deportivos, pero que esa oportunidad era única para ser historia de su país y una situación muy especial después de todo lo que habían sufrido.
¿Y cómo se le ocurrió pedir a gritos el himno después del partido?
"Les convencimos que éramos uno más de ellos"
Sobre la marcha. Me salió de dentro. Estábamos sin público, claro, y teníamos que celebrar sobre el césped porque cuando ganamos en Georgia lo habíamos celebrado en el vestuario y el resultado fue que hubo 12 o 13 miembros del equipo que dieron positivo, entre ellos cinco jugadores. Luego, con el contraanálisis, se quedaron en tres, pero había que prevenir. Gustó mucho lo del himno y fue una demostración de que lo que les estábamos diciendo, que nos sentíamos como ellos, era una realidad. Las cosas que salen de dentro espontáneamente valen más que un discurso. Los jugadores lloraban de alegría después de todo lo que habían pasado.
¿Cómo es el fútbol armenio, la selección, cómo juegan…?
"Ascender a la Nations League B ha sido como para España ganar el Mundial"
Jugamos un 1-4-4-2. Somos un equipo más bien físico. Nuestro mejor jugador es Mkhitaryan pero la Roma no le dejó ir en estos partidos. Marca la diferencia. Técnicamente podemos no ser como otros, pero tenemos que aprovechar la implicación que tienen los jugadores. Cuando vienen a la selección sacan un sentido patriótico muy grande. Y eso es un plus que si sabemos manejar es un arma muy importante. Lo mejor para nosotros es que los resultados te dan la confianza. Ahora la gente cree más en lo que se está trabajando. Para ese país ascender y ganar esos dos partidos ante esos dos rivales era como ser campeones del mundo para España. Ha sido algo extraordinario. La pena es que no se pudo celebrar en la plaza de la República. Somos un equipo que tiene que apretar mucho y tenemos un gran desgaste físico. Uno de los objetivos que llevábamos era convencer a los jugadores que no podían aceptar perder siempre y que no pasara nada por mucho que estuvieran acostumbrados. Les transmitimos que perder tiene que doler. Que quien nos quiera ganar tendrá que sudar y sufrir. Nos tenemos que convertir en un equipo que compita dentro de nuestras limitaciones.
¿Cómo es un día de trabajo como seleccionador armenio?
A las 9,30 de la mañana estoy en la Academia de la Federación, tiene 10 campos de fútbol bien cuidados, una residencia que es como un hotel de cinco estrellas. Trabajamos toda la mañana con vídeos de todos los partidos de la Liga y de chicos que estamos siguiendo. Comemos allí y a media tarde volvía casa. Dábamos una vuelta con todo el grupo de trabajo, cenábamos y a dormir. Los fines de semana veíamos los partidos de Liga. No parábamos la verdad.
Una tregua hasta mediados de enero, pero se ha traído deberes. A Armenia le esperan ahora los partidos de clasificación para el Mundial de Qatar 22 y pretende aprovechar la ola ganadora.
Se fue para Armenia y rompió su vínculo con el Sevilla. ¿Cómo quedó la relación, puede volver cuando acabe allí?
Perfecta. Me quedaban dos años y medio de contrato. Cuando me llega la oferta hablé con Monchi, con el presidente. Me entendieron y me dieron todas las facilidades. Volver, no. Creo que ya es una etapa pasada en mi vida. El Sevilla siempre será mi casa. El presidente tuvo el detalle de regalarme 'el banquillo de oro'. Para mi familia y para mí fue un orgullo enorme. Ahora desde Erevan sigo todos sus partidos y los de la Liga en general, claro. No me pierdo ninguno. Vi la final de la Europa League y disfruté; la final de la Supercopa de Europa, que sufrimos, pero fue un pedazo de partido, una pena…
Su Sevilla está como nunca.
"¿Madrid? ¿Barça? Uno de los dos se va a llevar un batacazo"
Lleva unos años. Es la consecuencia de la gestión de los últimos tiempos en todos los estamentos del club. Del trabajo del presidente y su Consejo, de Monchi, de los técnicos y los jugadores, por supuesto. Lopetegui trabaja bien. Ahora mismo dentro del fútbol español el Sevilla es un modelo y tiene muchas diferencias con otros. Ahora es un grande en cuanto a gestión, aunque tenga menos recursos económicos que otros clubes punteros no solo de España, sino de Europa. Este año el Sevilla va a tener otro premio al final. Seguro. Por lo que transmite. A los grandes no los veo bien, tanto al Madrid como al Barcelona. Va a ser un año duro para los dos equipos.
"El Atlético, el Sevilla son equipo-equipo, ellos no; tienen talento, individualidades"
Están dubitativos, irregulares…
Más que dudas es que no te transmiten cosas a lo largo del Campeonato y sin embargo el Sevilla, el Atlético de Madrid transmiten que son dos equipos. Equipos en el más amplio sentido de la palabra.
Esta tarde, Sevilla-Real Madrid… ¿Cómo ve al Madrid?
Lo veo, (Piensa unos segundos)… Lo veo muy justo. Lo veo con muchas dudas. El club tomado unas prioridades… (Vuelve a pensar) El Sevilla, ahora mismo, tiene las ideas mucho más claras que las puede tener el Madrid. Tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo. Como equipo, como equipo…
Como entrenador con experiencia, ¿cómo un equipo puede ser tan irregular como el Real Madrid? Va a Barcelona y gana, va a San Siro y gana, pero sin embargo pierde con el Alavés, con el Shaktar, con el Cádiz… ¿Cómo se explican esos cambios tan drásticos?
"Hay otros equipos más fuertes, ya no transmiten el poderío de otros años"
Porque le falta la mentalidad de equipo. Un equipo como tal es mucho más regular. Hablamos de futbolistas que tienen un gran nivel, que son muy talentosos y en los partidos grandes su mentalidad a nivel individual es grande y la suma de todas las individualidades les vale para esos encuentros, pero en un Campeonato prima la regularidad y se requiere una mentalidad colectiva que le falta al Madrid ahora.
Entonces usted sería de los que apostaría que este año la Liga está fuera de la eterna ecuación Real Madrid-Barcelona.
Sí, sí, sí, sí… y alguno de ellos se puede llevar un buen batacazo. Alguno de los dos. No los dos, no apostaría por cuál, pero es lo que creo. Un buen resbalón. Es lo que te transmiten las plantillas. Veo a otros equipos más fuertes. Es una Liga muy rara con todo lo que está pasando. Muchos lesionados, muchos partidos que requieren una mentalidad que estos dos equipos pueden notarlo. Los veo muy parecidos ahora. No transmiten el poderío que han transmitido durante los últimos años.
Es la hora del Atlético, del Sevilla, de la Real…
"Al Madrid ahora le falta una mentalidad colectiva, lo veo justo, con dudas"
Sí, el Atlético está fuerte. La incorporación de Luis Suárez ha sido importante, un acierto. Si tiene continuidad puede ser perfectamente el máximo goleador de la Liga. Otra cosa es que las lesiones o decisiones técnicas no le den esa continuidad. Yo ahí no me meto. Ahora ha cambiado un poco su estilo. Ha llegado a jugar con Diego y Suárez juntos. Y tiene jugadores muy físicos en el medio. Es igual que el Sevilla, que tiene hombres muy fuertes, con un buen banquillo y la gente cree en lo que se está haciendo, hay buen ambiente de grupo y todo eso suma. Además, ya están acostumbrados a disputar las dos competiciones y una tercera, la Copa si hace falta. Se saben exigir a sí mismos… No podemos olvidar que la Liga está muy rara, que nos falta lo más importante del fútbol, que es la gente, el calor. El fútbol sin gente y si le añadimos el VAR es otro fútbol.
No le gusta el VAR, ya veo.
No, a mí no. Absolutamente nada. Y lo dije al principio. Es otro fútbol. Cuando yo empezaba en el curso de entrenadores y estábamos con las reglas de juego, discutíamos sobre una, sobre otra, llegaba el profesor y nos decía, lo que prevalece es la regla cero y saben cuál es la regla cero, la decisión del árbitro. El árbitro manda. Eso ahora se ha perdido. Ahora no es la decisión del colegiado. La regla cero en el fútbol es el VAR. Decide el VAR, por lo tanto es otro fútbol… Otro mundo. No ha aportado nada al fútbol. ¿Qué hacen ahora los asistentes? Hemos tenido los mejores del mundo, eran casi matemáticos y ahora un asistente está por hacer número en el campo. Es otra historia. Es mi opinión. Nos dicen que es un fútbol más moderno… La FIFA nos quiere meter un futbol tecnológico y va a ir a más. Van a existir más parones para sacar el dinero que necesita. No tengo ninguna duda de que llegará la publicidad en esos parones… y será otro fútbol.
Caparrós en estado puro. Siempre dice lo que piensa.