Cruyff, Van Gaal, en dos etapas, y Rijkaard mantuvieron viva la llama del 'fútbol total'
Por el banquillo del Barça han pasado a lo largo de su historia entrenadores de múltiples nacionalidades. Además de los españoles (28), la escuela británica (10) y la holandesa (5) han sido las que han dejado una huella más señalada. Tanto por la cantidad como por su identificación futbolística con el club. Especial atención merece la tradición oranje que mantiene su legado vigente desde 1971, cuando Marinus Michels aterrizó en el Camp Nou procedente del Ajax campeón de Europa.
Cinco técnicos: Michels, dos etapas, Cruyff, Van Gaal, dos periodos, Rijkaard y Koeman y un denominador común, el espíritu del 'fútbol total' que caracterizó al fútbol holandés de los 70. Cada maestrillo lo adaptó a su método particular, pero todos partían de la misma raíz. Entre los cuatro primeros sumaron 22 temporadas y media en el banquillo azulgrana y acumularon un total de 22 títulos. Su influencia directa en el palmarés se puede medir por ese rasero.
Míster Mármol, el pionero. En 1971, después de conquistar la primera copa de Europa con el Ajax, de manera sorprendente abandonó el club holandés. En el banquillo del Camp Nou sustituyó al inglés Vic Buckingham, a quien ya había suplido en el Ajax en 1965. No era el único lazo de unión con su predecesor. El británico hizo debutar a Johan Cruyff en el Ajax y 'el flaco' fue, en octubre de 1973, el gran fichaje de Michels en su intento de hacer del Barcelona 'otro' Ajax.
En Barcelona gastó dos etapas. En la primera (1971-75) ganó una Liga con la llegada de Cruyff (73-74) y en la segunda (1976-78) después de ser seleccionador holandés en el Mundial 74 (subcampeón) y otro paso por el Ajax, conquistó una Copa (1977-78).
Michels era duro. A veces se pasaba con los tres entrenamientos diarios, pero nos enseñó mucho
Marcial
Marcial Pina jugó ocho temporadas en el Barcelona (1969-77) y fue uno de los hombres claves de aquel equipo de Michels. Sus recuerdos tienen el valor de quien fue protagonista en directo. "Era un tipo duro. Su método, entonces, nos llamó mucho la atención. Aplicó un sistema ofensivo bueno. Nos hacía provocar el fuera de juego, presionar arriba en los rechaces y despejes. Siempre íbamos dos o tres al balón y si lo robábamos se montaba un contraataque rápido. Cogías al contrario desorganizado. La presión tras pérdida de la que tanto se habla ahora ya lo hacíamos nosotros".
Su apodo de Míster Mármol, según Marcial, era más que indicado. "Los entrenamientos eran muy físicos, con poco balón. Por mis condiciones, me hubiera gustado más pelota. A veces abusaba. En las pretemporadas hacíamos tres al día. Uno a las siete de la mañana. Era horrible hacer footing por el bosque, luego a las 11 ya con balón y por la tarde otro, un poco más táctico. Él se encargaba de todo, aunque tuviera ayudantes. Trajo el sistema del Ajax. Cuando vino Cruyff, aún mejor. Jugábamos el 1-4-3-3. Yo era el del centro de la línea de medios, pero con mucha llegada. Siempre me gustó, tenía capacidad para pisar área. El año que ganamos la Liga, fui el máximo goleador del equipo. El sistema de juego es imprescindible en un equipo, sin un sistema te hacen polvo. El mediocampo es súper importante. Jugábamos Juan Carlos, Asensi y yo. Ganamos 0-5 en el Bernabéu. Jugábamos muy bien y fuimos campeones cinco jornadas antes de acabar. Una Liga maravillosa, ni en sueños se podía imaginar".
Lo que ya no le gustó tanto fue que a la temporada siguiente se destrozara todo el trabajo conseguido. "Llegó Neeskens y condenaron a Sotil. No podían jugar más de dos extranjeros. Hubo un trasiego tremendo de jugadores. De los titulares del año anterior quedamos cinco. Me fastidió mucho. Lo destrozaron. De tener un equipo compensado, compenetrado, bueno, cambiaron todo… Nunca lo entendí. Fue un desastre. ¡Con lo que cuesta dar con un equipo como aquel!".
Su relación con Michels en la segunda etapa tuvo sus altibajos. "Me molestó enormemente que me culparan solo a mí de aquella salida nocturna después de un partido. Estábamos Rexach, que era de la casa, Neeskens, que era holandés… y pareció que solo estaba yo. Tuvimos nuestros encontronazos. Yo iba de frente. No me escondía y le dije de todo también. Me culparon de aquella salida para echarnos la culpa de haber perdido antes el Campeonato. Ese día ya no podíamos ser campeones. Me quisieron cargar el muerto y de eso nada".
Van Gaal, el incomprendido. Tras los ochos años de Johan Cruyff y el paréntesis de Bobby Robson (1996-97) el banquillo azulgrana volvió a hablar holandés con la llegada de Van Gaal. Un fichaje de postín. El técnico acababa de ganar la Champions con el Ajax. Su trayectoria, 26 años después, era muy parecida a la de Michels. También cumplió dos periodos en el club, con el inciso de la selección holandesa por medio. Entre 1997 y 2000 ganó dos Ligas (98 y 99), una Copa (98) y una Supercopa de Europa (97). Su segunda etapa fue más fugaz. Firmó en 2002 por tres años pero fue despedido a finales de enero. Hizo debutar a Xavi, Iniesta, Valdés, Puyol…
Van Gaal era competente y sabía mucho, solo le fallaban las formas de transmitirlo
Gerard
Gerard López fue discípulo de Van Gaal en su segunda etapa y a pesar de los pocos meses que estuvo bajo su manto guarda un buen recuerdo de él. "Volvió con la vitola de grande. Su recuerdo es el de un buen entrenador a nivel conceptual. Duro, competente, con mucho carácter. Buenos entrenamientos, buena formación, pero le fallaba cómo lo transmitía. Su forma de ser, su carácter influía en las formas. Era muy machacón con los conceptos, súper trabajador. No daba tanta importancia al físico. Era más de tener el balón. Súper exigente. Hubo alguna salida de tono con algún jugador, alguna palabra más alta que otra. Se perdía por ahí, por lo demás era un entrenador de categoría".
Tácticamente variaba el sistema. "Entonces él venía con el 1-4-2-3-1. En su primera etapa sí había jugado con el 1-4-3-3 clásico holandés, pero en la segunda se protegía un poco más. Alternaba la defensa. Llegué a jugar con él hasta de central, tanto con una línea de cuatro como con una línea de tres. El día que me lesioné de ligamentos en Málaga, la línea de tres era Gabri, yo y Cocu. Tenía siempre una mentalidad ofensiva".
Rijkaard, el alumno aventajado. Llegó al banquillo de rebote en 2003. No era la primera opción. Solo había entrenado a Holanda (1998-2000), después de haber sido asistente de Hiddink y al Sparta de Rotterdam, que descendió a Segunda. Johan Cruyff, que le había tenido como jugador, se lo recomendó a Laporta. En cinco temporadas gana una Champions (2006), dos Ligas y dos Supercopas de España (2005 y 2006). Hizo debutar a Messi y dio confianza a los canteranos
Rijkaard fue un grande, el origen de todo lo que fue después el Barça tácticamente
Gerard
Gerard López también compartió vestuario con él. "Era al contrario que Van Gaal. Venía sin experiencia. No tenía el mismo carácter, pero en cambio te ganaba por la proximidad. Era muy cercano, casi uno más de nosotros. No tenía tanta experiencia e igual tácticamente no estaba tan preparado pero el tío se supo ganar al vestuario por proximidad y terminó marcando el camino. Fue el primero que nos obligó a presionar arriba para recuperar en campo contrario. Luego todos, Pep, Tito, Luis Enrique… tiraron de lo que hacíamos con Rijkaard. Todos lo han heredado de él. No entiendo el Barça del pasado más reciente sin la figura de Rijkaard. Fue el primero que nos metió el 1-4-3-3 con la presión alta. Fue el cambio de tendencia en el fútbol español. Del Madrid que arrasaba al Barça protagonista. Cambió la dinámica y el ciclo".
No olvida Gerard que siguió en el Barça gracias a él. "Tengo un gran recuerdo. Cuando llegó yo estaba a punto de salir del club y él paró la salida. Me salió una gran pretemporada y me quedé. Le gustaba el perfil del jugador que le recordaba a él mismo. Cocu, Motta, o como yo. Mediocentros con físico y capacidad para ir y volver. Como él hacía en el Milan. Al principio no jugaban los pequeñitos. Ni Xavi, ni Andrés (Iniesta). Tácticamente comenzó con el 1-4-2-3-1. Empezamos mal y en diciembre cuando llega Davids pasamos al 1-4-3-3. Se fue haciendo sobre la marcha, se fue viniendo arriba como entrenador. Comenzamos a presionar arriba y a tener más control en el centro del campo. Ese cambio de dibujo nos fue extraordinario".
Koeman, un poco de todos. Si los cinco holandeses han tenido relación directa entre sí tanto como futbolistas como entrenadores, el actual, Ronald Koeman puede presumir de haber compartido vestuario con sus cuatro compatriotas predecesores. A saber: fue discípulo de Michels y por lo tanto compañero de Rijkaard en la selección holandesa, campeona de Europa de 1988 y también en el Ajax (85-86). Como futbolista jugó a las órdenes de Cruyff primero en el Ajax (1985-86) y luego en el Barcelona (1989-95). En 1998 formó parte del cuadro técnico de Van Gaal en el club azulgrana durante temporada y media. Después fue entrenador ajacied con el propio Van Gaal de director deportivo. En febrero de 2005 dimitió por incompatibilidades con su jefe.
El Johan Cruyff entrenador tuvo aún más peso y ascendencia en el Barcelona que el Johan Cruyff futbolista. Ocho temporadas (1988-96) con once títulos. Entre ellos, la primera Copa de Europa de la historia del club (1992). Además, cuatro Ligas (1991, 92, 93 y 94), 1 Copa (1990), 1 Recopa (1989)1 Supercopa de Europa (1992) y tres Supercopas de España (1991,92 y 94). Un total de 430 partidos con 250 victorias, 97 empates y 83 derrotas.
Eusebio Sacristán disfrutó de Cruyff siete temporadas. Ahora es entrenador por la influencia de su técnico.
-Si tuviera que elegir una de las enseñanzas que le dejó Cruyff, ¿con cuál se quedaría?
-Fueron tantas… Llegué al Barça desde el Atlético y me encuentro con él. Ya es sorprendente, de por sí, su propuesta. El dibujo que hizo el primer día con el 1-3-4-3. Los cuatro centrocampistas en rombo y por dentro y los tres de arriba me llamaron mucho la atención. Nunca lo había visto. Me encantó. Mis posibilidades de jugar crecían en comparación con un 1-4-4-2. Yo, por mi físico, solo podía jugar por dentro, no en una banda. Era un organizador y en ese dibujo veía que podía jugar en más posiciones: de pivote o en los dos interiores. Me abrió un mundo.
-Es decir su mayor sorpresa fue táctica.
-Claro. Con Cruyff todo tenía sentido. Daba explicación a todas las cosas que hacía y que nos podían parecer sorprendentes. Explicaba por qué hacía las cosas. Eso para el jugador está genial. Es como si te diera un libro para la lección y lo tenías siempre a mano. Con él fui feliz como futbolista. Me encontré alguien ideal para hacer mi juego. Tuve la carrera que tuve porque Johan apareció en mi vida. Dio sentido a lo que yo mejor tenía, la técnica y la toma de decisiones. El equipo estaba colocado de tal manera que podía sacar mi juego a relucir. Con otros sistemas prevalecía la condición física y yo no era fuerte para hacer uno contras unos, para chocar, todo lo contrario.
Te explicaba el por qué de todo lo que te mandaba. Era como un libro
- Más detalles que le llamaran la atención…
-La propuesta de situación de las otras fichas. Las colocaba de tal manera que prevaleciera siempre la técnica y la oportunidad de encontrar el jugador libre. Con ese posicionamiento las posibilidades de jugar y pasar el balón eran inmensas. Desde el primer día en Holanda puso ese dibujo en la pizarra. En los entrenamientos, en los juegos de posición, era muy de parar y corregir. No, aquí no te pongas. Ponte aquí que das línea de pase. No te quedes parado. Te daba toda serie de explicaciones sobre tu colocación en relación con tu compañero. Él intentaba siempre explicar por qué había que hacer las cosas.
-Usted en su juego de número era el '8', Guardiola el '4', Bakero, el '6'
- Interior derecha y tenía que estar siempre colocado para estar relacionado en el pase con el pivote, con el media punta y con el extremo de mi lado. Incluso con los más alejados. No me podía meter en la línea de los demás. Había que mantener diferentes alturas. Se abrían una gran cantidad de líneas de pase. Yo necesitaba a mis compañeros, no me podía quedar con el balón, si me quedaba con él me la quitaban.
-Llegó a jugar de lateral-central en la defensa de tres.
-Sí. Cuando el rival jugaba con un solo delantero, Johan le daba sentido y ponía tres hombres atrás y uno de ellos podía ser yo. Su razonamiento era para qué voy a tener cuatro atrás si ellos solo tienen uno o uno y una media punta como mucho. Entonces me metía a mí, que era un centrocampista más y ayudaba en la salida del balón. Defensivamente mi referencia era un medio del equipo contrario. Solo recuerdo haberlo pasado mal un día en esa posición, en Mallorca, que me tocó enfrentarme a Álvaro Cervera. Jugué medio tiempo. Al descanso me metió al mediocampo y metió un defensa. No tenía que marcar a un punta rápido. Pero si el contrario jugaba con dos delanteros, metía la línea de cuatro y yo jugaba de interior derecho.
Cuando jugaba de defensa era porque el rival solo tenía un delantero